Madrid, 01-06-16

SOBRE EL AMOR

Es casi en el final
que se apaga la llama
y aparece el humo.

Es casi en el final
donde los amantes creen
que todo lo olvidarán.

Es casi en el final
donde se miran con ardor
pero ya todo, es imposible.

Es en el final
donde no pueden ni mirarse
y lo recuerdan todo.

El humo es ahora cenizas
pero no de algún muerto,
cenizas de un amor perdido.

Clarividencia la del amor
cuando al romperse
acepta haber gozado.

Acepta sin más
en la próxima vuelta,
hacerlo diferente.

Pero no tiene fuerzas,
el amor al partir
se llevó, también, el deseo.

La ceniza es ahora
abono irremplazable
para lo nuevo que nace.

De un amor que muere
nace otro amor.
El amor ha triunfado.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Notas Diálogos Redes Sociales Flamenco, Tango y Poesía


Madrid, 02-06-16

 

RAZA DE HIERBA

Hombre del agro y del costal austero
sobre los hombros, donde cargas cosas
esenciales y azules mariposas,
en señal de tu oficio verdadero.

Mujer de este hombre. Filo de su acero,
manubrio de sus hachas dolorosas,
cicatriz de sus piernas poderosas
y raído sudor de su sombrero.

Tribu mía geólatra que viste
camisa burda y vertical resiste
la duración de su terrestre brega.

Rostro mío tal vez y espalda mía
que hasta ayer mi actitud no conocía,
y que hoy el suelo potencial me entrega.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Hay piedras como lágrimas"


Madrid, 03-05-16

SERENA LUZ

A desandar los pasos del olvido.
A ser la potestad y la presencia
del amor, y a vivir en la evidencia
más alta de nosotros, he venido.

El campos se descubre, protegido
por un cielo de noble transparencia,
y el aire, en la floral adolescencia
de la mañana, fluye desasido.

Aire de claridad. Está la vida
tan indudable y cerca de nosotros,
que en la luz y en el agua la tocamos.

Somos de luz hasta en la oculta herida,
y nos parece que en la calma de otros
inmensos corazones descansamos.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Presencia"


Madrid, 06-06-16

DE LOS ÁLAMOS Y LOS SAUCES

Y cantaré más alto,
aunque esta tierra ni me escuche y hable.

Y echaré mis raíces
de manera que crezcan hacia el aire.

¿De quién es esa voz,
esas ramas que pasan sin pararse?

De los álamos tienen
el tiemblo, y el silbido de los sauces.

¿A dónde irán, perdidas,
cantando, ciegas, sin mirar a nadie?

Van a la mar, al mar. Si no volvieran,
es que quieren quedarse.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De “Entre el clavel y la espada


Madrid, 07-06-16

AL NIÑO QUE VENDE BERROS

No tiene padres, claro... Lo sé por tu indecisa
manera de mirar. Lo sé por tu camisa.

Eres pequeño y grande detrás de la canasta.
Respetas los gorriones. Un centavo te basta.

La gente va vestida por adentro de hierro.
No te oyen... Has gritado dos o tres veces: ¡berro!

Pasan indiferentes con bultos y sombrillas,
en pantalones nuevos y en blusas amarillas;

caminan presurosos hacia el Banco y el tedio
o hacia el atardecer por la Calle del Medio.

Y tú no estás vendiendo: tú juegas a vender;
y aunque jamás jugaste te sale sin querer.

Pero no te me acerques; no, niño, no me hables.
No quiero ver el sitio de tus alas probables.

Te encontré esta mañana al doblar de la Audiencia,
y ¡qué golpe me ha dado tu infeliz inocencia!

Mi corazón que era un poco de ilusión
ya es como berro mustio, como no corazón.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Memoria de la fiebre


Madrid, 08-06-16

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD

VI

No estamos, exactamente, en ningún sitio,
somos esos arcángeles negros,
que sólo aparecen para enfrentarse con la muerte.

Vivir, vivir en el deseo, sin hambre, sin sueño, 
invencibles en nuestro empecinamiento de vivir.
Y así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol, 
pero, también, enloquecidos amantes de la lluvia
y nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque de ningún sitio somos o hemos partido.

La vida nos entra por los ojos, casi siempre
y nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin otra razón que estas crueles lágrimas,
que no pensamos derramar ,
que no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque nosotros somos dioses en nuestra burla
y ni siquiera ambicionamos morir
porque de alguna manera ya hemos muerto.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Amores perdidos"


Madrid, 09-06-16

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD

VII

Somos la noche quieta,
la noche que no se ve ni en los sueños,
la noche partida, despedazada, abierta.
Cuando partimos, detrás de nosotros,
las arenas movedizas se lo tragan todo.

