Madrid, 1-4-02

SIEMPRE HUBO PALABRAS

Siempre hubo palabras
hubo abrazos
límites precisos
retornos que no cesan.

No puedo olvidarte
trenzando mi pelo
mientras el horizonte
se acercaba lentamente.

Primero vino la tierra
tamiz contra toda lógica
donde el cuerpo se funde
para desplegar su grandeza.

Luego la piel surcando noches
segmentos que se extienden;
alas de mujer
en pleno vuelo.

Metáfora de los años;
nazco cada vez
que la argucia del tiempo
trae un instante
diagramado en tus versos.

MAGDALENA SALAMANCA GALLEGO
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 2-4-02

TORMENTAS

Había escalado una gran montaña
desde donde se decía
que era posible tocar la voz
de los difuntos.
Cuando quise reconocer esa altura
estaba sobre tus hombros
y hablaba contigo.

A mí me nació desde la sombra
un pájaro tranquilo,
un alado verso que pronunció la luz
y sometió mi palabra al mundo.
En aquel hueco estaban tus manos
liberando el ave que vino a mí
desde el centro de la nada.

Me anunciaste como el pequeño clamor
que se propaga en la tormenta.
Un golpe tras otro levantando mi nuca
más allá de la mañana,
y ya mi mirada se desprendía acelerada
por los horizontes del amor.

Yo buscaba el desfile de soldados
con el emblema de tu rostro en sus banderas,
escuchaba los pasos, el nombre del fusil
u las arengas para tus hijos sordos.
allí donde quería encontrarte
sólo esperaban los difuntos.

En su invicta tranquilidad se confesaron:
te vieron desaparecer
de espaldas a la luna.

Andrés González Andino
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 3-4-02

DOBLE SENTIDO

Podría decirte que te quiero
si ese ruido tumbado en la escollera
no sumergiera el dolor del aire
y lo pusiera todo boca a bajo,
si no dejara extraño este pulso que asciende en mi garganta,
si no rompiera en dos las ganas de hablar
y se enfriara el agua
que a veces me tiende su mano de cerca.
Podría creer que es un día,
que acaso habrá que vestirse de rimas y sauces y esperar
ese sombrero de ala ancha que llega
de noche
porque es ella.

Podría avisarte de que, a veces,
ponen canciones en las esquinas,
pasan ciudades con bolsitos de nata...
porque tenemos ganas de reír
y, lo creamos o no,
somos eléctricos.
Somos sombras que chocan,
faros en las oscilaciones del salitre.

Blanco contra lo negro,
el instante del fuego saltando en las piernas,
un vendaval del aire,
una gota de congoja en los pies,
un infinito grito batiendo sus ramas
como palmas,
o dedos
en los ojos más ciegos del mundo.

PILAR GARCÍA PUERTA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid 4-4-02

HOY CAYERON LAS TORRES

Hoy cayeron las torres.
Tus ojos azorados dejaron de ser ojos,
fueron pupila al fuego en los escombros.
Recuerdo otros amantes de otros tiempos
que dijeron "mientras afuera el mundo se derrumba
nosotros nos amamos".
El mundo es verdadero.
Mi pensamiento, más ligero que el aire.
Y nuestro amor, de pura transparencia se alimenta.
Hoy, cayeron las torres.
Estabas a mi lado siendo pausa de luz,
terco latido conjurando la muerte.
Debo doblar la página.
Hoy sólo escribiré lo que me dictan
peces dormidos en el río
altas fogatas en los montes
estrellas trashumantes.
Esta escritura pesa como una lápida.
Cada letra es el silencio
de un hombre muerto.
Hoy sólo escribiré lo que me dicta
un parpadeo tuyo, belleza sin sustento.
Debo doblar la página
tomar distancia
para que el estampido interminable
deje algo en pie.
Algún espejo donde reflejarse,
alguna torre de marfil
almena medieval
mangrullo de las pampas,
altura...
donde un sesgo de luz permita la esperanza.
Hoy cayeron las torres.
Hoy sólo escribiré instantes verdaderos,
lo que no ocurrió nunca.

