Madrid, 4-11-19

EL MUERTO ALEGRE

En una tierra fértil y llena de caracoles
Quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
Donde pueda a mis anchas tender mis viejos huesos
Y dormir en el olvido como un tiburón en el agua.

Odio los testamentos y odio las tumbas;
Antes de implorar una lágrima del mundo,
Vivo, preferiría invitar a los cuervos
A sangrar todos los trozos de mi inmunda carcasa.

¡Oh gusanos! Negros compañeros sin oreja y sin ojos,
Viene hacia vosotros un muerto libre y alegre;
Filósofos vividores, hijos de la podredumbre,

A través de mi ruina pasearos pues sin remordimientos,
Y ¡decidme si queda aún alguna tortura
Para este viejo cuerpo sin alma y muerto entre los muertos!

CHARLES BAUDELAIRE 
Francia-1821
De “Las flores del mal”
Traducción: Claire Deloupy


Madrid, 5-11-19

EL INTRUSO


Como si equivocara el tiempo
Su trama de los días,
¿Vives acaso los de otro?
Extrañas ya la vida.

Lejos de ti, de la conciencia
Desacordada, el centro
Buscas afuera, entre las cosas
Presentes un momento.

Así de aquel amigo joven
Que fuiste ayer, aguardas
En vano ante el umbral de un sueño
La ilusa confianza.

Pero tu faz, en el alinde
De algún espejo, vieja,
Hosca, abstraída, te interrumpe
Tal la presencia ajena.

Hoy este intruso eres tú mismo,
Tú, como el otro antes,
Y con el cual sin gusto inicias
Costumbre a que se allane.

Para llegar al que no eres,
Quien no eres te guía,
Cuando el amigo es el extraño
Y la rosa es la espina.

LUIS CERNUDA
España-1902
De “Vivir sin estar viviendo”


Madrid, 6-11-19

CUANDO UN HOMBRE CANTA

Cuando un hombre canta
toda la creación canta con él.
Cuando un hombre canta
todos los hombres cantan a través de él.
Cuando un hombre canta
canta para siempre.
Amén.

HÉCTOR YÁNOVER

Argentina-1929

De “Sigo andando
 


Madrid, 7-11-19

OASIS

¡Qué ruido sin voces!,
¡qué sol sin astro!,
¡ay, qué alegría triste!,
¡qué desierto tan lleno y tan sin sombra!

... Y el árbol solo de mi alma crece
raudo, y con sus ramajes ideales
lo va guardando todo;
y su silencio húmedo
tiende sobre el desierto seco
y lleno todo,
un campo, nido eterno
de soledad, de paz y de dulzura.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
E
spaña-1881
De “Diario de un poeta recién casado


Madrid, 8-11-19

LA MUJER Y YO
9

Un día le confesé que estaba triste
que un dolor proveniente del alma
me dolía, punzante, en el costado.
Ella me miró con incredulidad
no podía entender que a mí, también,
me pasaran esas cosas y además,
el dolor se detuvo para escucharla
cuando con algo de rabia dijo:
Justo ahora se te ocurre enfermarte,
con las cuentas impagas,
la casa hipotecada
y yo querido, aún, insatisfecha.
Yo, tomándome el corazón con ambas manos
para que no saliera corriendo de mi pecho,
le dije suspirando ¿insatisfecha de qué?
y ella, rápidamente dijo: Dinero y sexo,
eso está bien al lado tuyo,
pero yo quiero luchar por mi libertad

quiero forjar un mundo sin sexo y sin dinero
entiendes, querido?
sexo y dinero tiene todo el mundo
pero ya nadie tiene libertad,
así que, sin medir las consecuencias,
desde hoy mismo me declaro en libertad.
Aquí, en mi casa,
delante de mis seres queridos
rompo las cadenas que, hasta hoy,
me ataban al mundo
y tomo los caminos del poema.
Yo estaba emocionado pero confuso,
la declaración de su libertad
era algo que yo estaba pensando
pero hablarme de esa manera
justo en el centro del dolor,
no me gustó su modo de liberarse
y al pensar en otras mujeres
no tuve más dolor y me di cuenta
que era capaz de sufrir del corazón,
con la intención de esclavizarla.
Su libertad me había devuelto el corazón.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La mujer y yo”


Madrid, 11-11-19

LLUVIAS

A Katherine y Francis Biddle

I

El baniano de la lluvia se asienta sobre la Ciudad,
Un polípero veloz sube a sus bodas de coral en toda esta leche
   de agua viva,
Y la Idea desnuda como un reciario peina en los jardines del
   pueblo su pelambrera de muchacha.

