Madrid, 02-04-18

ORILLAS DEL SAR
I

A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños,
y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros,
desde mis ventanas veo
el templo que quise tanto.

El templo que tanto quise...
pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos,
dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.

ROSALÍA DE CASTRO
España-1837
De “En las orillas del Sar"



Madrid, 03-04-18

PERRO MUERTO EN LA CALLE

Perro muerto en la calle. Un can cualquiera.
Sin importancia. Perro que se olvida.
El perro sin entrada ni salida,
con su expresión de fracasada fiera.
Nombre no tuvo. ¿Y para qué? Pudiera
ser una majestad inadvertida,
un Cristo errante que perdió la vida
sobre la desolada carretera.
Un perro más. Un hombre. Otro sufragio
que así desaparece entre el naufragio
de los seres sin cuna y sin destino.
Otra gran frustración. Algo que aprieta
la garganta y la cólera sujeta.
Un perro destripado en el camino.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
"
Mi perro y las estrellas”


Madrid, 04-04-18

EL FUEGO ES NECESARIO

Si tienes calidad de hombre y comprende
tu espíritu que el fuego es necesario,
aquí bajo tu asilo solitario,
tu humilde brasa, tu fogón enciende.

Mira a tu alrededor. La escarcha tiende
su blancura en el cúmulo estepario,
y en el camino lúgubre, arenario,
alguien su marcha hacia el destierro emprende.

A lo lejos la luz de las batallas
desquicia cuanto amamos. Las vituallas
escasean, los pueblos sienten frío.

Si tienes calidad de hombre, apresura
tu fogata de paz y de ternura.
El fuego es necesario, amigo mío.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
"
El defensor


Madrid, 05-04-18

DE HAMBRE Y DE LIBERTAD
YA HEMOS MUERTO

Ya fuimos el águila nocturna,
tocada en pleno vuelo.
Somos ahora una manada de bisontes.
Platas antiguas y soledades caen,
bajo el murmullo de nuestra locura,
corriendo hacia el futuro.
Ídolos de papel caen,
esmaltados ídolos,
macizos ídolos de piedra caen,
monumentos, antiguos ídolos.
Ídolos del semen infinito
y de la vaginas abiertas a los cuatro vientos,
caen ídolos de bronce, marcas históricas, 
-aparentemente indelebles- caen,
se sumergen en nuestras palabras cotidianas 
abandonan su soledad marmórea,
viven con nosotros.

Fuimos la mejor ilusión,
la suprema ilusión de los contrastes.
Al día oponíamos la noche.
Al sol, la luna.
Al hombre oponíamos la mujer.
Al sexo, la palabra.

Después vino la muerte,
roja, bordeando los colores del muérdago,
alterando los ritmos respiratorios,
el bien, alterando el mal,
rítmicamente alterando, todos los sentidos.
La muerte vino a vivir, tranquilamente, entre nosotros.
Poderoso ídolo entre ídolos, en nuestros brazos
majestuosa reina de la libertad, cae.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “El amor existe y la libertad”


Madrid, 06-04-18

(AGUARDAR A QUE LA NOCHE)

Aguardar a que la noche, siempre reconocible
por su gran altitud donde el viento no llega
                    Mas sí el dolor de los hombres,
Venga a encender sus íntimos fuegos temblorosos
Y deposite silenciosa sus barcas de pesca,
Sus linternas de a bordo que el cielo ha mecido,
Sus redes estelares por nuestra alma extendida,
Esperar que nos tome para sus confidencias
Gracias a mil reflejos y a secretas mociones
Y que ella nos atraiga a sus manos de pieles,
A nosotros los niños que el día ha maltratado
                           Con su luz excesiva,
La noche nos acoge, porosa y penetrante,
Más segura que una cama bajo el techo familiar,
Ella es el abrigo susurrante que nos da compañía,
Es el tálamo donde posar la cabeza que ya
                            Comienza a gravitar,
A llenarse de estrellas, a encontrar su camino.

