NO QUISO SER
No quiso ser.
No conoció el encuentro
del hombre y la mujer.
El amoroso vello
no pudo florecer.
Detuvo sus sentidos
negándose a saber
y descendieron diáfanos
ante el amanecer.
Vio turbio su mañana
y se quedó en su ayer.
No quiso ser.
MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Cancionero y
romancero de ausencias”
PROBERVIOS Y
CANTARES
VIII
Cabeza
meditadora,
¡qué lejos se
oye el zumbido
de la abeja
libadora!
Echaste un velo
de sombra
sobre el bello
mundo, y vas
creyendo ver,
porque mides
la sombra con un
compás.
Mientras la
abeja fabrica,
melifica;
con jugo de
campo y sol,
yo voy echando
verdades
que nada son,
vanidades
al fondo de mi
crisol.
De la mar el
precepto,
del precepto al
concepto,
del concepto a
la idea
-¡oh, linda
tarea!-
de la idea a la
mar.
¡Y otra vez a
empezar!
ANTONIO MACHADO
España-1875
De "Elogios"
VI
El traje que vestí
mañana
no lo ha lavado mi
lavandera:
lo lavaba en sus venas
otilinas,
en el chorro de su
corazón, y hoy no he
de preguntarme si yo
dejaba
el traje turbio de
injusticia.
A hora que no hay quien
vaya a las aguas,
en mis falsillas
encañona
el lienzo para emplumar,
y todas las cosas
del velador de tánto qué
será de mí,
todas no están mías
a mi lado.
Quedaron de su
propiedad,
fratesadas, selladas con
su trigueña bondad.
Y si supiera si ha de
volver;
y si supiera qué mañana
entrará
a entregarme las ropas
lavadas, mi aquella
lavandera del alma. Qué
mañana entrará
satisfecha, capulí de
obrería, dichosa
de probar que sí sabe,
que sí puede
¡COMO NO VA A
PODER!
Azular y planchar todos
los caos.
CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Trilce”
XXXIV
Se acabó el extraño, con
quien, tarde
la noche, regresabas
parla y parla.
Ya no habrá quien me
aguarde,
dispuesto mi lugar,
bueno lo malo.
Se acabó la calurosa
tarde;
tu gran bahía y tu
clamor; la charla
con tu madre acabada
que nos brindaba un té
lleno de tarde.
Se acabó todo al fin:
las vacaciones,
tu obediencia de pechos,
tu manera
de pedirme que no me
vaya fuera.
Y se acabó el
diminutivo, para
mi mayoría en el dolor
sin fin
y nuestro haber nacido
así sin causa.
CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Trilce”
DAKAR
Dakar está en la
encrucijada del sol, del
desierto y del mar.
El sol nos tapa el
firmamento, el arenal
acecha en los caminos,
el mar es un encono.
He visto un jefe en cuya
manta era más ardiente
lo azul que en
el cielo incendiado.
La mezquita cerca del
biógrafo luce una
claridad de plegaria.
La resolana aleja las
chozas, el sol como un
ladrón escala los
muros.
África tiene en la
eternidad su destino,
donde hay hazañas,
ídolos, reinos,
arduos bosques y
espadas.
Yo he logrado un
atardecer y una aldea.
JORGE LUIS BORGES
Argentina-1899
De "Luna de
enfrente"
EL CARRO DE LA VIDA
Aunque a veces la carga
es pesada,
el carro avanza ligero,
el intrépido cochero, el
canoso tiempo,
no se baja del pescante.
Nos acomodamos por la
mañana en el carro,
alegres de partirnos la
cabeza,
y, despreciando el
placer y la pereza,
gritamos: ¡Adelante...!
A mediodía se ha
esfumado ya el arroyo;
trastornados por la
fatiga y aterrados
por las pendientes y los
barrancos,
gritamos: ¡más despacio,
loco!
El carro sigue su
marcha; ya a la tarde,
a su carrera
acostumbrados,
soñolientos,
buscamos posada para la
noche,
mientras el tiempo azuza
los caballos.
