Madrid, 01-03-22

[¡CUÁNTO SABE LA FLOR! SABE SER BLANCA]

¡Cuánto sabe la flor! Sabe ser blanca
cuando es jazmín, morada cuando es lirio.
Sabe abrir el capullo
sin reservar dulzuras para ella,
a la mirada o a la abeja.
Permite sonriendo
que con su alma se haga miel.
¡Cuánto sabe la flor! Sabe dejarse
coger por ti, para que tú la lleves,
ascendida, en tu pecho alguna noche.
Sabe fingir, cuando al siguiente día
la separas de ti, que no es la pena
por tu abandono lo que la marchita.
¡Cuánto sabe la flor! Sabe el silencio;
y teniendo unos labios tan hermosos
sabe callar el "¡ay! y el "no", e ignora
la negativa y el sollozo.
¡Cuánto sabe la flor! Sabe entregarse,
dar, dar todo lo suyo al que la quiere,
sin pedir más que eso: que la quiera.
Sabe, sencillamente sabe, amor.

PEDRO SALINAS
España-1891
De "Largo lamento"


Madrid, 02-03-22

MÁS ALLÁ DEL OLVIDO

Alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas
que algún día fueron
lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias
que innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías
que burbujean intensas
en el sol que redondea las armonías equidistantes
en el humo danzante
de la pipa de mi amor.

ALEJANDRA PIZARNIK
Argentina-1936


Madrid, 03-03-22

LA GUERRA, MADRE

La guerra, madre: la guerra.
Mi casa sola y sin nadie.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.

La vida, madre: la vida,
La vida para matarse.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra.

¿Quién mueve sus hondos pasos
En mi alma y en mi calle?
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De Poemas sueltos, IV


Madrid, 04-03-22

CANCIÓN PRIMERA

Se ha retirado el campo
al ver abalanzarse
crispadamente al hombre.

¡Qué abismo entre el olivo
y el hombre se descubre!

El animal que canta:
el animal que puede
llorar y echar raíces,
rememoró sus garras.

Garras que revestía
de suavidad y flores,
pero que, al fin, desnuda
en toda su crueldad.

Crepitan en mis manos.
Aparta de ellas, hijo.
Estoy dispuesto a hundirlas,
dispuesto a proyectarlas
sobre tu carne leve.

 

He regresado al tigre.
Aparta, o te destrozo.

 

Hoy el amor es muerte,
y el hombre acecha al hombre.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De El hombre acecha 


Madrid, 08-03-22

UNA PASIÓN

Una pasión en el vientre
que me lleva de la mano
por caminos nunca vistos
y que nunca me has contado.

Tú me hiciste comprender
que engañarte era muy malo
y lo peor, vida mía,
es que llegué a comprender

que el engaño para ti
es que yo me la pasaba
toda pasión, toda alma
hasta cuando trabajaba.

Y hoy, que tan hembra me siento,
hoy, tengo que confesar
que no me atrevo a probar
sino con algún amigo
de mi enamorado Juan.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
Del "Canciones [2003-2004]"


Madrid, 09-03-22

BATALLAS CON LOS ÁNGELES

Y aprendí del negocio de la vida.
Permuté por naranjas aceitunas.
Les ofrecí a los ángeles lagunas,
y me dieron toronja humedecida.

¡Cuánta pequeña cosa sumergida
tuvo valor de inmensidad! Algunas
oxidaciones se volvieron lunas,
joya el insecto, resplandor la herida.

Negocié con arcángeles vestidos
de alfareros. Cambié frutas y nidos
por algo imperceptible en su grandeza,

y un día azul les despojé un caballo.
Sobre ese potro sideral batallo,
ebrio de luz, triunfal en la Belleza.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Los ángeles de vidrio"


Madrid, 10-03-22

EL VIAJE

Un día por fin supiste
lo que tenías que hacer,
y empezaste
a pesar de las voces
y los malos consejos
a tu alrededor—
a pesar de que toda la casa
empezó a temblar y sentiste
aquel antiguo tirón
en los tobillos.
“¡Arregla mi vida!”
gritaba cada una de las voces.
Pero no te detuviste.
Sabías lo que tenías que hacer
aunque el viento hurgara
con sus dedos rígidos
en tus cimientos—
aunque su melancolía
fuera terrible.
Ya era bastante tarde
una noche salvaje
y el camino estaba lleno de ramas
caídas, y de piedras.
Pero de a poco
mientras dejabas atrás las voces
las estrellas empezaron a arder
a través de la tela de las nubes
y una nueva voz apareció
y lentamente
la reconociste como propia
y te hizo compañía
mientras caminabas con pasos largos
más y más adentro
del mundo
decidida a hacer
lo único que podías hacer—
decidida a salvar
la única vida que podías.

