Madrid, 08-01-13

X

La mano del piadoso nos quita siempre honor;
mas nunca ofende al darnos su mano el lidiador.
Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente;
escudo, espada y maza llevar bajo la frente;
porque el valor honrado de todas armas viste:
no sólo para, hiere, y más que aguarda, embiste.
Que la piqueta arruine y el látigo flagele;
la fragua ablande el hierro, la lima pula y gaste,
y que el buril burile, y que el cincel cincele,
la espada punce y hienda y el gran martillo aplaste. 

ANTONIO MACHADO
España-1875
De “Proverbios y cantares”


Madrid, 09-01-13

EL SÁBADO EN LA ALDEA 

Regresa de la campiña la muchacha,
cuando la tarde cae,
el haz de hierba al hombro; un ramo trae
de rosas y violetas en la mano,
con el que, como suele, a engalanar se apresta
pelo y pecho en la futura fiesta.
A hilar con las vecinas
en el umbral se sienta la ancianita,
el rostro vuelto adonde el sol se pone
y comienza a recordar los buenos tiempos,
cuando en festivos días se adornaba
y alegre y bulliciosa
por las tardes danzaba
con los amigos de la edad más bella.
La luz del sol se acaba,
se oscurece el azul, y baja una
densa sombra de cumbres y tejados
al resplandor de la reluciente luna.
Ya anuncia la campana
la fiesta que se acerca,
y, a su son, se diría
que el corazón,
se llena de alegría.
Los chiquillos están jugando
en la plazuela,
de un lado a otro saltando
con loca algarabía;
y, a su modesta mesa retornando,
el labrador, silbando,
risueño piensa en el festivo día.

Y cuando toda claridad y ruido
alrededor se apaga,
oigo el son del martillo y de la sierra
del carpintero, que con luz escasa
en su taller se encierra
para terminar toda labor
antes del alba.

De la semana es el sábado el día más dichoso,
henchido de esperanza y de gozo;
hastío y sufrimiento
mañana regresarán
cada uno, y al trabajo
volverán sus pesares.

Joven gozoso, los años floridos
son como un día lleno de venturas,
día claro, sereno,
que precede a la fiesta de tu vida.
goza, muchacho; primavera suave
estación jubilosa es ésta.
y nada agregaré; mas que tu fiesta
tarde aún en llegar, no te sea grave.

GIACOMO LEOPARDI
Italia-1798
De “Cantos y otros poemas”


Madrid, 10-01-13 

REMORDIMIENTOS PÓSTUMOS

Cuando estés ya dormida, mi bella tenebrosa,
al fondo de un sepulcro hecho de mármol negro,
y cuando tengas sólo por morada y alcoba
una cueva lluviosa y una fosa cavada,

y la piedra, oprimiendo tu pecho temeroso
y tus flancos que un grácil abandono doblega,
impida al corazón el latir y el querer,
y a tus pies el correr su curso aventurero,

la tumba, confidente de mi ensueño infinito,
(porque la tumba siempre comprenderá al poeta)
en esas noches largas que destierran al sueño,

te dirá: “¿de qué os sirve, cortesana imperfecta,
el no haber conocido lo que los muertos lloran?”
-Y te roerá el gusano como un remordimiento.

CHARLES BAUDELAIRE
Francia-1821
De “Las flores del mal”


Madrid, 11-01-13 

CUANDO ESTÁBAMOS CON GENTE

Cuando estábamos con gente, ella
hacía de cuenta que nos llevábamos bien. 

Cuando otra mujer hablaba de mí,
ella, condescendiente, aprobaba y sonreía.
Cuando un hombre me besaba en la boca,
ella se acercaba con picardía a sus amigas
y les decía, “Vieron es un hombre completo,
un verdadero artista moderno”
y las amigas reían a carcajadas y yo
comenzaba a sentir que ella y sus amigas
me estaban condimentando para comerme. 

No es que me diera miedo, exactamente,
pero sus risas siempre me inquietaban
porque me habían contado cuando pequeño
que las mujeres lloran, se quejan, reivindican
todo el tiempo o casi todo el tiempo,
pero cuando una mujer comienza a reír
es porque el amor rompió en su crecimiento
la celda oscura de su corazón
y llegó, encendido,
al centro de su cuerpo.

Es por eso que cuando ríen y ríen
las veo haciendo de mi cuerpo una caricia
y siento, sin comprender los alcances,
que miles de bocas, miles de manos femeninas,
atraviesan todos mis verbos al unísono
y ahí, es cuando caigo, sí señores, caigo,
golpeado por el dolor de lo que nunca seré:

Una mujer riendo junto a otras mujeres,
planeando divertirse con el cuerpo del hombre. 