Es para no vernos partir,
que la noche se alumbra de dolor.

Viejos del mar, nos llaman
y ninguno de nosotros ha conocido el mar.
Nuestra penumbra es clara,
el manantial que nos abraza es el suburbio del desierto,
más adentro imposible, más perdidos que nosotros,
más sumergidos en la nada de nada, imposible.

Llegamos a lo más profundo sin hacer movimientos,
hacemos el amor,
prolongando nuestras frases hasta el paroxismo.
Nadie se resiste a nuestra manera de gozar,
por eso quieren eliminarnos.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Amores perdidos"


Madrid, 10-06-16

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD

VIII

Algo te odio aunque me quieras, no puedo remediarlo, 
son los años pasados, una ley propia de la vida,
la tibia envidia de verte más allá, viviendo,
la cárcel de pagar tu crecimiento, amar tus triunfos.

Todo ha de ser mejor así, tú vivo y yo muerto,
pero antes de que todo acontezca, puedo soñar,
abrirme, sinceramente, a la venganza, al odio,
al vértigo de sentirme inmortal antes que tú.

Después, también, así lo entiendo, vivo en tus hijos, 
nueva juventud desesperada y quieta, llena de bríos, 
ambiciosa certeza de que mi sangre, mi propia sangre, 
se abre silenciosa a los nuevos caminos de las horas.

Y así, en la inmensidad, tan vivo al igual que muerto,
algo te odio aunque me quieras, sin poder remediarlo.  

Espero que comprendas la extrema lujuria de mi canto, 
voy a morirme y mi enorme deseo, es quedarme a vivir , 
entre tus juventudes, entre los nuevos cantos al aire,
entre los nudos de no saber si habrá una muerte digna.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Amores perdidos"


Madrid, 13-06-16

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD
IX

Te quiero aunque me ataques, joven amigo.
Yo, también, como tú mismo, de pequeño,
me tragaba todo lo que mi padre me decía,
ni siquiera lo odiaba y, algo, lo respetaba,
mas aún con esfuerzos nunca entendía nada.

Por eso te comprendo, joven amigo,
cuántas veces, llorando, me desgranaba en versos,
cuántas veces tratando de recordar lo no escuchado,
me envilecía hasta caer rendido en cualquier sitio,
sin saber nunca si eran brazos, manos ardientes o
grises locuras, hirvientes alcoholes despiadados
o el triste regazo de madres solitarias y sin hijos.
Yo te quiero aunque tú no me quieras y
no es, exactamente, por ti que lo consigo,
es que la soledad del que no ama, es negra,
es ardiente suplicio con eternos dolores,
es trágica la espera de quien no tiene amores.

Es por eso, por voluntad extrema de no morir
encadenado a tristes artilugios de soledad,
es que te amo, como las aguas a su cauce,
como las, sencillas, estrellas a su cielo.
Es necesario amarte aunque tú no me ames,
para que el mundo crea y ame mi vejez.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Amores perdidos"


Madrid, 14-06-16

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD
X

Rencores tengo ajenos y los propios
maldecires y llantos conviven en mí.
Sin embargo en noches quiero amarte,
de risa y de sosiegos cantar por ti.

Cantar esas canciones de alma pura,
rondar ese silencio del bello amor .
Hilos de luz enredar en tu cabello,
pieles internas desatar con mi voz.

No me acuses de gozar en mis penas,
que aunque me duela aún el corazón,
saltar quiero, sí, hasta tus brazos.

No hieras con tus lágrimas mis ojos.
Bebe de mí el dolor, como de amores,
crucifica en mis penas, tu ambición.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Amores perdidos"


Madrid, 15-06-16

SIGNO DE FUEGO

Aquí, donde entre mares surgió la isla
como un ara de ofrenda inesperada,
aquí, bajo un negro cielo
enciende Zaratustra sus fuegos que se elevan, -
señales de fuego para naves perdidas,
signos de interrogación para quienes tienen respuesta...

Esta llama de vientre blanquecino
- dirige su avidez hacia heladas lejanías,
alza el cuello hacia más puras alturas -
serpiente erguida de impaciencia:
Este signo he colocado ante mí.

