Madrid, 2-02-15

LA BELLA PASAJERA

Muerte
tienes tu viejo cráneo clavado en un palo tu boca curtida
   como la luna y tu grotesco caparazón de mármol y cera
pero también tu cuerpo cálido como una bestia atrapada
   en el lazo de su sexo
esa elaboración de violaciones y el desgarrador reino del
   deseo poblado por ángeles vacilantes con el cerebro vacío
   y fosforescente entre los avisos callejeros
la puerta entreabierta hacia el desván de los amantes en las
   raíces de la selva virgen con insaciable botella de las
   harpías al pie de la cama en la sombra genital bajo un
   cetro de moscas y llamas y el reglamento de los hoteles
   ¡como un negro prontuario del tiempo perdido!
Arde a besos el suave plumaje de tu carne tus senos brillan
   en la boca del instante la inextinguible hembra ansiosa
   cantando sobre las sábanas desnuda
¡pero también entonces la coz de tu risa con el moscón
   famélico en las venas del que quiere sobrepasar con una
   sola palabra con una sola caricia el límite reptil de tu
   sombra!
 

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De "Amantes antípodas"


Madrid, 3-02-15

LA SOLEDAD

Allá en la vieja Roma
él quiso ser el Guerrero.
Tú aquí encumbrándote
en las piedras del sol
el Paladín.
Los dos empuñaban la misma
espada
más fúlgida y cantante
que leal a la sangre.
Ilusoria
espléndida espada
no un lirio
ni una conciencia oscura.
Porque el mundo
no era el mundo
sino la bola de cristal
del estetismo.
El Yo engrillado
la libertad
pero de la propia libertad
palomas bizantinas
y en tus venas
el puma de los amaneceres
americanos.
Y siempre
el hervor de élitos latinos.

Y siempre
el hervor de élitos latinos
batiendo oro
en ambas gargantas.
Allá en la vieja Roma él quiso
ser el Adalid
tú aquí el Campeón.
Rodaban los valses del siglo
con cuellos altos
bajo el cielo incandescente
Isadora danzaba
en las baldosas de París
y detrás detrás
como al fondo de la calle
la risa de Safo y cojeando
la tos fantasmal de Tristán Corbiére
que los dos amaban
sal radiante de la poesía
como preanuncio de
                              esta otra luz
los enigmas persas
el proprietas verborum
de Séneca
en el yunque barroco
la Vedanta la Vida la Muerte.

La Muerte
de pronto la noche
que se llena de Muerte
de muerte verdadera
de sangre verdadera
de obuses
y vosotros vosotros
en la mordiente torre de soledad
y descreimiento
soberbios
apocalípticos
y sin embargo temblando
como las cornejas de Lucrecio.

 

OSCAR CERRUTO
Bolivia-1912
De "Estrella segregada"


Madrid, 4-02-15

CANTAR

Mi patria tiene montañas
no mar.

Olas de trigo y trigales,
no mar.

Espuma azul los pinares,
no mar.

Cielos de esmalte fundido,
no mar.

Y el coro ronco del viento
sin mar.

OSCAR CERRUTO
Bolivia-1912
De "Cifra de las rosas"


Madrid, 5-02-15

ÉL SE FUE MUY SERIO

él se fue muy serio
a dormir en paz:
Yo sigo despierta
sin poder volar.

Él se fue temprano
para siempre ya.
Yo sigo aquí sola,
muerta a la mitad.

Él se fue al silencio
pero cantará.
Yo sigo callada,
esposa y jamás.

Él se fue a la tierra
para descansar.
Yo sigo volando a
su sueño total.

Él se fue al encuentro
de la claridad.
Yo sigo parada
con la sombra atrás.

Él se fue del tiempo
¿dónde lo tendrán?
Yo sigo en los días
sin eternidad.

 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De "Se me ha perdido un hombre"


Madrid, 6-02-15

DESDE EL PRIMER BESO

Desde el primer beso a la última carta
va y viene mil veces un hilo de penas.

Desde el primer beso, árbol de promesa
a la última carta, campanario caído
va y viene mil veces un hilo de penas.

Después de la noche que he llorado tanto
sobre el hilo húmedo un montón de pájaros
levantan un canto tan nuevo y tan fresco
que se va mi pena cantando tras ellos.

YOLANDA BEDREGAL
Bolivia-1913
De "Otros poemas"


Madrid, 9-02-15

ARENA

Arena,
y más arena,
y nada más que arena.

