Madrid, 01-02-13

UN SENTIDO ILUMINADO Y CIERTO


digo amiga y digo lentamente
las formas del viento y la madera
digo un momento un fuego
una bondad un río una fe
un nacimiento un aire
un sentido iluminado y cierto

digo amiga con palabras con horas
con ojos con adioses
con claridad y sombras
y una estrella

y tan especial
tan solo
y verdadero
es este amor
y tan cumplido en sí mismo
tan abierto
y rico y generoso
que dejémoslo ya
sin tocarlo
mirándolo a distancia
o démosle la mano
y marchemos con él
adonde quiera
sin ver
y sin dudar
y sin cuidado
 

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “Todo el viento del mundo”


Madrid, 04-03-13

AMOROSA ANTICIPACIÓN

Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y
   de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria
   del sueño
quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria
   elige,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.

JORGE LUIS BORGES
Argentina-1899
De "Luna de enfrente"


Madrid, 05-03-13

UNA DESPEDIDA

Tarde que socavó nuestro adiós.
Tarde acerada y deleitosa y monstruosa como un ángel
   oscuro.
Tarde cuando vivieron nuestros labios en la desnuda
   intimidad de los besos.
El tiempo inevitable se desbordaba
sobre el abrazo inútil.
Prodigábamos pasión juntamente, no para nosotros sino
   para la soledad ya inmediata
Nos rechazó la luz; la noche había llegado con urgencia.
Fuimos hasta la verja en esa gravedad de la sombra que ya
   el lucero alivia.
Como quien vuelve de un perdido prado yo volví de tu abrazo.
Como quien vuelve de un país de espadas yo volví de tus
   lágrimas.
Tarde que dura vívida como un sueño
entre las otras tardes.
Después yo fui alcanzando y rebasando
noches y singladuras.

 

JORGE LUIS BORGES
Argentina-1899
De "Luna de enfrente"


Madrid, 06-03-13

ENTONCES

Cuando yo no te amaba todavía
-oh verdad del amor, quien lo creyera-
para mi sed no había
ninguna preferencia verdadera.

Ya no recuerdo el tiempo de la espera
con esta niebla en la memoria mía:
¿el mundo cómo era
cuando yo no te amaba todavía?

Total belleza que el amor inventa
ahora que es tan pura
su navidad, para que yo la sienta.

Y sé que no era cierta la dulzura,
que nunca amanecía
cuando yo no te amaba todavía. 

MARÍA ELENA WALSH
Argentina-1930
De “Otros poemas”


Madrid, 07-03-13

TELEGRAMA

La ciudad organiza
metálico suspiro
y párpados de tiza.
No importa, yo te miro.

Ráfagas van pasando
de tiempo traicionero
y nadie sabe cuándo.
No importa, yo te espero.

Un niño que no llora
asesinó al asombro
con ametralladora.
No importa, yo te nombro.

Eran menhires, son
el ángel y el amigo
vien
do televisión.
No importa, yo te sigo.

Un pájaro responde
con br
ío debilucho
y nadie sabe dónde.
No importa, yo te escucho.

Un río se desliza
con método de llanto
y flores de ceniza.
No importa, yo te canto.

Pasan sombras aciagas
con el dolor desnudo
y dedos en las llagas.
No importa, yo te ayudo.

Quizá el amor termine
o dioses del olvido
lo destierren al cine.
No importa, yo te cuido.

Hay besos en probetas
y máscaras de cuero
que acunan escopetas.
No importa, yo te quiero.

 

MARÍA ELENA WALSH
Argentina-1930
De “Correspondencia”


Madrid, 08-03-13

LA POESÍA ES UN ATENTADO CELESTE

Yo estoy ausente, pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo.
Y esta espera es otro modo de presencia
La espera de mi retorno
Yo estoy en otros objetos
Ando en viaje dando un poco de mi vida
A ciertos árboles y a ciertas piedras
Que me han esperado muchos años.

Se cansaron de esperarme y se sentaron.