Mi propia alma es esta llama:
insaciable de nuevos horizontes,
asciende, asciende su silencioso ardor.
¿Por qué huyó Zaratustra de hombres y animales?
¿Por qué escapó súbito de toda tierra firme?
Seis soledades conoce ya -,
pero incluso el mar no fue para él bastante solitario,
la isla le permitió ascender, se hizo llama sobre el monte,
tras una séptima soledad
arroja ahora anhelante el anzuelo por encima de su cabeza.

¡Naves perdidas! ¡Ruinas de viejas estrellas!
¡Mares del futuro! ¡cielos inexplorados!
A todos los solitarios lanzo ahora el anzuelo:
¡Responded a la impaciencia de la llama,
pescad para mí, pescador en las altas montañas,
mi séptima, mi última soledad!

FRIEDRICH NIETZSCHE
Alemania-1844
De "Poemas"


Madrid, 16-06-16

MI DICHA

¡Las palomas de San Marcos otra vez!
Tranquila está la plaza, dormita el mediodía.
En un dulce frescor, despreocupado,
lanzo al azul canciones como un revoloteo de palomas
y las atraigo después
para colgar una rima más entre sus plumas.
¡Oh mi dicha, mi dicha!

Serena techumbre celestial, azulada luz, de seda,
cómo flotas cobijando la construcción multicolor
que yo -¿qué digo?- amo, temo, envidio...
¡En verdad, con gusto libaría su alma!
-¿Se la devolvería alguna vez?-
¡No, tranquilízate, asombro de los ojos!
¡Oh mi dicha, mi dicha!

Severa torre, ¡con qué leonino ímpetu
te elevas aquí, vencedora sin esfuerzo!
la plaza llenas con tu profundo tañido-:
¿Es acaso francés su accent aigu?
Si como tú aquí, permaneciera,
sabría por qué sedoso imperativo...
¡Oh mi dicha, mi dicha!

¡Fuera, música, fuera! ¡Deja que las sombras se espesen
y crezcan hasta ser obscura y tibia noche!
Es demasiado pronto para tu sonido, aún no brillan
los ornamentos de oro con la magnificencia de las rosas,
aún queda mucho día,
para hacer versos, deambular y musitar a solas
¡Oh mi dicha, mi dicha!

FRIEDRICH NIETZSCHE
Alemania-1844
De "Poemas"


Madrid, 17-06-16

TRABAJO FRÍO

¿Dime, del tiempo, resonando
en tu esfera parcial y dulce,
no oyes acaso el sordo gemido?

¿No sientes de lenta manera,
en trabajo trémulo y ávido,
la insistente noche que vuelve?

Secas sales y sangres aéreas,
atropellado correr de ríos,
temblando el testigo constata.

Aumento oscuro de paredes,
crecimiento brusco de puertas,
delirante población de estímulos,
circulaciones implacables.

Alrededor, de infinito modo,
en propaganda interminable,
de hocico armado y definido
el espacio hierve y se puebla.

No oyes la constante victoria,
en la carrera de los seres,
del tiempo, lento como el fuego,
seguro y espeso y hercúleo,
acumulando su volumen
y añadiendo su triste hebra?

Como una planta perpetua, aumenta
su delgado y pálido hilo,
mojado de gotas que caen
sin sonido, en la soledad.

PABLO NERUDA
Chile-1904
De "Residencia en la tierra"


Madrid, 20-06-16

ARACELI

No si de arcángel triste ya nevados
los copos, sobre ti, de sus dos velas.
Si de serios jazmines, por estelas
de ojos dulces, celestes, resbalados.

No si de cisnes sobre ti cuajados,
del cristal exprimidas carabelas.
Si de luna sin habla cuando vuelas.
Si de mármoles mudos, deshelados.

Ara del cielo, dime de qué eres,
si de pluma de arcángel y jazmines,
si de líquido mármol de alba y pluma.

De marfil naces y de marfil mueres,
confinada y florida de jardines
lacustres de dorada y verde espuma.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De "Cal y canto"


Madrid, 21-06-16

AMARANTA

"...calzó de viento..."
Góngora

Rubios, pulidos senos de Amaranta,
por una lengua de lebrel limados.
Pórtico de limones, desviados
por el canal que asciende a tu garganta.

Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
y corvo, en vilo, al viento te levanta.

La soledad, dormida en la espesura,
calza su pie de céfiro y desciende
del olmo alto al mar de la llanura.

Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
y gladiadora, como un ascua impura,
entre Amaranta y su amador se tiende.

 

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De "Cal y canto"


Madrid, 22-06-16

SUEÑO DE LAS TRES SIRENAS

Nácares de la luna ya olvidados,
las verdes colas de las tres sirenas,
que huyendo de la mar y sus pescados,

cortas las faldas cortas las melenas,
reinas del viento, los celestes bares
solicitan en tres hidros alados.

