Madrid, 04-11-13

CUENTA LAS ALMENDRAS

Cuenta las almendras,
cuenta lo que era amargo y te mantuvo en vela,
inclúyeme en la cuenta:

Busqué tu ojo cuando lo abriste y nadie te miró,
hilé aquel hilo secreto
por el que el rocío que pensaste
resbaló hasta los cántaros
que una sentencia, que a nadie le llegó al corazón, preserva.

Solo allí entraste del todo en el nombre que es tuyo,
avanzaste con pie seguro hacia ti,
batieron los martillos libremente en la melena de la campana
de tu silencio,
se reunió contigo lo escuchado,
echó también lo muerto el brazo sobre ti,
y los tres avanzasteis por la noche.

Hazme amargo.
Cuéntame entre almendras.

PAUL CELAN
Rumania-1920


Madrid, 12-11-13

CANCIÓN ÚLTIMA

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.

Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De "El hombre acecha"


Madrid, 13-11-13

SOBRE ESTE CIELO DESTROZADO

Sobre este cielo destrozado, sobre estos vidrios de agua dulce,
qué rostro llegará, caracol armonioso,
a decir que la noche del amor toca el día,
boca abierta ligada a la boca cerrada.

PAUL ÉLUARD
Francia-1895
De "Capitale de la douleur"


Madrid, 14-11-13

A ELLA, QUE REPITE LO QUE DIGO

Celebro lo esencial celebro tu presencia
nada pasó la vida tiene las hojas nuevas
surgen los ríos jóvenes de la hierba reciente

Y como amamos el calor hace calor
las frutas roban sol los colores se incendian
y el otoño corteja con ardor al invierno

El hombre no madura envejece sus niños
pueden envejecer antes de que haya muerto
y a los niños de sus niños hace reír

Tú la primera y la última tú no has envejecido
y para iluminarme el amor y la vida
guardas tu corazón de muchacha desnuda.

PAUL ÉLUARD
Francia-1895
De "Le livre ouvert, II"


Madrid, 15-11-13

LOS CABALLOS DE AQUILES

Cuando vieron a Patroclo muerto,
tan fuerte, joven y gallardo,
prorrumpieron en llanto los caballos de Aquiles.

Su naturaleza inmortal se conmovió
al ver la obra de la muerte;
movieron las cabezas, agitaron las crines en el aire
y golpearon la tierra con sus patas.
Lloraban a Patroclo al darse cuenta que estaba sin vida,
su carne inerte,
su alma perdida, sin aliento, salida a la gran nada.

Zeus vio las lágrimas de los inmortales caballos
y se entristeció: "No debí actuar impulsivamente
en la boda de Peleo. No debí regalarlos.
Tristes caballos.

¿Qué tenían que hacer allá,
entre los desdichados humanos, juguetes del destino?
Ustedes, para quienes no existe la muerte ni la vejez,
si algún problema humano los alcanza
caerán también en la desdicha."

Sin embargo, los caballos continúan llorando
por el interminable desastre que es la muerte.

KONSTANTINOS KAVAFIS
Egipto-1863
De "Deseos y otros poemas"


Madrid, 18-11-13

REGRESA

Regresa con frecuencia y tómame,
amada sensación; regresa y tómame.
Cuando despierte el recuerdo en mi cuerpo,
y el antiguo deseo me recorra la sangre;
cuando los labios y la piel recuerden
y sienta aquellas manos que aún me tocan,
regresa con frecuencia, y tómame en la noche
cuando los labios y la piel recuerdan.

KONSTANTINOS KAVAFIS
Egipto-1863
De "Deseos y otros poemas"


Madrid, 19-11-13

DONACIONES

Me siento y sueño…
Mi donación al arte
está hecha de sensaciones y deseos…
algunos rostros o líneas entrevistos
vagas memorias de amores incumplidos…
Mejor que me abandone al arte.
Él sabe dar cierta forma a la belleza,
completando la vida
de modo casi imperceptible,
combinando las impresiones
combinando los días…

KONSTANTINOS KAVAFIS
Egipto-1863
De "Deseos y otros poemas"


Madrid, 20-11-13

RARO PRIVILEGIO

Es un anciano.
Agotado y encorvado,
quebrado por los excesos y los años
avanza con paso lento
a lo largo del callejón.
Y sin embargo,
cuando entra en su casa
para esconder su vejez y decaimiento,
hace cuentas de la parte
que tiene aún de juventud.