INÉS BARRIO
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Viernes 11,30h. Buenos Aires
Coordinadora: Norma Menassa 


Madrid, 5-4-02

LA PIEL, ESA DISTANCIA DE LAS PALABRAS

Como fiera apacible y salvaje
abarcaba
sin tocarla
siempre la cintura,
ese lugar donde dividirla
en pedazos frágiles
y
mirándole lentamente a la boca
besar sus ojos de color cambiante
según cantara el viento.
Bailábamos a escondidas,
entre la multitud,
porque sabíamos
que el sol, giraba nuestros pasos
marcando un silencio de destino.
Y nunca, ese era el juego,
nos hablábamos
sin escribir al menos cien poemas
después de crear sumergidos
algún maremoto.
Nuestros encuentros, eran
-como pueden comprender-
largos y esperados,
taciturnos y atolondrados
como amor de continentes separados.

Amábamos la distancia,
esa precisa medida
de la puntuación.
Escrupulosos, calculábamos en duras
conversaciones con el diccionario
un acento tendido
al sol y después inventábamos
cualquier palabra:
                        trapecio de costado
                        o sombra de laurel.

Conocíamos algún secreto,
por eso moríamos por morir
en cada frase
y reíamos futuros encuentros.

Nos encontramos, recuerdo,
la primera vez en un desván,
un viejo desván de madera y suelo crujiente
a nuestros cuerpos alborotados
por la pasión.
Aún crepita
aquel amor.
Ella jugaba con mis arrugas pronunciadas
de sabiduría torpe
y yo, joven a su lado
con el borde de mis labios
lamía de soslayo sus pechos
sin alcanzar de areola sus pezones
erguidos, insolentemente hermosos
mirando altos la sed de todos los dioses.
De mirada altiva
y quebrada sonrisa de
mujer lenta y precisa de belleza,
me buscaba siempre en la sombra
a baja temperatura,
para hacerme crecer entre sus manos
al calor de sus versos.
Yo, truhán y mentiroso de años
cruzaba despacio los rincones
esperando seguirla en sus quiebros.
Éramos grandes bailarines del eco,
una sílaba alcanzaba
para mantener el fuego,
una frase ya inventaba nuevas historias:
¡me lo debes!
y seguía escribiendo para esconder sus labios
en versos,
su cintura en estrofas
y mentirla de amor un nuevo baile.

Un día de otoño cálido
-no recuerdo el continente-
nos encontramos para olvidar
y ahí comenzó un nuevo verso.
La leía lento mis poemas y
ella besaba mis manos inquietas,
rozándome las mejillas
en un gesto de amor.
Y cuando me pedía que la poseyera,
entonces acariciando las hojas de sus poemas
y en voz alta,
cruzaba milenios de relámpago y
atronaba junto a sus sienes
a todos los poetas en una conjunción.
¡calla, calla! y ámame, decía
y entonces cerraba todos los libros
gritaba de memoria un verso
inventado al azar,
un verso de aire y fuego
que nadie, jamás escribiría.

CARLOS FERNÁNDEZ DEL GANSO
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 19h. Madrid
Coordinador: Miguel Oscar Menassa  


Madrid 8-4-01

POEMA AL NUEVO AÑO

Se venden estas manos, telar
de sueños necesita rueca, pequeñas
palomas mensajeras del dolor.
Manos de hielo y fuego que consumen
el tedio, la avidez de la monotonía.

Se alquilan unos ojos, cuencos
de leche y miel, espejo sobre tu imagen
y a mi pesar, corte acerado, esquina
de una calle sin sombra ni recuerdos.

Se traspasa este cuerpo para nuevos
oficios, dos odres de viejas palabras,
talismán contra el sentimiento. Pieza
sin recambio, soy brizna de hierba
henchida de rocío, una calandria
pidiendo al sol otro nuevo día.

CONCEPCIÓN OSORIO
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 9-4-02

PALABRAS ESPARCIDAS

Palabras esparcidas por la llanura de tus manos
abren camino entre la niebla.

Abres vigorosamente tus alas
y tus alas son viento
empecinado viento de palabras.

Detienes
un instante
entre tus labios la noche.

