Madrid, 01-10-14

DE PROFUNDIS AMAMUS

Ayer
a las once
te fumaste
un cigarro
te encontré
sentado
quedamos para perder
todos tus tranvías
los míos
estaban perdidos
por naturaleza propia

Anduvimos
diez quilómetros
a pie
nadie nos vio pasar
excepto
claro
los porteros
es de la naturaleza de las cosas
el ser visto
por los porteros

Mira
como sólo tú sabes mirar
la calle     las costumbres
El Público
el pliegue de tus pantalones
está lleno de frío
y hay cuatro mil personas interesadas
en eso

No hace daño     abrácenme
tus ojos
de extremo a extremo azules
va a ser así durante mucho tiempo
transcurrirán muchos siglos antes de nosotros
pero no te preocupes
no te preocupes
mucho
nosotros sólo tenemos que ver
con el presente
perfecto
corsarios de ojos de gato que no se transponen
maravillados     maravillosos     únicos
ni pretérito ni futuro tiene
el extraño verbo nuestro

MÁRIO CESARINY
Portugal-1923
De “Pena capital”


Madrid, 02-10-14

COSTUMBRES

Sobre el asfalto del paseo la luna crea un lago
y el amigo recuerda otros tiempos.
En aquellos tiempos le bastaba un súbito encuentro
para dejar de estar solo. Mirando la luna,
respiraba la noche. Más fresco era el olor
de la mujer encontrada, de la breve aventura
por escaleras inciertas. El cuarto tranquilo
y el deseo fugaz de vivir siempre allí
le henchían el corazón. Después, bajo la luna,
regresaba, contento, con su andar aturdido.

Era, en aquel tiempo, gran compañero de sí mismo.
Se despertaba por la mañana y saltaba del lecho
reencontrando su cuerpo y sus viejos pensamientos.
Le gustaba salir bajo la lluvia,
también al sol, disfrutaba mirando las calles,
hablando con gente inesperada. Creía
saber empezar, cambiando de oficio
hasta el último día, cada nueva mañana.
Tras sus grandes fatigas, se sentaba, fumando.
El placer más intenso se lo daba estar solo.

Ha envejecido el amigo y querría una casa
que le agradase más y salir por la noche
y pararse en el paseo a contemplar la luna,
encontrando al regreso una mujer sumisa,
una mujer tranquila, en espera paciente.
Ha envejecido el amigo y ya no se basta a sí mismo.
Los viandantes son siempre los mismos; la lluvia
-y el sol también- son los mismos; la mañana, un desierto.
Fatigarse no vale la pena. Y pasear bajo la luna,
sin que nadie le espere, no vale la pena.

CESARE PAVESE
Italia-1908
De “Trabajar cansa”


Madrid, 03-10-14

EL ESCORPIÓN AMIGO DE LA SOMBRA
Homenaje a Luis Buñuel

El escorpión amigo de la sombra suele
horadar las entrañas de la tierra,
mientras tú provisto de una lupa feroz y sobria
analizas los tristes fundamentos,
piedra capitular y mierda melancólica,
de la ciudad de Roma y de su imperio.

Están los mallorquines impolutos,
implacables, arteros, deponiendo
sonoridad intestinal que el viento
solemne de la Historia consolida.

Ay cuánta muerte
baja de un golpe de cadena
por todos los retretes del mundo.

Ay cuánta muerte, ya muerta,
putrefacta y reseca o semisólida,
ha clausurado en un salón tristísimo
el ángel invisible de lo extraño.

Pero los mallorquines vuelven a las nueve
con uniformes, sombreros y pecheras
incorruptibles o incorruptas,
con secretos ligueros donde estalla,
como flor moribunda, la irreparable sangre
de las vírgenes necias,
porque sí,
porque sólo los labios obsesivos
de Lya Lys toman en la succión
la forma del amor más verdadera.

Ay cuánta muerte,
cuánta muerte, Simón, hijo de perra,
que desde el pilar insólito
licenciaste al novicio adolescente
para que los teólogos barbudos no hocicasen
como bestias sedientas
(por el otero asoma) entre sus muslos.