JULES SUPERVIELLE
Poeta francés nacido en Montevideo-1884
De "Vivir y quehacer del poeta"


Madrid, 09-04-18

LA MUJER Y YO

3

Cuando se nos ocurría ir a veranear,
rompíamos la tarde y llegábamos al mar,
estuviéramos donde estuviéramos.
Fundidos al sol, nos sentíamos libres
como cuando nos desnudamos en aquel poema
y cada cual se acariciaba por su cuenta y,
después, nos zambullíamos juntos en el mar.
Sin plagiar ninguna película moderna,
nuestra presencia en el mar era de cine.

Él caminaba como si fuera un gran hombre,
un hombre de negocios, de política, de amor
y yo era una joven bella y extranjera que,
él, rescataba de las profundidades del mar.
Recuerdo, en alta mar, lo primero que dije:
¡por favor, no me toque!
y él, me contestó, tal vez, burlándose de mí:
Si no la toco, no la puedo salvar.
y, ahí, me enamoré para siempre
y aunque no lo vea estoy enamorada
y cuando lo vuelva a ver seguiré enamorada
y esta vez, lo prometo, no haré preguntas
lo amaré y nada pediré a cambio del amor
y cuando él se vuelva un fanático de mí,
cuando esté convencido de nuestros amores,
mostraré mis nalgas y le pediré que me pegue
y si no está del todo convencido
iré con mis amigas y lo convenceremos.
Perderá su pudor, su moral, su destino
y sentirá amor y odio y me pegará.

Al día siguiente lo denunciaré por malos tratos,
violencia familiar e intento múltiple de violación
y me quedaré viviendo en su casa con mis amigas.

Un tiempo nos divertiremos hasta el dolor,
después haremos de alguna de nosotras un hombre
y si no podemos o no queremos, para nosotras, eso,
iremos, todas juntas, con frenesí, a buscarlo.

Él estará, en medio de la vida, esperándonos
y en su rostro no se notará el tiempo de la espera,
nunca dirá que estuvo solo o que nos extrañaba
pero nos amará desde el principio hasta el delirio,
llegará a creer o pensar que estamos enamoradas
de su cuerpo, de sus licencias para hacer el amor.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina
-1940
De “La mujer y yo"



Madrid, 10-04-18

CAPITULACIÓN

Anoche, unos abriles granas capitularon
ante mis mayos desarmados de juventud;
los marfiles histéricos de su beso me hallaron
muerto; y en un suspiro de amor los enjaulé.

Espiga extraña, dócil. Sus ojos me asediaron
una tarde amaranto que dije un canto a sus
cantos; y anoche, en medio de los brindis, me hablaron
las dos lenguas de sus senos abrasadas de sed.

Pobre trigueña aquella; pobres sus armas; pobres
sus velas cremas que iban al tope en las salobres
espumas de un marmuerto. Vencedora y vencida,

se quedó pensativa y ojerosa y granate.
Yo me partí de aurora. Y desde aquel combate,
de noche entran dos sierpes esclavas a mi vida.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Los heraldos negros
 


Madrid, 11-04-18

RETORNOS DE LA DULCE LIBERTAD

Podías, cuando fuiste marinero en tierra,
ser más libre que ahora,
yéndote alegremente,
de tu recién nacido soñar, por los profundos
valles de huertos submarinos, por las verdes
laderas de delfines, sumergidos senderos
que iban a dar a dulces sirenas deseadas.

Podías, bien podías entonces bien podías,
sin lágrimas inútiles, sin impuestas congojas
viajar, llenos de viento los labios, con un golpe
de valerosa vida cayendo de tu frente.
¿En dónde las fronteras entonces, ese miedo,
ese horror a los límites,
ese cerco que escuchas avanzar en la noche,
como un triste mandato que ha de cumplirse al alba?