Versos punzantes contra la oscuridad que todo lo invade
versos como manos despertando el alba
versos testarudos golpeando la muerte.

Busco palabras que digan tu belleza
mas tu belleza son palabras.

Terco empeño en decir
hasta que la luz se agote
hasta que suelten amarras
versos ajenos a tus manos
banderas enfurecidas de libertad.

Claire Deloupy
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 19h. Madrid
Coordinador: Miguel Oscar Menassa


Madrid, 10-4-02

DESPISTES

Quizás estarás aguardando mis palabras
como el que espera el golpe de la llave
en la cerradura,
como una puerta que cede a sus impulsos
desafiando al viento
que enviste su ala rígida,
su ala de volar sobre un solo eje
sin abandonar nunca sus principios.

Quizás en tu quieta mansedumbre
conjuras un silencio que te deja de piedra,
como la mujer de Lot que sintió nostalgia
y la sal de sus lágrimas lo lloraron todo.

No tienes otra alma que estas palabras
repetidas en la oscuridad,
que esta oración enunciándote desnuda,
desesperadamente
animando lo que creías muerto,
lo que realmente había muerto.

No hay más alma
que tu voz volando sobre las cosas,
que tu lengua nadadora
alimentando de saliva
lo desaparecido y lo inútil,
lo olvidado,
lo que tal vez creíste innecesario.

RUY HENRÍQUEZ
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 11-4-02

TRAS DESANDAR LA NOCHE

Tras desandar la noche
crepitan las estrellas
como goznes de oscuridad
levan anclas
rumbo al infinito.

Era nostálgico el rayo
suave la tormenta,
sorprendente ver
navíos áridos de tierra
convertidos en barro
para ser moldeados por tus manos.

Y era poética la risa,
el despertar de tu transparente mirada,
la veloz fuga en el laberinto de las palabras
alambique perfecto donde,
gota a gota,
ibas destilando la vida.

EVA MÉNDEZ HERRANZ
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 12-4-02

UNA VERDAD A MEDIAS

Llegué aquella mañana a Nueva Yersey, fatigada, observando las manos del
hombre sabio que viajaba conmigo, ensimismado, por el hondo desconcierto que
vivía en mi piel, abrazando el esplendor plateado de la tierra americana.
Sin manantiales cerca, suspendida cabeza abajo, para no ver marcharse
definitivamente, la luz que había abandonado.
Sentimental, navegaba la historia de los hermanos cercanos.
Los pájaros ocultaron la voz de los terribles sonámbulos callados.
Agraviadas las estrellas, dijeron que no fuimos felices.
Una verdad a medias.

LUCIA SERRANO
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Domingos 11h. Madrid
Coordinador: Miguel Oscar Menassa
Del libro inédito "Máscaras"


Madrid, 15-4-02

PUNTA INDIO

Austera, casi monacal, arrastraba hábitos imprecisos
trazando rutas a las que acudían las gentes de todas las razas
mostrando esos colores amarillos de tiempo como el trigo maduro
del que sale el hombre que se nutre.

Un árbol viejo se guinda con olor a terciopelo,
y las pequeñas barcas salen después de la espera
ritmada por ese ruido de otra edad y un olor poderoso
que marcaba las crecientes y el retiro paulatino de las aguas.

He seguido mis pasos con no sé que ser
que reclamaba vidas y osamentas debajo de la arena
como las aves que encontraban granos sospechosos
criados entre el cielo y el infierno
que hacían del violeta de la tarde una extensión sin límites.

Mi alma era una vela desplegada a las puertas de la muerte
con el tumulto de la indiada que sostenía en la punta de la lanza
el cráneo de un caballo.
Después venían los remeros y el viento llamaba a los adictos
que subían a las tablas buscando violencias naturales
para hamacar el cuerpo ciudadano, incendiado de fogatas de pasto
y humos que se alzaban sobre el río.

Mi navegante en tierra los veía partir
y el cielo cambiaba presuroso la imagen
de blancos pavos reales por aguas vivas de presentimientos audaces
y restos de alas de pájaros gigantes que venían a acompañar mi soledad.
Mi soledad sedienta, afortunada soledad,
con monedas de peces tiradas en la orilla después del desembarco.

