Madrid, 01-02-22

DIOS

Siento a Dios que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos. Orfandad...

Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.

Oh, Dios mío, recién a ti me llego,
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil Creación.

Y tú, cuál llorarás... tú, enamorado
de tanto enorme seno girador...
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre
debe dolerte mucho el corazón.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Los heraldos negros"


Madrid, 02-02-22

AMOR

Amor, ya no vuelves a mis ojos muertos;
y cuál mi idealista corazón te llora.
Mis cálices todos aguardan abiertos
tus hostias de otoño y vinos de aurora.

Amor, cruz divina, riega mis desiertos
con tu sangre de astros que sueña y que llora.
¡Amor, ya no vuelves a mis ojos muertos
que temen y ansían tu llanto de aurora!

Amor, no te quiero cuando estás distante
rifado en afeites de alegre bacante,
o en frágil y chata facción de mujer.

Amor, ven sin carne, de un icor que asombre;
y que yo, a manera de Dios, sea el hombre
que ama y engendra sin sensual placer!

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Los heraldos negros"


Madrid, 03-02-22

LXXVII

Graniza tánto, como para que yo recuerde
y acreciente las perlas
que he recogido del hocico mismo
de cada tempestad.

No se vaya a secar esta lluvia.
A menos que me fuese dado
caer ahora para ella, o que me enterrasen
mojado en el agua
que surtiera de todos los fuegos.

¿Hasta dónde me alcanzará esta lluvia?
Temo me quede con algún flanco seco;
temo que ella se vaya, sin haberme probado
en las sequías de increíbles cuerdas vocales,
por las que,
para dar armonía,
hay siempre que subir ¡nunca bajar!
¿No subimos acaso para abajo?

¡Canta, lluvia, en la costa aún sin mar!

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Trilce"


Madrid, 04-02-22

LXII

Alfombra
Cuando vayas al cuarto que tú sabes,
entra en él, pero entorna con tiento la mampara
     que tánto se entreabre,
casa bien los cerrojos, para que ya no puedan
volverse otras espaldas.

     Corteza
Y cuando salgas, di que no tardarás
a llamar al canal que nos separa:
fuertemente cogido de un canto de tu suerte,
te soy inseparable,
y me arrastras de borde de tu alma.

     Almohada
Y sólo cuando hayamos muerto ¡quién sabe!
     Oh nó. ¡Quién sabe!
entonces nos habremos separado.
Mas si, al cambiar el paso, me tocase a mí
la desconocida bandera, te he esperar allá,
en la confluencia del soplo y el hueso,
como antaño,
como antaño en la esquina de los novios
     ponientes de la tierra.

Y desde allí te seguiré a lo largo
de otros mundos, y siquiera podrán
servirte mis nós musgosos y arrecidos,
para que en ellos poses las rodillas
en las siete caídas de esa cuesta infinita,
y así te duelan menos.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Trilce"


Madrid, 07-02-22

LA RONDA DE ESPADAS

Por las avenidas
de miedo cercadas,
brilla en la noche de azules obscuros,
la ronda de espadas.

Duermen los postigos,
las viejas aldabas;
y se escuchan borrosas de canes
las músicas bravas.

Ya los extramuros
y las arruinadas
callejuelas, vibrante ha pasado
la ronda de espadas.

Y en los cafetines
que el humo amortaja,
al sentirla el tahúr de la noche,
cierra la baraja.

Por las avenidas
morunas, talladas,
viene lenta, sonora, creciente
la ronda de espadas.

Tras las celosías,
esperan las damas,
paladines que traigan de amores
las puntas de llamas.

Bajo los balcones
do están encantadas,
se detiene con súbito ruido
la roda de espadas.

¡Tristísima noche
de nubes extrañas:
¡ay, de acero las hojas lucientes
se tornan guadañas!

¡Tristísima noche
de las encantadas!

JOSÉ MARÍA EGUREN
Perú-1874
De "La canción de las figuras"


Madrid, 08-02-22

LOS ALCOTANES

De rudos troncos
y peñascales,
el vuelo tienden
los alcotanes.
Con rojas plumas,
con vista grave
y azules sombras,
van con donaire.
Su torvo pico,
sus ademanes,
su voz ahuyentan
robustas aves.
Y con deseos
impenetrables,
dejan del río
verdes cañares.
Por las alturas
pasan los baches,
las alquerías,
los andurriales.
Pues buscan siempre
las soledades;
llegan de ruinas
a los pilares.
Allí semejan
fuscos magnates
con intenciones
impenetrables.
Allí semejan
seres gigantes,
allí la sombra
de las edades.