ALEXANDR PUSHKIN
Rusia-1799
De “Poemas”
LA VIDA ES AGUA DE UN AUREO RÍO...
La vida es agua de un
áureo río
y afluye al tiempo su
onda de oro;
y es el mañana como el
navío
en que navega nuestro
tesoro.
Lanzas ¡oh Muerte!, tu
soplo frío
y paralizas
la onda móvil del áureo
río;
y en el vacío
se hunde el navío
en que navega
nuestro tesoro.
¡Corran tus aguas,
sagrado río,
y afluya al tiempo tu
onda de oro!
PORFIRIO BARBA JACOB
Colombia-1883
De "Rosas negras"
LA MUJER Y YO
41
Me prometiste que
compraríamos una casa
y me trajiste a vivir a
la casa de tu madre.
Tengo prohibido entrar a
la cocina
Y, cuando estoy a solas
o contigo,
supuestamente, en
nuestro dormitorio,
me siento estrechamente
vigilada.
Después, también, están
tus hermanitas
que me miran como si yo
fuera la intrusa.
A ti sólo te veo los
domingos a la tarde,
si seguimos así
terminaremos separados
tú violando o amando a
tu mamá
y yo trabajando de puta
enamorada
en el corredor de la
muerte en Boston.
Él movía la cabeza
afirmativamente
pero nunca me escuchaba,
nunca me veía.
Yo dejo pasar dos o tres
días y, como él
no me dice nada, ningún
gesto o palabra,
le cuento contenta lo
que pienso hacer.
Él no entiende nada mas
me sigue el tren,
a lo que yo dije, él,
sin escuchar dijo que sí
yo quería decirle que me
iba con su amigo Pepe,
a la selva oscura del
pájaro gris y la
nostalgia.
Que no se preocupe,
quería decirle,
que el dinero que falta
en la cuenta
lo utilicé yo, comprando
maletas,
comprando esas flechas
con aquel veneno
que al tocarte apenas
generan amor
y un poco de dicha
envasada al vacío,
por las dudas extrañe tu
silencio.
Después, también compré
para Pepe
un par de calzoncillos y
una camisa roja
y, si me sobra algo,
cuando vuelva,
lo pondré en la cuenta a
nombre tuyo.
El camarada Cornelio,
que así lo llamaban,
no escuchó y no vio nada
hasta el lunes de mañana
cuando el gerente del
banco lo llamó,
desesperado, para
decirle temblando:
Don José, Santo Dios, su
dinero se esfumó.
No se preocupe, señor
gerente,
deben haber sido la puta
de mi mujer
y el canalla de mi amigo
Pepe.
Pudiendo hacer el amor
en mis propias narices
se van al África Negra
para que nadie los vea.
Gastan mucho dinero
tratando de esconderse
cuando aquí, en Madrid,
en nuestra propia casa
conviven putas y nobles,
chulos y
presidenciables.
Que no lo entiendo,
señor gerente,
que no lo puedo
entender, así
que, cuando vuelvan de
la selva,
cenaré con ellos y les
diré:
A partir de hoy, querida
mía
y dulce amigo del alma,
con ustedes dos no haré
negocios
así que, a partir de
hoy, entre nosotros
sólo podremos el amor,
las ilusiones.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La mujer y yo"
MÁS ALLÁ Y MÁS ACÁ
Entre las ramas de la
neblina y sus umbrales
de sepulcro
entre las ramas de la
noche
El collar de ojos
huraños
De los búhos y los
brujos de sombra
ensangrentada
Ellos escuchan la
obscuridad
Y el bosque se llena de
joyas y sortilegios
Escuchan la obscuridad
que baja sus cascadas en
sordina
Sobre los campos y sobre
el sueño orgulloso
De las raíces
El búho está sentado
sobre el ensueño
favorito
En su sillón de silencio
arrepentido
Con los ojos engastados
en la noche
Cuando piensa
El búho está en el ojo
del leopardo
Y el leopardo en el ojo
del árbol
Y el árbol está en el
ojo de la soledad
Y la soledad en el ojo
de la novia
Que solloza en su manto
de neblinas coronadas
VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “Ver y palpar”
