Madrid, 04-05-15

NADA DE NOSTALGIA

El que pueda llegar que llegue
ésta es la sal de las partidas
Una perla de amor insomne
Entre manos desconocidas

Lechos de plumas en el viento
Sólo dormimos en los médanos
Tal la gitana del desierto
En la noche del Aduanero

La gitana con una cítara
Un león la huele como a una flor
Es el sueño feroz y tierno
El olfato de la pasión

Alas de nunca y de inconstancia
A través del cielo se filtran
Implacables cuerpos amantes
Con sus terribles maravillas

Todas las llaves abren la muerte
Pero la vida nunca se cierra
¡Todas las llaves abren la puerta
Del puro incendio de la tierra!

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De "Fuego libre"


Madrid, 05-05-15

NINGUNA ESPERANZA

Quizás te amenazan las flores
Quizás tu enemigo es el viento
El gusto ansioso de una fruta
El volcán negro de tu sexo

Una caricia se remonta
-El mar repite sus historias-
Otra caricia misteriosa
Teje la cuerda del verdugo

¡Oh tentación! ¿Quién te rechaza?
Vendaval de alas y de ruegos
Mezclado al sol de los abrazos
No esperes más que tu deseo

Miremos de frente a la tierra
A los ídolos de la vida
Escuchad ese idioma en llamas
En la boca de la bahía

Amenazado por estrellas
Por cabelleras de ternura
Por el agua mortal que brilla
Cuando unos senos se desnudan

 

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De "Fuego libre"


Madrid, 06-05-15

VALS EN LAS RAMAS

Homenaje a Vicente Aleixandre
por su poema "El vals"

Cayó una hoja
y dos
y tres.
Por la luna nadaba un pez.
El agua duerme una hora
y el mar blanco duerme cien.
La dama
estaba muerta en la rama.
La monja
cantaba dentro de la toronja.
La niña
iba por el pino a la piña.
Y el pino
buscaba la plumilla del trino.
Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas alrededor.
Y yo también
porque cayó una hoja
y dos
y tres.
Y una cabeza de cristal
y un violín de papel
y la nieve podría con el mundo
si la nieve durmiera un mes,
y las ramas luchaban con el mundo
una a una,
dos a dos,
y tres a tres.
¡Oh duro marfil de carnes invisibles!
¡Oh golfo sin hormigas del amanecer!
Con el muuu de las ramas,
con el ay de las damas,
con el croo de las ranas,
y el gloo amarillo de la miel.
Llegará un torso de sombra
coronado de laurel.
Será el cielo para el viento
duro como una pared
y las ramas desgajadas
se irán bailando con él.
Una a una
alrededor de la luna,
dos a dos
alrededor del sol,
y tres a tres
para que los marfiles se duerman bien.

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Poeta en Nueva York"


Madrid, 07-05-15

AGUA, ¿DÓNDE VAS?

Agua, ¿dónde vas?

Riyendo voy por el río
a las orillas del mar.

Mar, ¿adónde vas?

Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.

Chopo, y tú ¿qué harás?

No quiero decirte nada.
Yo... ¡temblar!

¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?

(Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.)

 

 

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Canciones"


Madrid, 08-05-15

CIELO VIVO

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol con las criaturas en carne viva.

Pero me iré al primer paisaje
de choques, líquidos y rumores
que trasmina a niño recién nacido
y donde toda superficie es evitada,
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Allí no llega la escarcha de los ojos apagados
ni el mugido del árbol asesinado por la oruga.
Allí todas las formas guardan entrelazadas
una sola expresión frenética de avance.

No puedes avanzar por los enjambres de corolas
porque el aire disuelve tus dientes de azúcar.
Ni puedes acariciar la fugaz hoja del helecho
sin sentir el asombro definitivo del marfil.

Allí, bajo las raíces y en la médula del aire,
se comprende la verdad de las cosas equivocadas.
El nadador de níquel que acecha la onda más fina
y el rebaño de vacas nocturnas con rojas patitas de mujer.

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba,
pero me iré al primer paisaje de humedades y latidos
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Vuelo fresco de siempre sobre lechos vacíos.

Sobre grupos de brisas y barcos encallados.
Tropiezo vacilante por la dura eternidad fija
y amor al fin sin alba. Amor. ¡Amor visible!

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Poeta en Nueva York"


Madrid, 11-05-15

HACIA...

          Vuelve,
          ¡corazón!,
          vuelve.

Por las selvas del amor
no verás gentes.
Tendrás claros manantiales.
En lo verde,
hallarás la rosa inmensa
del siempre.

Y dirás: ¡Amor!, ¡amor!,
sin que tu herida
se cierre.

          Vuelve,
          ¡corazón mío!,
          vuelve.

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Suites"


Madrid, 12-05-15

CANCIÓN OTOÑAL
Noviembre de 1918
GRANADA

Hoy siento en el corazón
Un vago temblor de estrellas,
Pero mi senda se pierde
En el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
Y el dolor de mi tristeza
Va mojando los recuerdos
En la fuente de la idea.