Y vienen los mallorquines a las nueve
en formación compacta y evidente,
la Juventud Católica, del año treinta, claro,
como la Liga Antisemita,
y el perfecto Chiappe a la cabeza
con un gran palo y la invicta bandera,
pura, reverberante de las aguas lustrales
del Deber, el Derecho, la Justicia,
el Trabajo, la Familia, la Patria.

Y un gran rayo los parte para siempre
a ellos y a nosotros
y la muerte mana a borbotones
por todos los sumideros del mundo
y se oyen,
solitarios, tenaces, por los siglos
de los siglos, los largos tambores de Calanda
sobre el pecho infinito
de un muerto y de sus días
y sus noches,
sus dedos, sus blasfemias y su sexo
muerto, calcáreo, sumergido, roto,
como la tierra
nuestra.

JOSÉ ÁNGEL VALENTE
España-1929
De "El inocente"


Madrid, 06-10-14

EN LA DULCE ESTACIÓN
NO SE ENCOLORA

En la dulce estación no se encolora
con tantas flores y con frondas nuevas
la tierra, ni amortece estrella tanta
la hermosa aurora en el más calmo cielo;

que cuanto pensamiento surge y honra
al alma ardiente, rica aún de aquellas
gracias de mi esplendor, que hermoso y noble
muestra ardiente memoria hora tras hora.

Si pudiese copiarlo en estas letras
cual lo imprimo en mi pecho, a mil amantes
encendiera de eterno y casto fuego.

Mas ¿quién narrar pudiera las excelsas
luces del mortal velo, y los internos
rayos de su virtud, tántos, tan vivos?

VITORIA COLONNA
Italia-1490


Madrid, 07-10-14

DE GOZO EN GOZO

De gozo en gozo, de una a otra sarta
de dulces pensamientos, el supremo
amor me lleva del invierno estéril
a su cálida y verde primavera.

Acaso Dios, mientras de cera blanda
mi pecho ve, donde su eterno sello
del corazón me imprime en lo más hondo
su fe cierta y fundada, no desea

que con la áspera cruz haga el camino,
mas con un suave yugo y leve peso
me lleva a puerto por la senda fácil.

O bien, acaso, cual benigno experto,
padre y maestro, en esta paz tan grave,
me arma y dispone para larga guerra.

VITORIA COLONNA
Italia-1490


Madrid, 08-10-14

FIERA YO SOY
DE ESTE LUGAR UMBRÍO

fiera yo soy de este lugar umbrío
que con la flecha en la mitad del pecho
huyo, triste, el final de mis pesares
y el cerco que me oprime lentamente.

Y cual ave que el fuego entre las plumas
siente arder, por lo cual volando sale
del dulce nido, mientras del incendio
huye, el fuego reaviva con las alas;

así yo al aura estiva entre las sombras,
volando a lo alto en alas del deseo,
busco escapar del fuego que me quema.

Pero cuando más voy de orilla a orilla
huyendo de mi mal, con fiero asalto
lenta muerte procuro al vivir corto.

CHIARA MATRAINI
Italia-1515


Madrid, 09-10-14

ESTOS VIENTOS CONTRARIOS
Y TAN FIEROS

Estos vientos contrarios y tan fieros
que a las olas golpean en las rocas,
son cual de mi enemigo el gran orgullo
contra mi alto y mi firme pensamiento.

Y estas hórridas nubes tan sombrías,
donde la tempestad más se enardece,
son como mis congojas pesarosas,
contra mi paz guerreros desalmados;

y la cansada y débil navecilla
que trunca está de mástiles y jarcias,
sin timonel entre terribles ondas,

como mi alma afligida, y de su estrella
privada y separada de su anhelo,
cuando el cielo su luz al alma esconde.

CHIARA MATRAINI
Italia-1515


Madrid, 10-10-14

EL AMOR ME HA HECHO
TAL QUE EN FUEGO VIVO

El Amor me ha hecho tal que en fuego vivo,
cual nueva salamandra al mundo, y como
aquel otro animal no menos raro,
que en un mismo lugar nace y espira.

