CIGÜEÑAS SOBRE EL ACUEDUCTO
DE MÉRIDA
¿Era el
verano Ya...? Ricas, ingentes,
cuajadas de racimos de luz, dueñas
ya de la misma luz, eran las peñas
árboles casi o levantadas fuentes.
Bebía el mar de Dios los afluentes
vuelos, y batidoras, níveas señas
ponían en los arcos las cigüeñas,
graves, ancladas, mágicas, ausentes.
Digo que parecía ya el verano,
pero la Primavera con su mano
poderosa cuidaba el verde lecho...
Y aún a mí que, cayendo de mi estío,
sentí la piedra del corazón mío
coronada de luz dentro del pecho.
JOSÉ GARCÍA NIETO
España-1914
De "Geografía es amor"
COMO DOS ASTROS
Como dos
astros errantes
que e han unido por su errar
nuestros errores nos acercan
nuestros errores nos separan
Como dos astros errantes
que se deslizan por amor
nuestras miradas nos atraen
nuestras miradas nos rechazan
Como dos astros errantes
que se separan para ver
la sed el hambre el sol la furia
nuestros caminos encontrados
En lo profundo de los cielos
en el silencio de la luz
como dos astros errantes
morimos renacemos
RODOLFO
ALONSO
Argentina-1934
De “Señora vida”
ANTES DE SALIR
Antes de
salir
até a mi mujer
y me fui a jugar
al casino central.
Al llegar, la vi,
la suerte estaba ahí
esperando la pobre
la locura de un hombre.
Tomándola del cuello
le dije ferozmente:
“He atado a mi mujer
y vengo por mi muerte”.
La suerte, emocionada,
pidió champaña helado.
Bebimos y jugamos
hasta el amanecer.
Tierna, me preguntó
si yo había ganado
y yo le contesté,
libre y enamorado:
“He ganado, ganado
la vida, hoy he ganado,
mi mujer está atada
y la suerte me ama.”
Después al mediodía
con mi mujer comiendo,
le dije: “Tuve un sueño
donde Ella me amaba.”
Mas al anochecer
golpearon mi ventana
y la suerte me dijo:
“Comienza la mañana
tú eres un jugador
ya dormir no podrás
vendré todas las noches
a llevarte conmigo
y hacer en el casino
delante de la gente,
un amor con los números
de comprensión y fe.
Yo te diré despacio:
el 15, el 19, el 22, el 30
y tú, pequeño hombre,
querrás que salga el 9,
empecinado y terco,
como cuando eras fiel.”
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Carnaval de la tercera edad”
MI VERSO, TE LO REPITO
Mi verso, te
lo repito,
En los bosques quiere embriagarte.
Robaron tu lira los faunos
Y han puesto en su sitio un oboe.
Vete. Comenzó la fiesta.
Pica el pájaro la siembra;
La abeja de rocío está ebria;
Mayo sonríe entre flores.
Lleva a tus dos camaradas,
Las almas gala y latina;
No pienses que te degradas
Entre lavanda y tomillo.
Sé ágil sin ser descarado;
Entra jovial en el valle;
Apura el vaso de Virgilio,
Retén por la manga a Villon.
Beberás de la copa hasta el borde
Y esto Pan se lo encargó
A la Jeanneton de La Fontaine
Que Horacio llamaba Lalage.
Te aguardan. La flor se inclina
En los antros del diluvio;
Y Sileno, a cada mordisco
Se interrumpe por ver si llegas.
VÍCTOR HUGO
Francia-1802
De "Lo que dice la boca de sombra
y otros poemas"
IMAGINACIÓN
¡Imaginación!
¿Quién podría cantar tu poderío?
¿Y quién describiría la velocidad de tu carrera?
Elevándonos a través del aire para encontrar la radiante morada,
El empíreo palacio del tronante Dios,
Sobre tus alas aventajamos al viento,
Y dejamos atrás el rodante universo.
De estrella a estrella el ojo mental vaga,
Mide los cielos y recorre las regiones superiores;
Allí en un panorama abarcamos el magnífico todo,
O con nuevos mundos asombramos el alma infinita.
PHILLIS WHEATLEY
Senegal 1753
MOTIVO PARA UNA CAJITA DE MÚSICA
En otoño, las
calles,
en el barrio, se tiñen
de una especial atmósfera, de silencio con alas.