Todas las rosas son blancas,
Tan blancas como mi pena,
Y no son las rosas blancas,
Que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
Copos de besos y escenas
Que se hundieron en la sombra
O en la luz del que las piensa.
La nieve cae de las rosas,
Pero la del alma queda,
Y la garra de los años
Hace un sudario con ella.

¿Se deshelará la nieve
Cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
Y otras rosas más perfectas?

¿Será la paz con nosotros
Como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
La solución del problema?

¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
Si el crepúsculo nos hunde
En la verdadera ciencia
Del Bien que quizá no exista,
Y del Mal que late cerca?

Si la esperanza se apaga
Y la Babel se comienza,
¿Qué antorcha iluminará
Los caminos en la Tierra?

Si el azul es un ensueño,
¿Qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
Si el Amor no tiene flechas?

Y si la muerte es la muerte,
¿Qué será de los poetas
Y de las cosas dormidas
Que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
Un vago temblor de estrellas
Y todas las rosas son
Tan blancas como mi pena.

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Libro de poemas"


Madrid, 13-05-15

LA VIDA EL POETA
XX

                                       He nacido
                                       estoy en el mundo
                                       y el mundo son las cosas hechas
                                       y la razón de ser ha sido encontrada.

Terrores y ungüentos del pasado,
recorren mi propio tiempo de vivir
y, sin embargo, no será necesario,
atarse a ningún carro,
de una pura violencia contra el hombre,
a ninguna pasión por los asesinatos.

Nubes de acrílico, perfectas, alteran mi ser.

Máquina del poder, ardiente, máquina del poder,
hundo en tu soledad mi nombre, 
nombre primero en tus entrañas.

Escalo tus montañas,
no con el poderoso vuelo de las águilas,
escalo tus montañas,
a vuelo de pobre pájaro deforme.

Cúspide de las cúspides:
mi fealdad.
Un temblor, un incipiente temblor, 
tenue y solitario murmullo infantil, 
en plena cumbre.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La patria del poeta"


Madrid, 14-05-15

28 de octubre de 1976, Madrid

Espero con paciencia que la vida ocurra.
El estilo oriental,
                            me cae bien.
Todo es lento en un pueblo donde la civilización
ha hecho sus estragos.
                                    Mis días no tienen tus historias,
tienen una ventana a una ciudad,
tontos recuerdos de sangre
                                           y ausencia de palabras.
Instalado en la vejez,
                                   pienso que los padres,
los verdaderos padres no mueren,
                                                      ellos son sus palabras.

Todo pasado que no se transforme en escritura,
será
       vano perfume nocturno.
escribir de la lenta y tediosa vida, me resulta difícil.
Contando tercamente el dinero,
sintiendo,
                 que esta vez,
                                      no podré.
Todo estaba preparado antes de que yo llegara,
                                                                            y sin embargo
no se podrán desentender de alguien que tanto los conoce.
Soy
se lo digo a Ella en una carta,
el antropólogo de la sociedad contemporánea.
Comida y esas cosas creo que tendré.
Vivo entre ellos, mando mis hijos a sus escuelas.
Estoy bien, sólo me interesa la vejez,
                                                            los mecanismos de la muerte.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Salto mortal"


Madrid, 25-05-15

LA SOMBRA DE MI ALMA
Diciembre de 1919
Madrid

La sombra de mi alma
Huye por un ocaso de alfabetos,
Niebla de libros
Y palabras.

¡La sombra de mi alma!

He llegado a la línea donde cesa
La nostalgia,
Y la gota de llanto se transforma,
Alabastro de espíritu.

(¡La sombra de mi alma!)

El copo del dolor
Se acaba,
Pero queda la razón y la sustancia
De mi viejo mediodía de labios,
De mi viejo mediodía
De miradas.

Un turbio laberinto
De estrellas ahumadas
Enreda mi ilusión
Casi marchita.

¡La sombra de mi alma!

Y una alucinación
Me ordeña las miradas.

Veo la palabra amor
Desmoronada.

¡Ruiseñor mío!
¡Ruiseñor!
¿Aún cantas?

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De "Libro de poemas"


Madrid, 26-05-15

PIEDRA PULIDA

Vendrás cuando el camino te haya dado
su secreto, su voz.
Cuando -piedra pulida-
estés desnuda de ti misma,
y tengas la boca amarga,
y apenas te saluden las horas,
cruzadas de brazo.

Entonces, ya no podré hablarte,
porque estarás más sorda que nunca;
pasarás solamente
rodando hacia el abismo:
Te veré hundirte en él,
sonora de saltos
y esperaré que suba
la última resonancia, el postrer eco,
piedra pulida,
desnuda de ti misma.

NICOLÁS GUILLÉN
Cuba-1902
De Poemas de amor”


Madrid, 27-05-15

TORMENTO DEL AMOR

Te amé, te amé, por tus ojos, tus labios, tu garganta, tu voz,
tu corazón encendido en violencia.
Te amé como a mi furia, mi destino furioso,
mi cerrazón sin alba, mi luna machacada.

