Madrid, 03-05-18

CANTOS A BERENICE
VIII

¿Y qué viniste a ser en esta arca impar
donde también "conmigo mi raza se termina"?
Tú, tan semejante a la naturaleza en su inminente salto
replegado en la jungla del instinto.
¿La gata de las mieses,
cautiva entre las ruedas del oscuro solsticio
que muelen hasta el último espíritu del grano?
¿La Perséfona estéril,
arrebatada por la huida del sol a los negros recintos
donde el polvo tapia las puertas y traba los cerrojos?
Si ese fue tu reverso,
¿por qué no te arrojaste de cara a los tejados de la primavera?
No hubo ninguna antorcha de rescate por ti,
ni chispas que propiciaran tu división en la progenie.
Jugaste en una vez, con los dados en blanco,
el principio y el fin de tu aventura.
Ganaste a mala luna el gato mutilado
que se pudrió al caer, noche tras noche, por el desagüe de tu sueño,
y te quedaste a solas, sin saber, en el alba del celo
-el enjambre furioso, la vibración que atruena-,
interrogando en vano a un hueso ambiguo,
a una indescifrable cabeza de pescado,
a un hermético claustro de semillas,
por si en ellos estaban el aguijón y la respuesta,
por si acaso sabían.

OLGA OROZCO
Argentina
-1920
De “Cantos a Berenice"


Madrid, 09-05-18

ELLA LO DIJO EN UN POEMA

Va pasando esta pena,
la pena de la vida,
la pena que no importa,
tú la has sentido larga,
yo la he sentido corta
y aún está distante
la tierra prometida.

A nuestro paso errante
fatal es todo empeño,
toda esperanza es muerta,
toda ilusión fallida ...

Yo guardaré tu nombre,
yo velaré tu sueño,
yo esperaré contigo los primeros albores,
yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores,
y cuando ya no quieras que camine contigo
déjame abandonada como un grano de trigo
sobre las sementeras ...

¡Déjame para siempre cuando ya no me quieras!

 

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Guatemala
-1899


Madrid, 10-05-18

EL POETA EN LA VELADA

El hombre de la vida cierra de golpe las puertas de la noche
Se olvida su intemperie gastada a fuego líquido
Se ocupa de reír.

No conoce acontecimientos ni presagios ni lunas
   macilentas ni mañanas distantes. El aire sobre sus
   hombros tiene una nueva liviandad.

Ya ni el espacio lo recuerda. Es el momento en que
   su boca esgrime lentas figuras de humo y él mira
   desde lejos su verdad fosforescente.

Toda su vida está de pie contra un piano musicador
   de misterio.
Y el vaso que sus dedos levantan contiene infinito.

ELIZABETH AZCONA CRANWELL
Argentina-1933
De "Poetas argentinos contemporáneos"


Madrid, 11-05-18

LEJANA BUENOS AIRES

todos
esperan algo
de la ciudad

todos
esperamos
un viento
un roce
una palabra

una cama de amor
un pan brillante

ah
la ciudad
que nunca
alcanzaremos

la ciudad
que nos suelta
y nos deja
solos
entre todos
temblando
esperando algo

RODOLFO ALONSO
Argentina-1934

De "Poetas argentinos contemporáneos"


Madrid, 14-05-18

PLAZA DEL CARRUSEL

Plaza del Carrusel
en el final de un bello día de verano
la sangre de un caballo
accidentado y desenganchado
corría
por el pavimento
Y el caballo estaba allí
parado
inmóvil
sobre tres patas
y la pata herida
herida y desgarrada
colgaba
A su lado
de pie
inmóvil
estaba el cochero
y también el coche inmóvil
inútil como un reloj roto
Y el caballo callaba
el caballo no se quejaba
el caballo no relinchaba
estaba allí
esperaba
y era tan hermoso tan triste tan simple
y tan juicioso
que no era posible contener las lágrimas.
Oh
jardines perdidos
fuentes olvidadas
praderas llenas de sol
oh dolor
esplendor y misterio de la adversidad
sangre y resplandores
belleza herida
Fraternidad.