De arena el horizonte.
El destino de arena.
El cansancio de arena.
De arena las palabras.
El silencio de arena.

Arena de los ojos con pupilas de arena.
Arena de las bocas con los labios de arena.
Arena de la sangre de las venas de arena.

Arena de la muerte...
De la muerte de arena.

¡Nada más que de arena!

OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De "Persuasión de los días"


Madrid, 10-02-15

ESPANTAPÁJAROS
12

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.
 

OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De "Espantapájaros"


Madrid, 11-02-15

CULPA

Yo he dicho: en cada uno de mis actos
hay voluntad suprema y energía.
Yo he dicho: en mis palabras
hay rebelión.

¡Eso he dicho a los hombres!

¡Pero allá, sobre el duelo de mi carne,
mi voluntad se arrastra cada día
y de mis labios las palabras huyen
convertidas en súplica!

Yo he dicho: está mi alma
pura como el rocío de la aurora,
y mi sueño tocado
por resplandores de inmortalidad.

¡Eso he dicho a los hombres!

¡Pero allá sobre el duelo de mi carne,
he mirado mis culpas
moverse como larvas, y he sentido
mi sueño torpe para ascender!

Yo he dicho: venceré
en cada nuevo día mi lujuria
y la veréis vosotros,
¡los que habéis descendido!
ante mis pies como una bestia atada.

¡Eso he dicho a los hombres!

¡Pero allá, en la tragedia de mi carne,
he caído, he pecado
contra toda criatura y contra todo
cándido pensamiento!

Yo he dicho: no podrá
borrar mi vida el soplo de la Muerte,
porque mi cuerpo habrá de transformarse
en flor, en aire, en luz.

¡Eso he dicho a los hombres!

¡Pero allá, en el silencio de mi carne,
yo siento que mi ser se desintegra
para no reunirse ni en la flor
que brotará en la tierra que me oprima;
ni en el aire que un día llevará
un eco parecido al de mi voz,
ni en la luz que será para mis ojos
cerrados, solamente oscuridad.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
"
Voluntad"


Madrid, 12-02-15

LA VIDA

Cada vez más cerca, oh, vida,
cada vez de ti más cerca.
De tus justas maravillas
y tu claridad perfecta.
De tu plenitud segura
y tu elevación suprema.
Cada vez más cerca, oh, vida,
cada vez de ti más cerca.
Mi sangre, vertida en ríos:
mi soledad y la fuerza
de mi espíritu, y el gozo
con que digo: "Está serena
la tarde", y la tarde está
de un oro inmortal cubierta,
todo es ya porque me acerco
con mi espíritu y mi fuerza,
a tu plenitud segura
y a tu elevación suprema.
Cada vez más cerca, oh vida,
cada vez de ti más cerca.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
"
Los júbilos ilesos"


Madrid, 13-02-15

SIROCO

Oh iracundo soplar de siroco
que el reseco terreno verdeamarillo
quemas;
y por el cielo lleno
de lívidas luces
cruza algún copo
de nube, y se pierde.
Perplejas horas, estremecimientos
de una vida que huye
como agua entre los dedos;
inasibles sucesos,
luces-sombras, emociones
de las delicadas cosas de la tierra;
oh áridas alas del aire
ahora soy yo
la agave que arraiga en la grieta
del escollo
y rehúye el mar de los brazos de algas
que abre anchas gargantas y agarra rocas;
y en la agitación
de mi ser, con mis cerrados capullos
que ya no pueden estallar hoy sufro
el tormento de mi inmovilidad.

EUGENIO MONTALE
Italia-1896
De “Huesos de sepia”


Madrid, 16-02-15

EPIGRAMA
II

Sbarbaro, caprichoso muchacho, pliega versicolores
papeles y logra navecillas que confía al lodo
móvil de un arroyo; míralas irse fuera.
Sé por él precavido, hombre de bien que pasas:
con tu bastón alcanza la delicada flotilla,
que no se pierda; guíala a un puertecillo de guijarros.

EUGENIO MONTALE
Italia-1896
De “Huesos de sepia”


Madrid, 17-02-15

SIESTA

Un zumbido de moscas anestesia la aldea.
El sol unta con fósforo el frente de las casas,
y en el cauce reseco de las calles que sueñan
deambula un blanco espectro vestido de caballo.