LA FLOR ENCADENADA
El piano es un ala Pero
dónde se encuentra
Sobre la alfombra de
esperanza que ha perdido
la esperanza
La razón de su ojo en el
otro mundo
La esperanza de la
esperanza es la
esperanza sin esperanza
El perfume de su aroma
El perfume de sus
cabellos abre la puerta
de mi alcoba
Pero dónde está mi
alcoba
Dónde está mi ojo
atravesado por un arroyo
Estoy fatigado de morir
en los periódicos
De hacer el horóscopo de
las mariposas
De mirar el mar que se
levanta las faldas
Y las estrellas con sus
campanas
O la flor cargada de
cadenas
Siempre de pie entre
cada sueño
Pero dónde está mi sed
Dónde está mi hambre
Bebamos el agua de esa
fuente
Que nos hace ver los
ojos ausentes
Comamos la carne de
nuestro brazo
Y que ella brote en
nuestra pierna
Devoremos la lengua de
la boca
para que el vientre
saque la lengua
Dónde está mi palabra
Mi palabra con su
sombrero
Tan lejos de sus adornos
y de sus medias de seda
Lejos
Lejos todo como el
relincho nocturno
Lejos las valijas de las
campanas
Los ruidos de las
semillas que caen en la
punta de la lluvia
Los ruidos de las agujas
que se clavan en la
tierra
Los hilos que atraviesan
el cielo
Y hacen un collar de
cielos
Lejos
Los ruidos de los ruidos
La sombra de los ruidos
mutilados
El eco que la montaña
guarda en su bolsillo
¿Quién dará el vuelto
del vuelto?
VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “El ciudadano
del olvido”
REGRESA, ALMA DEL CIELO, BLANCA LUNA
Regresa, alma del cielo,
blanca luna
luciente y bella, al
círculo primero
y con tu acostumbrado
albor renueva
la diadema de plata,
ahora empañada.
Deja que por la tierra
en sombra oscura
tu querido Endimión
cazando vaya
la fiera que le plazca,
y de tu lumbre
junta rayos eternos en
tu frente.
Vuelve al divino sol los
bellos ojos,
única meta en ti veraz y
digna,
poniendo el freno a tus
veloces ciervos.
Rompe con un desdén
honesto y firme
la niebla impía y vil
que te oscurece
tu cielo claro, lúcido y
sereno.
CHIARA MATRAINI
Italia-1515
De "Tres poetisas
italianas del
Renacimiento"
ESTE NUDO GENTIL
QUE A MI ALMA APRIETA
Este nudo gentil que a
mi alma aprieta,
desde que es ya inmortal
tan alta causa,
libra a mi corazón de
aquellos males
que a los amantes mueve
a enfurecerse;
pues no pinta la imagen
falsa ahora
el Amor en mi mente, ni
me asalta
el temor, ni la flecha
áurea o de plomo
entre el freno o la
espuela, ata o empuja.
Con firme fe en aquel
estado inmóvil,
un bello y fiel pensar
me lo presenta,
por encima de estrellas,
hado o suerte.
Ni un día menos
desdeñoso ni otro
más altivo, mas siempre
estable y santo:
este amor que es el
bueno, el firme, el
cierto.
VITORIA COLONNA
Italia-1490
De "Tres poetisas
italianas del
Renacimiento"
VIVIR
........................................................................................
Taranta-Babú, escúchame:
La audacia,
el
pensamiento
y la mano del hombre,
profanando la tierra
hasta en su entraña,
han llegado a crear
dioses tan infernales
que con un puñetazo
pueden
pulverizar nuestro
planeta.
Sólo una vez al año da
frutos el granado,
pero podría dar mil
veces más.
Tan grande, tan hermoso
es nuestro mundo
y tan vasta, tan vasta
la orilla de los mares
que, alineándonos todos,
codo a codo,
sobre la rubia arena,
cada noche podríamos
cantarle a las aguas
estrelladas.
¡Qué bueno poder vivir
así!
Poder vivir
interpretando el mundo
como un libro,
sintiéndolo en el alma
como un canto de amor,
con asombro de niño.