KONSTANTINOS KAVAFIS
Egipto-1863
De "Deseos y otros poemas"


Madrid, 21-11-13

CÓMO PODER DECIRTE DEL AMOR

Amada
cómo poder decirte del amor
las cosas terribles o maravillosas
que a veces nos preocupan
y otras, calman nuestros deseos
o nuestras extrañas percepciones.

Cómo poder decirte nuestros cuerpos desnudos
en ese sin fin de movimientos
que comprendemos y amamos.
Cómo poder decirte
aquí, hoy
en esta encrucijada
                               vida dura
amarga o dulce
según el movimiento de tus ojos
(de tus ojos amada
el pan de cada día
la revolución que espera
caliente y desentendida de Dios
como una virgen,
la granada que explota
los hombres, el hambre, el llanto
de tus ojos a veces
esa dulzura infinita)
o el color de tu boca.

Parado
            Rey del universo
aquí en este día
sobre tu propio corazón.
Cantor enorme
cantor de vos de mí
de las pequeñas palabras sin sentido
de los grandes movimientos
de tantas cosas juntos
sacudo la bandera del amor
piso la tierra libre
espero un hijo
                      serenamente
brindo por vos con vos
por nuestro hijo
triunfo sobre la tierra loca
enloquecedora tierra de amor
acompañado de tu risa.
Tú llanto a veces
suele desconcertarme de una manera brutal.

Hablo con vos, así, tranquilo
conocedor de tus gestos,
fuerte y elástico como el mundo,
de aquello que esperamos
un hijo nuestro
una revolución de todos.

Amada, en este día
cantor irrespetuoso de Dios
parado aquí, sobre tu propio corazón,
increíblemente ágil
ceremonioso o solemne
por parte de padre.
Aquí, exactamente sobre tu propio corazón
para tu alegría
para tus buenas ganas
por los malos pensamientos
por aquellos que recordamos juntos
para orgullo o alegría
del hijo que tendremos
beso las puertas de tu corazón
las ventanas, los tabiques
los rincones iluminados u oscuros de tu propio corazón
para tu alegría
las puntas de tus pechos al aire.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "22 poemas y la máquina electrónica
o cómo desesperar a los Ejecutivos"


Madrid, 22-11-13

LA PROMISIÓN EN ALTA MAR

No he recobrado tu cercanía, mi patria, pero ya tengo tus
   estrellas.
Lo más lejano del firmamento las dijo y ahora se pierden
   en su gracia los mástiles.
Se han desprendido de las altas cornisas como un asombro
   de palomas.
Vienen del patio donde el aljibe es una torre inversa entre
   dos cielos.
Vienen del creciente jardín cuya inquietud arriba al pie del
   muro como un agua sombría.
Vienen de un atardecer de provincia, lacio como un yuyal.
Son inmortales y vehementes; no ha de medir su eternidad
   ningún pueblo.
Ante su firmeza de luz todas las noches de los hombres se
   curvarán como hojas secas.

Son un claro país y de algún modo está mi tierra en su
   ámbito.

JORGE LUIS BORGES
Argentina-1899
De "Luna de enfrente"


Madrid, 25-11-13

LUGAR DE LA LUZ

Después de rasgar el agua.
Después.
Cuando el aroma de la estrella
de la tarde anuncia
la resurrección del trigo.
Después de la última casa, lugar
de la luz. Donde el bastardo
corazón recomienza
a cantar con el verano.
Después de haber subido el silencio
a los mástiles, y el ojo de la cal
haberse ahogado.
Después. Después.

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


Madrid, 28-11-13

ACORDEÓN

Como ladrón o mujer
pública: vienes de noche.
Traes el acordeón,
la masculina
música robada a las fuentes.
No te esperaba; sólo una vez
te esperé temblando de amor:
yo era tan pequeño
que ni me viste.
Ni una palabra pronuncias;
sólo los ojos suplican que te robe
a la muerte, que devuelva al sol
el modesto desorden de tus días.
Que escuche al menos la pobre
y ronca y desamparada
música de tu pequeño acordeón.

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


Madrid, 29-11-13

LAS SÍLABAS DE LA CASA

Una piedra,
otra piedra -así comienza
la casa, el patio donde la luz
de los geranios muerde la cal,
los peldaños subiendo al heno
desatado, la marca
de los dientes en las manzanas y en la cintura,
la puerta estrecha
del cuerpo, el nudo de sombra más secreto,
los perros corriendo entre las primeras
sílabas de la noche, por fin
el inaudible rumor de los tilos.

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


 

Selección de Poemas Editados
 

 

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