Penden de los balcones racimos de glicinas
que agravan el aliento sepulcral de los patios
al insinuar la duda de que acaso estén muertos
los hombres y los niños que duermen en el suelo.

la bondad soñolienta que trasudan las cosas
se expresa en las pupilas de un burro que trabaja
y en las ubres de madre de las cabras que pasan
con un son de cencerros que, al diluirse en la tarde,
no se sabe si aún suena o ya es sólo un recuerdo
¡Es tan real el paisaje que parece fingido!

OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De "Calcomanías"


Madrid, 18-02-15

QUERIDA

Sé que el cuerpo no recuerda
y a las palabras, a las palabras
se las lleva el viento.
                                  Y sin embargo
deseo un encuentro en alta mar.
Porque usted y yo
fuimos salvajes entre la niebla,
entre la sordidez de la muerte
y sin saber qué hacer, desesperados,
-eso quiero que recuerdes-
desesperados
                      hicimos el amor.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Salto mortal”


Madrid, 19-02-15

SE ACABÓ

SON

Te lo prometió Martí
y Fidel te lo cumplió;
ay, Cuba, ya se acabó,
se acabó por siempre aquí,
se acabó,
ay, Cuba, que sí, que sí,
se acabó,
el cuero de manatí
con que el yanqui te pegó.
Se acabó.
Te lo prometió Martí

y Fidel te lo cumplió.
Se acabó.

Garra de los garroteros,
uñas de yanquis ladrones
de ingenios azucareros:
¡A devolver los millones,
que son para los obreros!
La nube en rayo bajó,
ay, Cuba, que yo lo vi;
el águila se espantó,
yo lo vi;
el pueblo canta, cantó,
cantando está el pueblo así:
-Vino Fidel y cumplió
lo que prometió Martí
Se acabó.

¡Ay, qué linda mi bandera,
mi banderita cubana,
sin que la manden de afuera,
ni venga un rufián cualquiera
a pisotearla en La Habana!
Se acabó.
Yo lo vi.
te lo prometió Martí
y Fidel te lo cumplió.
Se acabó.

 

NICOLÁS GUILLÉN
Cuba-1902
De “Poemas sociales y políticos”


Madrid, 20-02-15

LA SANGRE ES UN MAR INMENSO
(Poema dentro del texto Poema con niños)

La sangre es un mar inmenso
que baña todas las playas...
Sobre sangre van los hombres,
navegando en sus barcazas:
Reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!
Al negro la negra piel
la sangre el cuerpo le baña;
la misma sangre, corriendo,
hierve bajo carne blanca.
¿Quién vio la carne amarilla,
cuando las venas estallan,
sangrar sino con la roja
sangre con que todos sangran?
¡Ay del que separa niños,
porque a los hombres separa!
El sol sale cada día,
va tocando en cada casa,
da un golpe con su bastón,
y suelta una carcajada...
¡Que salga la vida al sol,
de donde tantos la guardan,
y veréis como la vida
corre de sol empapada!
La vida vida saltando,
la vida suelta y sin vallas,
vida de la carne negra,
vida de la carne blanca,
y de la carne amarilla,
con sus sangres desplegadas...

Sobre sangre van los hombres
navegando en sus barcazas:
Reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!
¡Ay de quien no tenga sangre,
porque de remar acaba,
y si acaba de remar,
da con su cuerpo en la playa,
un cuerpo seco y vacío,
un cuerpo roto y sin alma,
un cuerpo roto y sin alma!...

NICOLÁS GUILLÉN
Cuba-1902
De “Poemas para niños”


Madrid, 23-02-15

EL HOMBRE AQUEL, EL PRIMER HOMBRE

Alegría brutal la del que muere,
cuando morir,
es sólo un arrebato contra alguien,
la última defensa de sus propias raíces.

Desvariado,
                  un cuerpo,
                                flota en la inmensidad natural.

Abrazado a sus propias entrañas,
con la soberbia de haber podido con la agreste tierra,
de haber podido navegar, tranquilamente, sus dominios,
de haber podido, de tanto haber podido, por no poder amar.

El ermitaño de la ciudad, el hombre de cemento, 
sólo desea, las torrenciales lluvias del verano,
-un hecho tan natural, siempre lo sobrecoge-.

Seguramente morirá a pleno sol
y su vida habrá sido desesperado andar,
la vida, de un hombre solitario:
                                          Entre montañas,
entre amaneceres y raíces y piedras preciosas 
y la vastedad de los océanos
                                         y para finalizar
y anunciando el único comienzo de todo,
otra vez, las montañas.

