Madrid, 3-06-13

CORAZÓN NEGRO

Corazón negro.
Enigma o sangre de otras vidas pasadas,
suprema interrogación que ante los ojos me habla,
signo que no comprendo a la luz de la luna.

Sangre negra, corazón dolorido que desde lejos la envías
a latidos inciertos, bocanadas calientes,
vaho pesado de estío, río en que no me hundo,
que sin luz pasa como silencio, sin perfume ni amor.

Triste historia de un cuerpo que existe como existe un planeta,
como existente la luna, la abandonada luna,
hueso que todavía tiene un claror de carne.

Aquí, aquí en la tierra echado entre unos juncos,
entre lo verde presente, entre lo siempre fresco,
veo esa pena o sombra, esa linfa o espectro,
esa sola sospecha de sangre que no pasa.

¡Corazón negro, origen del dolor o la luna,
corazón que algún día latiste entre unas manos,
beso que navegaste por unas venas rojas,
cuerpo que te ceñiste a una tapia vibrante!

VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “La destrucción o el amor”


Madrid, 4-06-13

NO BUSQUES, NO

Yo te he querido como nunca.
Eras azul como noche que acaba,
eras la impenetrable caparazón del galápago
que se oculta bajo la roca de la amorosa llegada de la luz.

Eras la sombra torpe
que cuaja entre los dedos cuando en tierra dormimos solitarios.

De nada serviría besar tu oscura encrucijada de sangre alterna,
donde de pronto el pulso navegaba
y de pronto faltaba como un mar que desprecia a la arena.

La sequedad viviente de unos ojos marchitos,
de los que yo veía a través de las lágrimas,
era una caricia para herir las pupilas,
sin que siquiera el párpado se cerrase en defensa.

Cuán amorosa forma
la del suelo las noches del verano
cuando echado en la tierra se acaricia este mundo que rueda,
la sequedad obscura,
la sordera profunda,
la cerrazón a todo,
que transcurre como lo más ajeno a un sollozo.

Tú, pobre hombre que duermes
sin notar esa luna trunca
que gemebunda apenas si te roza;
tú, que viajas postrero
con la corteza seca que rueda entre tus brazos,
no beses el silencio sin falla por donde nunca
a la sangre se espía,
por donde será inútil la busca del calor
que por los labios se bebe
y hace fulgir el cuerpo como una luz azul si la noche es de plomo.

No, no busques esa gota pequeñita,
ese mundo reducido o sangre mínima,
esa lágrima que ha latido
y en la que apoyar la mejilla descansa.

VICENTE ALEIXANDRE
España-1898
De “La destrucción o el amor”


Madrid, 5-06-13

ESTOY AQUÍ PARADO

Estoy aquí, parado en el centro de la tierra.
Aquí donde la tierra ama todos los arrebatos.
Parado como una flor en la estación perfecta

canto y mi poesía es una voz entre las voces.

Llegué hasta aquí
dejando en el camino
todo lo que tenía.
Los caminos eran tan abruptos
que hasta mi ser me pesó
y tuve que dejarlo.

Fui la sangrante Pampa desolada.

Agreste paraíso
el de las contradicciones.
Absurda paradoja la del hombre.
Abro mi corazón
y en mi corazón no encuentro nada.
Sólo un poco de sangre
músculos en perfecto funcionamiento
y un poco de pus
porque vi morir mucha gente.

Vi morir personas de todos los colores
Blancos y Negros por los mismos motivos
y por motivos diferentes.

Vi morir por carencia
y vi morir por exceso.
Por la boca y también
vi morir por el culo.
En medio de la selva.
Un hombre este siglo
murió
en medio de la selva
y en los palacios
y hasta con la cabeza
metida en plena mierda.

Vi morir mis propias ideas.
Mis propios deseos como hombre.
Este siglo vi morir a Dios
y en mi regazo, también,
a punto de morir la poesía.

Inutilizada por la moda.
Mal vestida para que su ser
sea la fiesta que la nombra.

