CANCIÓN DEL COMERCIANTE
Río abajo hay arroz,
río arriba la gente
necesita el arroz.
Si lo guardamos en los
silos,
más caro les saldrá
luego el arroz.
Los que arrastran las
barcas recibirán aún
menos.
Y tanto más barato será
para mi.
Pero ¿qué es el arroz
realmente?
¡Yo qué sé lo que es el
arroz!
¡Yo qué sé quién lo
sabrá!
Yo no sé lo que es el
arroz.
No sé más que su precio.
Se acerca el invierno,
la gente necesita ropa.
Es preciso, pues,
comprar algodón
y no darle salida.
Cuando el frío llegue,
encarecerán los
vestidos.
Las hilanderías pagan
jornales excesivos.
En fin, que hay
demasiado algodón.
Pero ¿qué es realmente
el algodón?
¡Yo qué sé lo que es el
algodón!
¡Yo qué sé quién lo
sabrá!
Yo no sé lo que es el
algodón.
No sé más que su precio.
El hombre necesita
abundante comida
y ello hace que el
hombre salga más caro.
Para hacer alimentos se
necesitan hombres.
Los cocineros abaratan
la comida,
pero la ponen cara los
mismos que la comen.
En fin, son demasiado
escasos los hombres.
Pero ¿qué es realmente
un hombre?
¡Yo qué sé lo que es un
hombre!
¡Yo qué sé quién lo
sabrá!
Yo no sé lo que es un
hombre.
No sé más que su precio.
BERTOLT BRECHT
Alemania-1898
De
“Poemas y canciones (de
1926 a 1933)”
LOS PUENTES
Con un salto de gacela
magnífica
van, surgen, se alejan
tiempo abajo, río
enfrente,
hacia orillas más
maduras
y nadan, rítmicos, con
brazadas
de piedra o de metal
chapoteando apenas sobre
el río dócil.
MANUEL DURÁN
España-1925
De “Ciudad asediada”
EL VIENTO
El cielo se desnuda.
Curvas brutales, gritos,
jardines en delirio bajo
manchas de sombra.
Yo voy buscando a
tientas las invisibles
puertas,
los bloques espumosos
con que el viento me
encierra.
El espacio resiste, se
encrespa, se desborda.
Mejor: así lo siento, lo
recorro, lo venzo.
Quedamos frente a
frente: cordiales
enemigos,
torpes, bruscos,
tenaces, con la cabeza
erguida.
MANUEL DURÁN
España-1925
De “El lugar del
hombre”
HE VUELTO
DE LOS MÁS NEGROS
ATARDECERES
He vuelto de los más
negros atardeceres
y he vuelto con las
manos vacías, ciegas.
He dejado tirado al
borde del camino
mi pequeño poeta
enamorado del amor.
Me dieron unas monedas
de oro y plata
y una pequeña soga de
seda oriental
para ahorcarme feliz y
arrepentido
al darme cuenta que el
oro ya no brilla.
El camino donde perdí al
cálido poeta
quedó clavado en el
desierto del tiempo
en lo profundo de un
instante de locura.
Cada palabra se
transformó en una piedra
todo amor se conjugó en
pasado remoto
toda luz fue noche, todo
color, vacío.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Al sur de
Europa"
REPRESÉNTASE LA BREVEDAD
DE LO QUE SE VIVE Y CUÁN
NADA PARECE
LO QUE SE VIVIÓ
"Ah de la vida!"...
¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que
he vivido!
La Fortuna mis tiempos
ha mordido;
las Horas mi locura las
esconde.
¡Que sin poder saber
cómo ni adónde
la salud y la edad se
hayan huido!
Falta la vida, asiste lo
vivido,
y no hay calamidad que
no me ronde.
Ayer se fue; mañana no
ha llegado
hoy se está yendo sin
parar un punto:
soy un fue, y un será, y
un es cansado.
En el hoy y mañana y
ayer, junto
pañales y mortaja, y he
quedado
presentes sucesiones de
difunto.
FRANCISCO DE QUEVEDO
España-1580
De "Mil años de
poesía española"
LETANÍA DEL CANTO
Anochecida en mí, sola
entre los zapatos,
yo le puse a este miedo
un nombre cada día,
pero siempre era inútil:
acompañante anónima,
paseaba mi sorpresa por
frente a las hormigas.
Anduve en casas tristes
y le miré los ojos a la
gente perdida.
Tropezaba jazmines en
mitad de la tarde.
El invierno y la lluvia
salían de mis hombros.
Hoy felicito a todos los
gusanos del mundo.
Y canto,
rompiéndome las
lágrimas.