JOSÉ MARÍA EGUREN
Perú-1874
De "Simbólicas"


Madrid, 09-02-22

NO FUE NUESTRA CULPA

No fue nuestra culpa si nacimos en tiempos de penuria.
Tiempos de echarse al mar y navegar.
Zarpar en barcos y remolinos
huir de guerras y tiranos
al péndulo
a la oscilación del mar.
El que llevaba la carta se refugió primero.
Carta mojada, amanecía.
Por algún lado veíamos venir el mar.

CRISTINA PERI ROSSI
Uruguay-1941
De "Descripción de un naufragio"
 


Madrid, 10-02-22

VUELTA A LA POESÍA

Otra vez vuelvo a ti.
Cansada vengo, definitivamente solitaria.
Mi faltriquera llena de penas traigo, desbordada
de penas infinitas,
de dolor.
De los desiertos vengo con los labios ardidos
y la mirada ciega
de tanto duro viento y ardua arena.
Abrasada de sed,
vengo a beber de tus profundos manantiales,
a rendirme en tus brazos,
hondos brazos de madre, y en tu pecho
de amante, misterioso,
donde late tu corazón como un enigma.
Ahora
que descansando estoy junto al camino,
te veo aparecer en cada cosa:
en la humilde carreta
en que es más verde el verde de las coles,
y en el azul en que la tarde estalla.
Humilde vuelvo a ti con el alma desnuda
a buscar el reflejo de mi rostro,
mi verdadero rostro
entre tus aguas.

PIEDAD BONNET
Colombia-1951
De "Círculo y ceniza"


Madrid, 11-02-22

LOS ABISMOS

Voy a pesar la sombra en mi balanza.
Es necesario porque yo he vivido
como un titán oscuro y sometido
a un peso agobiador de la Esperanza.

Y voy a calcular a dónde alcanza
mi exploración, lo agudo de mi oído;
mi resistencia, porque aun herido
mi cuerpo aguantador pisa y avanza.

Tengo que conocer mi fortaleza;
las iras de la luz, los mecanismos
de todo lo que acaba y lo que empieza;

lo indestructible de los muertos mismos,
y saber hasta cuándo mi cabeza
puede sufrir los últimos abismos.

 

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia
-1902
De "Osiris preludial"


Madrid, 14-02-22

PASIÓN

Unos besan las sienes, otros besan las manos,
otros besan los ojos, otros besan la boca.
Pero de aquél a éste la diferencia es poca.
No son dioses, ¿qué quieres?, son apenas humanos.

Pero, encontrar un día el espíritu sumo,
la condición divina en el pecho de un fuerte,
el hombre en cuya llama quisieras deshacerte
¡como al golpe de viento las columnas de humo!

La mano que al posarse, grave, sobre tu espalda,
haga noble tu pecho, generosa tu falda,
y más hondos los surcos creadores de tus sesos.

¡Y la mirada grande, que mientras te ilumine
te encienda al rojoblanco, y te arda, y te calcine
hasta el seco ramaje de los pálidos huesos!

ALFONSINA STORNI
(Argentina [de origen suizo]-1892)
De "Mundo de siete pozos"


Madrid, 15-02-22

AL PARTIR

Al partir, me quedan cosas que acabar,
                                                              al partir.
Salvé la gacela de la mano del cazador,
pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.
Cogí la naranja de la rama,
pero no pude despojarla de su corteza.
Me reuní con las estrellas,
pero no pude contarlas.
Saqué agua del pozo,
pero no pude servirla en los vasos.
Coloqué las rosas en la bandeja,
pero no pude tallar las tazas de piedra.
No sacié mis amores.
Al partir, me quedan cosas que acabar,
                                                              al partir.

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902
De "Últimos poemas[I.1959-1960-1961]"


Madrid, 16-02-22

DÉCIMA A MARTÍ

¡Qué muerto muerto más vivo!
¡Qué muerto, Dios, menos muerto!
¡Qué dormido tan despierto
el Martí definitivo!
¡Qué muerto muerto más vivo!
¡Qué bala mala más mala!
¡Qué bala mala la bala
que saliendo de la guerra
dejó en mitad de la tierra
al que volaba sin ala!