VIVIR...
Sí, vivir cada uno
y todos
juntos
lo mismo que las hebras
al tejer
una tela
de seda.
Vivir cantando en coro
un himno
a la alegría.
Vivir...
y, sin embargo, ¡oh,
Taranta-Babú,
qué porquería,
qué sucia historia:
que esto tan
increíblemente bello,
tan indeciblemente
jubiloso,
sea tan duro hoy,
tan mezquino,
sangriento,
repugnante...!
NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en
1902
De "Poemas"
ORFEO EN LA FLORESTA
El mundo canta en ti; no
eres tú, no, quien
canta.
Por eso te acompaña la
naturaleza:
los árboles, las rocas,
las flores y las fieras
respiran pausados y,
extáticos, contemplan
el mundo al fin abierto,
luminoso y vacío
unido por el ritmo que
alienta en cuanto
existe.
Nadie te escucha, Orfeo;
se escucha como tú te
escuchas
a ti mismo
en el canto que funde lo
alto con lo bajo,
la tierra que habitamos
y el cielo que nos
llama,
la ferocidad radiante de
la vida
y el éxtasis vacío de la
muerte latente.
Y el canto -al fin
comprendes- es lo único
que existe
el canto sin palabras,
la vida conformada
más allá de los días
tontos y pasajeros:
El canto que no suena y
el ritmo sin sentido,
los números perdidos en
las constelaciones,
matemática Urania,
celeste ¡y ay vacía!
Pues ¿qué sentido humano
tiene lo que sostiene
sin sentido el mundo?
¿Qué es la música,
Orfeo?
Ni tú ni nadie sabe que
en el fondo el secreto
de la música está, si
ahondas, en el
silencio..
GABRIEL CELAYA
España-1911
De “Cantos y
mitos”
CUANDO YO ERA PEQUEÑITO
Cuando yo era pequeñito,
en los brazos de mi
abuelo,
el abuelo me contaba,
me contaba suspirando,
lo amarga que era la
vida.
Luego, cuando fui más
grande,
yo acompañaba a mi padre
para ayudarle en el
campo
y aumentar más la
cosecha,
sintiendo ganas de irme,
pues mi padre trabajaba
desde el alba hasta la
tarde
sin saber por qué lo
hacía,
ya que el fruto que
esperaba
se lo llevaba el
boyardo.
Éramos ocho hermanitos.
Nada, nada nos dejaban,
porque todo lo que
arábamos
y todo lo que
sembrábamos
y todo lo que segábamos
y todo lo que juntábamos
se lo llevaba el
boyardo.
Mas hoy, si salgo de
casa
y tomo el mismo camino,
sólo veo en derredor,
de la estación a la
aldea,
los ricos campos
sembrados.
Y como sé que son
para nosotros y el
pueblo,
me dan ganas de gritar,
de gritar a todo el
mundo
que dure siempre esta
vida.
DOINAS Y BALADAS
POPULARES RUMANAS
Traducción:
María Teresa León y
Rafael Alberti
De "Doinas y
baladas populares
rumanas"
AL VER APARECER MI HERMOSO RAYO
Al ver aparecer mi
hermoso rayo*
ver me parece el sol
cuando despunta;
cuando luego conmigo
dulce queda,
parece el sol que sigue
su viaje.
Y tanta fuerza y dicha
en mi alma tengo,
y tanta muestro en el
semblante entonces,
como la hierba por el
sol pintada
en el más lindo mayo al
mediodía.
Cuando luego mi sol por
fin se marcha,
contemplo al otro, que
descolorida
deja la tierra yéndose a
occidente,
mas vuelve el otro y
vuelven luz y vida;
y de mi claro oriente
iluminado
cierto el partir, dudoso
es el regreso.
*Se refiere al amado.
GASPARA STAMPA
Italia-1523
De "Tres poetisas
italianas del
Renacimiento"
PAUSA
Pausa, espantosa pausa
de párpados de plomo,
tromba dormida al aire,
pompa de paños, polvo,
donde irrumpen
frenéticas
cien mil cristalerías
de fábricas de viento,
que el huracán derriba,
y un martillo de sangre
-¡clo!- que estrangula a
pausas
-¡morir!- las simas
súbitas
-silencio- de la ráfaga.