Fue así
a nadie le dije que me espere.

Me iré por ahí cuando yo quiera en la ardiente estación
a buscar la sustancia amarilla
de la simiente que me lleve de viaje,
cantando un canto de poder, una oda salvaje entregada al espacio,
un día de buen tiempo,
sin ninguna catástrofe.

NORMA MENASSA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 19h. Madrid
Coordinador: Miguel Oscar Menassa


Madrid, 16-4-02

TRAS DESANDAR LA NOCHE

Empezaré sin recordar la luz.

Con las altas cumbres
sirviendo tus labios
te seguiré...

Polen travieso entre las rocas,
suspendido el aire
nos acercaremos al carril
al destemplado fuego.

Se diluyen las letras
desfilan amortiguadas
se enredan en el aliento
pasan gigantes
rayan sombras.

Tras desandar la noche
te amaré,
rodaré en el blanco,
desgarro final,
y en esa travesía
soltaré tus corazones
para guiarme.

CLÉMENCE LOONIS
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 17-4-02

DONDE MIRA ELLA

Ella no mira.
Sueña y zarpa silenciosamente
con boca de ola.
Busca unas manos para dibujar el enigma
desde su oscuro cuerpo
extendido en las sombras.

Ella ya no mira,
cuando oye en su corazón el olvido de tiza.
Cuando resbala con la noche
cóncava de tristeza.
Como un gorrión con ojos de papel
y risa de cristal
canta y llora
su pecho de río
fuerte, y de amor.

PILAR IGLESIAS NICOLÁS
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17 h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 18-4-02

NI UN SÓLO VERSO

Como versos robados de un poema;
de tus ojos,
guardo en mi recuerdo
                                 verdes y marrones.
Como una idea;
oculta entre palabras,
guardo en mi recuerdo;
de tu mirada,
                    frío y llamas.
Inmensidad marítima en mi pupila.
Más allá del horizonte
                                 te encontraré.
No vendrás para quedarte;
serás ave de paso, volarás
figura alada en las alturas;
esquivando las balas enemigas,
caerás inevitablemente,
un día cualquiera,
                          a la vida.

Como versos robados de un poema;
de tus labios,
guardo en mi recuerdo
canciones prohibidas.
Como una idea;
oculta entre palabras;
guardo, en mi recuerdo,
de tus labios,
                    calor húmedo
mi cuerpo entre tus labios.

JORGE FABIÁN MENASSA DE LUCIA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17,30 h. Madrid
Coordinadora: Alejandra Menassa de Lucia


Madrid, 19-4-02

TENGO UN DOLOR...

Tengo un dolor tan grande
que las palabras se evaporan
con el llanto.

Todo aparece y desaparece en un segundo,
no llego a saber quién está vivo, quién se ha marchado.

Hay días que la tierra es una tumba,
una boca que no ha besado a nadie.
Y somos tan irreales
como un resplandor en el vacío.

Cuántas veces cantando
¡Oíd Mortales!
éramos mortales.

Todos moriremos,
ya lo sé,
pero ahora es pronto aún,
y somos arquitectos de un destino
más cercano a las palabras
que al sepulcro.

Viví aquí,
y sembré esta tierra creyendo en el cultivo,
mi vida era un campo de maíz,
aquí mis amores, aquí mis hijos,
aquí esperaba morir.

Tengo una herida que aún sangra,
fresco es el dolor que me castiga.
Y no me resigno a caminar
sin avanzar sobre mis pasos.

Todo está quieto en la vorágine,
andando y desandando amo el camino
y el humus de la edad sigue a mi favor.

La vida ya vivida me acompaña,
y es tan cruel la rabia de las manos atadas,
que todo se vuelve ajeno, impropio.

¿Quién habla ahora en el silencio?
¿Qué es esa grieta y esa luz?
Tengo un dolor tan grande
que me crujen los huesos
como una anciana que escucha la muerte.

La noche está pronta,
las estrellas,
la luna se llena como si la felicidad existiese,
y mañana tal vez, habrá sol
y tal vez jardín,
y tal vez fuente.