 

JACQUES PREVERT
Francia-1900
De "Palabras"


Madrid, 16-05-18

EL REVISOR

Vamos vamos
Avancen avancen
Vamos vamos
A ver si dejan sitio
Hay demasiados pasajeros
Demasiados pasajeros
Aprisa aprisa
Hay otros haciendo cola
Los hay por todos lados
Muchos
A lo largo del desembarcadero
O en los pasillos del vientre de su madre
Vamos vamos apriétense un poco
Aprieten el gatillo
Todos tienen derecho a vivir
Entonces maten un poco
Vamos vamos
A ver
Sean juiciosos
Dejen pasar
Saben muy bien que no pueden quedarse aquí
Mucho tiempo
Tiene que haber sitio para todos
Un paseíto les dijimos
Un paseíto en el mundo
Un paseíto por el mundo
Un paseíto y uno se va
Vamos vamos
Avancen avancen
Sean amables
No hay que empujar.

JACQUES PREVERT
Francia-1900
De "Palabras"


Madrid, 17-05-18

LA CAÍDA

Estatua del azul, deshabitada,
bella estatua de sal,
desconocida fatalidad adonde voy con los ojos abiertos y
   la memoria a ciegas:
¿eres tú quien me llama con una gran nostalgia, fuerte como el amor?
¿eres tú quien me aspira de pronto hacia la ronca garganta de los
   siglos?
¿eres acaso tú, incesante comienzo de mi culpa?
(Oh, alma!, ¿adónde vas?,
¿adónde vas con las tinieblas y la luz como dos alas abiertas para el
   vuelo?)
Estatua del azul: yo no puedo volver.
Me exilaste de ti para que consumiera tu lado tenebroso.
Y aún tengo las dos caras con que rodé hasta aquí, igual que una
   moneda;
y la piedra que anudaste a mi cuello para que fuese dura la caída;
y la sombra que arrastro
-esta mancha de escarnio que pregona tu condena en el mundo-.
(Oh sangre!, ¿adónde vas?,
¿adónde vas como el doble de Dios y con la espada hundida en tu
   costado?)
Bella estatua de sal: tú no pueden llegar.
Te desterraste en mí para escarbarme con uñas y con dientes,
para cavar debajo de mi corazón esta tumba del cielo
donde caes y caes expiación hacia abajo y plegaria hacia adentro.
Reconoce la herida: mírala en todas partes.
Es la desgarradura con que habitas en todo cuanto miro,
el paraíso roto,
la señal del exilio que te lleva a partir y a volver a nacer en este
   mismo oficio de tinieblas,
la morada de paso para el crimen,
el pecado de muerte que te convierte en juez, en mártir y en verdugo
hasta que se desprenda en negro polvo la mascarilla última,
esa que te recubre con la cara del hombre.

¡Oh Dios, mitad de Dios cautiva de Dios mismo!
¿Quién llama cuando llamo? ¿Quién? ¿Quién pide socorro desde
   todas partes?
Hay aquí una escalera,
una sola escalera sin tinieblas para el día tercero.

OLGA OROZCO
Argentina-1920

De "Los juegos peligrosos"


Madrid, 18-05-18

TRES AMORES

Mientras tú te entretenías
mirando crecer las plantas,
yo me follé a la vecina
y creo, está embarazada.
Ayer vino a visitarte
tu amiga, Clara del Mar,
y al ver que tú no estabas
me invitó para bailar.

En medio de un vals vienés
nuestras piernas se cruzaron
y yo quise consolarla
pensando que tú no estabas.

Ella se puso a temblar
y llorando me decía:
¡No sabes cuánto la amo!
y ella ni cuenta se da.

te digo que se da cuenta
y debe estar enojada
porque tú no soportaste
que ella me amara y te amara.

Te puso como loca,
bien lo recuerdo,
haberte dado cuenta
que su amor podía con los dos.

