El POETA CANTA POR TODOS
II
Un único corazón que te
lleva.
Abdica de tu propio
dolor. Distiende tu
propio corazón
contraído.
Un único corazón te
recorre, un único latido
sube a tus ojos,
poderosamente invade tu
cuerpo, levanta tu
pecho, te hace
agitar las manos
cuando ahora avanzas.
Y si te yergues, si un
instante levantas la
voz,
yo sé bien lo que
cantas.
Eso que desde todos los
oscuros cuerpos casi
infinitos se
ha unido y
relampagueado,
que a través de cuerpos
y almas se liberta de
pronto en
tu grito,
es la voz de los que te
llevan, la voz verdadera
y alzada
donde tú puedes
escucharte, donde tú,
con asombro, te
reconoces.
La voz que por tu
garganta, desde todos
los corazones
esparcidos,
se alza limpiamente en
el aire.
VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “Historia del
corazón”
El POETA CANTA POR TODOS
III
Y para todos los oídos.
Sí. Mírales cómo te
oyen.
Se están escuchando a sí
mismos. Están escuchando
una
única voz que los
canta.
Masa misma del canto, se
mueven como una onda.
Y tú sumido, casi
disuelto, como un nudo
de su ser te
conoces.
Suena la voz que los
lleva. Se acuesta como
un camino.
Todas las plantas están
pisándola.
Están pisándola
hermosamente, están
grabándola con su
carne.
Y ella se despliega y
ofrece, y toda la masa
gravemente
desfila.
Como una montaña sube.
Es la senda de los que
marchan.
Y asciende hasta el pico
claro. Y el sol se abre
sobre las
frentes.
Y en la cumbre, con su
grandeza, están todos ya
cantando.
Y es tu voz la que les
expresa. Tu voz
colectiva y alzada.
Y un cielo de poderío,
completamente existente,
hace ahora con majestad
el eco entero del
hombre.
VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “Historia del
corazón”
YA SIN PESO
Para un Dios que ría
como un niño,
Tantos gritos de
pájaros,
Tanta danza en las
ramas,
Un alma perdió ya todo
su peso,
Los prados tienen una
ternura tal,
Tal pudor en los ojos
revive,
Las manos como hojas
Se encantan en el
aire...
¿Quién teme ya, quién
juzga?
GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto-1888
De
“Cien poemas escogidos”
CANTOS A BERENICE
X
Sí, tú, mi otra yo misma
en la horma hechizada de
otra piel
ceñida al memorial
del rito y la pereza.
No fetiche, donde crujen
con alas de langosta los
espíritus
puestos a secar,
no talismán, como una
estrella ajena engarzada
en la proa
de la propia
tiniebla,
no amuleto, para aventar
los negros semilleros
del azar,
no gato en su función de
animal gato;
sino tú, el tótem
palpitante en la cadena
rota de mi clan.
¡Ese vínculo como un
intercambio de secretos
en plena
combustión!
¡Ese soplo recíproco
infundiendo las señales
del mal, las
señales del bien,
en cada tiempo y a
cualquier distancia!
¡Esas suertes ligadas
bajo el lacre y los
sellos de todos
los destinos!
¿No guardabas acaso mi
alma ensimismada como
una
tromba azul entre tus
siete vidas?
¿No custodiaba yo tus
siete vidas,
semejantes a un nocturno
arco iris en mi espacio
interior?
Y ese rumor y ese
gorgoteo,
ese remoto chorro de
burbujas soterradas
y ese ronco zumbido de
abejorro en suspenso
entre los
laberintos de tu
sangre,
¿no serían acaso mi
mantra más oculto y tu
indecible
nombre
y la palabra perdida que
al rehacerse rehace con
plumas
blancas la creación?
OLGA OROZCO
Argentina-1920
De
“Cantos
a Berenice”
LA AVALANCHA
que corran allá abajo
las aguas turbulentas
quiero arraigar aquí en
esta tierra
y tañer mi campana
buscando el celeste el
bermellón
la escalera de mano que
lleva hasta el altillo
la lluvia próxima
la habitación vacía
y el arroyo de donde
llega el rumor de la
avalancha
que corra allá abajo la
claridad de las plantas
y se agite la cortina en
la última pared
y sobre los techos
aniden el colibrí y el
tordo
éste es el mundo
a esta hora en que cae
la noche
y crece la avalancha y
el fragor de la luna
cuando lámparas y
azaleas se encuentran y
se huyen
se cierran las ventanas
y llaman a los niños
dispersos por el parque
ésta es la hora
para el bermellón y el
celeste
para el tordo y el
colibrí
EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De
“Todo el viento del
mundo”
QUÉ LABIOS MIS LABIOS HAN BESADO
Qué labios han besado
mis labios, y adónde y
para qué,
he olvidado, y qué
brazos han sostenido
mi cabeza hasta el
amanecer; pero la lluvia
está llena esta noche de
sombras que llaman y
suspiran
contra el cristal y
aguardan una respuesta.