Canto
junto a la manzana
sostenida contra el
aire,
y junto a los
prostíbulos;
junto a los leprosorios
y a las cárceles.
Ya no me duele la carne
donde estoy:
es que llego a la muerte
desde todas las cosas.
Canto...
Canto precisamente
frente a ese viejo
inválido que se cayó en
la calle,
frente a los que no
pueden llorar de tanto
llanto.
Sí, con este corazón que
no se pone ropa,
con lo que dejo mío
adentro de los hombres,
con lástima y cansancio,
con el ladrido ancestral
que me quitaron.
Con todos estos niños
que tengo sin hacer,
con mi piel derretida
hacia el crepúsculo,
agobiada por rostros que
demoran,
canto... Sí, aunque
voy a vivir más tarde
debajo de los árboles.
CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De "Al sur de mi
garganta"
LA PLAZA
a José Luis Aranguren
La piedra está firme y
anónima.
Sostienen los pilares
con gravedad la sombra
acogedora.
Aquí alguien habló
tal vez a hombres unidos
en la misma esperanza.
Tal vez entonces
tuvo en verdad la vida
cauce común y fue la
patria
un nombre más extenso
de la amistad o del
amor.
Aquí
latía un solo corazón
unánime.
Porque fue éste
lugar de comunales
sueños, repartidas
faenas,
palabras pronunciadas
con idéntica fe.
Tal vez sólo por eso
la piedra aún se levanta
donde, piadosamente,
en el aire extinguido,
mi mano toca ahora
la soledad.
JOSÉ ÁNGEL VALENTE
España-1929
De "Poemas a
Lázaro"
DANZA
Llama
que por morir más pronto
se levanta,
flotas sobre las brasas
de la danza.
Y te arranca de ti,
al principiar, un salto
tan esbelto
que el sitio en que
bailabas
se queda sin atmósfera.
Así el pedazo negro de
la noche
en que pasó un lucero.
Pero de pronto vuelves
del torbellino de las
formas
a la inmovilidad que te
acechaba
y ocupas,
como un vestido exacto,
el hueco
de tu propia figura.
Pareces una cosa
caída en el espejo de un
recuerdo:
te bisela
el declive del tiempo.
Un minuto después, estás
desnuda...
La brisa
te peina el ondulante
movimiento
y a cada nueva línea
que las flautas dibujan
en la música
obedece una línea de tu
cuerpo.
No resonéis ahora,
címbalos, que la danza
es como el sueño.
JAIME TORRES BODET
México-1902
De "Destierro"
ESTÁ BIEN
No digo: amo,
no develo mi historia
esta mañana,
respeto a los felices,
voy al bufete,
hago la cama,
me sostengo,
robo una estrella aliada
de tus dientes.
Lo disimulo,
vivo entre ómnibus
locales,
compro periódicos y
sedas.
Llegó visita. (Pintaré
mis labios
con la sangre del
lunes.)
Me quedan cortos: la
locura,
el clamoreo verde del
ovario,
la herida que me mandas.
Está bien.
Hoy no puedo derrotarte:
hoy colecciono ácidos y
manchas,
hoy esta pena me azoró
por dentro.
Mañana trataré de ser
como cualquiera
mañana iré a la
exposición de flores
con un vestido nuevo
y me pondré la sombra de
oro.
(Tú dirías: ha
parpadeado en el champán.)
Mañana bajaré de tanta
nube,
miserable, carnal.
No importa que los
sueños se despierten
ni que quizás olvide
esta página absurda que
ya es del siglo veinte.
CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De "Error de magia"
LO COTIDIANO
Para el amor no hay
cielo, amor, sólo este
día;
este cabello triste que
se cae
cuando te estás peinando
ante el espejo.
Esos túneles largos
que se atraviesan con
jadeo y asfixia;
las paredes sin ojos,
el hueco que resuena
de alguna voz oculta y
sin sentido.
Para el amor no hay
tregua, amor. La noche
no se vuelve, de pronto,
respirable.
Y cuando un astro rompe
sus cadenas
y lo ves zigzaguear,
loco, y perderse,
no por ello la ley
suelta sus garfios.
El encuentro es a
oscuras. En el beso se
mezcla
el sabor de las
lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
el recuerdo de aquella
orfandad, de aquella
muerte.
.
ROSARIO CASTELLANOS
México-1925
De "Lívida luz"
LLUVIA
En Lima... En Lima está
lloviendo
el agua sucia de un
dolor
qué mortífero. Está
lloviendo
de la gotera de tu amor.
No te hagas la que está
durmiendo,
recuerda de tu trovador;
que yo ya comprendo...
comprendo
la humana ecuación de tu
amor.