Cuando ella te besaba
arrancaba de tu cuerpo
cóndores iluminados
y las águilas del tiempo.

Recuerdo aquella tarde,
al llegar desesperada
me dijiste dolorida:
tu mujer está pirada.

Yo te besé los ojos
y te dije sonriente
por haberlo descubierto:
ella, está loca de ti.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Carnaval de la Tercera Edad"


Madrid, 21-05-18

MAR ENEMIGO

Avanza hacia las costas airado y enemigo.
La costa es acre y árida y en su nadir ondea
un lábaro de brumas, que al horizonte orea
las orfandades grises del malecón mendigo.

Coral nocturno y algas y perlas sin abrigo,
y líquenes y yodos envía la marea.
Sobre el acantilado no hay nada que no sea
zozobra y abandonos y espumas de castigo.

Sombras a la deriva por cielos asolados.
En las rocas agudas, alcatraces anclados
custodian, como arcángeles, las criptas del mar ciego.

Mar de constelaciones heridas, que batalla
contra la sangre sola y en cuya sima encalla
en cada noche un barco de cólera y de fuego.

 

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Sacrificio""


Madrid, 22-05-18

NADA

Nada inmisericorde: tu cáliz aparece
con esplendor metálico de lívida esperanza.
Tu equilibrio en el iris lejanías afianza
y la nube en sus fondos turquesados te mece.

No vives. Eres única. Tu claridad no crece
ni disminuye; el día tu plenitud no alcanza
ni la penumbra; y todo lo que huye y lo que avanza,
ante la fría púrpura de tu unidad perece.

Para tocar tus hojas la delirante mano
se inclina sobre el pecho. Y en el calor cercano
del pulso; en las arterias; en el misterio mismo

de las constelaciones más íntimas, tú callas
y hasta en la sal que riega las soledades, hallas
los vértigos que pueden alimentar tu abismo.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Sacrificio"


Madrid, 23-05-18

MUJER EN TRAJE DE BAILE

Un aire elemental de insomne terciopelo.
Eléctricas distancias detrás de la ceniza
de la sombra inminente; y un pavor que eterniza
soledades y nombres en el íntimo duelo.

Una mujer en traje de baile. Sobre el hielo
de las suntuosas manos, el nácar agoniza.
Sus miradas esclavas en la noche cobriza
reconcentran abismos de amargura y de cielo.

En sus hombros de luto la tiniebla está sola.
En el raso del traje, -taciturna corola
sobre azules escarchas-, la ansiedad está viva.

Y cuando el claroscuro dibuja su certeza,
el iris de un relámpago le inviste la cabeza
y adorna en el silencio su palidez cautiva.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Sacrificio"


Madrid, 24-05-18

BOSQUE NOCTURNO

Soportan sus raíces las tinieblas ardientes.
En sus tupidos ébanos la oscuridad lo asila,
y en sus deformes frondas la esclavitud destila
de endemoniados filtros los zumos decadentes.

Sus árboles dialogan palabras penitentes.
Hay ramas como cruces en su impiedad tranquila.
De pronto, un aire denso lo azota y aniquila
parásitas y lagos de túrbidos relentes.

Los ojos no lo han visto jamás; la inteligencia
no labra sus figuras de amarga transparencia.
Como la noche misma, salió de los nublados.

Su vértice en mis sueños clava una estrella roja,
y el dolor del silencio sus prisiones arroja
contra una soledad de pórticos cerrados.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Sacrificio"


Madrid, 25-05-18

YO IRÍA CON USTED A UN HOTEL POBRE

Yo iría con usted a un hotel pobre.
Puede que entonces se desvaneciera
entre mis fémures.

Aunque le recuerdo
en aquel frac cuando cantaba,
hoy le prefiero en su traje de hierba
y no cambio esta desnudez
por aquella de antes.