Mis delicias son todas y mi gozo
vivir ardiendo y no sentir los males,
sin preocuparme de si quien me empuja
tenga de mí piedad mucha ni poca.

Era extinto el primer ardor apenas
y otro encendió el Amor, que es aún más vivo
y más grande que cuantos he probado.

No me arrepiento de mi arder amando,
si quien de nuevo el corazón me roba
de mi ardor pleno y satisfecho queda.

GASPARA STAMPA
Italia-523
 


Madrid, 14-10-14

GRACIAS POR EXISTIR

gracias por existir
alma de fuego cuerpo de ceniza
gracias por detallar tu esencia frente a mí

por estar paralela a mí
apretarte girando contra mí
atentar adentro de mi boca
esconderme durante la noche
y sacarme luego a la luz

y por tu éxtasis
por dejarme besarlo
espiral a espiral

CÉSAR FERNÁNDEZ MORENO
Argentina-1919
De "Sentimientos"


Madrid, 15-10-14

OTOÑO

Tengo dentro de mí todo el otoño.
Todo dentro de mí es transparente y frío.
Me siento triste, mas no desolado,
lleno estoy de humildad y de bondad.

Si a veces me arrebato, sólo es
cuando estoy desprendiéndome de mí
y acude a mí el pensamiento triste y sencillo
de que arrebatarse no es una necesidad primordial.

La necesidad primordial es llegar
a verse uno mismo en la otoñal desnudez
y ver el mundo de las luchas y de las conmociones,
cuando todo en el mundo y en uno es transparente.

La clarividencia es hija del silencio.
No asusta si el arrebato es sin ruido.
Evitad tranquilamente todo ruido.
Hemos de obrar en nombre de las nuevas hojas.

Algo me ha sucedido, al parecer.
Sólo me fío del silencio
con el que van las hojas, una a otra, cubriéndose
y convirtiéndose en tierra silenciosamente.

Y todo lo veo desde una cierta altura
cuando las hojas se desprenden a su tiempo,
cuando impasiblemente el otoño interior
en la frente me pone sus dedos ligeros.

EVGUENI EVTUCHENKO
Siberia-1933
De "La lanza de enlace"


Madrid, 16-10-14

28

Quién posee un pobre pan y lozanía;
quien puede posar, en un nido, su vida;
quien de nadie es el siervo ni es el amo,
ese hombre disfruta fortuna y alegría.

OMAR JAYYAM
Irán-1048
De "Robaiyat"


Madrid, 17-10-14

RESPUESTA A LIU YA-ZI
SEGÚN LA MELODÍA WANG CHI CHA

Larga fue la noche y el alba tardó en llegar a
   esta tierra;
durante siglos los demonios se entregaron a su
   danza frenética,
y los quinientos millones de hombres estaban
   separados.

Pero ha cantado el gallo, está iluminada la tierra,
y he aquí, junto a la música de todas partes,
   melodías de Khotan
que hacen mayor que nunca la alegría del poeta.

MAO TSE-TUNG
China-1893
De “Los 37 poemas”


Madrid, 20-10-14

COMENCÉ A DARME CUENTA

Comencé a darme cuenta de que no era libre.
Nadie toleraba que a los 61 años,
amara el amor en lugar de hacerlo.

Nadie toleraba que a los 61 años,
todavía amara la libertad
que nunca había conseguido.

Ni yo mismo a los 61 años
puedo amar mis deseos sexuales.

Y después, las tardes de domingo,
me dejaba caer como una flor marchita
para que ella me pisoteara y nunca, nadie,
ni siquiera ella misma en su temblor,
podía tolerar mi resurrección.

Y yo me alzaba como los que saben volar
y ya tenía 61 años y siempre me veía caer
pero la vida misma es una sola para todos
por eso hubo días que algo en mí no caía.

Ella, rezando arrodillada
y yo, alzándome en la frase
hasta tocar su alma,
su vientre
su canción.

Ahí estaban las luces y éramos todos ciegos.

Nadie podía ver más allá de su amor.