Libertad, dulce mía,
por muy niña que fueses,
por más chicos que fueran tus tiernos pasos, dime
contéstame si aún tus pequeños oídos
me conocen: ¿No intentas, fugitiva y cantando
retornarme a tus libres comarcas venturosas?
¿Quién te encarcela, dime? Di, ¿quién te pone grillos?
¿Quién te esposa las alas y quién, dime, cerrojos
clava en tu lengua y sombras pone sólo en tus ámbitos?

Libertad, no me dejes. Vuelve a mí, dura y dulce,
como fresca muchacha madurada en la pena.
Hoy mi brazo es más fuerte que el de ayer, y mi canto,
encendido en el tuyo, puede abrir para siempre
sobre los horizontes del mar nuestra mañana.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De “Retornos de lo vivo lejano


Madrid, 12-04-18

QUE SE ABRAN TODAS LAS FLORES

Se abran ya todas las flores,
y que revele el poeta,
libre y al fin sin temores,
hasta la flor más secreta
de sus campos interiores.

Se abran ya todas las flores.

Se abran ya todas las flores,
y canten por los jardines,
enguirnaldados y fieles,
los más opuestos colores:
el blanco de los jazmines
y el rojo de los claveles.

Se abran ya todas las flores.

Se abran ya todas las flores,
y una múltiple armonía
enlace por las corrientes
de los arroyos mejores,
en un alto mediodía,
la voz de todas las fuentes.

Se abran ya todas las flores.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De “Retornos de lo vivo lejano


Madrid, 13-04-18

ESTA POBRE RAÍZ…


Ya no sabes qué hacer, planta sin riego,
pobre raíz que el agua no sustenta,
cada vez más al aire y más cruenta
la mano, cada vez, que te echa al fuego.

¿Tendrá por fuerza que finar en ciego
este verso, acabándolo en tormenta
el de después, y en muerte violenta
el oro que le sigue? ¡Oh triste juego!

Eslabón de la rima, hierro inerte
que sin querer me lleva encadenada
esta raíz al filo de la muerte.

Mas si ya al borde pido luz al día,
tal vez siga a la fuerza sustentada
por el agua feliz de la alegría.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De “Poemas diversos [1941-1963]


Madrid, 16-04-18

MUJER, VENDIMIA AZUCARADA

Querida:
Mujer, vendimia azucarada,
centro en el amor por ti,
la residencia de mi canto.

Bajo los cielos, en silencio,
entre crepúsculos, mi cuerpo,
paloma salvaje
cruzando el espacio de tu voz.

Quiero verme, me decías,
salvajemente
atravesada por tu canto.

Y desde entonces no dejo de gozar,
primitivo, imposible,
salvaje entre tus piernas.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina
-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista"



Madrid, 17-04-18

EL HOMBRE SERENO

 

Entre los hombres pasa dadivoso y prudente.
Nada perturba el ritmo de su vida serena;
Sin inmutarse escucha la voz de la sirena:
Mira, conoce... luego, sonríe dulcemente.

Es mar en calma augusta, bellísima, su frente,
Las manos son de hierro con guantes de azucena,
La boca es una amarga melancolía... Pena
Trasunta su mirada tranquila y transparente.

Cuando lo miro pierdo todo afán, todo empeño,
Cuando lo miro siento la beatitud del sueño
Y caigo entre sus manos pequeña como el ave.

Con sus palabras hablo, su ventura es la mía,
Me infundo en sus deseos, me pierdo en su energía,
Porque todo lo puede, porque todo lo sabe.

ALFONSINA STORNI
Poeta argentina nacida en [Suiza-1892]
De “Irremediablemente

 



Madrid, 18-04-18

TE PERDONÉ

Hace ya mucho tiempo que dijiste:
Cuando los trigos doren volveré.
Muchas veces doraron, tú distante.
Y yo te perdoné.

