Madrid, 03-05-12

IGNORANCIAS

tiempos oscuros/luminosos/el sol
cubre de sol la ciudad partida
por súbitas sirenas/la policía busca/cae la noche y
   nosotros
haremos el amor bajo este techo/el octavo

en un mes/conocen casi todo de nosotros/menos
este techo de yeso bajo el cual
haremos el amor/y tampoco conocen
los viejos muebles de pino bajo el techo anterior/ni

la ventana que la noche golpeaba mientras brillaba
   como el sol/ni
las camas o el suelo donde
hicimos el amor este mes/rodeados de rostros como
   el sol que
cubre de sol la ciudad

JUAN GELMAN
Argentina,1930
De “53 poemas”


Madrid, 04-05-12

POESÍA


Ella tiene la amplitud de los misterios.
Todo vibra y todo enmudece en ella
siempre al compás sonoro de su cuerpo.

Nunca ningún mortal amó esa libertad.
Alma y fuego y delirios todo el tiempo.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La poesía y yo”


Madrid, 07-05-12

PEITAHO
Según la melodía Lang Tao Cha

Cae sobre Yeuyen una lluvia torrencial,
las blancas olas se alzan hasta el cielo.
Hay barcas de pesca más allá de Chingwangdao,
pero no se ve nada en el mar inmenso.

hace más de mil años en el tiempo,
Wu, emperador de Wei, sacudió su látigo,
fue al este, a Chieshí y queda su poema.
El viento del otoño solloza hoy como entonces.
Pero el mundo ha cambiado.

MAO TSE-TUNG
China-1893
De “Los 37 poemas”


Madrid, 08-05-12

EL NACIMIENTO DEL POETA

X

Pretendía caminar, tranquilamente, por la vida
y no fue posible.
Desde el rostro sangrante de la nada,
escribo este poema.

Dolorosamente recuerdo,
mis años juveniles,
donde decir, era alcanzar,
con la palabra, el cielo.

Decir,
para que nada quede de lo dicho,
también, es un destino.
Sangro y lo digo.
Me duele y lo digo.
Recuerdo a mi madre y al decirlo
entre sus brazos me recuerdo.

En libertad arriesgo todo lo que tengo,
para llegar a ser este temblor,
acacia dormida en hondo mar,
hoja tenue y sencilla, al viento,
en el otoño,
                 pequeño sol.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La patria del poeta”


Madrid, 09-05-12

LLUEVE
SOBRE LA CONCHA AZUL DE MI CIUDAD

Llueve sobre la concha azul de mi ciudad
Llueve y el mar se lamenta.
Lloran los muertos sin parar, sin razón, sin pañuelos
Los árboles se recortan contra un cielo viajero
Mostrando sus recios miembros a los ángeles y a los pájaros
Pues llueve y el viento se para en seco.
Locas gotas limpias de mugre
Caen en las calles sobre los gatos
Y el olor graso de tu nombre se propaga por las aceras
Y el asfalto.
Amor mío llueve sobre la hierba cortada
Donde nuestros cuerpos tumbados se fecundaron dichósamente
Todo el verano.
Llueve, oh madre, y ni siquiera tú puedes hacer nada
Pues el invierno avanza solitario por nuestras largas playas
Y Dios se ha olvidado de cerrar el grifo.

JOYCE MANSOUR
Inglaterra-1928
De “Desgarraduras”


Madrid, 10-05-12

SI TOCAN

Si tocan,
diré
que mi vestido es pobre y pasa el frío,
así no romperán el mármol de la sala
ni el dibujo severo donde orino.
Si tocan,
diré
que he ido a tratar con las naranjas,
que sigo averiguando el fuego.
Diré:
vuelvan mañana,
aquí es tarde
y se asustan con visitas los papeles,
no sabemos de cosas de vecinos,
es absurdo el crimen.
Si tocan,
diré
que fui al otoño para ver las hojas mudándose,
que se equivocan,
que es el viento
quien alza un parecido,
que los lápices a veces pintan
personajes dementes,
que es la nube
dando de pronto en el patio;
que no,
que no estoy.