A veces la vida es un paréntesis,
a veces una esdrújula que te mata.

MARCELA VILLAVELLA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Viernes 11,30 h. Buenos Aires 
Coordinadora: Norma Menassa


Madrid, 22-4-02

POEMA

Tenía en las entrañas
lágrimas de viento
y la insistencia de la tempestad
dibujando arcos de fuego en sus pupilas.
Tenía barcos a la deriva jugando con sus dedos
y horizontes cortados
tallando en su piel el paso del tiempo.
Tenía gaviotas hambrientas en el corazón
y el olor a mar
despertando nuevos puertos entre la luz y su miedo.

HERNÁN KOZAK CINO
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17 h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 23-4-02

QUEBRANDO LA REALIDAD

Alguna vez a solas
cuando el silencio recordaba
el eco de la voz de los muertos,
me tumbaba,
sobre los pechos ardientes de la muerte
y viajaba sin destino.

A solas,
con oficio de viajante
dibujé compañeros de aventuras,
fantasmas que terminaron por marcar mi camino.

Los años pasaban clandestinos
en un tren de cercanías,
fui todos yo.
Y sin embargo
una lápida cae sobre otra
en donde la muerte habitó largo tiempo.

Matar en mí al asesino de mí,
y es un morir, un aliento profundo.
Cándidas aberturas de lo humano,
se agolpan con pasión
en las puertas de mi cuerpo,
todo este tiempo:
una sobre otra
quebrando la realidad.

MANUEL MENASSA DE LUCIA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17,30 h. Madrid
Coordinadora: Alejandra Menassa de Lucia


Madrid, 24-4-02

YA NO ME QUIERES

Ya no me quieres, vestida de primavera
o acaso de sombras de invierno.
Sólo quieres soldados del misterio
temerosos de su propia sombra,
asombrados eternos, impenetrables.

Teje para mí un hambre que no conozca
un sueño sin despertar, un candil de tiempo
una magnífica sombra, un temor directo
un silencio sin fondo, abierto.

Ya no me quieres embelesada y entera
mensurable y en línea recta,
entregada a la estrategia de las razones
motivos vestidos de tragedia
dolor invariable, destino sin punto.

No cesan de no pasar los miedos que te invaden
acampan sitiando tu cuerpo apalabrado
rescatan los escombros de otros verbos
sustantivan la risa que no aflora
diversifican sin versos los exilios
al compás de la letra de un idilio
que te redobla sin cesar, al tenderse
en las esferas que la letra nombra.

Y cuando por no dividirte me haces desaparecer
quedan invadidos hasta los huecos.

Amanece y ya no me quieres azul de noche
ni quieres que cante lo ya nombrado
ni quieres nacer hoy porque eres letra
irreal cual La mujer, imprescindible,
como ella, naces en tierra de nadie.

Acorde con lo sublime, te destierro
te doy otro destino, comienzo a gozar
goce a repetir, presa de la poesía
la tierra deja de girar
bajo las garras de la ciencia.

AMELIA DÍEZ CUESTA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 19h. Madrid
Coordinador: Miguel Oscar Menassa


