Madrid, 02-11-12

CI
BRUMAS Y LLUVIAS

¡Fines de otoño, inviernos, primaveras lodosas,
tiempos arrulladores!, os amo y agradezco
que me envolváis así corazón y cerebro
con un ligero lienzo y un sepulcro impreciso.

En esta gran llanura donde el austro se goza,
donde en las largas noches la veleta enronquece,
mi alma, más que en la tibia edad del renuevo,
abrirá extensamente sus dos alas de cuervo.

Nada es más dulce al pecho que llenan cosas fúnebres,
sobre el que cae la escarcha desde tiempos remotos,
oh edades macilentas, reinas de nuestros climas,

que el aspecto indeleble de vuestras sombras pálidas,
-si no es adormecer, una noche de luna,
el dolor, dos a dos, en un lecho azaroso.

CHARLES BAUDELAIRE 
Francia-1821
De “Las flores del mal”


Madrid, 5-11-12

SE VAN LAS NOCHES

Se van las noches
perdiendo la memoria de nosotros
que quisiéramos siempre ser los mismos
que cuando dormidos o totalmente muertos
pusimos el amor bajo el amparo de los bosques
exactamente porque al fin tendríamos
que despojarnos de todo
para morir desnudos.

 

RAFAEL ALBERTI
España-1902
De “Canciones del Alto Valle del Aniene”


Madrid, 6-11-12 

FUI LO QUE SE DICE
UN BUEN FENICIO, EN TODO

Fui lo que se dice un buen fenicio, en todo.
No era navegar por navegar, mi oficio,
mi oficio era tenderme entre los puertos.

Rosa perdida de perfumes rotos,
color de soledad, dejaba en cada puerto,
un infinito brote de locura.

No estoy perdido de amores sino de tedio:
ya nadie corre por los peldaños de mi mente como tú, 
ya nadie abre su fuente con alegría y deseo para mí.
Yo ya no veo tus ojos en lo profundo de mis manos. 

Navegar por navegar no es mi oficio,
arrancar trozos de la nada y unirlos en conjuro,
ese es mi oficio silencioso y tenaz, como de versos, 
mi oficio no se puede aprender, no sabe, es ciego. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”


Madrid, 7-11-12 

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

Ya sé que sólo agrada
quien es feliz. Su voz
se escucha con gusto. Es hermoso su rostro.

El árbol deforme del patio
denuncia el terreno malo, pero
la gente que pasa le llama deforme
con razón.

Las barcas verdes y las velas alegres del Sund
no las veo. De todas las cosas,
sólo veo la gigantesca red del pescador.

¿Por qué sólo hablo
de que la campesina de cuarenta años anda encorvada?
Los pechos de las muchachas
son cálidos como antes.

Malos tiempos para la lírica. 

En mi canción, una rima
me parecería casi una insolencia.

En mí combaten
el entusiasmo por el manzano en flor
y el horror por los discursos del pintor de brocha gorda.
Pero sólo esto último
me impulsa a escribir.

BERTOLT BRECHT
Alemania-1898

De “Poemas y canciones
"


Madrid, 8-11-12

LECTURA DEL PERIÓDICO
MIENTRAS HIERVE EL TÉ

Muy de mañana leo en el periódico los planes sensacionales
del Papa y de los reyes, de los banqueros y de los reyes del petróleo.
Con el otro ojo miro
el puchero con el agua del té,
cómo se enturbia y empieza a hervir y de nuevo se aclara,
hasta que, rebosando del puchero, apaga el fuego.

BERTOLT BRECHT
Alemania-1898

De “Poemas y canciones


Madrid, 12-11-12 

IGNORANCIA

13 de septiembre

¡Cuánta sabiduría congelada
como en invierno las palomas muertas!
¡Cuánto libro, y sus cátedras desiertas!
¡Y qué desolación en la mirada!

¡Y crecieron los números y nada
pudimos definir! Las diurnas puertas
de la penetración siguen abiertas,
pero la noche del dolor cerrada!

Y todo lo sabemos y partimos
la esfera en dos y en sus mitades vimos
crecer la claridad conturbadora.