Llena de flores y de muertos
pequeños llantos más que gritos.
Pequeñas vueltas de la vida
más que grandes viajes.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La poesía y yo”


Madrid, 6-06-13

EL PAPEL CUADRICULADO

He suspirado gritado murmurado tu nombre E-
N la pequeña boca abierta sobre el mundo
Y cuando por los techos de palastro y lluvia
Los mil y un rastrillos trataron de cernir mi palabra
Entre sus afiladas garras grises
La palabra como buenamente pudo se escapó de las casas malvas
Oh lencería rosa oh desorden de la vida
Privada apoyada en las ventanas
Sumergiendo los patios la pobreza
El estanco de la esquina el viento de las humaredas
Cartas que van a escribirse hasta el alba pájaros invisibles
Que han dejado de cantar sus amores desde
Que brilla por encima de los estudios el destello arterial

LOUIS ARAGON
Francia-1897
De "Habitaciones"


Madrid, 7-06-13

SILENCIO SE RUEDA

Y todos los motores de la calle
Resoplan enronquecen en el fondo del agujero
donde el ruido se ensarta y se entierra

Voy perdiendo de vista a lo lejos mi voz mi vida
La noche agita un pañuelo de despedida
En este escenario inmenso en el que se desdibujan las dos
   sílabas azules
De Elsa en este asombro de un beso que se quiebra

LOUIS ARAGON
Francia-1897
De "Habitaciones"
 


Madrid, 10-06-13

AMOR DE POESÍA

Me tocaba alejarme de mí mismo.
Cada mirada era mi mirada.
Cada palabra era mi voz.

La Poesía
desea en nuestro amor
una música
fuera del alcance de la imagen.

 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La poesía y yo”


Madrid, 11-06-13

LES JEUX SONT FAITS

¡Tanto esplendor en este día!
¡Tanto esplendor inútil, vacío, traicionado!
¿Y quién te dijo acaso que vendrían por ti días dorados
   en años venideros?
Días que dicen sí, como luces que zumban, como lluvias sagradas.
¿Acaso bajó el ángel a prometerte un venturoso exilio?
Tal vez hasta pensaste que las aguas lavaban los guijarros
para que murmuraran tu nombre por las playas,
que a tu paso florecerían porque sí las retamas
y las frases ardientes velarían insomnes en tu honor.
nada me trae el día.
No hay nada que me aguarde más allá del final de la alameda.
El tiempo se hizo muro y no puedo volver.
Aunque ahora supiera dónde perdí las llaves y confundí las puertas
o si fue solamente que me distrajo el vuelo de algún pájaro,
por un instante, apenas, y tal vez ni siquiera,
no puedo reclamar entre los muertos.

Todo lo que recuerda mi boca fue borrado de la memoria de otra boca;
se alojó en nuestro abrazo la ceniza, se nos precipitó la lejanía,
y soy como la sobreviviente pompeyana
separada por siglos del amante sepultado en la piedra.
Y de pronto este día que fulgura
como un negro telón partido por un tajo, desde ayer, desde nunca.
¡Tanto esplendor y tanto desamparo!
Sé que la luz delata los territorios de la sombra y vigila en suspenso,
y que la oscuridad exalta el fuego y se arrodilla en los rincones.
Pero, ¿cuál de las dos labra el legítimo derecho de la trama?
Ah, no se trata de triunfo, de aceptación ni de sometimiento.
Yo me pregunto, entonces:
más tarde o más temprano, mirado desde arriba,
¿cuál es en el recuento final, el verdadero, intocable destino?
¿El que quise y no fue? ¿el que no quise y fue?

Madre, madre,
vuelve a erigir la casa y bordemos la historia.
Vuelve a contar mi vida.

OLGA OROZCO
Argentina-1920
De “Con esta boca, en este mundo”


Madrid, 12-06-13

LA VOZ DEL ESPEJO

Así pasa la vida, como raro espejismo.
¡La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!
Junto al dogma del fardo
matador, el sofisma del Bien y la Razón!

Se ha cogido, al acaso, lo que rozó la mano;
los perfumes volaron, y entre ellos se ha sentido
el moho que a mitad de la ruta ha crecido
en el manzano seco de la muerta Ilusión.

Así pasa la vida,
con cánticos aleves de agostada bacante.
Yo voy todo azorado, adelante... adelante,
rezongando mi marcha funeral.

Van al pie de brahacmánicos elefantes reales,
y al sórdido abejeo de un hervor mercurial,
parejas que alzan brindis esculpidos en roca,
y olvidados crepúsculos una cruz en la boca.

Así pasa la vida, vasta orquesta de Esfinges
que arrojaron al Vacío su marcha funeral.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Los heraldos negros


Madrid, 13-06-13

TRIPULANTES

Entre las agrias aletas del barco madre y el lazo del horizonte
   -¡compañeros míos!-
tan tiernos que cualquier país los atraviesa como una procesión
   de espejismos en inciertas pocilgas para la sal de sus lenguas
   donde el sol reverbera
mientras la tinta azul de los tatuajes exhala en sus cuerpos el
   vaho de las islas
pero cuando hierven nuestras almas
sólo perseguimos el viejo roce melancólico de la carne y el cielo
entonces la luna nos visita
las uñas centellean
y somos examinados como heridas por esas amigas sin súplica
  -remotas como faros- que se acercan como una bahía y
   desaparecen en el alba al mismo tiempo que la tierra
¡para purificar nuestro esqueleto con una brasa de manicomio!