Yo no estoy y estoy
Estoy ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos querrían mi lenguaje para expresarse
Y yo querría el de ellos para expresarlos
He aquí el equívoco, el atroz equívoco.

Angustioso lamentable
Me voy adentrando en estas plantas
Voy dejando mis ropas
Se me van cayendo las carnes
Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas.

Me estoy haciendo árbol. Cuántas veces me he ido
   convirtiendo en otras cosas...
Es doloroso y lleno de ternura.

Podría dar un grito pero se espantaría la transsubstanciación
Hay que guardar silencio. Esperar en silencio.

VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “Últimos poemas” 


Madrid, 11-03-13

NOMBRAMIENTO FÚTIL

¡Princesa, cómo envidio la suerte de esa Hebe
Que de la taza sube hasta tus labios grana!
Mas quien no es ni aún abate, ni a desear se atreve
Ver su desnudo en rosa sobre tu porcelana.

Yo no soy el cojín que dibuja tu codo
Ni el carmín de tus labios, ni tu borla empolvada,
Ni tu lindo abanico... Mas si a pesar de todo
Me has mirado tú, rubia por orfebres peinada,

Nómbrame... porque son tus sonrisas frambuesa
Un travieso rebaño de corderos, Princesa,
Que parecen corazones, rumian almas sumisas.

Nómbrame... y que Cupido alado de un extraño
Abanico me pinte cuidando tu rebaño...
Princesa; nómbrame pastor de tus sonrisas.

STÉPHANE MALLARMÉ
(Francia-1842)
De "Antología"


Madrid, 12-03-13

CANDENTE ESTÁ LA ATMÓSFERA

Candente está la atmósfera;
explora el zorro la desierta vía;
insalubre se torna
del limpio arroyo el agua cristalina
y el pino aguarda inmóvil
los besos inconstantes de la brisa.

Imponente silencio
agobia la campiña;
sólo el zumbido del insecto se oye
en las extensas y húmeda
s umbrías,
monótono y constante
como el sordo estertor de la agonía.

Bien pudiera llamarse, en el estío,
la hora del mediodía,
noche en que al hombre, de luchar cansado,
más que nunca le irritan
de la materia la imponente fuerza
y del alma las ansias infinitas.

Volver, ¡oh, noches del invierno frío,
nuestras viejas amantes de otros días!
Tornad con vuestros hielos y crudezas
a refrescar la sangre enardecida
por el estío insoportable y triste...
¡Triste... lleno de pámpanos y espigas!

Frío y calor, otoño o primavera
¿dónde... dónde se encuentra la alegría?
Hermosas son las estaciones todas
para el mortal que en sí guarda la dicha:
mas para el alma desolada y huérfana
no hay estación risueña ni propicia.

ROSALÍA DE CASTRO
(España-1837)
De "En las orillas del Sar"


Madrid, 13-03-13

AÚN OTRA

Aún otra amarga gota en el mar sin orillas
donde lo grande pasa deprisa y lo pequeño
desaparece o se hunde, como piedra arrojada
de las aguas profundas al estancado légamo.

Vicio, pasión, o acaso enfermedad del alma,
débil a caer vuelve siempre en la tentación.
Y escribe como
escriben las olas en la arena,
el viento en la laguna y en la neblina el sol.

Mas nunca nos asombra que trine o cante el ave,
ni que eterna repita sus murmullos el agua;
canta, pues ¡oh poeta! canta, que no eres menos
que el ave y el arroyo que armonioso se arrastra.

ROSALÍA DE CASTRO
España-1837
De "En las orillas del Sar"


Madrid, 14-03-13

LA MUJER Y YO

28

Yo grité, “El oro está aquí, yo tengo el oro”
y todos miraron mis manos hasta arrancármelas
y revisaron mis bolsillos hasta rasgar mi piel.
Y nadie miró mi corazón
y nadie se deslizó por mis palabras
sólo la muerte, la locura, la mujer
se abalanzaron sobre mí y ella me dijo:
Arráncame los ojos, y yo le regalé todo mi amor.