Un hombre tan natural no es un hombre. 
Pequeña bestia acorralada por los vientos, 
pequeña y bestial materia viviente,
primitiva, lejana y, todavía,
en las manos de Dios.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La patria del poeta”


Madrid, 25-02-15

HAMLET
ACTO III - Escena I

HAMLET:
Ser o no ser, ésa es la cuestión:
¿Qué es mejor para el espíritu?
¿Sufrir el tiro y la flecha de la suerte airada

o tomar las armas contra un mar de turbaciones
y al combatirlas darles fin? Morir, dormir no más.
Y con ese dormir creemos acabar
el dolor del corazón y las mil servidumbres
que la carne hereda. ¡Una consumación
fervientemente deseada! ¡Morir, dormir!
Dormir, tal vez soñar; ahí está la clave:
pues en ese dormir de la muerte, lo que podamos soñar
al despojar esta mortal envoltura,
nos retiene;
y ese respeto hace calamidad de tan larga vida.
¿Pues quién soportaría el látigo y la burla del tiempo,
la afrenta del opresor, el desprecio del soberbio,
las heridas del amor desdeñado, el retraso de la ley,
la insolencia de la autoridad y el maltrato
del mediocre al mérito paciente,
si se pudiera conseguir la quietud con un desnudo puñal?

¿Quién aguantaría la carga
entre sudores y quejas bajo fatigosa vida,
sino que el temor de un algo tras la muerte,
ese inexplorado lugar de cuyo límite
no retorna viajero, quiebra la voluntad
y nos hace aceptar los males que tenemos,
antes que volar hacia otros que ignoramos?
Así la conciencia nos hace cobardes,
y la naciente luz de una decisión,
se desvanece con la pálida sombra de la duda,
las altas y oportunas empresas así contempladas,
tuercen su curso y pierden el nombre de acción.
¡Silencio ahora! ¡La hermosa Ofelia!
Ninfa, en tus oraciones recuerda todos mis pecados.

WILLIAM SHAKESPEARE
Inglaterra-1564
De "Hamlet"


Madrid, 26-02-15

SOLO DE GUITARRA

La tarde con ser tan alta
-digo, esta tarde- y azul,
es pequeña, pequeñita,
ay, qué tarde tan bajita
sin usted, sin ti, sin tú.

Estoy el mar contemplando
-digo, este mar- tan grandón,
pero es un mar chiquitito,
ay, qué mar tan pobrecito
sin ti, sin usted, sin yo.

Estoy mirando la Luna
-digo, esta Luna- brillar,
y la veo tan oscurita,
¡ay, qué Luna tan poquita,
sin con quien yo quiero estar!

NICOLÁS GUILLÉN
Cuba-1902
De “La rueda dentada”


Madrid, 27-02-15

AL PÁJARO SE LO INTERROGA
CON SU CANTO

Hay en algunos ojos esas borras de añil que dejan los crepúsculos al evaporarse
-un ala que perdura, una sombra de ausencia-.
Son ojos hechos para distinguir hasta el último rastro de la melancolía,
para ver en la lluvia el inventario de los bienes perdidos,
así como hace falta un invierno interior
"para observar la escarcha y los enebros erizados de hielo"
dijo Wallace Stevens congelando el oído y la pupila,
convertido tal vez en el hombre de nieve que contempla la nada con la nada
y que oye sólo el viento
sin ningún evangelio que no sea ese sonido único del viento
(aunque tal vez hablara de la más extrema desnudez;
no de la transparencia).
Pero yo sé que cada tiniebla se indaga solamente con la noche que llevo,
que la piedra se entreabre ante la piedra
de la misma manera que se tantea el corazón con el abismo.
¿Hay alguna otra forma de asomarse hasta el fondo del subsuelo,
el fondo de otra herida, el fondo de otro infierno?
No hay ninguna otra lámpara para reconocer lo próximo, lo ajeno, lo distante.
Lo atestigua la esquiva intención de la rata chillando entre los vidrios,
resbalando en la rampa de una impensable luz;
lo proclama la estrella con su remoto código adherido a un temblor,
tal vez a una agonía que ya fue;
lo confirma ese yo que camina contigo y es memoria dondequiera que olvides,
y ese otro, inabarcable, centelleante,
que le sale al encuentro bajo el agua de las transformaciones,
y a veces ni es persona, ni color, ni perfume, ni huella de este mundo.
Ambos están tejidos con la sustancia misma del silencio.
Se parecen a Dios en su versión de huésped reversible:
el alma que te habita es también la mirada del cielo que te incluye.

OLGA OROZCO
Argentina-1920
De “En el revés del cielo”


 

Selección de Poemas Editados
 

 

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