Mas ignoramos ¡y callar nos daña!,
por qué en la inmensidad de la montaña
la codorniz cuando atardece llora.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Mi perro y las estrellas"


Madrid, 13-11-12 

XLV 

El sueño bajo el sol que aturde y ciega,
tórrido sueño en la hora de arrebol;
el río luminoso el aire surca;
esplende la montaña;
la tarde es polvo y sol.

El sibilante caracol del viento
ronco dormita en el remoto alcor;
emerge el sueño ingrave en la palmera,
luego se enciende en el naranjo en flor.

La estúpida cigüeña
su garabato escribe en el sopor
del molino parado; el toro abate
sobre la hierba la testuz feroz.

La verde, quieta espuma del ramaje
efunde sobre el blanco paredón,
lejano inerte, del jardín sombrío,
dormido bajo el cielo fanfarrón.
................................................................

Lejos, enfrente de la tarde roja,
refulge el ventanal del torreón.
................................................................

ANTONIO MACHADO
España-1875
De “Canciones”


Madrid, 15-11-12

XLII 

La vida hoy tiene ritmo
de ondas que pasan,
de olitas temblorosas
que fluyen y se alcanzan.

La vida hoy tiene el ritmo de los ríos
la risa de las aguas
que entre los verdes junquerales corren,
y entre las verdes cañas.

Sueño florido lleva el manso viento;
bulle la savia joven en las nuevas ramas;
tiemblan alas y frondas,
y la mirada sagital del águila
no encuentra presa... Treme el campo en sueños,
vibra el sol como un arpa.

¡Fugitiva ilusión de ojos guerreros,
que por las selvas pasas
a la hora del cenit: tiemble en mi pecho
el oro de tu aljaba!

En tus labios florece la alegría
de los campos en flor; tu veste alada
aroman las primeras velloritas,
las violetas perfuman tus sandalias.

Yo he seguido tus pasos en el viejo bosque,
arrebatados tras la corza rápida,
y los ágiles músculos rosados
de tus piernas silvestres entre verdes ramas.

¡Pasajera ilusión de ojos guerreros
que por las selvas pasas
cuando la tierra reverdece y ríen
los ríos en las cañas!

¡Tiemble en mi pecho el oro
que llevas en tu aljaba!

ANTONIO MACHADO
España-1875
De “Canciones”


Madrid, 16-11-12

A LOS ÁNGELES DEL OCASO

¿No veis que tengo el corazón transido
y que a mi sien la engrandecí de espinas?

El ángel tutelar de las harinas
le dio hermosura a mi mantel raído.

¿Qué celestial licor ha enternecido
de mi mesa las duras proteínas,
y lavado en la sal de mis retinas
la figura de un pez desconocido?

Ángel de la Armonía: alondrecedme.
Ángeles del ocaso: estrellecedme.
Yo soy el constructor de unas escalas

donde al silencio le fermenta vida.
A mis tumultos les ungí la herida
y a mi derrota le nacieron alas.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Los ángeles de vidrio”


Madrid, 19-11-12

EL CANTO

Rómpanme los vestidos, quítenme la locura,
pulan con ese látigo mi sitio de estar sola,
tráiganme los infiernos, pongan mi cama dura;
no temo a los tiranos ni al cáncer ni a la ola.

Déjenme sin pecado, sin sol, sin biblioteca;
ya huérfana de todo no sentiré ni tedio.
Escóndanme ese pan, claven mi boca seca:
nada podrán hacerme que no tenga remedio.

No importará la cárcel porque bebí delirio,
hasta en el mismo polvo suele nacer el lirio,
ninguna muerte sabe podrirme la mañana.

Mi corazón no tiene gravámenes ni dueño.
Nunca podrán quitarme el ala con que sueño.
Y seguiré cantando cuando me dé la gana.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Los huesos alumbrados”


Madrid, 20-11-12

LA PALOMA

Yo la he visto en una herida
tenebrosa;
ayer, por ejemplo, sobre el zapato
del estibador,
al mediodía bajo la brocha de Juan,
esta noche saldrá como inocencia de la novia.
Y mañana
podría ser este poema.

Pero, ustedes... ¿qué saben de la paloma?

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Los huesos alumbrados”


Madrid, 21-11-12 

RONDA DE LOS METALES

Del centro de la Tierra,
oyendo la señal,
los Lázaros metales
subimos a danzar.