Blandiendo el estallido genial de la memoria,
recuerdo haber nacido, le dije con entusiasmo,
recuerdo, perfectamente, los primeros pasos,
después llegué hasta aquí, cumbre o vacío,
rodeado, inmerso en el lenguaje,
ese mar espectacular y bravío y yo,
como dice el poema,
una pequeña balsa enamorada.

Me gusta cuando hablo, me dijo ella,
entrar en escena después de mis palabras.
Una rama madura que me permita,
ver a través de su textura los pequeños
rayos de sol, ofreciéndose,
como comida y consuelo al árbol amigo.
Una rama madura envuelta
en el torbellino de tus ojos, alerta siempre,
desesperada siempre, esperando la plenitud
para decirnos las palabras de amor.
Rama madura de la poesía por doquier,
como una lluvia de camelias encendidas,
suave lecho nupcial,
para los enamorados de la canción
que, en este caso, me dijo
sonriendo hasta con los ojos,
somos tú y yo.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "La mujer y yo"


Madrid, 15-03-13

LOS TESTIGOS
(Fin de siglo)

Habían huido. Ceniza y espanto.
Metralla y un alma de escombros.
La vida es un saco picudo en los hombros,
el tiempo y el sueño en el llanto.

Habían huido. silencio desnudo
y el mundo vacío que cabe en un hueco
de sombra. La música antigua es un eco,
la vieja palabra en los labios de un mudo.

Habían huido. Paisajes de roca.
Habían huido. Ni Dios en la boca
hubiera colmado su sed peregrina.

Un día los niños sabrán por qué huyeron.
Europa moría con los que se fueron.
Tú y yo desde lejos miramos su ruina.

LEOPOLDO DE LUIS
España-1918

Del libro “Elegía con rosas en Babaria
y otros poemas”


Madrid, 19-03-13

UNA REPETICIÓN INCALCULABLE

Soy un hombre,
nací hace 50.000 años
y tengo derecho a la palabra. 

Un hambre por el amor,
una boca abierta a los cuatro vientos, 
por el amor,
un ansia por la música ligera,
clave de mar,
tu cuerpo.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De "El amor existe y la libertad"


Madrid, 20-03-13

BUENAS NOCHES

árbol tierra
y desgano pasión ternura
les doy las buenas noches

trapo ademán
tanta ventura
horno pan
y siesta adiós y la llegada
y apetecer
ganar perder
y lucidez encanto
entrega
y sonreír
y dar la mano
y estar aquí
despierto
entre tus brazos
huerta azadón
espejo y pluma
ternura buenas noches
y pan bondad juego fanal
esta mirada
mano infancia
y sueño espliego parral quimera
pena alacrán y olvido bendición
palabra

a todos buenas noches
que descansen

me voy me mudo
me vuelvo llama frenesí camino
alba y montaña
y bosque mar cuchillo
azafrán la almohada

ternura buenas noches
buenas noches digo
simplemente
no hasta mañana

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “Todo el viento del mundo"


Madrid, 21-03-13

ZENZONTLES EN MI VIDA

Venid, zenzontles de la selva oscura.
Después de padecer ya soy humano.
Vuestra alegría encontrará en mi mano
los lienzos que engrandece la ternura.

Os brindo de mi harina la blancura.
Comed la hogaza de mi pan liviano.
Comed de mí, pues como el dulce grano
mi alma también sorpréndese madura.

Bebed de mi silencio en que una estrella
fascina labios y con luz los sella,
para acendrar las súplicas que os digo:

volad, venid, embelleced sitiales
y lámparas y líquidos umbrales,
y turpialad y entibieced conmigo.

 

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Osiris Preludial”


Madrid, 22-03-13

UTENSILIOS DE TRABAJO

Mirad mis utensilios de trabajo.
Son humildes: cualquier cosa del suelo.
Carbón para escribir, húmedo velo
de retamas y un poco de cascajo.

Con ellos cumplo mi labor de abajo.
Dura labor, pero mi afán de vuelo
se apoya en estas cúpulas de cielo
convertidas en piedras del atajo.