CARILDA OLVIER LABRA
Cuba-1922
De "Los huesos alumbrados"
 


Madrid, 17-02-22

LXIV

Como guarda el avaro su tesoro,
guardaba mi dolor;
le quería probar que hay algo eterno
a la que eterno me juró su amor.

Mas hoy le llamo en vano y oigo al tiempo
que le agotó, decir:
¡Ah, barro miserable!, ¡eternamente
no podrás ni aun sufrir!

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
España-1836
De "Rimas y Leyendas"
 


Madrid, 18-02-22

AQUELLA TARDE, AL DECIRLE

   Aquella tarde, al decirle
yo que me iba del pueblo,
me miró triste -¡qué dulce!-,
vagamente sonriendo.

   Me dijo: ¿Por qué te vas?
Le dije: Porque el silencio
de estos valles me amortaja
como si estuviera muerto.

   -¿Por qué te vas?- He sentido
que quiere gritar mi pecho,
y en estos valles callados
voy a gritar y no puedo.

   Y me dijo: ¿Adónde vas?
Y le dije: Adonde el cielo
esté más alto, y no brillen
sobre mí tantos luceros.

   Hundió su mirada negra
allá en los valles desiertos,
y se quedó muda y triste,
vagamente sonriendo.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
España
-1881
De "Rimas"


Madrid, 21-02-22

SEGUNDO COMENTARIO
3

Tirana mente mía,
mente creada,
único continente capaz de lo increado,
templo de Dios.

Tal si yo encierro,
a través de una lente,
en pequeñita caja,
todo el fuego del astro de la vida,
allí se reconcentra, diminuto,
tanto que la materia
arde.
Sí, mi intuición de Dios
es muy pequeña,
mas
cuando yo pienso "Dios",
allí, en pequeño foco,
representado está mi Dios inmenso,
y me escuece,
y me abrasa.
La carne se me abrasa,
y el alma casi vuela, como un humo
azul hacia el azul.

DÁMASO ALONSO
España-1898
De "Hombre y Dios"


Madrid, 22-02-22

COMO UN CLAVEL BLANCO

Como un clavel blanco se abre el núcleo
la luz se extiende por los jardines del átomo,
y toda la humanidad -y no sólo los más inquietos-
             se contemplará en el espejo de la poesía.

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902
De "Últimos poemas[I.1959-1960-1961]"


Madrid, 23-02-22

MAÑANA

Hombre que cayó de mi cintura
y tengo a la distancia del lucero,
te invito ahora a la caricia pura
por si ya pronto de verdad me muero.

Si para entonces en el patio sientes
que salta alguna flor desde el cantero
seré yo misma en pétalos lucientes
que de mano imposible me apodero.

Y si la hierba llora como herida
y si el trino seráfico aunque en guerra
alza su amor de música escondida

seré también el ojo que no cierra,
sangre ya desbordándose de tierra,
hueso enamorado aún de la vida.

CARILDA OLVIER LABRA
Cuba-1922
De "Todos los días (Acta lírica)"
 


Madrid, 24-02-22

SONETO A MATANZAS

No cambié tu paisaje por miserias.
La luz con que apareces me da cita.
Acógeme como a otra estalactita
que vive de agua tuya en las arterias.

Si me quedé sin besos y desnuda,
si estoy sin madre aún, aquí escribiendo,
fue por tu amor tremendo
y te lo digo antes de estar muda.

Mas si un día la muerte se disloca
y queda roto el canto de esta boca
lejos de tus orillas y esperanzas,

como un sinsonte agónico, abolido,
yo volveré arrastrándome a tu nido
para ser sólo el polvo de Matanzas.

CARILDA OLVIER LABRA
Cuba-1922
De "Todos los días (Acta lírica)"


Madrid, 25-02-22

EL HOMBRE VUELVE SIEMPRE
SIEMPRE VUELVE EL AMOR

Volver para atrapar en el abismo tu risa del amor.
Risa furtiva,
encuentros a flor de piel fuera del tiempo.

Inconcebibles figuras,
floresta brutal donde se oculta el pálido estallido.
Un bien, un mal, una tenue esperanza
y, al final, los besos a tierra.

Toda la alegría de morir por vos
intensa, ciega,
color de claveles en plena primavera.
Un color natural,
tu boca,
tus dientes,
tu blancura infernal,
virgen del ocio, virgen de los flujos.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina
-1940
De "El amor existe y la libertad"



 

Selección de Poemas Editados
 

 

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