El peón de cocina saquea una gallina congelada entre las
   letanías del buque
el contramaestre se desprende de la noche y se hunde en el mar
otro ve en el oleaje sólo la piel de una provincia y el color astral
   de un estero
entre el grito del loro las vociferaciones del amanecer y los
   fantasmas de la deriva
viejos amigos
hermanos desfigurados por la ausencia
a quienes desaloja de sus lechos una zarpa marina
la vida a espumas
a loca sangre peligrosa
a oír en sueños el freír lejanísimo del escollo
esa batalla
de sangre y tiempo mezclados para siempre

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Amantes antípodas”


Madrid, 14-06-13

LA CIEGA BELLEZA SIN CONSUELO DEL MUNDO

Vuelve del sueño la lluvia pegajosa
que sostiene su peso sobre las almas,
agua lenta, dormida, inmensa, vacilante,
aún niña, con las antiguas flores
cuya pared se ha rajado
para dejarla ir, lejos, donde vaya.
Risas de la extranjera de las barcas, la plata
de sus rodillas con sal, la casi inexistente
bombacha de encaje negro, la partida
del tren azotado en el humo
de los brebajes y los fuertes adioses
hasta el horizonte húmedo de su boca,
hasta perderse el torbellino, la música
desequilibrada por las olas y el viento
de la memoria. en la torre del mercado
la gorda vendedora de sandías con un pañuelo
rojo en la cabeza, y las hojas
empezaron a volar otra vez para siempre
entre los dientes amarillos del tiempo,
desde tales lugares y su gloria
que sostuvieron sus pechos, donde la lluvia
tendió de nuevo el anillo insondable
para la ceremonia. Y todo lo perdido
es adorable y espléndido, el resplandor
de Dios en la cáscara del camarón y la piedra,
los soles pasionales, la ciega
belleza sin consuelo del mundo.

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Otros poemas”


Madrid, 17-06-13

¿NO HAY GRACIA PARA MÍ?

Hombre paciente, compilador de embustes,
no quiero tu sonrisa,
no quiero tu conjuro entre la temperancia y el tapiz,
ante los candelabros que te apartan del hálito nocturno,
cuando despierta el Pródigo, con un escalofrío,
en la mansión callada.

Cuando ata lentamente sus zapatos
-ya sabe todo, ya nombró como un rito los objetos que
   rodearon su infancia,
irremediable y lúcido como el amanecer-,
y la sal del exilio, en su bocina tempestuosa,
vierte una voz ahogada desde el mar,
un silbido de barco en marcha en el final de la bahía.
Hay un vino que exalta el corazón acobardado.
¡Inestimable idioma!
"Mi verdadera alcoba se abre allá lejos" -piensa.
¿Dónde la flauta dionisíaca y mísera,
el tañido del mundo se levanta,
como la lanza del guerrero que despierta...?

¡Oh, demonio, penetrante y profundo sollozo de las cosas!
¡Qué sabiamente alumbras, tras tus máscaras fatuas,
este rincón gastado por mis sueños,
en donde la costumbre se apacienta día a día, en silencio,
complaciente y viscosa, como la misma dicha
que esparce suavemente su letargo
en agrias galerías de familia!

Yo no te pido, vida,
moradas como blandos espejos donde el tiempo
fluya callado y dulce sobre la misma lámpara.
¡Racimo de pasiones! Pon aquí tu sentencia,
disputa en mi corazón ruidosamente, sopla en el humo de un
   lugar apacible
como una rama seca acariciada por la turbia sonrisa de la
   muerte

Yo te suplico labios venenosos
llagas aún más brillantes que tus flores,
que cristales de sal en la desierta playa
bajo el sol -ah, bajo la luz ardiente-;
el rostro enjuto del deseo sonriendo en cada puerta,
y sangre de mendigo -¡tanta dulzura en la avidez del mundo!-
triste sangre de oscura idolatría
en medio de la noche,
del rodar de la noche sobre caminos duros
donde nada se oiga más que el desnudo salmo de mi alma.

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Pasiones terrestres”


Madrid, 18-06-13

ALFONSO: ESTÁS MIRÁNDOME, LO VEO...