Estábamos dormidos
y costó despertar
cuando el Señor y Dueño
llamó a su mineral.

¡Halá!, ¡halá!
¡el Lázaro metal!

Veloz o lento bailan
los osos del metal:
el negro topa al rojo,
el blanco al azafrán.

¡Va –viene y va-
el Lázaro metal!

El cobre es arrebato,
la plata es maternal,
los hierros son Pelayos;
el oro, Abderrahmán.

Baila con llamaradas
la gente mineral:
Van y vienen relámpagos
como en la tempestad.

La ronda asusta a ratos
del resplandor que da,
y silba la Anaconda
en plata y en timbal.

¡Halá!, ¡halá!
¡el Lázaro metal!

En las pausas del baile
quedamos a escuchar
-niños recién nacidos-
el tumbo de la mar.

Vengan los otros Lázaros
hacia su libertad;
salten las bocaminas
y lleguen a danzar.

¡Ya sube, ya,
el Lázaro metal!

Cuando relumbre toda
la cancha del metal,
la Tierra vuelta llama
¡qué linda va a volar!

Y va a subir los cielos,
en paloma pascual,
como era cuando era
en flor la Eternidad.

¡Halalalá!
¡el Lazaro metal!

GABRIELA MISTRAL
Chile-1889
De “Ternura”


Madrid, 22-11-12

POR ÚLTIMO,
SIN ESE BUEN AROMA SUCESIVO...

Por último, sin ese buen aroma sucesivo,
sin él,
sin su cuociente melancólico,
cierra su manto mi ventaja suave,
mis condiciones cierran sus cajitas.

¡Ay, cómo la sensación arruga tánto!
¡ay, cómo una idea fija me ha entrado en una uña!

Albino, áspero, abierto, con temblorosa hectárea,
mi deleite cae viernes,
mas mi triste tristumbre se compone de cólera y tristeza
y, a su borde arenoso e indoloro,
la sensación me arruga, me arrincona.

Ladrones de oro, víctimas de plata:

el oro que robara yo a mis víctimas,
             ¡rico de mí olvidándolo;
la plata que robara a mis ladrones,
             ¡pobre de mí olvidándolo!

Execrable sistema, clima en nombre del cielo, del
                                          bronquio y la quebrada,
la cantidad enorme de dinero que cuesta el ser pobre...

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Poemas humanos”


Madrid, 23-11-12

DOS NIÑOS ANHELANTES

No. No tienen tamaño sus tobillos; no es su espuela
suavísima, que da en las dos mejillas.
Es la vida no más, de bata y yugo.

No. No tiene plural su carcajada,
ni por haber salido de un molusco perpétuo, aglutinante,
ni por haber entrado al mar descalza,
es la que piensa y marcha, es la finita.
Es la vida no más; sólo la vida.

Lo sé, lo intuyo cartesiano, autómata,
moribundo, cordial, en fin, espléndido.
Nada hay sobre la ceja cruel del esqueleto;
nada, entre lo que dio y tomó con guante
la paloma, y con guante,
la eminente lombriz aristotélica;
nada delante ni detrás del yugo;
nada de mar en el océano
y nada
en el orgullo grave de la célula.
Sólo la vida; así: cosa bravísima.

Plenitud inextensa,
alcance abstracto, venturoso, de hecho,
glacial y arrebatado, de la llama;
freno del fondo, rabo de la forma.
Pero aquello
para lo cual nací ventilándome
y crecí con afecto y drama propios,
mi trabajo rehúsalo,
mi sensación y mi arma lo involucran.
Es la vida y no más, fundada, escénica.

Y por este rumbo,
su serie de órganos extingue mi alma
y por este indecible, endemoniado cielo,
mi maquinaria da silbidos técnicos,
paso la tarde en la mañana triste
y me esfuerzo, palpito, tengo frío.

CÉSAR VALLEJO
Perú-189
2
De “Poemas humanos”


Madrid, 26-11-12

LEBRELES EN LOS SENTIDOS 

En la puerta frutal de mis sentidos
yo tengo una jauría de lebreles.
Ojos azules, pálidas las pieles
y las patas pilares florecidos. 

