Madrid, 08-01-15

A MÍ LA POESÍA ME LO PERMITE TODO

A mí la poesía me lo permite todo
y yo hago con ella lo que quiero.
A veces me dejo llevar y Ella
me envuelve en su torbellino
palabra contra palabra
un cuerpo a cuerpo
insostenible.

Vengo a quebrantar las ilusiones.

Entre mis brazos
ella no podrá amar a nadie
porque yo soy el que nació
para que ella no muriera.

Vértice de mí mismo
me sostengo en ella
para sostenerla
y ella en su libertad
sigue siendo conmigo
como cuando nos encontramos
la primera vez.

Anhelante de mí
deseosa de mí
joven
siempre joven
a mi lado.
Desequilibrada
y hasta torpe
de tanta juventud 
baila conmigo
por primera vez
la música
que bailarán
los siglos venideros.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La poesía y yo"


Madrid, 09-01-15

LA MUJER Y YO
28

Yo grité, “El oro está aquí, yo tengo el oro”
y todos miraron mis manos hasta arrancármelas
y revisaron mis bolsillos hasta rasgar mi piel.
Y nadie miró mi corazón
y nadie se deslizó por mis palabras
sólo la muerte, la locura, la mujer
se abalanzaron sobre mí y ella  me dijo:
Arráncame los ojos, y yo le regalé todo mi amor.

Blandiendo el estallido genial de la memoria,
recuerdo haber nacido, le dije con entusiasmo,
recuerdo, perfectamente, los primeros pasos,
después llegué hasta aquí, cumbre o vacío,
rodeado, inmerso en el lenguaje,
ese mar espectacular y bravío y yo,
como dice el poema,
una pequeña balsa enamorada.

Me gusta cuando hablo, me dijo ella,
entrar en escena después de mis palabras.
Una rama madura que me permita,
ver a través de su textura los pequeños
rayos de sol, ofreciéndose,
como comida y consuelo al árbol amigo.
Una rama madura envuelta
en el torbellino de tus ojos, alerta siempre,
desesperada siempre, esperando la plenitud
para decirnos las palabras de amor.
Rama madura de la poesía por doquier,
como una lluvia de camelias encendidas,
suave lecho nupcial,
para los enamorados de la canción
que, en este caso, me dijo
sonriendo hasta con los ojos,
somos tú y yo.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La mujer y yo"


Madrid, 12-01-15

SOY ESE SOLDADO
QUE ESTABAS ESPERANDO

Soy ese soldado que estabas esperando,

no tengo rumbo ni pasado, poesía,

estoy aquí, contigo, para siempre.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Al sur de Europa"


Madrid, 13-01-15

AMOR PERDIDO. MI MADRE

II

Una mezcla de servidumbre y libertad,
ambas inconcebibles, me acompañan.
Como un hueco vacío en plena soledad.
Como un silencioso toque de queda a muerte.
Como un viejo silbido proveniente del mar.

Extrañé, dulcemente, tus carnes todo el tiempo.
Soñé, me até a los brazos de la muerte y tu cuerpo,
no dejaba de llamarme la atención con su frialdad, 
espesa venganza de las tierras heladas por el odio.

Pensé en la muerte nuestra compañera inalterable, 
separé todo lo que se puede separar del cuerpo y, 
a pura alma a corazón batiente, aferrado a la vida,
palabra a palabra, fui construyendo este espejismo.

Por fin he comprendido: soy un poeta afortunado.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Amores perdidos"


Madrid, 14-01-15

LA POESÍA HA ROTO LA PALABRA

La poesía ha roto la palabra,
ha extendido la frase al infinito,
ha bordado, sin hilo y sin aguja,
el corazón de la quebrada voz.

Hubo un sentido
que se abrió en mil pedazos,
hubo un amor tan grande
que nadie pudo amar
y hubo, mi amor, mi amada,
grandes amantes crueles
que hacían el amor
con las palabras.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Al sur de Europa"


Madrid, 15-01-15

AÚN, ENCORE, EN CUERPO

Hago desaparecer un día de mi vida, amor ,
mañana, por ejemplo, y sobre ese vacío
que no es sino mi voz, salto elástico,
con la firmeza de un cálculo infinito,
hacia el futuro.

Vuelvo desde la muerte, sobre mí mismo,
honda caverna que hizo posible el salto,
y el ser que nunca fue, desea eso,
vivir la vida sin vivir, amar la muerte.

Detrás de lo detrás, no en el espejo, 
no en la torpeza abierta de la línea,
queriendo ser deseo de sus puntos.

No en la verdad y, aún, después del cuerpo,
ahí donde el ser es posible de carencia.
Ella es, burbuja extraña y pájaro,
enamorado de los agujeros de su canto.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista"


Madrid, 16-01-15

UTILIZO TODO POR LA MITAD

Utilizo todo por la mitad.
No conozco ninguna máquina, totalmente.
No conozco ninguna obra, totalmente.
No conozco ninguna vida, totalmente.

Yo, también, me he dejado llevar, muchas veces,
por intuiciones, por grandes titulares de noticias.

