Madrid, 06-09-10

AMOR PERDIDO. BUENOS AIRES
VI

Viajar, hablar, deseos fuertes de la infancia,
rubicunda voz, en el propio centro de las células,
fiera descarrilada, definitivamente, me humanizo.

Cuando desconfío, rastreo mi propio rastro.
Hay un animal en mí, que vuelve siempre.
Una voz que de noche nunca se detiene,
me lleva de la mano contra las montañas,
contra los, pequeños, buhos del terror.

Busco una palabra plena para el corazón de la bestia feroz.
Ajada cruz, sobre los hombros del que no se anima a vivir.

Rompo contra mi propio cuerpo el ábaco, dejo de contar.
Me sumerjo en un ansia frenética por vivir, amar, hablar,
seguir, aunque nadie lo quiera, descarrilando mi destino.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Amores perdidos”


Madrid, 7-09-10

LA BOTELLA ARROJADA AL MAR
CON UN MENSAJE

¿Dónde habrán ido, insólitos, a parar los mensajes
victoriosos o atroces que temblorosas manos
de mujeres perdidas o extraños pasajeros,
capitanes sin brújula y poetas malditos
lanzaron al azar de las ondas fugaces
desde islas sin nombre o viejos trasatlánticos?
¿Cuál de ellos llegó a destino, y en qué forma
cambió una vida, un mito, un país, el futuro?
¿Qué cifra misteriosa jamás fue comprendida?

¡Saluden! quienes vean pasar una botella
sobre olas que agitan de pronto los delfines
desde el barco o la costa, y no pueden asirla,
como si fuera esa flor del hielo
y el gran silencio blanco, la novia de los icebergs,
la empecinada edelweiss.

Así es de fascinante ver que se nos va un sueño
en busca de quién sabe qué puerto, qué ventana
de qué otra memoria oscura o deslumbrante,
de alguien que está esperando cuando el día se muere.

RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Argentina-1905
De “El rumbo de las islas perdidas”


 Madrid, 8-09-10

VA CORRIENDO, ANDANDO, HUYENDO...

Va corriendo, andando, huyendo
de sus pies...
Va con dos nubes en su nube,
sentado apócrifo, en la mano insertos
sus tristes paras, sus entonces fúnebres.

Corre de todo, andando
entre protestas incoloras; huye
subiendo, huye
bajando, huye
a paso de sotana, huye
alzando al mal en brazos,
huye
directamente a sollozar a solas.

Adonde vaya,
lejos de sus fragosos, cáusticos talones,
lejos del aire, lejos de su viaje,
a fin de huir, huir y huir y huir
de sus pies –hombre en dos pies, parado
de tánto huir- habrá sed de correr.

¡Y ni el árbol, si endosa hierro de oro!
¡Y ni el hierro, si cubre su hojarasca!
Nada, sino sus pies,
nada sino su breve calofrío,
sus paras vivos, sus entonces vivos... 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Poemas humanos"


Madrid, 9-09-10

TAMBIÉN LAS TARDES SUFREN

También las tardes, cual nosotros, sufren.
Mirad esa ceniza, ese color.

 

No me digáis que sólo son hermosas.
Las tardes tienen corazón.

 

Padecen por el mundo, por nosotros.
Mirad esa amargura, ese color.

 

Hay sangre en sus reflejos y en sus franjas
y en sus nubes tristísimo arrebol.

 

Parece que temieran un asalto.
Mirad esa tristeza, ese color.

 

Sangrando van hacia la noche amarga.
Fuimos nosotros, fue nuestro dolor

 

el que al fin sus estoques homicidas
en sus costados nítidos hundió.

 

No me digáis que sólo son hermosas.
Las tardes tienen corazón.

 

Padecen por vosotros, por el mundo
que en un día como éste las hirió.

 

Se van sin esperanza hacia la noche.
Mirad esa agonía, ese color.

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De "El defensor”


Madrid, 10-09-10

TRAZUMOS

Las vertientes las órbitas han perdido la tierra los espejos
   los brazos los muertos las amarras
el olvido su máscara de tapir no vidente
el gusto el gusto el cauce sus engendros el humo cada
   dedo
las fluctuantes paredes donde amanece el vino las raíces
   la frente todo canto rodado
su corola los muslos los tejidos los vasos el deseo los
   zumos que fermenta la espera
las campanas las costas los trasueños los huéspedes
sus panales lo núbil las praderas las crines la lluvia
   las pupilas
su fanal el destino
pero la luna intacta es un lago de senos que se bañan
   tomados de la mano

OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “En la masmédula"


Madrid, 13-09-10

MADRE NO ME DIGAS

Madre, no me digas:
-Hijo, quédate
cena con nosotros
y duerme después...

Estas flaco y pálido, 
me haces padecer.
Cuando eras pequeño 
daba gusto ver
tu cara redonda
tu rosada tez...

Yo a Dios rogaba
una y otra vez
que nunca se enferme,
que viva años cien,
robusto, rosado,
gallardo doncel
le vean mis ojos
allá en la vejez.
Que no tenga ese aire
de los hombres que
se pasan la noche
de café en café...
Dios me ha castigado.
¡Él sabrá por qué!