Casi con el aroma de un estío
apenas olvidado.
Son calles como sueños
pero despiertas, lúcidas.
Soñar es estar vivo.
Siempre amaré estas calles, con su color de pueblo,
cuna de la esperanza, camino del recuerdo.
Sus tendidos crepúsculos y sus mañanas altas
me dieron el fervor. Yo les devuelvo sueños.
El poema es un sueño.
En otoño, las calles…
En otoño, las calles
melancólicas sueñan
que viven porque saben
que saben porque sueñan.
RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Argentina-1905
De "Todos los hombres del mundo son
hermanos"
ELLA SE PROLONGA
ella se
prolonga en sus ojos y manos tendidos
hacia los trenes que pasan muy cerca
en el silencio batido incesantemente
por un sueño frío
por una fría locura sin amparo
tú que sabes
contar
y estás de pie
y en tu alma recompones el amanecer
y simulas el recuerdo
la unitaria claridad de los días sobrevenidos
sientes la presencia
de una memoria rota
de una sonrisa a la deriva
de unas manos
de un vuelo
de un breve valle que ardió en el ocaso
¿cómo decir que ya no está el fuego
y las paredes caen y pasa el viento entre las
sombras?
tú puedes ser nombrado y miras simplemente
como un viajero más
hacia los altos
pero allí quedó
-es vano el ocultarlo-
la sangre que trepaba al sol en el verano
allí quedaron sus ojos deslumbrados
y un alba común
anochecida
EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De "La claridad y otros poemas"
CONOZCO LA HORA
Conozco la
hora en que el rostro impasible
es cruzado por una áspera mueca:
en él ha surgido fugazmente una pena invisible.
Pero nadie lo advierte en la calle atestada.
Vosotras, mis palabras, en vano traicionáis
el secreto dolor, ese viento que sopla en el corazón.
La única razón es de quien calla.
El canto que solloza es un canto de paz.
EUGENIO MONTALE
Italia-1896
De “La casa de los
aduaneros y otros poemas”
CASI UNA FANTASÍA
Amanece, lo
presiento
por una claridad
de plata vieja en las paredes:
un resplandor vetea las persianas.
El sol está otra vez por despuntar
pero no trae esas difusas voces,
los ruidos habituales.
¿Por qué? Pienso en un día encantado,
y me compenso del carrusel
de las horas iguales. Desbordará,
involuntario mago, la fuerza que me colma
desde hace tanto tiempo. Me asomaré,
entonces,
derrumbaré altas casas, desnudas avenidas.
Frente a mí tendré un país de nieve
inmaculada
pero leve, como tejida en un tapiz.
Desde el cielo algodonoso resbalará un lento rayo.
Selvas y colinas, llenas de una luz invisible,
cantarán la alabanza de los felices regresos.
Leeré con alegría
los negros signos de las ramas
sobre la claridad
como si fuese un alfabeto elemental.
Delante mío, de pronto, todo el pasado
habrá comparecido.
Ningún sonido turbará
esta alegría solitaria.
Algún pájaro
cruzará por el aire,
se posará en un poste.
EUGENIO MONTALE
Italia-1896
De “La casa de los
aduaneros y otros poemas”
SIEMPRE
está tan
cerca
bastaría
una mirada
o quizás
un brazo amante
y sin embargo
se sumerge
viaja
y no conservo nada
entre mis manos
pero está muy cerca
ha vuelto
existe
alguien podrá mirarla
y la tendrá
sobre el largo viento
y la ribera
es otro su camino
lejos
como antes
de la flor
y la confianza
el agua la retiene
entre sus calles
está muy cerca
amante
libre
enamorada
la luz la lleva
hacia otro cauce
siempre
EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De "La claridad y otros poemas"
XI
Te llamaré y
el viento se llevará tu nombre.
¿Qué harás, ahora, cuando ya todo está perdido?
Qué hombres llegarán a ti sin comprenderte,
qué palabras extrañas, qué cosas sin sentido...
Tan triste yo, tan solo, tan lejano del mundo.
Y apenas tu recuerdo para estar a tu lado.
¿Por qué perderte ahora que se aleja el otoño
y las sombras quisieran comenzar en tus manos?