¡Qué amarga ya la menta de los mares!
¡Gloria al vapor azul de los licores
y al sonoro cristal de los vasares!

¡Lejos los submarinos comedores!
¡Honor a los seráficos fruteros
del Paraíso añil de los Amores!

Bajo las ondas, novios marineros,
nunca más, ni por playas y bahías,
los pescadores y carabineros.

Sí por hoteles y confiterías,
alfiler de sol puro en la corbata,
ángeles albos de las neverías.

No en el estío de la mar, regata
de balandros, sino que por el cielo,
un automóvil de marfil y plata,

un hidroplano de redondo vuelo
y, a un patinar de corzas boreales,
la resbalada luna azul del yelo.

Ver cómo en las verbenas siderales,
vírgenes albas, célicos donceles
y flores de los canos santorales,

en calesas de vidrios y claveles,
las ternas van a coronar, equinas,
del giro de los blandos carruseles.

No más álgidas ferias submarinas,
ni a las damas jugar con los tritones
o al ajedrez con los guardias marinas.

¡Muerte a la mar con nuestros tres arpones!

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De "Cal y canto"


Madrid, 23-06-16

ASCENSIÓN

Azotando, hiriendo las paredes, las humedades,
se oyeron silbar cuerdas,
alargadas preguntas entre los musgos y la oscuridad
   colgante.
Se oyeron.
Las oíste.

Garfios mudos buceaban
el silencio estirado del agua, buscándote.
Tumba rota,
el silencio estirado del agua.
Y cuatro boquetes, buscándote.

Ecos de alma hundida en un sueño moribundo,
de alma que ya no tiene que perder tierras ni mares,
cuatro ecos, arriba, escapándose.

A la luz,
a los cielos,
a los aires.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De "Cal y canto"


Madrid, 24-06-16

EL ALBA DENOMINADORA

A embestidas suaves y rosas, la madrugada te iba
   poniendo nombres:
Sueño equivocado, Ángel sin salida, Mentira de lluvia
   en bosque.

Al lindero de mi alma que recuerda los ríos,
indecisa, dudó, inmóvil:
¿Vertida estrella, Confusa luz en llanto, Cristal sin voces?

No.
Error de nieve en agua, tu nombre.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De "Cal y canto"


Madrid, 27-06-16

ESTABA RODEADO

Estaba rodeado,
había conseguido mentirle a todo el mundo:
A los traficantes de drogas
les había hecho creer que yo era un consumidor.
A los llamados drogadictos les hacía creer que era médico,
a los médicos, les hacía creer que estaba sano.
A mi mamá no le puedo hacer creer nada
porque mi mamá está muerta.

Pero, a mi mujer, ¡le hacía creer cada cosa!
Un día la encontré distraída y le dije:
mis versos son todos para ti.
Y ella siguió distraída, mirando la historia
y me dijo: Nunca pensé otra cosa.
Y, cuando casi lamentándome,
le dije: Mi amor, mi amor.
Ella me contestó: Aunque no fuera por amor,
igual me haría bien.

Al historiador le dije que, aún, no había nacido,
al sepulturero que, aún, no había muerto,
y a mi amada, a mi amada le dije a lo Gardel:
Te amaba tanto, piba, que se rompió mi canto.

Y, una tarde, al violín le hice creer,
al pobre, que el agudo era yo.
le hice creer al diablo que era el mejor de sus soldados,
pero el dolor de la mentira era verdadero,
porque también le hice creer a Dios
que yo era el más santo de sus fieles.

Y, también, me mentí a mí mismo,
cuando me dije: Yo soy feliz.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Notas Diálogos Redes Sociales
Flamenco, Tango y Poesía
"


Madrid, 28-06-16

EL ESPEJO ROTO

El hombrecito que cantaba sin cesar
el hombrecito que bailaba en mi cabeza
el hombrecito de la juventud
rompió el cordón de su zapato
y todas las barracas de la fiesta
repentinamente se desmoronaron
y en el silencio de esa fiesta
en el desierto de esa fiesta
oí tu voz feliz
tu voz desgarrada y frágil
infantil y desolada
que venía de lejos y me llamaba
y me llevé la mano al corazón
donde se agitaban
ensangrentados
los siete trozos de espejo de tu risa estrellada.

JACQUES PREVERT
Francia-1900
De "Palabras"


 

Selección de Poemas Editados
 

 

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