Madrid, 25-4-02

VIAJO DISTRAÍDO

Viajo distraído por los encantos congregados en tu piel
mientras mi salud amenazada se queda en el olvido.
Los sueños más tristes de las ciudades más sombrías
elevan sus cruces de mudas existencias
como óperas clandestinas en la sucia educación infantil.
Un ídolo en la linde amarilla de tus ojos diluvia su dominio
en un enjambre de hojas ruborizadas por tanto canto.
Hasta los mismos demonios se estremecen
en posturas azules de magnética comedia.
En tu campanario de risa construimos una ciudad para los niños,
tendimos cuerdas que unían los estanques con sabor a ceniza,
de tal modo agrupados que un satánico dolor
humeaba en los candelabros vagabundos
pintando maravillas en tus caderas de cobre
donde el prodigio bordea las casas como la cúpula santa de las capillas.
En esos momentos leyendas posteriores se ponen en marcha
definiendo a un maldito que llega en hombros expulsado del banquete,
y a la salida ataca con el bastón de su locura su colorida pancarta.
Busco entonces en el almacén de coloniales una rotundidad
un espacio abierto en la repetición esbozada en un beso.
En esas noches de invierno tras el cual se cierran las puertas
una voz atenaza el corazón con una mirada que lo contesta todo,
cobijando sin ropa lo mejor de un sueño borrado en la playa.
A quién alquilarme entonces, si el embrutecimiento dura
como una desesperada caridad que testifica su fuerza en todas partes.
No hay partida, la sangre vuelve a su pagana existencia
encendiendo ciudades de feroces regresos alrededor de las fogatas.
Me guardo del desprecio para ofrecer mi puño descarnado,
y cargado de vicios enraízo un sufrimiento que asciende al cielo
golpeando la última inocencia, abriendo paraísos de tristeza,
condenando para siempre al olvido la música sabia
de esta representación salvaje.
Me doy cuenta, mi espíritu está viajando cargado de cadenas,
buenos brazos que me entregarán a la sospecha en carros de plata
guiados por una virgen necia, brújula aficionada.
Un pájaro de misterio anida en el crepúsculo del heroísmo
un esposo infernal condenado a poseer todos los palacios,
una réplica se burla desde las escaleras que bordean
mil pies de orgullosos guardianes de antiguos colosos.
Sin dejar de ver el paisaje un último y lejano eco
aplaude con gloria la infamia inerte que me sigue
como ángel ajeno y voluntarioso, semejante a fatigosos trabajos.
Y en un andar de aires en los tugurios
mi corazón queda roto en este punto.

FERNANDO ÁMEZ MIÑA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 17 h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego


Madrid, 26-4-02

UN DÍA CUALQUIERA

El sol enternece mi voz, pequeños pájaros azules,
se posan en el olvido.
La pasión huella inconmovible roza las aristas del piano.
Amigas como luz, candiles al futuro, vigías expertas
en algunas noches insomnes.
Los reyes magos dejaron en mis doloridos zapatos, el tiempo
en una pequeña luz rectangular de plata.
El dinero, ese compás quebrado, toca insolente un fondo
de ausencias.
Construí un camino y en él me perdí.
La tenacidad, la prolijidad de esa niña que tocaba para otros,
esa fuerza quiero hoy, para mí.
Sólo cuando sabemos de la muerte podemos comenzar a vivir.

STELLA CINO NÚÑEZ
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller  Domingos 11 h. Madrid

Coordinador: Miguel Oscar Menassa


Madrid, 29-4-02

TORMENTAS

Llorarías todas las lágrimas del universo.
Bibliotecas aladas besarían entonces tu silencio
hermanas de vértebras, tus ojos de adverbio
marcan la ceguera de la noche en tu almohada.
Sueño de alfabeto creciendo como una
vorágine audaz en la selva de palabras.
Crujir, besar el viento
acariciar el tronco del azar
devorar una página de historia
tuyo es el silencio y la palabra.
Tuya es la sed de pájaros
y aquella red de viento interminable.
Sonrisa intemporal como bujías
que arden bajo noches de piel y letras
construidas con tus propias manos.

PAOLA DUCHÊN REYNAGA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Sábados 19 h. Madrid
Coordinador: Miguel Oscar Menassa
Taller Sábados 17 h. Madrid
Coordinadora: Carmen Salamanca Gallego
 


Madrid, 30-4-02

PASO                

Es avanzar al paso de los años
sin cesar
contra el viento y el sol,
tejiendo palabras del amor
lo que sueñas.

Es saltar los obstáculos del silencio,
mirada ciega
inventando melodías en clave azul,
compositor de encuentros,
lo que planeas.

Es levantar del mundo la ilusión,
rival tenaz en la carrera,
cazador de sombras
con pasos de pantera gris,
lo que anhelas.

Es arrancar estrellas de las piedras,
rayo cerrado y nocturno,
ladrón de versos,
viajando por el mapa de una voz
lo que deseas.

MONTSERRAT ROVIRA
Escuela de Poesía Grupo Cero
Taller Domingos 19h.  Ibiza
Coordinador: Emilio González Martínez


Selección de Poemas Inéditos

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