Hubo cosas que me tocaba vivir,
que nunca quise saber de qué trataban
y hubo comidas exquisitas que nunca probé
y comidas que comía casi todos los días,
que nunca quise saber cómo se hacían
y hubo veces que me la pasaba,
todo el día, cocinando para otros.

Cuando me tocaba triunfar, triunfaba a medias
y nunca llegué hasta el fondo de ningún abismo.

Nunca dejé amarme hasta el final
y, en cuanto a mí,
yo la amaba locamente pero a ratos.

Y hubo círculos que rompían sus límites
y cuadrados que se abrían al mar.

Y, a mí, me parecía todo natural pero a medias,
también, dudaba de que pudiera haber
un amor sin barreras, un alma sin palabras.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Al sur de Europa"


Madrid, 19-01-15

A LOU ANDREAS-SALOMÉ
I

Me abrí de par en par pero olvidaba
que ahí afuera no sólo están las cosas y animales
habitados en ellos plenamente, cuyo ojo,
desde la redondez que son sus vidas,
no alcanza más que un cuadro tras su marco;
olvidaba que sin cesar dejaba
irrumpir las miradas entretanto en mí mismo:
curiosidad, miradas, pensamientos...
Quizás se forman ojos dentro de nuestro espacio
y presencian. Ay sólo en ti mi rostro
se proyecta y no cae en la intemperie.
Dentro de ti se planta oscuro e infinito;
va creciendo abrigado junto a tu corazón.

RAINER MARÍA RILKE
Nace en Praga-1875
(Capital checa que entonces pertenecía al Impero Austro-Húngaro)
De “Otra poesía póstuma y dispersa"


Madrid, 20-01-15

A LOU ANDREAS-SALOMÉ
II

Cual pañuelo delante de una respiración amontonada,
o no, más bien tal vez, como si se apretase aquella herida
desde la cual la vida de un tirón
quisiera derramarse: me aferraba así a ti;
así enrojecías con mi sangre. ¿Quién articulará
lo que tuvo lugar entre nosotros?
Recuperamos todo: cada cosa
para la cual no hubo nunca tiempo.
Maduré extrañamente en cada impulso
de alguna postergada juventud.
Y tú, Amada, viviste, no sé qué infancia libre
sobre mi corazón.

RAINER MARÍA RILKE
Nace en Praga-1875
(Capital checa que entonces pertenecía al Impero Austro-Húngaro)
De “Otra poesía póstuma y dispersa"


Madrid, 21-01-15

A LOU ANDREAS-SALOMÉ
III

Pero ahora no basta recordar.
El puro existir debe alzarse desde cada
uno de esos instantes, sobre mi propio fondo:
sedimento de una solución
colmada sin medida.
Porque yo no recuerdo: me conmueve por ti lo que soy.
Yo no te invento en los lugares tristes,
de perdido calor, donde tú ya no estás,
porque incluso a tu ausencia en esos sitios
tú le das calidez y es más veraz
y es mucho más que una privación.
A menudo el anhelo conduce a lo impreciso.
A qué lanzarme fuera si tu influencia en mí
es suave cual el rayo
de luna hacia un lugar cercano a la ventana.

RAINER MARÍA RILKE
Nace en Praga-1875
(Capital checa que entonces pertenecía al Impero Austro-Húngaro)
De “Otra poesía póstuma y dispersa"


Madrid, 22-01-15

CONGRESO

Por las ventanas
abiertas
el mar florece
su campo de nomeolvides.

Y verdea,
el árbol,
su placidez vertical,
perfumosa.

En semicírculo,
bajo el pesado
techo que hombres hicieron,
otros hombres,
los ojos velados
de gruesos vidrios,
entretejen pesadas palabras.

-El adolescente...
-El adolescente...
-El adolescente...

La incógnita
danza de banco en banco,
revolotea de boca en boca,
duerme de cerebro en cerebro.

Pero del bosque
de gruesos vidrios
parten, silbantes,
sentencias
que se clavan
con opaco ruido
en las paredes
de ladrillo.

Afuera el mar,
en su nivel,
ondula.

El árbol,
sabio,
crece...

ALFONSINA STORNI
Suiza-1892
De "Mundo de siete pozos"


Madrid, 23-01-15

CANCIÓN AMARILLA

Tenía el sueño
Sus bellas cavernas sagradas
Tenía los labios ávidos
El gusto de estar de pie

Tenía los gestos impuros
De recoger migajas sombrías
Siempre esos labios que no tuve nunca
Una ausente mujer a mi lado
El terror de las metamorfosis

Tenía lo oscuro para ver
Los espejos con aire de ladrones de niños
El dado de la aventura
La llanura de esos países
A los cuales se llega caminando hacia nunca
Cubiertos de nidos sin dueño
Cubiertos de pueblos que se alejan

Y estoy aquí con toda mi alma
Mientras la tierra me circunda
Con su cajón lleno de sal
Para guardar las grandes rosas.