MARY OLIVER
Estados Unidos-1935
De "El trabajo del sueño"


Madrid, 11-03-22

GANSOS SALVAJES

No tenés que ser buena.
No tenés que caminar de rodillas
cien kilómetros por el desierto, arrepintiéndote.
Solamente tenés que dejar que el animal sumiso que es tu cuerpo
ame lo que ama.
Contame de tu desesperanza, que yo te cuento de la mía.
Mientras tanto el mundo sigue.
Mientras tanto el sol y las piedritas claras de la lluvia
se mueven por los paisajes,
sobre los prados y los árboles frondosos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto, arriba, en el aire limpio y azul, los gansos salvajes
vuelven a casa una vez más.
Seas quien seas, no importa lo sola que estés,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como los gansos salvajes, ensordecedor y fascinante,
anunciándote una y otra vez tu lugar
en la familia de las cosas.

MARY OLIVER
Estados Unidos-1935
De "El trabajo del sueño"


Madrid, 15-03-22

ROMANCE DE LA LLUVIA

Corazón, bajo la lluvia
herido de amor te llevo;
te cerca el campo mojado,
la lluvia te dice versos,
el agua gime al caer
en tus abismos de fuego.
La roja tierra del monte
entreabre el húmedo seno;
en el regazo del valle
ríen los pétalos tersos,
y hacen blanco en el río
las flechas de los luceros.

Bajo la lluvia liviana
herido de amor te llevo;
muchas aguas han llovido
sobre tu herida de fuego;
muchas noches te han cegado,
muchas albas te han envuelto,
¡tengámonos a gustar
el dulce llanto del cielo!

Corazón, corazón mío,
descansa bajo mi pecho;
mira cómo se deshojan
las nubes de lento vuelo;
¡cierra la sangrienta boca
y dame un trago de sueño!

Descansa, viajero ardiente,
descansa, ya llegaremos
allá detrás de la lluvia
al claro allá de tu anhelo;
ya abrevarán en tu herida
aquellos labios sedientos,
ya templarán tus ardores
aquellos ojos sin tiempo,
ya bajarás al abismo
deleitoso de su pecho,
y anudarás tus latidos
a sus latidos eternos...

Corazón, bajo la lluvia
herido de amor te llevo:
por los labios de tu herida
silban rimando los vientos,
y el agua gime al caer
en tus abismos de fuego.

CONCHA URQUIZA
México-1910


Madrid, 16-03-22

SOBREVIVIENTES

Para mis amigas
Y también para las demás

Yo conozco tu locura porque también es la mía.

Somos locas rebeldes,
locas de estar vivas,
locas maravillosas,
estrafalarias, floridas.

Ovejas negras
descarriadas sin remedio,
vergüenza de la familia,
piezas de seda fina,
amazonas del asfalto,
guerrilleras de la vida.

Locas de mil edades
llenas de rabia y gritos,
buscadoras de verdades,
locas fuertes,
poderosas,
locas tiernas,
vulnerables.

Cada día una batalla,
una norma que rompemos,
un milagro que creamos,
para poder seguir siendo.

Locas solas,
tristes,
plenas.

Mujeres locas, intensas,
locas mujeres ciertas.

ROSA MARÍA ROFFIEL
México-1945
De "Corramos libres ahora"


Madrid, 17-03-22

PETICIÓN AL BUHONERO

Véndeme si puedes
un canario amarillo que cante notas rojas
los aretes que le faltan a la luna
el diente de un lagarto que no llora
un reloj que dé las 12 en mi esperanza
el blues ancestral asesorando al humo
la carrera del conejo y la tortuga
la lujuria de Blancanieves y los siete pecados capitales
las barbas de Carlos Marx y la locura de Van Gogh

Véndeme fantasías
para los niños que trabajan
y un poco de rabia para los que se conforman.

Véndeme
pero véndeme barato
la ternura
es la única moneda que me queda.

CONSUELO TOMÁS
Panamá-1957


Madrid, 21-03-22

XI
(la sandía)

Yo buscaba sin saber bien
qué era repartir aquella extensa fruta.
               Repartir la sandía – me dije –
y sacrificamos en tajadas
                          su fresca encarnadura.
Quedó abierta sobre la mesa mostrando el corazón.
¿De la tarde? ¿De la casa? ¿Del silencio?
Repartir la sandía – me dije-
es repartir una siesta de verano
                  una estación con vidrieras rojas
                                         y desierta
                  una cueva verde habitada por la sed.

AMANDA BERENGUER
Uruguay-1921
De "Identidad de ciertas frutas"


Madrid, 22-03-22

CLOTO

Afuera, en el cóncavo espejo que es Ahora
un fino entretejido se suspende: alguien
habla de dos, otros de cifras que son inmensas cantidades.
La ascendencia se pierde en estratos
que no tienen demasiada importancia.
Se nombran los caminos los pazos los pequeños jilgueros.
Se camina sonriendo por la empinada cuesta
con las botas sucias del barro del camino.
Se llenan los carrillos los rojos los sonrientes
de un aire
que ahí arriba se dice que es purísimo.
Y se habla de la guerra. Del color de la guerra.
Y aparecen los muertos, en fila, con el plato vacío
me preguntan algo que no entiendo, no entiendo qué me dicen
no entiendo que hago ahí, por qué me siguen.
Y yo no sé que hacer, y ellos tampoco.