CARILDA OLIVER LABRA

Cuba, 1924

De “ Los huesos alumbrados”


Madrid, 11-05-12

YO, LA QUE TE QUIERE

Yo soy tu indómita gacela,
el trueno que rompe la luz sobre tu pecho.
Yo soy el viento desatado en la montaña
y el fulgor concentrado del fuego del ocote.
Yo caliento tus noches
encendiendo volcanes en mis manos,
mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.
Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,
riendo la risa inmutable de los años.
Yo soy el inexplorado camino,
la claridad que rompe la tiniebla.
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía
y te recorro entero,
sendero tras sendero,
descalzando mi amor,
desnudando mi miedo.
Yo soy un nombre que canta y te enamora
desde el otro lado de la luna,
soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.
Yo soy algo que crece,
algo que ríe y llora.
Yo,
la que te quiere.

GIOCONDA BELLI

Nicaragua, 1948

De “ Línea de fuego”


Madrid, 14-05-12

YO, LA QUE TE QUIERE

Yo soy tu indómita gacela,
el trueno que rompe la luz sobre tu pecho.
Yo soy el viento desatado en la montaña
y el fulgor concentrado del fuego del ocote.
Yo caliento tus noches
encendiendo volcanes en mis manos,
mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.
Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,
riendo la risa inmutable de los años.
Yo soy el inexplorado camino,
la claridad que rompe la tiniebla.
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía
y te recorro entero,
sendero tras sendero,
descalzando mi amor,
desnudando mi miedo.
Yo soy un nombre que canta y te enamora
desde el otro lado de la luna,
soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.
Yo soy algo que crece,
algo que ríe y llora.
Yo,
la que te quiere.

GIOCONDA BELLI

Nicaragua, 1948

De “ Línea de fuego”


Madrid, 16-05-12

TRILCE
XIII

Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

¡Odumodneurtse!

CÉSAR VALLEJO
Perú -1892
De “Trilce”


Madrid, 17-05-12

VERDE NOTICIA 

A Roger Munier 

Nacida al borde de un ladrillo
en un rincón del patio,
brizna de yerba combatiente
contra el aire y la luz,
aire y luz ella misma. 

Claridad afilada
en alfileres denodados,
savia tenaz resuelta en transparencia:
sobre diáfanos tallos
instantáneas esmeraldas. 

Espiga de rocío,
brotaste de la piedra
como una exclamación. 

Acabas de nacer,
tienes mil años y un minuto,
cada día primer día del mundo. 

Eres un poco de aire
y una gota de sol,
eres un parpadeo.

Bailas y no te mueves,
ondeante quietud
en la palma del viento. 

Haz de lanzas de vidrio y centelleos,
terrestre voluntad vuelta reflejos,
más luz que yerba y más que luz
exhalación palpable y no tocada:
el repentino cuerpo del instante. 

Abre la hora su corola,
se inmoviliza el mediodía,
yo escribo en una mesa, me detengo,
oigo el callar de la madera,
miro el verde resol, el tiempo se entreabre.

OCTAVIO PAZ
México-1914
De “Libertad bajo la palabra”


Madrid, 18-05-12

A LO MEJOR, SOY OTRO...

A lo mejor, soy otro; andando, al alba, otro que marcha
en torno a un disco largo, a un disco elástico:
mortal, figurativo, audaz diafragma.
A lo mejor, recuerdo al esperar, anoto mármoles
donde índice escarlata, y donde catre de bronce,
un zorro ausente, espúreo, enojadísimo.
A lo mejor, hombre al fin,
las espaldas ungidas de añil misericordia,
a lo mejor, me digo, más allá no hay nada.

Me da la mar el disco, refiriéndolo,
con cierto margen seco, a mi garganta;
¡nada en verdad, más ácido, más dulce, más kanteano!
Pero sudor ajeno, pero suero
o tempestad de mansedumbre,
decayendo o subiendo, ¡eso, jamás!

Echado, fino, exhúmome,
tumefacta la mezcla en que entro a golpes,
sin piernas, sin adulto barro, ni armas,
una aguja prendida en el gran átomo...
¡No! ¡Nunca! ¡Nunca ayer!¡Nunca después!

Y de ahí este tubérculo satánico,
esta muela mortal de plesiosaurio
y estas sospechas póstumas,
este índice, esta cama, estos boletos.