Nadie podía llorar por desgracias ajenas.
Nadie podía dar comida al hambriento,
nuestra desgracia se lo llevaba todo.
Nunca hubo justicia entre nosotros
y jamás conocimos la libertad,
somos un pueblo muerto,
desde el comienzo nunca hubo pan.

Así eran las frases que ella recitaba
cuando, valientes, hacíamos el amor.

Y nadie toleraba que nuestro amor
fuera ese suave galope cibernético
a los 61 años
casi sin piernas
sin ganas de volar
sin cabellos al aire
sin manos al unísono
grabando en tu cuerpo
las huellas del tiempo.
A los 61 años,
cuando hacíamos el amor
todo era alucinación
verbo y locura.

Y lo peor de todo
era que nadie podía soportar,
ni siquiera ella misma,
que yo la mirara a los ojos
durante las comidas,
en el baño,
un momento antes de parir,
hijo o poema,
y la miraba a los ojos
cuando hacíamos el amor
y eso, en verdad, la enloquecía
y su goce era magistral y nuevo
pero nunca pudo tolerarlo.

Un día me lo dijo claramente:
no soporto que a los 61 años
seas tan feliz.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "Al sur de Europa"


Madrid, 21-10-14

EL HIEROFANTE

¡Insensible al Amor, sobre una roca
y sin temer la oscuridad espero!
¡Sin piedad, sin dolor, alma de acero,
contra el Espacio mi conciencia choca!

¡Silénciame, mujer! ¡Nubla mi boca!
¡Amigo, no me llames compañero!
¡Hosco soy y bestial y así lo quiero!
¡Ay del que a ciegas mis abismos toca!

¡Polvo de siglos, perturbada esfera,
yermo de horror, sin rumbo hacia adelante,
soy el Hombre al que el Átomo vulnera!

¡Anticristo de sal y delirante,
partí la cruz en que morir pudiera!
¡Mas no compadezcáis al Hierofante!

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Himnos del Hierofante"


Madrid, 22-10-14

HERMANOS DESPIDIÉNDOSE
ANTE EL MAR

Me aguardabas, rencor. Y arteramente
nos hemos encontrado en esta orilla
sin redención, de un mar de pesadilla,
rojas espumas y aguasal hirviente.

Mi faz anclaba hacia el nadir la frente.
Tú, acechándome. ¡Infausta maravilla
de ser uno los dos y cual la arcilla
igual a su aridez y diferente!

Y nos vemos así: duros hermanos
que por última vez juntan las manos.
Sombra y escarcha nuestro rostro vierte,
y un segundo después nos despedimos
bajo esta oscuridad donde vinimos
a odiarnos en las playas de la muerte.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Himnos del Hierofante"


Madrid, 23-10-14

HUÉSPED NOCTURNO
 

¿Cómo logras entrar a la morada
donde sueño, criatura indefinible?
¡Sufro miedo de ti, de la terrible
penetración glacial de tu mirada!

Levanté una colina amurallada
y un puente levadizo y sumergible,
entre mi intimidad y la inaudible
cautela de tu cósmica pisada.

¡Inútil mi baluarte pues del sueño,
traidor a mi quietud, no soy el dueño!
¡Alguien tiene su llave, alguien te auxilia
para que invadas mi insular alcoba!
¡Alguien infiel y delator me roba
los secretos que guarda mi vigilia!

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Apolo Thermidor"


Madrid, 24-10-14

REGRESIÓN A LA UNIDAD

Nada supe de mí desde el instante
que fue mi aparición y nacimiento.
Me perdí desde entonces en el viento
y soy una molécula distante.

Pregunto sin cesar al caminante:
¿me has visto alguna vez?, porque yo siento
que todo cuanto soy es sedimento
de alguna licuación agonizante.