SILVIA GUERRA
Uruguay-1961
De "La sombra de la azucena"


Madrid, 23-03-22

DE LA PROPENSIÓN A LOS OLVIDOS

La felicidad- me dijeron-
es asunto de poetas ebrios.
Útiles solo para cabalgar la luna
con todo y sus acólitos nocturnos.

Escóndete tras la puerta me dijeron.
No cruces la línea que separa al ahorcado
de su mediodía.

Huye del espejo y sus engaños
únete más bien a una legión de imágenes
promotoras de la ausencia.

Trágate tu amor al prójimo
y sus dinosaurios descalzos.
Esas utopías ya no las compra nadie.

Si descubres un vuelo de monarcas coloridas
dales la espalda
no escuches su caricia en el aire
y el escándalo de sus alas encendidas.
Podrías no recuperarte.

Ama la sombra y sigue sus instrucciones
protégete en su círculo de las tentaciones
que la luz produce.

Súmate a la sagrada ley de lo que no se mueve
eso es lo que perdura.

Todo esto me dijeron.
Pero mi desnudez no tenía bolsillos para entonces.
Tampoco una memoria para el llanto.
He seguido la ruta de las aguas
en su afán de mar y de horizonte.
Y no puedo detenerme todavía.

CONSUELO TOMÁS
Panamá-1957


Madrid, 24-03-22

EL DISFRAZ

El disfraz testimonio
de hablas no grabadas
actas no leídas

el disfraz vistiendo
una percha que escondía
un clavo oxidado

el disfraz en luto una sentencia 

muda

lo general
poco a poco
olvidando todo

el disfraz y el agujero de la bala
en la solapa de la muerte.

SANDRA SANTOS
Brasil-1964


Madrid, 25-03-22

RENACIMIENTO

A Gerardo Valencia

¿Te vamos a poblar, luna que hiciste
de nosotros neblinas delirantes,
y un espectro de ingrávidos amantes
sobre el temblor de la llanura triste?

¿Naceremos de ti, luna que viste
morir la gloria de los dioses de antes,
y disolverse en líquidos diamantes
el sueño azul que a nuestras sienes diste?

¿Vas a sentir nuestra mental congoja,
esta espina de luz que nos deshoja,
nuestra espada guerrera y su quebranto?

¡Mas si estamos tan solos todavía,
que al menos en tu blanca lejanía
palpite un ser que nos escuche el llanto!

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Himnos a la noche"


Madrid, 28-03-22

TRANCE DE LA NOCHE

Hiéreme ¡oh noche! y abre tus colmenas
subterráneas, y brisas y fluidos
adelgacen los últimos sonidos
que el sueño logra transfundir apenas.

¡Cómo son musicales tus cadenas!
¡Qué asombro el de tus magmas encendidos,
y cómo tus carismas escondidos
les dan misterio a las profundas venas!

De la albufera en que nací yo quiero
trascender y subir por el sendero
del éxtasis allá donde la vida
cambió su esencia, eternizó la calma,
y el corazón geórgico y el alma
carecen de figura y de medida.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Himnos a la noche"


Madrid, 29-03-22

VENCEDORA

¡Cuando el átomo incendie nuestros huesos
con llamas de solar temperatura,
los rastros de la horrible quemadura
sobre la Tierra quedarán impresos!

Mas detrás de los gérmenes opresos
por la térmica luz, una criatura
surgirá de la muerte en la llanura
y con sus tenues músculos ilesos

reanudará el trabajo a que la obliga
su instinto de inaudible constructora.
Y ya sin la impiedad que nos castiga,

de un nuevo mundo la clemente aurora
verá que firme ante el Dolor, la hormiga
fue del átomo cruel la vencedora!

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Himnos del Hierofante"


Madrid, 30-03-22

OTRA

Ámame con la violencia de las amantes griegas
que suelen perfumadas esperar a sus hombres
en pequeñas alcobas de tierra en las colinas
porque tengo en el alma profunda una tristeza.

Ámame con la esperanza de los sacerdotes fenicios
que solían navegar junto a sus fieles
en alocados mares de variados colores
porque tengo en la mirada serena una tristeza.

Ámame con la furia de los famosos tigres de bengala
que suelen silenciosos esperar a sus presas
en sospechosas guaridas en medio de la selva
porque tengo en la boca sedienta una tristeza.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Yo pecador"


Madrid, 31-03-22

794

Una gota cayó en el manzano -
otra - en el techo -
media docena besó los aleros -
e hizo reír los gobletes -

algunas fueron a ayudar el arroyo
que fue a ayudar al mar -
yo misma conjeturé si fueran perlas -
qué collar podría ser -

el polvo devuelto, a la ruidosa ruta -
los pájaros jocosos cantaron -
el sol se retiró el sombrero -
los arbustos - lanzaron sus lentejuelas -

las brisas trajeron flautas desanimadas -
y las bañaron en júbilo -
luego el oriente mostró una sola bandera,
y finalizó la fiesta -

EMILY DICKINSON
Estados Unidos-1830
De “Poemas


 

Selección de Poemas Editados
 

 

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