CÉSAR VALLEJO
Perú -1892
De “Poemas humanos”


Madrid, 21-05-12

EL RITMO DEL DINERO 

El ritmo del dinero
En nuestros bolsillos y en nuestros corazones
El amor radiofónico de la muchedumbre nocturna
Atontada por el dinero embrutecida por el dinero
Protegida por el dinero
Podrida por la velluda pobreza del dinero
El piar de la desesperación
La friolera imbecilidad de las risas vaginales
Mirándose en el glacial incendio de los juegos de la luz
Eléctrica eléctrica eléctrica
La aplastante superioridad del dinero sobre nuestros cuerpos
Estremecidos por su atractivo
A pesar de la tela de araña de la creciente vejez
A pesar de las calderas de la vergüenza
Donde se asan pécoras de crines lanudas
A pesar de la muerte de pómulos eslavos
Que se consume y se maquilla delante del espejo
Desnuda bajo un abrigo de noche
 

JOYCE MANSOUR
Inglaterra-1928
De “Rapaces”


Madrid, 22-05-12

HE MENTIDO QUERIDO ASNO

CUANDO TE HE CERRADO LOS OJOS

He mentido querido asno cuando te he cerrado los ojos
La noche estaba lejos y tu corazón aún latía
He pecado querido asno cuando a la muerte he informado
Del emplazamiento de tu cabeza lanuda y herida
En la playa por la que rondaba el horror
He obrado mal querido asno enterrándote tan deprisa
Hubiera debido tumbarme y morir en tu lugar
Yo tu amigo que ha tocado a muerto
Debiera esta noche homenajear a la tierra
Y dejar que los gusanos se alimenten de mi carne
Pero tú asno de mis viejos días herido para complacerme
Tú duermes cómodamente asesinado en tu espléndida soledad
Y la muerte recreándose en el sacrificio de un inocente
Burlona me zarandea
Imperdonable y muy viva

 

JOYCE MANSOUR
Inglaterra-1928
De “Desgarraduras”


Madrid, 23-05-12

DANZANDO CON LA CIERVA 

Cada vez que aprendo algo nuevo sobre la dignidad
un ciervo se detiene erguido, salta y se posa otra vez inmóvil
a la orilla de este campo
ensombrecido por haber perdido el día.
Golpea al fuerte músculo que mi pecho guarda
y desaparece en el bosque donde yo no puedo ir por mis miedos. 

Hay días que aparece como cervatillo, la cabeza grande
sobre su cuerpo perfecto
y suaves puntos blancos.
Hay días que es una cierva
que corre con otras de su especie,
o la imagen del macho que truena con sus astas
atacando a las aguas que dan forma a esta tierra,
su gracia furiosa. 

Alguien le comenta a una amiga delgada
que ha bajado de peso.
La amiga le responde gracias.
La cierva se levanta silenciosa en mi garganta.
Soy yo la que digo gracias, gracias,
y las palabras resuenan bajo mi piel.
Seguimos pasando las páginas de couché,
contornéandonos con la melodía del flautista, un mensaje
en que pequeños cinturones aprietan talles de avispa
sobre latas de líquidas promesas. 

Hoy danzo con la cierva.
Pero soy también ciervo y cervatillo,
una cámara lenta que rueda y los poderosos brazos
que me colocan en este lugar precioso.
Ubicada en la historia.
Ubicada en el tiempo.
Ahora el bosque se revela ante mis ojos
que danzan hacia sus secretos como estrellas.

MARGARET RANDALL
Estados Unidos-1936
De “Esto sucede cuando el corazón de una mujer se rompe”


Madrid, 24-05-12

ABIERTO, YO ESTABA ABIERTO
Y TE LO DECÍA
 

Abierto, yo estaba abierto y te lo decía.
Sin precaución, sin extremos cuidados
te hablaba de mi ser, abierto naturalmente
como se habla del cielo o de la espuma. 

Esas tardes de mares, de completos océanos
donde las grandes olas no hacían otra cosa
que estrellarse blandamente, caer sin fuerzas,
enamoradas, frente al vacío abierto de mi voz. 

Un día, caprichosa, te arrojaste en mi interior
y tiraste del fondo de mi piel, empecinada,
para cerrar al mundo, el vértigo, mi belleza. 

