Madrid, 3-12-18

ANOCHECER DE OTOÑO

En la hora negra, fría y solitaria,
el muelle, que esta tarde
me pareció llevarme hasta el poniente de oro,
¡es tan pequeño, ¡ay!, tan de juguete!

Y yo, juguete oscuro y triste, voy soñando, niño grande
-en este nuevo juego, que, hace una hora,
creía realidad definitiva
de hombre que recuerda riendo sus juguetes
de niño, sus barquitos-,
juguete oscuro y triste, voy soñando
en unas cosas altas,
de las que son juguetes
el mar, la tierra, las estrellas...

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
E
spaña-1881
De “Piedra y cielo”


Madrid, 4-12-18

EN EL FONDO DE LA ESTANCIA

En el fondo de la estancia
un instante nos hallamos;
la sombra nos envolvía
y nadie quiso mirarnos.

Yo sentí que me embriagaba
el perfume de los nardos
que le prendí aquella tarde
sobre su vestido blanco.

Como entonces nos queríamos,
nuestros sueños se cruzaron:
yo me encontré sus mejillas
y ella se encontró mis labios.

La sombra nos envolvía
y nadie quiso mirarnos;
y sin turbar el silencio,
dulcemente nos besamos.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
E
spaña-1881
De “Rimas”


Madrid, 05-12-18

ZONA VEDADA

Como quien dice con pálidos labios: "Estoy
cansado de la vida"
                               se pierde de pronto
la gracia de ser hechizado por una mosca o una gota de lluvia,
intratable y sombría vuelve del río la luna de la infancia
y las bellas seducen por una gran tristeza.

                               Se extingue mi vista.
Las magias del tacto, con lentos reverberos misteriosos,
desaparecen en la memoria, entre el día y los sueños,
                                                                                 es decir,
se desgasta la vida, como si en este inagotable combate
-el aria de un alma con la infinita tentación de las cosas-
hubiera perdido la partida.
                               Sin embargo
juro que nunca en este planeta indescifrable,
en este zodíaco de infalibles mujeres con los relámpagos
   de la lujuria,
pájaros y países, injusticia y horror,
he dejado de amar un instante cada partícula y sol de estar
   vivo,
con mis humildes dioses de fruta o de huevo,
o ese otro de lengua tentadora, que pierde siempre la cosecha,
dioses de carencia o de suplica, de agua que fluye o ascuas
   que se dispersan.
               Pero nunca, en tal antro de sangre,
en tales galaxias de besos,
en este fascinante temporal de destrucciones
he renegado de mi oscuro latido o "Estoy cansado de la vida".
                               Nunca.

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De "Los últimos soles"


Madrid, 7-12-18

HE JUGADO DE MÁS

He jugado de más,
quiero confesarme
delante de la gente
y mi familia, también.

He jugado de todo
y todo lo perdí.
Le prometí a mi mujer
serle fiel hasta la muerte.

Una noche,
bien recuerdo,
jugando en el casino
llegó la suerte y me dijo:

Si pudieras desligarte
de tanto compromiso
y amarme con locura
yo suerte te daré.

Y para darme ánimo
me dijo “juega el nueve”
y yo no le creía
cuando el nueve salió.

Tuve ganas de amarla,
amarla hasta la muerte
pero dije con rabia
“soy fiel a mi mujer”.

La suerte, abandonada
por mis juicios morales,
besó mi frente y dijo
“serás un perdedor”.

Si pudieras desligarte
de tanto compromiso
y amarme con locura
yo suerte te daré.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Canciones [2003-2004]”
 


Madrid, 10-12-18

AMOR

Tal vez
            tal vez
                       un día
                                 por los caminos del zoológico,
también ella -le gustan los animales-
venga al jardín,
                         sonriente,
                                         la misma
                                         que en la foto de la mesa.
Es tan hermosa
                        que quizá la resuciten.
Vuestro
             siglo treinta
                                rebasará el enjambre
de las naderías que desgarran el corazón.
Todo lo que no terminamos de amar,
                                                           lo recobraremos
en las estrellas de incontables noches.
Resucítame
                   aunque sea
porque esperé como un poeta
rechazando el absurdo cotidiano.
Resucítame
                   aunque sea por eso.
Resucítame,
                   quiero vivir lo que me corresponde.
Para que no haya más amor-servidumbre,
casamientos,
                     lujuria,
                                 sueldos.
Para que, maldiciendo las camas,
                                                     saltando de su catre,
el amor se vaya por el mundo.
Para el día
                 que la pena degrada.
Para que
              al grito de:
                                -¡Camaradas!-
todo el mundo se sienta llamado.
para no tener que vivir
                                     en casas-agujero.
Para que
              desde hoy
                               la familia sea:
el padre
              por lo menos el universo,
la madre
              por lo menos la tierra.