Distraído una tarde que vagabas
Frente a mí te encontraste sin querer,
Amor de nuevo al corazón pediste,
Y yo te perdoné.

Luego, pesada abeja que retorna
Con su cosecha dulce del vergel,
Levando el vuelo me dejaste muerta.
Y yo te perdoné...

ALFONSINA STORNI
Poeta argentina nacida en [Suiza-1892]
De “Poesías inéditas”


Madrid, 19-04-18

LA MUJER DIVINIZADA

Soy la virgen. Soy doncella. Soy María.
No supe de varón. Llegado el Ángel,

pasóme con su voz al cuerpo intacto
temblor de requeridas cumbres.

¡Hágase el Hijo aquí!

Igual es a un rumor resucitado
que comienza en mi seno dulcemente.
Palabra de Palabra es la engendrada.

Resueno su mandato.
Soy lúcida paloma. Soy campana
y rosa de salud inmarchitable.
Yo, la Elegida.

Jehová me perdonó. Vuelvo a su gracia
pariéndole su Hijo, el Preferido.

CARMEN CONDE
España-1907
De “Mujer sin Edén


Madrid, 20-04-18

PETROUCHKA

Ternura de canciones marineras dormidas sobre el vientre
verdoso de los puertos.
Aceite piadoso de la luz, ternura de canciones conocidas por mí,
vagabundo de los puertos. Puertos, partidas, las palabras
más lindas que conozco. Puertos, adioses, mástiles, gaviotas,
aventuras, retornos.
Tus ojos hacia adentro y el temblor de mis manos sobre tus senos.
Tus ojos duros y perfectos; fiereza de la santidad y de la pasión;
acero de caminos; voluntad alargada por todas las vías de la tierra.
Puentes de hierro sobre llanuras calientes. Todas las vías
conocidas por mí, vagabundo de estaciones abandonadas.
Muñeco incendiario de granjas felices y tiendas avaras
que te has apiadado de nuestro dolor.
Camarada, aún queda un camino para la revolución.
Pero prefiero tu carne verde y brutal de Greta Garbo.
Con mi débil acordeón fatigado de inútiles madrugadas
te seguiré por todas las rutas del mundo, solo, mirándote
y danzando a tu alrededor como los mansos ojos de los gitanos.
Oh, muchacha, a tu capacidad de pecado y de santidad.
Oh, ángel impuro.

RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Argentina-1905
De “La calle del agujero en la media”


Madrid, 23-04-18

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD

V

Salta, corre brincando hacia el amor y déjate caer,
sin respirar siquiera, sin pensar en el tiempo; sin fe.

Caído, agítate con dulzura extrema, aúlla.
Deja que el tiempo se persigne avergonzado,
enfrentado a tu danza vital, lejanía insondable,
movimiento de ave o potro enloquecido.

Deja que la miseria te empape con su olor a desgracia,
que la vida y los colores de la vida te dejen ciego.
Y así, sabiéndolo, has de morir tranquilo,
sin deberle a la vida, ni a ningún Dios extraño,
ni a espíritus modernos, ni a la carne, nada.

Sin deudas, alborozado por el movimiento de los astros,
abrazado a cuanto amor se precie de moverse o volar,
así: sin nerviosismos o cálculos perfectos,
así, se muere y se vuelve a nacer, si es necesario,
cada vez, todos los días, algunas noches, siempre.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina
-1940
De “Amores perdidos"


Madrid, 24-04-18

EL HOMBRE SERENO

Ciudad escondida entre los labios
Ventura o tempestad o torrente
Ciudad igual a una corriente de aire
Entre una hoja de afeitar y una pestaña abandonada

EMILIO ADOLFO WESTPHALEN
Perú-1911
De "Bajo zarpas de la Quimera"


Madrid, 25-04-18

TUMBA GRANDE

El tren se ha detenido en el silencio opaco y sin ecos
de la noche anónima. Es la llegada a término - no se
reanudarán ya más ni agitación ni bullicio ni carcoma.