Te enloqueció mi manera de resistir, riendo,
jugando con las olas, alborozadas por mi amor.
Te dejamos toda la piel para seguir abiertos. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”


Madrid, 25-05-12

ARROZ CON LECHE 

Si la mente se te bloquea
puedes hacer arroz con leche.
El mal de Alzheimer de mi padre
fue una palabra que nunca pronunciamos.
Acunaba nuestro terror
como una llama
lista para cerrar la garganta,
para hacer cenizas la memoria. 

Un puñado de arroz
y mucho agua.
No hay nada medido
ni que reclame tu atención.
Cuando él abría la boca
las oraciones no se alineaban,
se negaban
a levantarse por sí mismas. 

Yo me preguntaba
si habría un momento
más allá del cual nada llorara ni empujara
contra la marea.
Una rama de canela,
arrollada sobre su esperanza. 

Tras hervir hasta que adquiera consistencia,
un poco de azúcar, quizás algo de leche. 

El arroz con leche es
la facilidad con que concedes
el camino. Nada más
te pertenece.
Nada se puede predecir.
Vivir sin un conocimiento exacto,
el sí y el no,
es mi herencia. 

Eso y sus años de amor,
el primer hogar,
los ojos una vez tan vivos
que desaparecen en la final jaula de hueso.

MARGARET RANDALL
Estados Unidos-1936
De “Esto sucede cuando el corazón de una mujer se rompe” 


Madrid, 28-05-12

NOCHE DE VERANO 

Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,
verano que te bañas en los ríos,
soplo en el que se ahogan las estrellas,
aliento de una boca,
de unos labios de tierra.

Tierra de labios, boca
donde un infierno agónico jadea,
labios en donde el cielo llueve
y el agua canta y nacen paraísos.

Se incendia el árbol de la noche
y sus astillas son estrellas,
son pupilas, son pájaros.
Fluyen ríos sonámbulos,
lenguas de sal incandescente
contra una playa obscura.

Todo respira, vive, fluye:
la luz en su temblor,
el ojo en el espacio,
el corazón en su latido,
la noche en su infinito.

Un nacimiento obscuro, sin orillas,
nace en la noche de verano.
Y en tu pupila nace todo el cielo.
 

OCTAVIO PAZ
México-1914
De “Libertad bajo la palabra”


Madrid, 29-05-12

PRIMAVERA A LA VISTA 

Pulida claridad de piedra diáfana,
lisa frente de estatua sin memoria:
cielo de invierno, espacio reflejado
en otro más profundo y más vacío. 

El mar respira apenas, brilla apenas.
Se ha parado la luz entre los árboles,
ejército dormido. Los despierta
el viento con banderas de follajes. 

Nace del mar, asalta la colina,
oleaje sin cuerpo que revienta
contra los eucaliptus amarillos
y se derrama en ecos por el llano. 

El día abre los ojos y penetra
en una primavera anticipada.
Todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo. 

OCTAVIO PAZ
México-1914
De “Libertad bajo la palabra”


Madrid, 30-05-12

LA CALLE 

Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está obscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie. 

OCTAVIO PAZ
México-1914
De “Libertad bajo la palabra”


Madrid, 31-05-12

MÁS ALLÁ DEL AMOR 

Todo nos amenaza:
el tiempo, que en vivientes fragmentos divide
al que fui
              del que seré,
como el machete a la culebra;
la conciencia, la transparencia traspasada,
la mirada ciega de mirarse mirar,
las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba, el agua, la piel;
nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan,
murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba. 

Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas,
ni el delirio y su espuma profética,
ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan.
Más allá de nosotros,
en las fronteras del ser y el estar,
una vida más vida nos reclama. 

Afuera la noche respira, se extiende,
llena de grandes hojas calientes,
de espejos que combaten:
frutos, garras, ojos, follajes,
espaldas que relucen,
cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos. 

Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma,
de tanta vida que se ignora y entrega;
tú también perteneces a la noche.
Extiéndete, blancura que respira,
late, oh estrella repartida,
copa,
pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida. 

OCTAVIO PAZ
México-1914
De “Libertad bajo la palabra”


Selección de Poemas Editados
 

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