Truena en la mística
dulzaina
la gema tempestuosa y
zaina,
la brujería de tu "sí".
Mas, cae, cae el
aguacero
al ataúd de mi sendero,
donde me ahueso para
ti...
CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Los
heraldos negros”
CLARO DE RELOJ
Me senté
en un claro del tiempo.
Era un remanso
de silencio,
de un blanco
silencio,
anillo formidable
donde los luceros
chocaban con los doce
flotantes
números negros.
FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Primeras
canciones"
BUZO
El agua de la sombra nos
desnuda
de todos los recuerdos
en esta brusca
inmersión que anticipa,
en los oídos,
la sordera metálica del
sueño
Y quedamos de pronto
sostenidos
-en este mar en donde
nadie flota-
de una cadena lógica de
ausencias,
como el buzo que vive,
en su escafandra,
de la serpiente del aire
que lo sigue.
Ni una burbuja traicionó
la asfixia.
Lento
y con ruedas de espuma
en el insomnio,
giró el acuario rápido
del sueño.
Mas ya el silencio abre
un pozo ardiente en la
memoria fría,
un pozo
donde nuestras imágenes
se lavan de la atmósfera
perdida.
¿Con qué dedos de música
tocarte?
Porque sólo la música
podría
devolverte una forma
para el tacto
a ti, que tienes tantas
para el oído ávido.
Porque sólo la música
sabría componer, con los
fragmentos
de tu semblante muchas
veces roto,
el nuevo,
el expresivo rostro
nuevo
que de tu sueño lento
está naciendo...
JAIME TORRES BODET
México-1902
De "Destierro"
QUE NO SE QUIEBRE TODAVÍA EL HILO
Que no se quiebre
todavía el hilo
sin fin de la esperanza
y la memoria dure
bajo la luz tendida de
la tarde.
Que te retenga aún
continua en mi mirada y
llegue
a mí la mano del amor,
feraz y abierta.
Que aún responda
con mi vida a la vida.
Que no detenga aún
su incorruptible curso
el tiempo
y transcurran las aguas,
las mismas aguas que nos
llevan,
luminosas y amargas,
mientras dure mi canto.
JOSÉ ÁNGEL VALENTE
España-1929
De "Poemas a
Lázaro"
TODA VANIDAD
Toda vanidad,
aunque salga de mí,
es propia de mi raza.
Soy un prisionero del
amor,
pido siempre clemencia.
Un beso más,
una caricia más,
una palabra más.
Siempre a la espera
de un milagro,
un verdadero
loco de amor.
Resuena en mí
un vértigo helado.
Soy un hombre
acomplejado
por su propia ternura.
Busco con firmeza
cautivarme
y no consigo nada.
Repaso mi grandeza
y nada alcanza
para calmar mi sed,
soy una sed de amor
enamorada de sí misma.
Un poeta cantor
y el vértigo de serlo.
Abran las puertas
para que pueda pasar
el que no pudo
el que nada será.
Empecinado bebedor de
cicuta,
detengo mi carrera
y espero que la sed
se calme con el tiempo.
Repaso mi grandeza
y nada alcanza
para calmar mi sed,
soy una sed de amor
enamorada de sí misma.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Canciones
[2'03-2004]"
IDA LA LUZ...
(Bach)
Ida la luz, temblando
como un pájaro
acorralado el tiempo y
sorprendido
su invisible existir,
henos ahora,
donde el límite mismo
del silencio,
preguntando sin voz, con
este chorro
de fuente que no cesa de
crecer,
qué fue -¿cuándo?-, qué
sigue -todavía-
siendo del hombre, qué
-después- será
de su clamor que nadie
escucha, solo
en mitad de la lluvia y
de la pena.
Ida la luz, tocado por
la mano
de lo infinito, de lo
que es eterno
pero muere, de pronto,
un chorro vivo
de fuego pone el alma
-la materia
una- casi al alcance de
los dedos,
bien encendida, sauce
que en lo umbrío
no cesa de caer, pero
responde,
llena tanto ignorar,
cubre y rebosa
con su gracia el pretil
y, al par que alumbra,
erguido y firme en
tierra se sostiene.
Ida la luz y ahora
regresada,
ciego de tanto ver,
teniendo el filo
de los besos intacto, la
alegría
por estrenar y el pozo
del misterio
colmado de palabras por
decir,
cesa -no cesa nunca- el
chorro altivo
y grácil, pero queda
iluminado
el mundo en torno, puro,
a flor de agua
el milagro de ser, y
otra certeza
de que Alguien nos oyó y
está queriéndonos.
CARLOS MURCIANO
España-1931
De “Clave”