Yo iría con usted a un hotel pobre.
Sólo para abrazarle a escondidas
de los vivos
para decirle que estoy pura
como el ángelus,
que he cuidado sus armas y sus libros,
que su memoria está en orden
y que le amo.

Pero usted se ha acostumbrado a su noche
y no se da vuelta
ni cuando yo rompo la tierra,
porque de verdad cree que está muerto.

CARILDA OLIVER LABRA
CUBA-1922
De "Se me ha perdido un hombre"


Madrid, 28-05-18

ABSOLUTA

Color de ropa antigua. Un julio a sombra,
y un agosto recién segado. Y una
mano de agua que injertó en el pino
resinoso de un tedio malas frutas.

Ahora que has anclado, oscura ropa,
tornas rociada de un suntuoso olor
a tiempo, a abreviación... Y he cantado
el proclive festín que se volcó.

Mas ¿no puedes, Señor, contra la muerte,
contra el límite, contra lo que acaba?
Ay! la llaga en color de ropa antigua,
cómo se entreabre y huele a miel quemada!

Oh unidad excelsa! Oh lo que es uno
por todos!
Amor contra el espacio y contra el tiempo!
Un latido único de corazón;
un sólo ritmo: Dios!

Y al encogerse de hombros los linderos
en un bronco desdén irreductible,
hay un riego de sierpes
en la doncella plenitud del 1.
¡Una arruga, una sombra!

 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Los heraldos negros"


Madrid, 29-05-18

EL TÁLAMO ETERNO

Sólo al dejar de ser, Amor es fuerte!
Y la tumba será una gran pupila,
en cuyo fondo supervive y llora
la angustia del amor, como en un cáliz
de dulce eternidad y negra aurora.

Y los labios se encrespan para el beso,
como algo lleno que desborda y muere;
y, en conjunción crispante,
cada boca renuncia para la otra
una vida de vida agonizante.

Y cuando pienso así, dulce es la tumba
donde todos al fin se compenetran
en un mismo fragor;
dulce es la sombra, donde todos se unen
en una cita universal de amor.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Los heraldos negros"


Madrid, 30-05-18

POCO ANTES NADA,
Y POCO DESPUÉS HUMO

Ay más que sangre somos
huesos, cal que nos roe
lágrima a lágrima.
Huesos encorvados por el fuego
del orgullo,
astillándose de rencor,
helados.
Tallos voraces, eso somos.
Y así es nuestra férula
ciega
y cae en torno
como gota de plomo,
también caemos,
más abajo caen
nuestros pronombres pedazo a pedazo,
despeñándose.
Rescoldos de caducidad,
eso somos,
dioses llameantes, hundidos
hasta el cuello,
y todavía llenos de fiebre y polen.

OSCAR CERRUTO
Bolivia-1912
De "Poetas contemporáneos de Bolivia"


Madrid, 31-05-18

LOS DIOSES ORIUNDOS
I

En los principios del mundo os veo,
oh dioses de los páramos y de las cordilleras,
dioses que alimentaron
el pavor, las vigilias de mis antepasados
reinando desde la hosca montaña sin auroras,
el ceño cruzado de centellas
la mano sobre el trueno.

Vuestras miradas encienden
las primeras amapolas,
corrompen las ofrendas
envejecen la piedra de los templos.
La sienten sobre el lomo
como un agravio
las bestias y atraviesan
sus aullidos
la infamada floresta.

Abajo está cuajado
de vuestra eternidad el yermo.
El cóndor en sus torres de nubes y glaciares
o el insular sarmiento de la puna
custodios son de vuestros misterios.
(Llama de hielo apenas
en el lunar erial, y cegadora
llama del ave sideral en la pupila armada.) 

Todo conviene en alabanza vuestra:
el árbol y su altura, los proverbios del fuego,
la certidumbre mineral de la roca,
los idiomas, el viento, algunos llantos.

¡Todo canta!

OSCAR CERRUTO
Bolivia-1912
De "Poetas contemporáneos de Bolivia"


 

Selección de Poemas Editados
 

 

 

index