Y allí en mi corazón se
agita una pena callada
por jóvenes que no
recuerdo y que ya no
se volverán a la
medianoche hacia mí con
un reclamo.
Así el árbol solitario
permanece en el invierno
sin saber qué pájaros se
han desvanecido, uno por
uno,
pero sus ramas advierten
sin embargo, más
silencio que otrora:
no puedo decir qué
amantes han llegado y se
han ido;
sólo sé que el verano
cantó en mí no hace
mucho,
no hace mucho cantó y
ahora ya no canta.
EDNA ST. VINCENT
MILLAY
Estados Unidos-1892
De "Antología
universal de la poesía"
IL Y A
Hay un navío que se
llevó a mi bien amada
hay en el cielo seis
globos cautivos y cuando
viene la noche
se diría que son
gusanos de los que nacen
estrellas
hay un submarino enemigo
que detestaba a mi amor
hay mil pequeños pinos
quebrados por las
esquirlas de obús
en torno mío
hay un infante que pasa
enceguecido por los
gases asfixiantes
hay que lo hemos
desmenuzado todo en las
tripas de Nietzche
de Goethe y de
Colonia
hay que languidezco por
una carta que tarda
hay en mi cartera varias
fotos de mi amor
hay los prisioneros que
pasan con rostro
inquieto
hay una batería cuyos
sirvientes se agitan en
torno a las piezas
hay el vague maestre que
llega al trote por el
camino del árbol
aislado
hay se dice un espía que
ronda por aquí invisible
como el horizonte
del que se ha
revestido indignamente y
con el cual se confunde
hay erguido como un
lirio el busto de mi
amor
hay un capitán que
espera con ansiedad las
comunicaciones del
T.S.H. en el
Atlántico
hay a medianoche
soldados que sierran
planchones para los
ataúdes
hay mujeres que piden
maíz a grandes gritos
ante un Cristo
ensangrentado en
México
hay el Gulf Stream que
es tan tibio y
bienhechor
hay un cementerio pleno
de cruces a 5 kilómetros
hay higos silvestres
sobre estos cactos en
Argelia
hay las largas manos
suaves de mi amor
hay un tintero que yo
había hecho de una
espoleta de 15
centímetro
que no dejaron
disparar
hay mi montura expuesta
a la lluvia
hay los ríos que no
remontan su curso
hay el amor que me
arrastra con dulzura
había un prisionero
alemán que llevaba su
ametralladora a la
espalda
hay hombres en el mundo
que jamás estuvieron en
la guerra
hay hindúes que
contemplan con asombro
las campiñas
occidentales
piensan con melancolía
en aquellos que se
preguntan si volverán
a verles
porque se ha llevado muy
lejos durante esta
guerra el arte de la
invisibilidad.
GUILLAUME APOLLINAIRE
Italia-1880
De “Antología
universal de la poesía”
FOLLAS NOVAS (Hojas Nuevas)
Mas ve, que mi corazón
una rosa es de cien
hojas,
y es cada hoja una pena
que vive pegada a otra.
Quitas una, quitas dos,
penas me quedan de
sobra,
hoy diez, mañana
cuarenta
deshoja, que te
deshoja...
¡El corazón me
arrancaras
si las arrancaras todas!
***
Cuando pienso que te
fuiste,
negra sombra que me
asombras,
al pie de mis cabezales
vuelves, haciéndome
mofa.
Cuando te imagino ida
en el mismo sol te
asomas,
y eres estrella que
brilla
y eres el viento que
azota.
Si cantan, tú eres quien
canta;
si lloran, tú eres quien
llora,
y es el murmullo del
río,
y es la noche, y es la
aurora.
En todo estás y eres
todo,
para mí y en mí tú
moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me
asombras.
Mayo, largo..., mayo
largo
todo cubierto de rosas;
para unos telas de
muerte,
para otros telas de
bodas.
Mayo largo, mayo largo
fuiste corto para mí,
contigo vino mi dicha;
tornóse contigo a huir.
ROSALÍA DE CASTRO
España-1837
De "Follas Novas"
TRES ESTROFAS AL POLVO
Tu roce de ceniza va
gastando las formas,
hermano de la noche y la
marea.
Envuelves todo objeto en
una muerte anónima
que es tan sólo un
regreso a su origen de
tierra.
Escalas sin ser visto
muros y corredores.