Como si de algo se diera cuenta
dejó de reír con sus amigas y me preguntó:
¿Te pasa algo, querido, te sientes bien?
Nada me pasa, amor, le dije con ternura,
y mi sentir, aunque no lo creas, es todo tuyo
mas, en verdad, estaba preguntándome,
si el movimiento de vuestras tetas al hablar
tiene que ver con alguna frase, alguna palabra
o el movimiento de vuestras tetas
es, simplemente, mientras se habla,
una recomendación de no olvidar el cuerpo.

Tú siempre queriendo sacar enseñanzas
de la nada, dijo coqueta,
mientras se abrazaba a sus amigas
y, entre todas, reían. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La mujer y yo”


Madrid, 14-01-13

LOS PÁJAROS DEL PESAR

Lluvia de plumas plumas de lluvia
La que amabais ya no está
¿Qué queréis de mí pájaros?
Plumas de lluvia lluvia de plumas
Desde que no estás ya no sé nada
Ya no sé dónde estoy
Lluvia de plumas plumas de lluvia
Ya no sé qué hacer
Sudario de lluvias lluvia de hollín
Acaso es posible que ya nunca más
Plumas de hollín... Marchaos golondrinas
Dejad vuestros nidos... ¿Cómo? ¿Qué? ¿Todavía
   no es la estación de los viajes?...
No me importa salid de este cuarto golondrinas
   de la mañana
Marchaos golondrinas de la tarde... ¿A dónde? ¡Ah!
   Entonces quedaos me iré yo...
Plumas de hollín hollín de plumas iré a ninguna parte
y después un poco a todas partes
Quedaos aquí pájaros de la desesperación
Quedaos aquí... Como si estuvierais
   en vuestra propia casa.

JACQUES PREVERT
Francia-1900
De “Palabras”


Madrid, 15-01-13

CANCIÓN

¿Qué día es hoy?
Hoy es todos los días
Nosotros somos todos los días
Amiga mía
Nosotros somos toda la vida
Amor mío
Nos amamos y vivimos
Y no sabemos qué es la vida
Y no sabemos qué es el día
Y no sabemos qué es el amor.

JACQUES PREVERT
Francia-1900
De “Palabras”


Madrid, 16-01-13

FUNDACIONES DE ARENA

Si poblaras el mundo como Dios
sólo con proyectar la sombra de una mano, el oscuro fulgor
   del ensimismamiento,
o las secretas contradicciones que te habitan,
saltarían de tu regazo hasta tus pies animales aviesos,
una fauna de pesadillas ilustradas que se propagaría
   infestando el jardín
como en esos tapices en los que la discordia simula las
   manzanas de la tentación.
No tienes felpa y seda que desplegar desde tu frío central
   hasta tus uñas
en una deslumbrante, sinuosa orografía
-otro cuadro sienés con castillo lejano, fortaleza e irrevocable
   caballero-,
ni caricia que vuelque su hierba complaciente sobre la pradera,
ni el intenso esplendor que a veces inventaba un relámpago
   azul con tu mirada
y que ahora podría esparcir tan largos ríos, tan bellos horizontes,
y hasta los esmaltados y sucesivos cielos de cualquier libro de
   horas,
sólo con que lograras olvidar el color de la piedra que te cerró
   el camino.
Pero ningún prodigio dejan fluir las aguas estancadas.
En tu historia no hay tintas para imprimir el decorado que
   anuncie un paraíso,
ni plumajes de fiesta con que vestir un génesis semejante a una
   fábula en tu honor
donde instaurar un trono sobre el séptimo día.
Fundaciones de arena, muros crepusculares para el exilio y el
   olvido,
lugares destemplados como el viento que pasa bajo las alas de la
   ausencia.
Puedes volcar tu inmenso depósito de insomnios hasta la borra del
   final
o volver del revés todas las envolturas que adoptó la nostalgia:
no encontrarás ni brizna de
verdor ni hebra que se anude a la
   esperanza.
Tu imagen, una sombra de áspero desencanto.
Tu semejanza, una desgarradura.

 

OLGA OROZCO
Argentina-1920
De “En el revés del cielo”


Madrid, 17-01-13

IX

   En plena noche, con las verjas cerradas, ¿qué peso tiene el
agua del cielo sobre el bajo imperio de la espesura?
   ¡En la punta de las lanzas lo más claro de mi bien!...
E igualadas todas las cosas en la balanza del espíritu,
   Señor terrible de mi risa, tú llevarás esta noche el escándalo
a más alto lugar.

*

...Pues tales son tus delicias, Señor, en el umbral árido del poema,
allí donde mi risa espanta a los pavos reales verdes de la gloria.

SAINT-JOHN PERSE
Guadalupe (Colonia francesa) –1887
De "Exilio”


Madrid, 18-01-13

UN SOL 

No hay una naranja perfectamente redonda