VLADIMIR MAÏAKOVSKI
Rusia-1893
Poemas de 1923


Madrid, 11-12-18

POR ESTA NOCHE

hasta cuándo continuaremos lo decía con tono más
bien cómico no había
podido decidir nada
esta tarde no era la apropiada era
la menor de todas
oh si hubiese ocurrido antes
entre peces entre flores esas
informaciones las recibirá Ud. a su debido tiempo
lo decía con tono ir a buscar
volver con ella volver a
allí una visita breve unos días
nada más veré
al encargado lo decía con tono más
y cuando entramos a su casa a su departamento
es muy pequeño lo decía con
y cuando entramos una visita
muy corta me gusta
estar aquí mira
qué cosa todos Uds.
me gustaron siempre mucho
todas todos
no digo que
te quiera para siempre
pero en este instante
por esta noche

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “El día


Madrid, 12-12-18

UNO Y TODO

En lo infinito encontrarse
do el individuo se pierde,
pone fin a los pesares;
renunciar dando de lado
a deseos, esfuerzo y lucha,
es un placer inefable.

¡Alma del mundo, penétranos!
¡Que es el unirse contigo
de nuestra fuerza la meta;
y así los númenes buenos
y los maestros aspiran
con lo que todo lo crea
a unirse en fusiones íntimas!

Transformado lo creado
para que no se entumezca
la acción que obra sin descanso,
labora constante, eterna.
Lo que no fue, será luego
claro sol, vistosa tierra,
nada nunca ha de estar quieto.

Todo en laboreo constante,
en incesante creación
ha de estar; lo ya formado
cambia de aspecto y color;
tan sólo por un momento
inerte nos pareció.
Lo eterno en todo se mueve
laborando sin cesar,
que caer en la nada debe
siempre el todo a su pesar,
si es que en su propia existencia
aspira a perseverar.

JOHANN WOLFGANG VON GOETHE
Alemania-1749
De "Selectas -Narrativa y Poesía-"
 


 Madrid, 13-12-18

QUISIERA HACER CONTIGO UNA PELÍCULA

Oye, muchacha que hablas con la nariz y eres pecosa
y tienes veinte años y una ambición muy grande
y ese novio plomero parecido a Nils Aster
y una pantalla verde sobre la azul mirada:
Quisiera hacer contigo una película hablada.

Cantan sobre los árboles los pájaros pintados.
Mujeres con canastas vienen de los mercados.
Aquí construyen, veo los hombres y las luces,
arañas, esqueletos, mapas, vigas y cruces.
En blancos edificios brillantes ascensores,
de sótanos flamantes suben nuevos rumores.
Pienso en ideas veloces que van del corazón
hasta el cerebro igual que una exhalación.
Tiendas de cinco y diez. Cansados jugadores,
columnas de colores en las peluquerías.
Casas en cuyos largos y estrechos corredores
son de iguales colores las noches y los días.

Y un puerto. Un puerto es siempre paraje bien querido.
Allí están la aventura, el recuerdo, el olvido
y el ansia de partir que ¿quién no la ha sentido?
Un puerto, las tabernas y el mar todo llovido.

Pero te digo, digo, tu boina colorada
bien vale un dólar y cincuenta.
Quisiera hacer contigo una película hablada.
Y algo más que no entra en la cuenta.

RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Argentina-1905
De "La calle del agujero en la media"


Madrid, 14-12-18

AMISTAD DE SETIEMBRE

Entre el sol tibio y claro de estas tardes,
que enjoya de ilusión las secas hojas,
llevamos nuestras almas, indolentes,
en un sueño de besos y de rosas...

Vienen esencias de otras tardes áureas,
llenas de golondrinas charladoras,
cuando, suntuosamente palpitantes,
fueron verdes de música las frondas;

cuando el divino amor, más joven, era
fuente de cristal puro a nuestras bocas
tristes de haber besado tanto, malvas,
sin mieles ya de goce, melancólicas...

Lentas, nuestras palabras se estasían
en el sol de canciones y de historias;
... se dijera que tornan en el aire
bandadas de ilusorias mariposas...