Volverlas a las nubes es mi culto.
Por ello siempre se me escucha oculto
sacando estrellas de la roca viva.

Cada golpe que doy alza algo inmenso,
dejándome el espíritu suspenso
sobre otra inmensidad definitiva. 

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Osiris Preludial”


Madrid, 25-03-13

¡TODO PASA EN LA SOMBRA!

Y todo lo que diga el poeta maldito. Yo ahora aquí...
no son más que preceptos para caminar por la sombra.
Preceptos que no tienen vigencia... ya lo sé... Pero con
ellos puedo moverme por ahora de algún modo... No los
traigo aquí para ganar adeptos ni para abrir disputas...
Los despliego como un mapa sobre mi mesa para
determinar bien dónde estoy.
Y estoy aquí... aquí... en este cruce sombrío de caminos...
en las tinieblas... en las sólidas tinieblas...
Otros estarán más cerca de la luz...
Acaso alguno ha traspasado ya el muro negro y espeso...
y pisa ahora firme al otro lado del infierno...

LEÓN FELIPE
España-1884
De “Poeta maldito”


Madrid, 26-03-13

EL LÁPIZ EN LAS MANOS

Un lápiz agitándose en mis dedos
con un impulso vegetal que canta.
Dibujando en la sien de los turpiales
una lira con tímpanos y labios.
Escribiendo la fábula de un hombre
devorado por flores gigantescas
al sur de las vertientes amazónicas,
o el himno de unas vírgenes cobrizas
bañándose desnudas en los lagos,
y una serpiente de ojos masculinos
desde frondas sexuales acechándolas.
¡Qué fragor tropical en la madera
de este lápiz surgido de unos bosques,
donde plantas y pájaros se pudren!
¡Qué estruendo de anegantes cataratas
qué en llanuras hidrópicas se pierden!
¡Qué estallido de rayos y qué luchas
subterráneas de bestias atacándose!
¡Todo aquí reprimido en la columna
de este lápiz dorado que en mis dedos
es fósforo y astilla de carbunclos!
¡Cantad, oh frágil leño que contienes
la densidad original del llanto!
¡Cantad, oh lanza mía en los combates
contra la pudrición y la amargura!
¡Oh flecha que disparo con el ímpetu
central y director de mis tendones!
¡Oh cincel con que labro la escalera
sumergida que baja a los infiernos!
¡Oh escoplo cenital con que amenaza
mi espíritu bramante de soberbia,
cada vez que el martirio de la noche
con paredes y lápidas me oprime!

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Labios nocturnos”


Madrid, 27-03-13

LA MESA

Suele traer a mi escondida casa,
las minucias que yo le solicito:
pequeñas jaulas de oyamel, o un marco
de maderas balsámicas y azules.
Es el pobre ebanista que labora
con humildad sobre el tablón de cedro.
Dialogamos de cosas muy sencillas:
del perro vagabundo que perturba
la noche silenciosa con su alarma;
del jardín que se cubre de maleza
sin nadie que lo abone o lo cultive;
del niño que murió y él le hizo un lecho
de listones de manta sobre pino.
¡Ah, qué dolor! Y se le vierten lágrimas.
Hace mucho le hablé de alguna mesa
con sitio para dos únicamente,
y un candelabro en la mitad ardiendo
cual lámpara votiva en un sepulcro.

Hace mucho, hace mucho en nuestra vida
yo le hablé de esta mesa al carpintero
que transforma las tablas en sus manos;
con el que hablo del perro que perturba
la quietud de la noche con su alarma;
del niño que murió, del pan escaso,
de las lluvias tardías y del viento
que nos parte el jardín en abandono.
Y esta noche ha venido el ebanista,
el pobre constructor de pequeñeces
que a un hombre solitario le seducen,
y dice que la mesa de que hablamos
hace tanto que ya ni lo recuerda,
con lugar para dos únicamente
y un candelabro en la mitad tristísimo,
la tiene al fondo del taller ya lista.
Y se queda mirándome. Y yo tiemblo.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Labios nocturnos”


Selección de Poemas Editados
 

index