DÁMASO ALONSO
España-1898
De “Oscura noticia”
ESTO QUE SUBE Y TOCA TU PALABRA
Es un hablar de nieve
esto que sube y toca tu
palabra.
Se dobla el otro extremo
del espacio
allá donde el verano
compromete
la ciudad en que
habitas.
Alejada por la tierra
implacable
tu cara es el azar de mi
memoria.
Centellean los pájaros
servidores del frío
y obedezco a los
cóncavos designios
que te anuncian con
colores helados en las
ramas.
Voz de sol en destierro
manos que denominan
cosas
entre huellas y pinos
solitarios.
Yo sé mejor de lejos tu
nombre de flor cruda
jugada en la inocencia.
Rotan su luz opuesta los
solsticios
y hay un cambio secreto
que le nace al lenguaje
agazapado en un rincón
del mundo.
¿Qué punto del espacio
enlaza como un encuentro
grave
tu decir y mi ausencia?
Algo ocurre en un sitio
del alma
que desconoce sus
predilecciones.
Levanto una mirada de
fiesta prohibida
limada de una pérdida.
Ya no descubro rosas,
las invento
de las sopladas voces de
oscuridad y exilio.
Nunca se empieza a amar
sin una chispa
de error en la mirada.
La distancia es a veces
un mudo espacio de
reconocimientos.
ELIZABETH AZCONA
CRANWELL
Argentina-1933
De "Poetas
argentinos
contemporáneos"
FLORES DEL CIELO
Leí
estos dos versos de
Ronsard:
Je vous envoye un
bouquet que ma main
Vient
de trier de des fleurs
épanouies.
y escribí
esto:
¿Flores? ¡No quiero
flores! ¡Las del cielo
Quisiera yo segar!
¡Cruja, cual falda
De monte roto, esta
cansada veste
Que me encinta y
engrilla con sus
miembros
Como con sierpes, y en
mi alma sacian
Su hambre, y asoman a la
cueva lóbrega
Donde mora mi espíritu,
su negra
Cabeza, y boca roja y
sonriente!
¡Caiga, como un encanto,
este tejido
Enmarañado de raíces!
¡–Surjan
Donde mis brazos alas,-
y parezca
Que, al ascender por la
solemne atmósfera,
de mis ojos, del mundo a
que van, llenos,
Ríos de luz sobre los
hombres rueden!
Y huelguen por los
húmedos jardines
Bardos tibios segando
florecillas:-
Yo, pálido de amor, de
pie en las sombras,
Envuelto en gigantesca
vestidura
De lumbre astral, en mi
jardín, el cielo,
Un ramo haré magnífico
de estrellas:
¡No temblará de asir la
luz mi mano!
Y buscaré, donde las
nubes duermen,
Amada, y en su seno la
más viva
Le prenderé, y esparciré
las otras
Por su áurea y vaporosa
cabellera.
JOSÉ MARTÍ
Cuba-1853
De “Versos libres”
ÁRBOL DE MI ALMA
Como una ave que cruza
el aire claro
siento hacia mí
venir tu pensamiento
Y acá en mi corazón
hacer su nido.
Ábrese el alma en flor:
tiemblan sus ramas
Como los labios frescos
de un mancebo
En su primer abrazo a
una hermosura;
Cuchichean las hojas:
tal parecen
Lenguaraces obreras y
envidiosas.
A la doncella de la casa
rica
En preparar el tálamo
ocupadas:
Ancho es mi corazón, y
es todo tuyo:
Todo lo triste cabe en
él, y todo
Cuanto en el mundo
llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo,
y derruidas
Ramas lo limpio: bruño
con cuidado
Cada hoja, y los tallos:
de las flores
Los gusanos y el pétalo
comido
Separo: oreo el césped
en contorno
Y a recibirte, oh pájaro
sin mancha
Apresto el corazón
enajenado!
JOSÉ MARTÍ
Cuba-1853
De “Versos libres”