Palidecen los trajes
ahorcados
en sus perchas de
sombra, y los relojes
cesan súbitamente de
vivir a tu paso.
Clandestino emisario de
las ruinas,
tu palabra es la última
y la más elocuente.
Nada puede escapar a tu
parda conquista,
aliado innumerable de la
muerte.
JORGE CARRERA ANDRADE
Ecuador-1903
De “Antología
universal de la poesía”
NUNCA UN AMOR LLEGÓ TAN LEJOS
Nunca un amor llegó tan
lejos,
nunca una ilusión fue
tan propicia.
Una voz gutural me llama
de las sombras:
jugar a que vivimos,
amar la libertad.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De
“Al sur de europa”
FARO EN LA NOCHE
Esfera negra el cielo
y disco negro el mar.
Abre en la costa, el
faro,
su abanico solar.
¿A quién busca en la
noche
que gira sin cesar?
Si en el pecho me busca
el corazón mortal,
mire la roca negra
donde clavado está.
Un cuervo pica siempre
pero no sangra ya.
ALFONSINA STORNI
Suiza-1892
De “Mundo de siete
pozos”
TÚ VIENES CON NOSOTROS...
Tú vienes con nosotros,
pequeña maravilla,
pequeña maravilla de los
cántaros.
Vienes, y con nosotros,
bajo el sol quieto de
las miserias
-el triste sol que
conduce a la muerte-
están tus ojos limpios,
tu corazón que canta,
tus labios
entreabiertos.
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927
De "Señales
de vida"
ESTE MISTERIO DE...
Este misterio de
tu aquiescencia, la
querida
dulzura cada vez
más lejos y más cierta
en su infinito retirarse
hacia la plenitud de una
presencia:
sangre viva en mis manos
de un clavel inasible
en los abismos del
otoño.
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927
De "La
estrella fugaz"
CANCIÓN BREVE A LA DESESPERANZA
Y cuando se extiende y
aprieta, cuando llega a
su extremo
me sacude.
Cultiva la palma en la
tierra,
desbroza el huerto de mi
alma,
encamina las nubes hacia
ella,
y así empieza, en ella,
a llover, y aparecen
verdes hojas de árboles,
y sé que la vida sigue
siendo amiga,
y sé que, aunque pierda
mi rumbo,
la luna sabrá
encontrarme otra vez.
FADWA TUQÁN
Palestina-1917
De “Diván de
poetisas árabes
contemporáneas”
CANCIÓN DEL AUTOR
DRAMÁTICO
(Fragmento)
1
Soy un autor dramático.
Muestro
lo que he visto. Y he
visto mercados de
hombres
donde se comercia con el
hombre. Eso
es lo que yo, autor
dramático, muestro.
Cómo se reúnen en
habitaciones para hacer
planes
a base de porras de goma
o de dinero,
cómo están en la calle y
esperan,
cómo unos a otros se
preparan trampas
llenos de esperanza,
cómo se citan,
cómo se ahorcan
mutuamente,
cómo se aman,
cómo defienden su presa,
cómo devoran...
Esto es lo que muestro.
Refiero las palabras que
se dicen.
Lo que la madre le dice
al hijo,
lo que el empresario le
ordena al obrero,
lo que la mujer le
responde al marido.
Palabras implorantes, de
mando,
de súplica, de
confusión,
de mentira, de
ignorancia...
Todas las refiero.
Veo precipitarse
nevadas,
terremotos que se
aproximan.
Veo surgir montañas en
medio del camino,
ríos que se desbordan.
Pero las nevadas llevan
sombrero en la cabeza,
las montañas se han
bajado de automóviles
y los ríos enfurecidos
mandan escuadrones de
policías.
BERTOLT BRECHT
Alemania-1898
De
“Poemas y canciones
[1926-1933]”
CANCIÓN DEL AUTOR
DRAMÁTICO
(Fragmento)
2
Para poder mostrar lo
que veo,
estudié las
representaciones de
otros pueblos y otras
épocas.
He adaptado un par de
obras, examinando
minuciosamente su
técnica y asimilando de
ellas
lo que a mí me servía.
Estudié las
representaciones de los
grandes señores feudales
entre los ingleses, con
sus ricas figuras
a las que el mundo sirve
para desplegar su
grandeza.
Estudié a los españoles
moralizantes,
a los indios, maestros
en las bellas
sensaciones,
y a los chinos, que
representan a las
familias
y los variados destinos
en las ciudades.
BERTOLT BRECHT
Alemania-1898
De
“Poemas y canciones
[1926-1933]”
TORO EN EL MAR
15
El soldado soñaba, aquel
soldado
de tierra adentro,
oscuro: -Si ganamos,
la llevaré a que mire
los naranjos,
a que toque la mar, que
nunca ha visto,
y se le llene el corazón
de barcos.