Eras hermosa. Tenías ojos grandes.
Palomas grandes, veloces garras, altas águilas potentísimas...
Tenías esa plenitud por un cielo rutilante
donde el fragor de los mundos no es un beso en tu boca.

Pero te amé como la luna ama la sangre,
como la luna busca la sangre de las venas,
como la luna suplanta a la sangre y recorre furiosa
las venas encendidas de amarillas pasiones.

No sé lo que es la muerte, si se besa la boca.
No sé lo que es morir. Yo no muero. Yo canto.
Canto muerto y podrido como un hueso brillante,
radiante ante la luna como un cristal purísimo.

Canto como la carne, como la dura piedra.
Canto tus dientes feroces sin palabras.
Canto su sola sombra, su tristísima sombra
sobre la dulce tierra donde un césped se amansa.

Nadie llora. No mires este rostro
donde las lágrimas no viven, no respiran.
No mires esta piedra, esta llama de hierro,
este cuerpo que resuena como una torre metálica.

Tenías cabellera, dulces rizos, miradas y mejillas.
Tenías brazos, y no ríos sin límite.
Tenías tu forma, tu frontera preciosa, tu dulce margen
   de carne estremecida.
Era tu corazón como alada bandera.

Pero ¡tu sangre no, tu vida no, tu maldad no!
¿Quién soy yo que suplica a la luna mi muerte?
¿Quién soy yo que resiste los vientos, que siente
   las heridas de sus frenéticos cuchillos,
que deja que le mojen su dibujo de mármol
como una dura estatua ensangrentada por la tormenta?

¿Quién soy yo que no escucho mi voz entre los truenos,
ni mi brazo de hueso con signo de relámpago,
ni la lluvia sangrienta que tiñe la hierba que ha nacido
entre mis pies mordidos por un río de dientes?

¿Quién soy, quién eres, quién te sabe?
¿A quién amo, oh tú, hermosa mortal,
amante reluciente, pecho radiante;
a quién, a quién amo, a qué sombra, a qué carne,
a qué podridos huesos que como flores me embriagan?

VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “Mundo a solas"


Madrid, 28-05-15

GUITARRA O LUNA

Guitarra como luna.
¿Es la luna o su sangre?
Es un mínimo corazón que ha escapado
y que sobre los bosques va dejando su azul música
   insomne.

Una voz o su sangre,
una pasión o su horror,
una pez o luna seca
que colea en la noche salpicando los valles.

Mano profunda o ira amenazada.
¿La luna es roja o amarilla?
No, no es un ojo inyectado en la furia
de presenciar los límites de la tierra pequeña.

Mano que por los cielos busca la misma vida,
busca los pulsos de un cielo desangrándose,
busca en las entrañas entre viejos planetas
que extrañan la guitarra que se alumbra en la noche.

Pena, pena de un pecho que nadie define,
cuando las fieras sienten sus pelos erizados,
cuando se sienten empapadas en la luz fría
que les busca la piel como una mano quimérica.

VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “Mundo a solas


Madrid, 29-05-15

EL AMOR IRACUNDO

¡Te amé, te amé!
Tenías ojos claros.
¿Por qué te amé?
Tenías grandes ojos.
Te amé como se ama a la luz furiosa del mediodía vibrante,
un estío que duele como un látigo rojo.

Te amé por tu cabello estéril,
por tus manos de piedra,
por tu cuerpo de hierba peinada por el viento,
por tu huella de lágrima sobre un barro reciente.

Te amé como a la sombra,
como a la luz, como a los golpes que dan las puertas
   movidas por el trueno.
Como al duro relámpago que entre las manos duda
y alcanza nuestro pecho como un rudo destino.

Te amé, te amé, hermosísima, como a la inaccesible
   montaña
que alza su masa cruda contra un cielo perdido.
Allá no llegan pájaros, ni las nubes alcanzan
su muda cumbre fría que un volcán ha ignorado.

te amé quizá más que nada como se ama al mar,
como a una playa toda viva ofrecida,
como a todas las arenas que palpitantemente
se alzan arrebatadas por un huracán sediento.

Te amé como al lecho calcáreo que deja el mar al huir,
como al profundo abismo donde se pudren los peces,
roca pelada donde sueña la muerte
un velo aliviador como un verde marino.

La luz eras tú; la ira, la sangre, la crueldad, la mentira
   eras tú.
Tú, la vida que cruje entre los huesos,
las flores que envían a puñados su aroma.
Las aves que penetran por los ojos y ciegan
al hombre que, desnudo sobre la tierra, mira.

Tú, la manada de gacelas, su sombra.
Tú el río meditabundo o su nombre y su espuma.
Tú el león rugidor y su melena estéril,
su piafante garra que una carne ha adorado.

¡Te amo; te amé, te amé!
Te he amado.
Te amaré como el cuerpo que sin piel se desangra,
como la pura y última desollación de la carne
que alimenta los ríos que una ira enrojece.

VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “Mundo a solas"


 

Selección de Poemas Editados
 

 

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