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De "Costumbres errantes o la redondez de la tierra"


Madrid, 26-01-15

PUNTO DE REFERENCIA

He acumulado días y noches con amor, con paciencia
-ah, con ira también, un resplandor de tigres en la oscura
   desdicha-;
los he petrificado alrededor del sitio donde habito,
que no es más que una pálida espesura en medio de la
   enrarecida vastedad,
una exigua sustancia expuesta a los pillajes y a la furia
   desatada del tiempo.
He juntado vestigios, testimonios que acreditan quién soy,
credenciales irrefutables como un juego de espejos en torno
   de un fulgor,
certezas como cifras esculpidas en humo.
Puedo afirmar que no hay bajo este cielo nada que no perdure
   por mis ojos
y que un ínfimo insecto conserva su lugar de honor en mi
   muestrario.
No soy menos que un topo; algo más que una hierba.
Sin embargo no encuentro mi verdadera forma ni aun a
   plena luz,
por más que me recuente, me recorra y persiga por fuera y por
   debajo de la piel.
Siempre hay alguien en mí que dice que no estoy cuando me
   asomo,
alguien que se desliza paso a paso a medida que avanzo
hasta dejarme a ciegas, asida solamente a un nombre, a la
    ignorancia.
Porque hay prolongaciones inasibles que llegan más allá,
zonas inalcanzables donde tal vez se impriman las pisadas
   de dios,
subsuelos transparentes que se internan a veces en los jardines
   de otro mundo
y al regresar expanden un perfume semejante al del alba.
¿Y esos bloques errantes, continentes en fuga como ballenas
   blancas
que rozan las fronteras propagando el pavor y no regresan
   nunca?
¿Y qué fronteras rozan, si he forzado hasta el máximo la vista
   y el insomnio
y donde me aventuro no hago pie, me pierdo en los abismos?
¿No he arrojado preguntas como piedras y amores como
   escombros
que están cayendo aún, que no han tocado fondo todavía?
Inmenso mi animal desconocido, mi armazón insondable,
   mi esfinge nebulosa.
Y ningún emisario, ningún eco, que no sea este cuerpo
   inacabado.
Toda una confabulación de lo invisible para indicar apenas
   que no soy de este mundo,
sino tan sólo un testimonio adverso contra la proclamada
   realidad,
una marca de exilio adherida a las grandes cerrazones donde
   comienza el alma,
acaso con un himno, quizás con un sollozo.

Pero dime, Señor:
¿mi cara te dibuja?

 

OLGA OROZCO
Argentina-1920
De "En el revés del cielo"


Madrid, 27-01-15

LA VERDAD ES LA ÚNICA REALIDAD

Del otro lado de la reja está la realidad,
de este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
   de la producción.
Los sueños, sueños son: los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos,
aquellos gritos irreales de dolor real de los torturados en
el ángelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente
   el presente, pero pertenecen a la realidad. La única
   aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
   cubriendo la Patagonia
porque las
masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad,
como la esperanza rescatada de la pólvora, de la
inocencia estival: son la realidad, como el coraje y
la convalecencia del miedo, ese aire que se resiste
a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha
   hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a
   defenderse, a rescatar lo suyo, su realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.
 

FRANCISCO URONDO
Argentina-1930
De "Cuentos de batalla"


Madrid, 28-01-15

RUIDOS SOLEMNES

Sólo ruidos de un orbe que despierta
con la salud de su existir herbario.
Ruidos alucinantes del apiario
cultivador de la gramínea huerta.

La anatomía del terreno, injerta
profundos ruidos al canal acuario,
y un ronco alud del comunal pecuario
del monte cunde a la planicie abierta.

Los ruidos de la vida en el boscaje,
con la grandiosidad de lo salvaje
aturden los geológicos oídos.

Y cuando cesa el percutir violento,
la voz del hombre vegetal al viento
surge y corona los solemnes ruidos.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Hay piedras como lágrimas"


Madrid, 29-01-15

MUNDOS EXTRAÑOS

Alguien sufre en la cruz de una alambrada.
No puede ser el labrador vecino.
Ayer le vi tornar por su camino.
Su antigua senda y habitual jornada.

Alguien sufre en la cruz de una alambrada.
Pregunto al alfarero, al campesino
que fieles me visitan, al que vino
con su amor hasta mí. ¡No saben nada!

Nada saben y atónitos me miran.
Les vuelvo a preguntar. Callan, suspiran.
¡Estos hombres de paz no saben nada!

¡Solamente yo sé que en lo sombrío,
y en un extraño mundo, no en el mío,
alguien sufre en la cruz de un alambrada.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Osiris preludial"


Madrid, 30-01-15

YO SOY AQUEL

No me juzguéis porque mi cuerpo duro
de intensas cicatrices limpio se halla.
Yo soy el que está muerto en la batalla.
El trucidado contra el torpe muro.

Perdí las manos y vivir procuro
sin pies y caminar por donde estalla
diariamente el dolor del que se calla
para sobrevivir solo y oscuro.

Yo soy el jardinero ametrallado.
El pobre jornalero que resiste
siempre a su yuyo mineral atado.

No me juzgues por mí, tú que me oíste
cantar sobre el azul acantilado.
Soy aquél hombre comunal y triste.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Osiris preludial"


 

Selección de Poemas Editados
 

 

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