Canta, poema, en el pregón de las aguas la inminencia del tema,
Canta, poema, en la presión de las aguas la evasión del tema:
Una alta licencia en las entrañas de las Vírgenes proféticas,

Una eclosión de óvulos de oro en la noche leonada de las ciénagas
Y mi cama hecha, ¡oh fraude!, en los linderos de un sueño semejante,
Allí donde se aviva y crece y se pone a girar la rosa obscena del poema.

Señor terrible de mi risa, he aquí la tierra humeante con sabor a carne
   de caza,
La arcilla viuda bajo el agua virgen, la tierra lavada del paso de los
   hombres insomnes,
Y, olida de más cerca como un vino, ¿no es verdad que ella provoca
    la pérdida de la memoria?

¡Señor, Señor terrible de mi risa!, he aquí el envés del sueño sobre
   la tierra,

Como la respuesta de las altas dunas a la estratificación de los mares,
   he aquí, he aquí
La tierra consumida, la hora nueva en pañales, y mi corazón visitado
   por una extraña vocal.

SAINT-JOHN PERSE
Guadalupe (Colonia francesa) -1887
De “Exilio


Madrid, 12-11-19

SIN DESPEDIDA

Y llegaré sonriendo a los noventa,
novia que nunca se acostó temprano,
con el verso caído de la mano
y un lápiz que maté sin darme cuenta.

Verdad que a cada estrella puse nombre
y perdoné al dolor que me maldijo.
Si estuve atravesada por el hombre
espero todavía por un hijo;

pero a mis soledades no confundo
con el tedio, no al dardo con la herida
y sigo enamorada de este mundo.

Si Dios me encuentra, sin querer dormida,
que en el regalo de su amor profundo
me devuelva otra vez para la vida.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Todos los días (Acta lírica)”


Madrid, 13-11-19

CIUDAD SEPULTA

Ciudad siempre sepulta
bajo mi pensamiento,

como en las aguas sólidas
de un congelado océano.

Envuelta en hoscas brumas
de antárticos inviernos,

tus soles son de sombra;
de mármol tu silencio.
Ciudad sacrificada.
Metrópoli de hielo.

Yo vi rodar tus pórticos
y tus columnas de ébano,

y el pórfido y las cúpulas
de los dorados templos.
Ciudad petrificada.
Ciudad sin voz ni tiempo

ni lábaros de júbilo:
¿qué sangre está cayendo

sobre tu destrucción,
como diluvio eterno?

Exánimes espadas
y escudos macilentos;

arriados pabellones
y púrpuras y cetros,

se pudren en tus bóvedas,
contra los muros ciegos.

¿Qué ignoto capitán
desmanteló tus cielos?

¿Qué lívido enemigo
te sepultó en lo inmenso
de todas mis catástrofes?
Ciudad que entre los muertos

presides, desde el zócalo
de tus glaciales templos.
Ciudad sin estandartes:
cautiva entre mis sueños,

escucho tu clamor,
debajo de mis piélagos
Ciudad envuelta en brumas:
mi sangre está cayendo

sobre tu destrucción,
como diluvio eterno.
Ciudad desesperada.
Metrópoli de hielo.

GERMÁN PARDO GARCÍA

Colombia-1902

De “Claro abismo


Madrid, 14-11-19

LOS DESTINOS DEL VIENTO

Dejad que el viento cumpla sus destinos:
moverse, trasladarse, abrir banderas;
agitar escorpiones, cabelleras,
rizar el agua, embellecer los pinos.
Abriole esos balcones ponentinos;
esas trojes y aljibes y vidrieras
sinfónicas de luz, y las soleras,
y que el viento deslúmbrese de vinos.

Dejad que cante y que al fluir se encrine;
que su garganta de cristal empine
y que cante en la altura y lo profundo

Que dance con divino encantamiento.
Dejad que encumbre el cristalino viento
las materias inmóviles del Mundo.