Perdida para siempre, perdida ya, perdida,
como una estrella más, imposible, lejana,
puedo seguir queriéndote mientras esté presente
este desvanecido recuerdo que dejaras.
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927
De "La rosa del poeta y otros poemas y
aforismos"
PASAS CON TANTA MARAVILLA
Pasas con tanta maravilla, como viéndote,
haciéndole al mirar tanta hermosura,
tanta alegría al mundo, tanto ruido
al vivir, que la calle está de fiesta
sólo porque tú pasas
dejando rápidas banderas
entre las ramas encendidas,
deshechos laberintos,
ventanas rotas de no estar abiertas.
El sol te adora, la sombra te completa.
Viéndote, se comprende por qué cantan los pájaros,
por qué es azul el cielo, por qué es azul el mar.
Tú atraviesas el tiempo, la sed, la nada, el fuego,
los grandes cataclismos, los desiertos sin fin,
tú que sin comprender seguirás siendo bella.
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927
De "La rosa del poeta y otros poemas y
aforismos"
JUSTAMENTE
Justamente,
esa parte llegada del cielo es el poema.
Esa parte inhabitable del cielo que, a pesar de
tus maniobras por huir de ella, por estar con
los otros, siempre termina por ser tu casa.
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927
De "La rosa del poeta y otros poemas y
aforismos"
ANHELO
¡Oh!
dónde está ese mundo que soñé
Allá en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que mi mente orlé
De blancas flores?.... Todo fue quimera!
Hoy de mí misma nada me ha quedado,
Pasaron ya mis horas de ventura,
Y sólo tengo un corazón llagado
Y un alma ahogada en llanto y amargura.
¿Por qué tan pronto la ilusión pasó?
Por qué en quebranto se trocó mi risa
Y mi sueño fugaz se disipó
Cual leve nube al soplo de la brisa....?
Vuelve a mis ojos óptica ilusión,
Vuelve, esperanza, a amenizar mi vida,
Vuelve, amistad, sublime inspiración....
Yo quiero dicha aun cuando sea mentida.
DOLORES VEINTIMILLA
Ecuador-1829
LA MUJER AZUL
Se mojó
la mano en el mar.
Se volvió azul, la mano.
Le gustó.
Se zambulló desnuda en el mar.
Se volvió azul.
Azules también su voz y su silencio.
La mujer azul.
Todos la admiraron.
Nadie la amó.
YANNIS RITSOS
Grecia-1909
De "Testimonios II y III"
Versión de Román Bermejo
ALEJAMIENTO
Desapareció al fondo de la calle.
La luna había salido ya.
Un pájaro sonó entre los árboles.
Una historia corriente, simple.
Nadie había notado nada.
Entre las dos farolas,
un gran charco de sangre.
YANNIS RITSOS
Grecia-1909
De "Testimonios II y III"
Versión de Román Bermejo
MARAVILLOSA VIDA
Maravillosa vida que me has dado
alma tan larga y triste.
Maravillosa vida que me diste
la eternidad de haberme enamorado.
Amo la tierra donde me pusiste
con áspero cuidado,
la juventud de ardor apasionado
que me funde con todo lo que existe.
Violenta madre mía,
quiero llorar desde tu vientre ardido
mi nacimiento de cada día.
Dichosa desventura
en todo me enardece y nada olvido.
Yo soy tu agradecida criatura.
MARÍA ELENA WALSH
Argentina-1930
De “Baladas con ángel”
EVOCACIÓN
Aquel café de barrio, destartalado y
frío,
testigo silencioso de nuestras confidencias,
extremo de rigores, conjunto de inclemencias,
que sólo caldeaban tu corazón y el mío.
Viejo café de barrio, adonde yo acudía,
donde tú me esperabas con el alma impaciente,
y cada vez, al verme, coronaba tu frente
con un halo de luz la fugaz alegría.
Con nostálgico afán en vano te he buscado
queriendo en tus vestigios revivir un pasado
que inexorablemente para mí se ha perdido.
Nadie de ti sabía, todo estaba cambiado:
tus muros, tu recinto, la sombra de Machado
como un girón de niebla han desaparecido.
PILAR DE
VALDERRAMA
España-1889