EMILIO ADOLFO WESTPHALEN
Perú-1911
De "Bajo zarpas de la Quimera"


Madrid, 26-04-18

EN LAS GRANDES PRADERAS...

En las grandes praderas, blancas y sin reproche,
donde la luna vierte tristezas seculares,
las vacas graves son los genios de la noche.
A lo lejos zozobran vagarosos cantares.
Aúllan a la muerte los perros agoreros.
Los árboles musitan.
El viento tiene a veces sollozos lastimeros.
Solemnes siempre, escuchan las vacas y meditan.

Su resignada y meditabunda cabeza,
su pagano testuz, ungido de tristeza,
velando está; y la luna, hasta que viene el día
les cuenta cuentos de vaga melancolía.

Bajo la luna en las praderas sin reproche,
las vacas graves son los genios de la noche.

RAMÓN PÉREZ DE AYALA
España-1880
De “La paz del sendero”


Madrid, 27-04-18

POLINIZACIÓN

El insecto se frota contra el cáliz
de la flor entreabierta.
No le importa mi juicio
ni el peligro de muerte
que para él entraña mi presencia.

Supone que es amor el pobre diablo.
Cómo se agita, cómo se revuelve,
hasta que al fin saciado emprende el vuelo.

Tal vez se acordará toda la vida

de esos instantes de placer. Los cree
nacidos del encuentro de voluntades,
una atracción fatal, deseo sublime.

Ebrio de amor, el infeliz amante
ignora que su acto
es polinización.
Sin palabras la vida le ha ordenado
que la trasmita y perpetúe. Su goce
sólo sirvió (no ha de saberlo nunca)
para que en primavera brote exacta
otra generación de ávidas flores.

JOSÉ EMILIO PACHECO
México-1939
De "La arena errante"


Madrid, 30-04-18

¿LA PRUEBA ES EL SILENCIO?

Con un costado vuelto hacia este mundo,
solamente un costado, expuesto día y noche a la depredación y a las mareas,
y el resto sumergido no sé dónde, a tientas y a temblor,
espero desde tu sombra en blanco una señal.
He oído el confuso parloteo de bocas invisibles en el bosque nocturno,
y hay alguien que me sigue paso a paso
y es puro resplandor y es sólo ráfaga cuando yo lo persigo;
a veces una lágrima cae sobre mi mano,
helada, desde nadie,
lo mismo que la llama del aliento que de repente corre por mi cara.
Pero ésas no son pruebas.
Ni siquiera evidencias de que los muertos vuelvan.
¿No son más bien los vínculos que fragua la nostalgia,
así como la oscuridad convoca siempre un campo de amapolas detrás de la pared
y cada luna llena busca por los canales los espejos trizados del amor?
¿Y ahora por qué vienen estas frases arrancadas de cuajo
y todos estos cielos desfondados y rotos?
Yo no te reclamaba emanaciones de las dichas perdidas,
fantasmas que se rehacen a partir de un perfume, a partir de un sollozo,

y que son los fantasmas de mi negación.
Pero desde el costado que se desprende y huye con su bolsa de huesos
hasta el otro, el oculto, el increíble,
el que acaso aletea contra la semejanza en medio de la mayor oscuridad,
yo te pido un milagro, tan leve,
tan fugaz como el humo que un sueño deposita debajo de la almohada.
No, yo no necesito un testimonio de tu exacta, entreabierta existencia,
sino una prueba apenas de la mía.
Ah, Señor, tu silencio me aturde igual que la corneta del cazador perdido entre las nubes.
¿O estará en el castigo, en el Jordán amargo que pasa por mi boca,
tu respuesta,
la voz con que me nombras?

OLGA OROZCO
Argentina
-1920
De “Con esta boca en este mundo"


 

Selección de Poemas Editados
 

 

 

index