¡Olor de abril florido en el otoño!
¡Ocasos de pasión, con alegóricas
ciudades de placer en los cristales
de sus ventanas líricas y rojas!

...El sol nos quiere bien: y a nuestro ensueño
le da una gracia antigua y melodiosa
de cielo azul, de carne de mujeres,
de fragancia de besos y de rosas...

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
E
spaña-1881
De “Laberinto”


Madrid, 17-12-18

ENTRE EL VELO DE LA LLUVIA

Entre el velo de la lluvia
que pone gris el paisaje,
pasan las vacas volviendo
de la dulzura del valle.

Las tristes esquilas suenan
alejadas, y la tarde
va cayendo tristemente
sin estrellas ni cantares.

La campiña se ha quedado
fría y sola con sus árboles;
por las perdidas veredas
hoy no volverá ya nadie.

Voy a cerrar mi ventana
porque si pierdo en el valle
mi corazón, quizá quiera
morirse con el paisaje.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
E
spaña-1881
De “Arias tristes”


Madrid, 18-12-18

LO QUE FUE; LO QUE NO HA SIDO

Hay en lo más secreto de ti, sin que a veces lo sepas,
un desván en tinieblas donde solo se cruzan las lluvias
   y los vientos,
donde un vaho letárgico empaña los espejos de los días
y duermen en los rincones los ropajes de lo nunca alcanzado.
   y lo perdido.
Pero no es un lugar donde puedas entrar
como si te asomaras a un refugio de arena que un soplo
   desmorona,
porque no es un depósito violado por las rapiñas del olvido,
ni un sueño de la muerte,
sino sólo el letargo de la llaga y del hambre
   agazapados.
A veces basta un soplo,
precisamente un soplo que vuelve con un rumor,
   con un perfume,
o que anuncia el desvelo de la hierba en un jardín remoto,
y de repente se sobresalta el tiempo, se despereza el mundo,
y todo ese sopor desaparece como un vaho
   arrasado por una llamarada.
En cada imagen que guardó el deseo,
entre los cielos siempre inabordables y aquellos
   asombrosos paraísos cumplidos,
se multiplica en un instante el sol, se estremece la luz,
se astillan en tus ojos los colores.
Insoportables los destellos del oro, insufrible la sed de la
   distancia,
escasa la medida de tus pasos detrás del horizonte fugitivo.
No llegarás jamás.
No hay lugar para tu alma dentro de los secretos rincones
   que te habitan.
No alcanzará tu mano lo que fue;
tal vez tampoco lo que nunca ha sido.
Pero ¿acaso no son esas moradas imposibles tus verdaderas
   propiedades,
ganadas palmo a palmo para los territorios de los eternos
   bienes?
¿No son como la inmóvil, inalterable cara de una misma
   moneda
que lleva en reverso el precio que pagaste:
la confusa, la incierta, la cambiante, la sorpresiva cifra
   del presente?

OLGA OROZCO
Argentina-1920
De “Últimos poemas


Madrid, 19-12-18

SÁLVAME

Sálvame del pez cogido para siempre.
Hazme el arrebato de los que merecen la luna.

Sálvame;
no estoy perdida aún;
oigo la leche,
celebro inundaciones, un huésped transitorio,
el juramento de los panaderos;
sé la cifra,
el combate,
tiemblo.

Ven, necesito enternecerme.

Juro que hice todos los remedios:
di mi furia a los impávidos,
bailé,
dije mentiras,
leí a Einstein y a Quevedo,
lloré bajo los framboyanes,
estuve no sé cómo.

Pero, por ahora, sosténme en este hilo.
Nadie me salvará de la última trampa.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
"Desaparece el polvo"


Madrid, 20-12-18

ROTOS, ROTOS: ¡QUÉ ROTOS!

Rotos, rotos: ¡Qué rotos!
Rotos: cristales rotos
de tanto dilatarse
en ver, arder, querer,
luchar, odiar, mis ojos.

Rotos: por siempre rotos.
Rotos: espejos rotos
caídos, sin imagen,
sin dirección, tus ojos.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Cancionero y Romancero de Ausencias


Madrid, 21-12-18

UNA QUERENCIA TENGO POR TU ACENTO

Una querencia tengo por tu acento,
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día,
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay querencia, dolencia y apetencia!:
tus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor desde tu ausencia,
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí su eterno rayo.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “El rayo que no cesa


Selección de Poemas Editados
 

 

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