Alfonso: estás mirándome, lo veo,
desde el plano implacable donde moran
lineales los siempres, lineales los jamases.
(Esa noche, dormiste, entre tu sueño
y mi sueño, en la rue de Ribouté)
Palpablemente
tu inolvidable cholo te oye andar
en París, te siente en el teléfono callar
y toca en el alambre a tu último acto
tomar peso, brindar
por la profundidad, por mí, por ti.

Yo todavía
compro "du vin, du lait, comptant les sous"
bajo mi abrigo, para que no me vea mi alma,
bajo mi abrigo aquel, querido Alfonso,
y bajo el rayo simple de la sien compuesta;
yo todavía sufro, y tú, ya no, jamás hermano!
(Me han dicho que en tus siglos de dolor,
amado sér,
amado estar,
hacías ceros de madera. ¿Es cierto?)

En la "boite de nuit", donde tocabas tangos,
tocando tu indignada criatura su corazón,
escoltado de ti mismo, llorando
por ti mismo y por tu enorme parecido con tu sombra,
monsieur Fourgat, el patrón, ha envejecido.
¿Decírselo? ¿Contárselo? No más,
Alfonso; eso, ya nó!

El hotel des Ecoles funciona siempre
y todavía compran mandarinas;
pero yo sufro, como te digo,
dulcemente, recordando
lo que hubimos sufrido ambos, a la muerte de ambos,
en la apertura de la doble tumba,
de esa otra tumba con tu sér,
y de ésta de caoba con tu estar;
sufro, bebiendo un vaso de ti, Silva,
un vaso para ponerse bien, como decíamos,
y después, ya veremos lo que pasa...

Es éste el otro brindis, entre tres,
taciturno, diverso
en vino, en mundo, en vidrio, al que brindábamos
más de una vez al cuerpo,
y, menos de una vez, al pensamiento.
Hoy es más diferente todavía;
hoy sufro dulce, amargamente,
bebo tu sangre en cuanto a Cristo el duro,
como tu hueso en cuanto a Cristo el suave,
porque te quiero, dos a dos, Alfonso,
y casi lo podría decir, eternamente.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Poemas humanos


Madrid, 19-06-13

VEO ABRIRSE
FUTURO EN TUS ENTRAÑAS

Veo abrirse futuro en tus entrañas,
veo inflamarse mi corazón de dicha.
Ataco sin piedad mis versos anteriores
y escupo la cara del oro y la miseria.

Soy el loco Siglo Veinte, estoy espantado de mí.
Hago el amor y contraigo enfermedades incurables.
trabajo con ahínco y deseos para ser explotado.
Escribo bellos versos para metérmelos en el culo.

Todo está calculado para mí, menos mi ansia.
Todo está computado para mí, menos mi deseo.
Todo está ordenado para mí, menos mi hambre.

Cuando escribo se rompen los relojes
y ese futuro abierto en mis entrañas,
se libera, se hace carne en el mundo.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”


Madrid, 20-06-13

LLUVIAS

IX

   En plena noche, con las verjas cerradas, ¿qué peso tiene
el agua del cielo sobre el bajo imperio de la espesura?
   ¡En la punta de las lanzas lo más claro de mi bien!...
E igualadas todas las cosas en la balanza del espíritu,
   Señor terrible de mi risa, tú llevarás esta noche
el escándalo a más alto lugar.

*


   ...Pues tales son tus delicias, Señor, en el umbral árido del poema,
allí donde mi risa espanta a los pavos reales verdes de la gloria.

SAINT-JOHN PERSE
Guadalupe (Colonia francesa) -1887
De “Exilio”


Madrid, 21-06-13

MEMORIA DE LA FIEBRE

Si pudiera estar segura de que matas una hormiga
y dices mi nombre mientras,
y trituras el arroz entre los dientes
y me besas.

Estará una almohada tras tu nuca,
ya robado el lugar de mi mano.

Te dije la palabra niño
a causa de que no sabías mirarme.
Tú viste una humedad de pie sobre la acera:
creíste que era yo.
Tendías la mano a un vaso:
estaba allí.
Y era tu alrededor,
tu nube
de escucharte llover para formarme.

¡Qué días aquellos tan caídos como para no volver!
¿En qué relojes, en qué casa de agonía
los echamos?
¿Dónde está el espejo donde nos vimos
terriblemente?
¿Quién se atreve a vivir en él sin ser nosotros?
¿Qué niña le sonríe con gloria en la mejilla,
contenta de no parecerse
a la que canta
resurrecta bajo otras
en el fondo callado del espejo,
contenta de no ser yo?