Madre, no me digas:
-Hijo, quédate...
La calle me llama
y a la calle iré...

Yo tengo una pena
de tan mal jaez,
que ni tú ni nadie
puede comprender,
y en medio a la calle
¡me siento tan bien!

¿Qué cuál es mi pena?
¡No sé yo cuál es!
Pero ella me obliga
a irme, a correr,
hasta de cansancio
rendido caer...

La calle me llama
y obedeceré...
Cuando pongo en ella
los ligeros pies,
me lleno de rimas
sin saber por qué...

La calle, la calle
¡loco cascabel!
La noche, la noche,
¡qué dulce embriaguez!

El poeta, la calle, la noche,
se quieren los tres...

La calle me llama,
la noche también...

Hasta luego, madre,
¡voy a florecer!

BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO
Argentina-1886


Madrid, 14-09-10

SUS OJOS SIEMPRE PUROS

Días de lentitud, días de lluvia,
días de espejos rotos y de agujas perdidas,
días de párpados cerrados al horizonte de los mares,
de horas iguales siempre, días de cautiverio.

Mi alma que brillaba aún sobre las hojas,
mi alma está, como el amor, desnuda.
La aurora que se olvida le hace besar su rostro
y contemplar su cuerpo obediente e inútil.

Pero yo vi los más bellos ojos del mundo,
dioses de plata que tenían zafiros en las manos,
dioses completamente, pájaros en la tierra
y en el agua, los vi.

Sus alas son las mías, nada existe
sino su vuelo que sacude mi miseria,
vuelo de estrella y resplandor,
vuelo de tierra y piedra
sobre los ríos de sus alas.
Mi pensar sostenido por la vida y la muerte.

PAUL ÉLUARD
Francia-1895


Madrid, 15-09-10

CHAU PESIMISMO

Ya sos mayor de edad
tengo que despedirte
pesimismo

 

años que te preparo el desayuno
que vigilo tu tos de mal agüero
y te tomo la fiebre
que trato de narrarte pormenores
del pasado mediato
convencerte de que en el fondo somos
gallardos y leales
y también que al mal tiempo buena cara

 

pero como si nada
seguís malhumorado arisco e insociable
y te repantigás en la avería
como si fuese una butaca pullman

 

se te ve la fruición por el malogro
tu viejo idilio con la mala sombra
tu manía de orar junto a las ruinas
tu goce ante el desastre inesperado

 

claro que voy a despedirte
no sé por qué no lo hice antes
será porque tenés tu propio método
de hacerte necesario
y a uno lo deja triste tu tristeza
amargo tu amargura
alarmista tu alarma

 

ya sé vas a decirme no hay motivos
para la euforia y las celebraciones
y claro cuándo no tenés razón

 

pero es tan boba tu razón tan obvia
tan remendada y remedada
tan igualita al pálpito
que enseguida se vuelve sinrazón

 

ya sos mayor de edad
chau pesimismo

y por favor andate despacito
sin despertar al monstruo

MARIO BENEDETTI
Uruguay-1920


Madrid, 16-09-10

CALMA CHICHA

Esperando que el viento
doble tus ramas

que el nivel de las aguas
llegue a tu arena

esperando que el cielo
forme tu barro

y que a tus pies la tierra
se mueva sola

pueblo
estás quieto

cómo
no sabes

cómo no sabes
todavía

que eres el viento
la marea

que eres la lluvia
el terremoto.

MARIO BENEDETTI
Uruguay-1920


Madrid, 17-09-10

NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

MARIO BENEDETTI
Uruguay-1920


Madrid, 20-09-10

LA ESTRELLA MISTERIOSA

Yo no sé dónde está, pero su luz me llama,
¡Oh misteriosa estrella de un inmutable sino!...
Me nombra con el eco de un silencio divino
y el luminar oculto de una invisible llama.

 

Si alguna vez acaso me aparto del camino,
con una fuerza ignota de nuevo me reclama:
Gloria, quimera, fénix, fantástico oriflama
o un imposible amor extraño y peregrino...

 

Y sigo eternamente por la desierta vía
tras la fatal estrella cuya atracción me guía,
mas nunca, nunca, nunca a revelarse llega!
Pero su luz me llama, su silencio me nombra,
mientras mis torpes brazos rastrean en la sombra
con la desolación de una esperanza ciega.

MARÍA EUGENIA VAZ FERREIRA
Uruguay-1875


Madrid, 21-09-10

VOZ DEL RETORNO

Nada le queda al náufrago; ya nada; ni siquiera
la dulce remembranza de un viejo sueño vano,
ni la marchita y frágil ala de una quimera
que al estrecharse deja su polvo entre la mano.
La media noche es tarde y el alba fue temprano,
y el orgulloso día le dijo al sol: “Espera”;
Quien sin besarla aspira la flor de Primavera,
pasa como una sombra por el jardín humano.