Balsámicos sus nombres, sus ladridos
cual músicas al pie de los dinteles,
protegiendo las arcas y cuarteles
donde están mis tesoros escondidos. 

Vivir es mi zafiro y mi riqueza.
Vivir con prodigiosa fortaleza.
Crear mil orbes, aventar gavillas. 

Y si algo misterioso me amenaza,
me cubren con su cósmica coraza
de luciérnagas verdes y amarillas.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "Osiris Preludial”


Madrid, 27-11-12

TRAMONTANA

Y ahora se han disipado los círculos de ansia
que recorrían el lago del corazón
y aquel vasto estremecerse de la materia
que se decolora y muere.
Hoy una voluntad de hierro barre el aire,
arranca los arbustos, maltrata las palmeras
y en el apretado mar excava
grandes surcos de baba.
Las formas bullen en el tumulto
de los elementos; es un aullido solitario, un bramido
de existencias rasgadas: todo destruye
la hora que pasa: cruzan la cúpula del cielo
no sé si hojas o pájaros-y ya no están.
Y tú que te agitas entre los baques
de los vientos desenfrenados
y aprietas contra ti los brazos colmados
de flores aún no nacidas;
cuán enemigos sientes
los espíritus que a la convulsa tierra
sobrevuelan en bandadas,
mi vida sutil, y cuánto amas
hoy tus raíces.

EUGENIO MONTALE
Italia-1896
De “Huesos de sepia”


Madrid, 28-11-12

DELTA

La vida que se rompe en los trasiegos
secretos a ti la he ligado:
aquella que se debate en sí y parece casi
ignorarte, presencia sofocada.

Cuando el tiempo se atasca en sus diques
acuerdas tu vicisitud a la suya inmensa,
y afloras, memoria, más evidente
de la oscura región donde descendías,
como ahora, después del aguacero, de nuevo aumentando
el verde en las ramas, en los muros el bermellón.

Lo ignoro todo de ti excepto el mensaje
mundo que me sostiene sobre el camino:
si existes como forma o si pesadilla en la fumosidad
de un sueño te alimenta
la orilla que enfebrecida, se turba y bulle
contra la marea.

Nada de ti en el vacilar de las horas
grises o desgarradas por un relámpago de azufre
excepto el silbido del remolcador
que desde las brumas arriba al golfo.

EUGENIO MONTALE
Italia-1896
De “Huesos de sepia”


Madrid, 29-11-12

CANCIÓN DE PRISIONERA

Una mujer
cantando va:
”De ilusiones perdidas
quién me consolará”.

Alguna vez
quise alcanzar
una mano tendida
y un barco por el mar.

   Por temor al camino
   no pasé del umbral.
   Vi marcharse al destino
   lejos, con mi felicidad.

Nadie me vio
nunca llorar.
Yo soy la prisionera
paria en su propio hogar.
Y también la que espera
el día de San Jamás.

MARÍA ELENA WALSH
Argentina-1930
De “Cancionero contra el mal de ojo”


Madrid, 30-11-12

LA DANZA ETERNA

 

Oyá me ronda.
Su saya de pañuelos multicolores
es como un tiovivo cuyo pivote está en mis sienes.
Mis ojos quedan fijos
en su bastón de mando;
en la cola de caballo que sacude rítmicamente
mientras –altiva- se contonea.
Oyá me ronda.
Con su baile, me llama.
Su risa me engatusa.
Con los golpes de luz del arcoiris de su saya
me hipnotiza.
A punto estoy a veces de seguirla;
de seguir su bastón hasta encontrar
mi lugar en sus predios.
Pero siempre
me detiene una niña con traje marinero y crespos en la frente;
una niña que
con juguetona picardía,
se agarra los bordes de la saya azul y los estira en abanico,
dejando al descubierto las rodillas
y los muslos rollizos.
Me detiene
una niña que sonríe
desde el fondo del tiempo,
como si pretendiese
completar aquel juego que empezamos
frente al negro cajón y al ojo único
del solemne fotógrafo del estudio.
Aquella niña
que baila con Oyá
y se le esconde
y juguetea
y batalla
y agoniza
y salta despreocupada
su danza eterna.

LOURDES CASAL
Cuba-1938
De “La danza eterna”


Selección de Poemas Editados
 

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