Ven a encontrarme ya, núcleo lejano
de mi ser esparcido y de la mano
condúceme hasta mí, hasta la cisterna

del protoplasma y las hormonas madres;
al convulsivo lecho de mis padres
y al eslabón de la Unidad Eterna.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Mi perro y las estrellas"


Madrid, 27-10-14

COSTAS DE VENEZUELA

Se ve que estas montañas son los hombros de
   América

Aquí sucede algo, nace o se ha muerto algo.
Estas carnes sangrientas, peladas, agrietadas,
estos huesos veloces, hincándose en las olas,
estos precipitados espinazos a los que el viento
   asesta un golpe seco y verde a la cintura.

Puede que aquí suceda el silencioso nacimiento o
   la agonía de las nubes,
sombríamente espiadas desde lejos por mil picos
   furiosos de pájaros piratas,
cayendo de improviso lo mismo que cerrados
   balazos ya difuntos
sobre el horror velado de los peces que huyen.

Aquí se perdió alguien,
se hundió, se murió alguien,
algo que estas costillas,
que estos huesos saben callar o ignoran.

Pero aquí existe un nombre,
una fecha,
un origen.

Se ve que estas montañas son los hombros de
   América.

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De "13 bandas y 48 estrellas"


Madrid, 28-10-14

LA ESTACIÓN DE FIEBRE
XII

Yo soy el día.
Mi pecho izquierdo aurora.
Mi otro pecho es el ocaso.

La noche soy.
Mi pubis bebió en la sombra
negros viñedos, duraznos,

la tempestad.
La rosa recia del viento,
seda encarnada en mi ovario.

ANA ISTARÚ
Costa Rica-1960
De "La estación de Fiebre
y otros amaneceres"


Madrid, 29-10-14

EN UN PRINCIPIO

En un principio era mi madre,
caverna tibia y redondeada,
cuna de carne florecida,
rincón bañado de pulsaciones,
cascada de sábanas almidonadas.

Y en un principio era mi padre,
huerto de helechos bajo la luna,
sangre clara de amor en las ventanas
contra su cuello de lumbre.

Entonces le crecí, ramazón suave,
como un vientre intenso
sobre su vientre.

Y la vida me despertó
en el país lejano del suelo
con el olor que brota de los troncos
y las manos que descuelgan ropa en los patios,
cuando la lluvia revienta
sobre octubre,
caballo inmenso y desbocado.

ANA ISTARÚ
Costa Rica-1960
De "Poemas para un día cualquiera"


Madrid, 30-10-14

NECESITO

Yo no puedo hacer un poema
con sólo la luz de una mano
y los músculos tenues de las palabras,
como quien agrega al aire
un argumento de pétalos
para inclinarlo sobre el pasto,
o como quien agujerea de pasos y cantos
la alegría de asfalto que va despidiendo la carretera.

Yo necesito un sol
para poder trazar los cerros,
agua de platas pedregosas
con que doblegar los labios,
yo, que guardo una cigarra
con el idioma alto de los campanarios.

Y una mañana de bocas
donde iluminar mi cuello.

ANA ISTARÚ
Costa Rica-1960
De "Poemas para un día cualquiera"


Madrid, 31-10-14

LA MUERTE DEL AMO

A veces era múltiple y fragante
otras un hombre individual a solas.

Hubo días donde la duda se tragó mi palabra. 
Hubo días donde, sin humildad, la certeza 
hacía de mis palabras un muro de silencio.

Fe tuve fe y até cabos.
Fui un hermoso caballo
despeñándose
por el desfiladero
de las sombras.

A veces me compraban y yo me vendía.

Una gota de sangre hoy
por una gota de dinero a fin de mes.

Y así me desangraba
siempre antes de llegar.
Sin sangre en las venas
sin pasiones fuera de mí
sin fuerzas
para reclamar lo prometido:
mi salario.

Y sin embargo, me vendía
tenía amos por doquier y
sólo una pasión
que entre mis palabras 
agonizaran sus poderes.

Y era hermoso ver
a mi pequeño amito desesperado 
cuando nos descubría hablando. 
Ella y yo, desnudos al viento.
Mi cuerpo clavado en su cuerpo 
como locuras, aún, enamoradas.

Por fin la libertad
corcel enfurecido
en su galope
no dejaba en mi piel
restos de servidumbre.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La poesía y yo"



Selección de Poemas Editados

 

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