Ah, fugitivo,
siempre humo
(no estás muerto y eres mi muerto preferido):
en el fondo del espejo
estoy con las tres rosas
como aquel día de serpentinas sucias
y mangos en la mesa.

No vuelvas
de madrugada a conocer mentiras agónicas,
renuentes.
No vuelvas.
El agua es tu aliento que ya he roto,
un árbol se me arroja entre los brazos.
No vuelvas
en la ceniza ni en el óxido:
sin querer me he comido tu fantasma.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Desaparece el polvo”


Madrid, 24-06-13

EN VEZ DE LÁGRIMA
I

Hugo Ania Mercier: yo te quería.
A tu cuerpo de hombre agonizante
que irradiaba dolor como un diamante,
a tu paso que insiste todavía,

a tu lengua -clavel de la ironía-
que aún esconde callada sed punzante;
a tu mano, nerviosa, azul, de amante
cuya noche del tiempo siempre es mía;

a tu verso que llora aunque me cante,
a tu pila de huesos insultante,
a tu alma cayéndose de fría

que compuso la muerte en un instante:
¿qué les pude decir, cicatrizante
de esa augusta verdad que te envolvía?

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Las sílabas y el tiempo”


Madrid, 25-06-13

EN VEZ DE LÁGRIMA
II

Entre libros te guardo casi seco,
mi animal luminoso, mi demente,
y tu voz que está viva sigue ausente,
mi juguete sin cuerda, mi tareco.

En la paz misteriosa de unos nichos
sin querer ya zafarme de tu frente,
alelada de amor pero impotente,
te he dejado otra vez entre los bichos.

Ah, mi niño de trapo, lis siniestro,
no te puedo rezar ni el padrenuestro.
Ah, ternura que el diablo siempre arranca,

si tenías la luz que maravilla:
¿por qué huiste de nuevo a la semilla,
por qué mataste esa paloma blanca?

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Las sílabas y el tiempo”


Madrid, 26-06-13

EN VEZ DE LÁGRIMA
III

Nos veremos -dijiste- y tu recado
de poeta infeliz, tonto profundo,
me condena a buscar en otro mundo
ese sueño de ayer que no ha pasado.

¿Fue una cita final o fue un aroma
que me sigue cuidando las entrañas?
¿Fue este poco de fe con que me bañas;
fue, mi hermano de todo, alguna broma?

Ya no tienes la fístula terrible,
ya no tienes soriasis ni enfisema
ni neurosis ni polio ni agonía.

Ya eres lejos, memoria, no, imposible.
Estás sano en la gloria del poema.
Hugo Ania Mercier: yo te quería.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Las sílabas y el tiempo”


Madrid, 27-06-13

AYER

Íbamos caminando.
El parque estaba lejos;
lo acercábamos con nuestros quince años.
Aún no me ponía medias,
besaba a todos antes de acostarme.
Mi rostro era pálido como luna nueva
y tenía pocos trajes.

Llevaron al muchacho que me amaba
para la clínica,
pero yo no me di cuenta de nada.
Esa noche fui al cine
y me sonó el corazón como una ráfaga.
(¡Pobre Tyrone Power!)

Entonces reunía versos mediocres,
cuentas de collares,
alas de bichos,
postalitas,
esperanzas,
y quería ser culpable de un gran amor.

Conspirábamos -baja la voz-,
inventándolo todo.

Ya tenía que escribir a veces
(en las últimas hojas de mi libreta)
cuando estaba triste,
cuando me sucedían cosas importantes
y negras.

Todo estuvo bien hasta que la lluvia
un día
me pegó la ropa
y yo vi a un hombre que me miraba fijamente
al pecho.
Corrí a casa,
curiosa,
y me desnudé por primera vez ante el espejo.

Desde entonces tengo miedo.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Calzada de Tirry, 81”


Madrid, 28-06-13

ES UNA CARTA DONDE DIGO: AMADO

Es una carta donde digo: amado,
y después otras cosas en que exploto.
Es una carta simple, con un loto
y la letra del ángel dominado.

Es una carta donde digo: usado
por este corazón que juega roto.
Es una carta azul donde te boto
y más tarde te encuentro enamorado.

Es una carta, sí, con que te entrego
esta ilusión (palabra mentecata).
Es una carta donde digo: luego:

pero entonces abjuro en la postdata,
y firmo de inmediato con el fuego
porque es mucha la vida que me mata.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1922
De “Calzada de Tirry, 81”


Selección de Poemas Editados
 

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