GERMÁN PARDO GARCÍA

Colombia-1902

De “Osiris preludial


Madrid, 15-11-19

MÁS ALLÁ

Más allá del Silencio la Armonía.
Más allá de las Formas la Presencia.
Más allá de la Vida la Existencia.
Más allá de los Gozos la Alegría.
Más allá de la Fuerza la Energía.
Más allá de lo Puro a Inocencia.
Más allá de la Luz la Transparencia.
Más allá de la Muerte la Agonía.
Más allá, más allá, siempre adelante.
Más allá, en lo Absoluto, en lo Distante,
donde la llama se apartó del leño

a fulgir por sí misma en la figura
de un Infinito ya sin Amargura.
Y más allá de lo Infinito el Sueño.

GERMÁN PARDO GARCÍA

Colombia-1902

De “Osiris preludial


Madrid, 18-11-19

AMARLA ES DIFÍCIL

Es buena, cuando duerme;
el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio
que remonta los sueños.

Cuando calla, es buena
y su voz una premonición olvidada y peligrosa
que arruina el silencio.

Cuando grita o llora
o se lamenta o se divierte o se cansa,
nada puede contener
este dolor alegre que envenena
mis sueños y mi soledad.
Por eso es difícil pensar
en ella, en su cara bondadosa;
abandonarse; por eso
es una cobardía retenerla
y dejarla ir, una pavorosa crueldad.
A veces, cuando lo pienso,
no sé qué hacer con ella,
con este destino luminoso.

FRANCISCO URONDO
Argentina-1930
De “Del otro lado” 


Madrid, 19-11-19

TINIEBLAS PARA MIRAR

Veo tus intenciones y tus actos
triunfales por crecer; adivino el parpadeo, veo
y quisiera descansar
un poco, se entiende. Veo los tiempos
ocultos, las intenciones
del mal y viceversa. Veo palabras que no fueron
articuladas, escenarios, disfraces vulgares,
caracterizaciones. Veo
jactancias, humildades
apócrifas y bastante
sufrimiento disimulado. Veo la luz
compartida de las inconsciencias, veo,
veo, una ramita, de qué color: no puedo decirlo. El
tamaño, la disposición, las significaciones, las alegrías
se disuelven, se resbalan en los aceites que hierven
y respiramos sin tocar, para no ir quemando estos ardidos
corazones, este impromptus venéreo como
las mejillas, como las ramas de qué colores
insignificantes, de qué adioses
aterrados, más que de frío, por los calores iniciales del miedo.

FRANCISCO URONDO
Argentina-1930
De “Poemas póstumos”


Madrid, 20-11-19

EL ÁRBOL DE LA VIDA

Una cisterna me ha descubierto
la cara del futuro. No hay bemoles
ni demonios más allá del agotamiento; ni figuras
consulares, ni ternura que vuele siquiera
como una transpiración sobre el horizonte luminoso.

Miro el pantano, la cisterna
que me rodea. La mirada
que no vislumbro, la acacia que no huelo: ay hijos
míos, cómo pensaba no quejarme, cómo
odiaba todo lamento; pero queja
y batalla suenan en la misma campana,

especialmente cuando miramos
el tiempo de derecha a izquierda, de adentro
hacia atrás y vuelan
los aires ambiguos, las luces
cruzadas del pecado de Alejandría.

FRANCISCO URONDO
Argentina-1930
De “Poemas de batalla”


Madrid, 21-11-19

"RUISEÑOR DEL LODO"

Corbière

¿Por qué bajas los párpados?

Ya sé que estás desnudo,
pero puedes mirarme con los ojos tranquilos.
Los días nos enseñan que la fealdad no existe.

Tu vientre de canónigo
y tus manos reumáticas,
no impiden que te pases la noche en los pantanos,
mirando las estrellas,
mientras cantas y oficias tus misas gregorianas.

Frecuenta cuanto quieras el farol y el alero.
Me entretiene tu gula
y tu supervivencia entre seres recientes:
"parvenus" de la tierra.

Pero has de perdonarme
si no te doy la mano.
Tu tienes sangre fría.
Yo, demasiada fiebre.

OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Persuasión de los días”


Madrid, 22-11-19

EL RECIÉN LLEGADO

aquel espejo
el recién venido
todavía los rostros de quienes se embarcan y vuelven
y arrojan al mar sus sombreros
recuerdos sueños a la luz del sol
a la luz del sol el recién venido
mientras ellas se asoman
y sus sonrisas caen
se vuelan
se enredan en el pasado en el presente
en el aire de un corazón que revive
el recién llegado
entra en el café
se sienta junto al sol
y viaja al espejo
a la canción perdida
en la última visita
en el saludo al pueblo que dejó atrás

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “El día” 


Madrid, 25-11-19

EL PRIMER DIA DE
PRIMAVERA EN LA MAÑANA

El primer día de primavera en la mañana
hincábamos nuestras rodillas en la arena 
y nos despedíamos para siempre
                                            de aquellos 
que habían muerto en el invierno.