Pero vino la paz. Y era
un olivo
de interminable sangre
por el campo.
RAFAEL ALBERTI
España-1902
De
“Entre el clavel y la
espada”
TAL VEZ CAMBIÉ DESDE ENTONCES
A mi patria llegué con
otros ojos
que la guerra me puso
debajo de los míos.
Otros ojos quemados
en la hoguera,
salpicados
por llanto mío y sangre
de los otros,
y comencé a mirar y a
ver más bajo,
más al fondo inclemente
de las asociaciones. La
verdad
que antes no despegaba
de su cielo
como una estrella fue,
se convirtió en campana,
oí que me llamaba
y que se congregaban
otros hombres
al llamado. De pronto
las banderas de América,
amarillas, azules,
plateadas,
con sol, estrella y
amaranto y oro
dejaron a mi vista
territorios desnudos,
pobres gentes de campos
y caminos,
labriegos asustados,
indios muertos,
a caballo, mirando ya
sin ojos,
y luego el boquerón
infernal de las minas
con el carbón, el cobre
y el hombre devastados,
pero eso no era todo
en las repúblicas,
sino algo sin piedad,
sin amasijo:
arriba un galopante, un
frío soberbio
con todas sus medallas,
manchado en los
martirios
o bien los caballeros en
el Club
con vaivén discursivo
entre las alas
de la vida dichosa
mientras el pobre ángel
oscuro,
el pobre remendado,
de piedra en piedra
andaba y anda aún
descalzo y con tan poco
que comer
que nadie sabe cómo
sobrevive.
PABLO NERUDA
Chile-1904
De "Memorial de isla
negra"
PEPE Y LA MUERTE
I
Fue una esperanza vana
la ilusión de la muerte.
Ella no ama de mí
sino mi cuerpo.
Y al estar hecho
todo de versos
la muerte enamorada
partió sin mí.
Cuando vi
que la muerte se alejaba
tuve un temblor
de despedida.
Y llegué a sentir
que la señora muerte
nunca jamás
volvería a besarme.
Mas comprendí de pronto,
en un silencio,
que un día de gloria,
de dolor inevitable
de derrota o de triunfo
yo mismo iré a buscarla
y mirándola a los ojos
le podré decir:
El hombre
ha de morir un día
y yo, soy un hombre.
La muerte
miró para un costado
y comenzó a reír
mientras decía:
Tú no podrás morir
tú no eres un hombre
tú eres un poeta.
Y desapareció.
Nadie lloró
el día de mi muerte
porque, en verdad,
al morir como hombre,
eterno en su decir
infinito en su tiempo,
nació un poeta.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De
“Canciones [2003-2004]”
DE LOS ÁLAMOS Y LOS
SAUCES
1
Dejadme llorar a mares,
largamente como los
sauces.
Largamente y sin
consuelo.
Podéis doleros...
Pero dejadme.
Los álamos carolinos
podrán, si quieren,
consolarme.
Vosotros... Como hace el
viento...
Podéis doleros...
Pero dejadme.
RAFAEL ALBERTI
España-1902
De
“Entre el clavel y la
espada”
DE LOS ÁLAMOS Y LOS
SAUCES
2
No puede, como es
pequeño,
con tanto árboles
grandes.
Sólo con la yerbabuena,
la flor del aire.
Álamo, me pesas mucho;
me doblas los hombros,
sauce.
Se sentó. Y aunque era
río,
no vino el agua a
ayudarle.
RAFAEL ALBERTI
España-1902
De
“Entre el clavel y la
espada”
LOA DE LA DIALÉCTICA
Con paso firme se pasea
hoy la injusticia.
Los opresores se
disponen a dominar otros
diez mil años más.
La violencia garantiza:
"Todo seguirá igual."
No se oye otra voz que
la de los dominadores,
y en el mercado grita la
explotación: "Ahora es
cuando empiezo."
Y entre los oprimidos,
muchos dicen ahora:
"Jamás se logrará lo que
queremos".
Quién aún esté vivo no
diga "jamás".
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los
que dominan,
hablarán los dominados.
¿Quién puede atreverse a
decir "jamás?
¿De quién depende que
siga la opresión? De
nosotros.
¿De quién que se acabe?
De nosotros también.
¡Que se levante aquel
que está abatido!
¡Aquel que está perdido,
que combata!
¿Quién podrá contener al
que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy
son los vencedores de
mañana
y el jamás se convierte
en hoy mismo.
BERTOLT BRECHT
Alemania-1898
De
“Poemas y canciones
[1926-1933]”