Faride, la abuela
tomando a los más pequeños de la mano 
mostraba el mar y les decía: 
el mar está maldito,
mata a nuestros hombres por placer 
su perversidad no tiene límites. 
El llano nos espera.
Nuestro porvenir
                         la guerra
                                     contra el llano.
Dominaremos la pradera.

Todo era difícil sin violencia
Faride empecinada
quería que los elegantes hombres del llano 
casaran con nuestras mujeres.
Todo era difícil
cuando con lo único que contábamos 
era con el amor.
Faride empecinada
montada en un caballo blanco 
como la nieve de los Alpes, 
abrió sus brazos hacia el cielo 
estrelló su mirada contra el enemigo 
y ordenó avanzar.
Avancemos
                 hijas
                        todo está perdido.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Yo pecador”


Madrid, 26-11-19

JUNTO CON LA BATALLA
PERDIMOS TODAS LAS
ESPERANZAS

Junto con la batalla perdimos todas las esperanzas.

Me ofrecieron para quedarme con ellos 
un arcón lleno de libras esterlinas 
y una muerte segura en el mar 
al amanecer, un día de tormenta.

Faride permanecía en silencio
y un gesto de dolor cruzaba su rostro.

Me ofrecieron impregnar mi cuerpo 
con olor a jazmines para siempre 
regalarme una capa de seda natural 
y un anillo que atestiguara mi poder.

Faride rasgó sus finas vestiduras 
para mostrar su pecho acribillado 
por la metralla enemiga.

Hijo mío
en el mar no hay destino para los hombres.

Viajarás por el desierto hacia el sur 
cruzarás el misterioso océano 
hasta llegar al Río de la Plata. 
Cerca de sus orillas fundarás tu ciudad. 
Te nacerá un hijo en primavera 
que llamarás Miguel.
Pondrás en su piel el color de los olivos
y en su mente el poder de descifrar los sueños.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Yo pecador”


Madrid, 27-11-19

LLEGASTE EN UN BARCO CUALQUIERA

Llegaste en un barco cualquiera 
en tercera, con otros inmigrantes. 
Con piedras y viejas maderas de cajones 
pusiste, en Barracas, tu ciudad.

En tu primera carta a Faride le decías: 
que estabas en el sur 
le hablabas de tus amigos los feriantes 
como si hablaras de guerreros.

Faride Faride estrella luminosa
tengo en mi corazón tu pecho ametrallado.

Aquí estoy en el sur
donde el amor sólo acontece al amanecer 
cuando recuerdo tu mirada.

Del Río de la Plata puedo decirte
que es ancho y generoso como nuestro mar 
sin embargo
no tiene embarcaciones 
y nadie muere en él a causa de la pesca.

 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Yo pecador


Madrid, 28-11-19

TORO SENTADO EL VISIONARIO -I-

Aquí,
        toro sentado,
                           amante del silencio.
Miro el sol,
                 es el atardecer, 
                                       y sé, 
que todo es efímero.
                              Vendrán eras atómicas, 
y arrancarán de cuajo nuestro reino,
del centro de la tierra.
                                  El sol caerá,
como un fruto podrido,
 como un pájaro herido,
                                    en pleno vuelo.
Detrás de las colinas
                               veo para el hombre,
 sangre y basura,
                         un silbido helado y nocturno.
Aquí,
        sentado,
                    amante,
                               toro del silencio,
veo para el hombre,
                              detrás de las colinas.
                                                             La muerte.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Canto a nosotros mismos también somos América"


Madrid, 29-11-19

42

La voz también hace sombra.
Su contorno se dibuja
a contraluz del silencio
sobre la piel oculta del hombre,
sobre ese acosado territorio de temblores
donde nada hace sombra.

La sombra de la voz
no depende de la luz ni de su ausencia.
La voz es la sombra que proyecta el pensamiento
para no caer en el vacío.

ROBERTO JUARROZ
Argentina-1925
De “Sexta poesía vertical” 


 

 

 

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