Violetas de los prados en el solar fragante,
rosas de los pensiles rojas y perfumadas
que al pasajero abrieron su misterioso broche;
el náufrago retorna como una sombra errante,
sin una sola estrella de flámulas doradas
con qué alumbrar el fondo de su infinita noche.

MARÍA EUGENIA VAZ FERREIRA
Uruguay-1875


Madrid, 22-09-10

LOS DESTERRADOS

Una fría tarde triste
yendo por una apartada
ruta, al través de los turbios
cristales de una ventana
yo lo vi gallardamente
curvado sobre las fraguas.
El cabello sudoroso
en ondas le negreaba
chorreando salud y fuerza
sobre la desnuda espalda.
Le relucían los ojos
y la boca le brillaba
henchida de sangre roja
bajo la ceniza parda.
Y era el acre olor del hierro
luz de chispas incendiarias,
rudo golpe del martillo,
vaho ardiente de las ascuas,
que las mal justas rendijas
hasta mí fluir dejaban
con ecos de cosa fuerte
y efluvios de cosa sana

“Dios de las misericordias
que los destinos amparas,
cuando me echaste a la vida
¿por qué me pusiste un alma?
Mírame como Ahasvero
siempre triste y solitaria,
soñando con las quimeras
y las divinas palabras …
Mírame por mi camino,
como por una vía Apia
de sonrisas incoloras
y de vacías miradas...
¿ Por qué no te plugo hacerme
libre de secretas ansias,
como a la feliz doncella
que esta noche y otras tantas
en el hueco de esos brazos
hallará la suma gracia ?”

Así me quejé y a poco
seguí la tediosa marcha,
arropada entre las brumas
pluviosas, y me obsediaban
como brazos extendidos
los penachos de las llamas
y unos ojos relucientes
adonde se reflejaba
el dorado y luminoso
serpenteo de las fraguas.

MARÍA EUGENIA VAZ FERREIRA
Uruguay-1875

De “La isla de los cánticos”


Madrid, 23-09-10

PENSABAN QUE ESTABA OCIOSO

Pensaban que estaba ocioso
en sus prisiones estrechas,
y nunca estarlo ha podido
quien firme al pie de la brecha,
en guerra desesperada
contra sí mismo pelea.

Pensaban que estaba solo,
y no lo estuvo jamás
el forjador de fantasmas
que ve siempre en lo real
lo falso, y en sus visiones
la imagen de la verdad.

ROSALÍA DE CASTRO
España-1837
De "En las orillas del Sar"


Madrid, 24-09-10

CUANDO SOPLA EL NORTE DURO

Cuando sopla el Norte duro
y arde en el hogar el fuego,
y ellos pasan por mi puerta
flacos, desnudos y hambrientos,
el frío hiela mi espíritu
como debe helar su cuerpo,
y mi corazón se queda
al verles ir sin consuelo,
cual ellos, opreso y triste,
desconsolado cual ellos.

 

Era niño y ya perdiera
la costumbre de llorar,
la miseria seca el alma
y los ojos además,
era niño y parecía
por sus hechos viejo ya.

 

Experiencia del mendigo,
eres precoz como el mal,
implacable como el odio,
dura como la verdad.

ROSALÍA DE CASTRO
España-1837
De "En las orillas del Sar"


Madrid, 27-09-10 

LA VIDA DEL POETA
IX
 

Si nos dejamos invadir por la decadencia,
la decadencia, llegará a nuestros músculos. 

¡Lindo es darse cuenta que uno es un hombre maduro! 

Cuarenta años,
una flor que se desgarra en la mirada. 

No está mal proponerse una nueva vida,
precisamente,
en el ocaso de las ilusiones. 

Un hombre que ya no corre tras el pan,
que ya no corre,
tras las caricias amadas de la noche,
que ya no corre,
que ya no mira atrás. 

Detenida, está ahora,
la vida entre mis brazos
y6 en ese instante, sublime detención,
donde la carne es todo el pasado,
nombro, una nueva visión para mis ojos. 

Garganta alucinada,
mi próxima palabra será mi destino: 

POESÍA,
mineral sangrante,
joya descuartizada,
para que a todos tocara su milagro,
palabra rota.
                 Un poema en sí mismo.
Espejo delirante, violines y rocío,

nota fuera del alcance de la imagen,

palabra acantilada.

Pequeño mito desvalido,
de la imagen del mar,
haciéndose pedazos en mi voz. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
[Poeta hispano argentino nacido en] Argentina-1940
De “La patria del poeta”


Madrid, 28-09-10 

AL PASO DE LOS DÍAS

Durante cierto tiempo, sin saberlo quizás,
viví la vida cotidiana, en medio de moscas aberrantes
y gentes que decían “Buenos días”, “Adiós”
o “Eres sin duda alguna miserable, y hasta cuándo
tu maldita costumbre de perder pie, tan lamentable”.
Dedicado a trabajos absurdos, aunque a pesar de todo
                                                     la vida cotidiana
fluía beso a beso, latido a latido,
no era ni luz ni sombra, y siempre había
personas muertas o remotas en el hogar. 

                                              Pero después
llegó la extraña vida, la insaciable, la insólita,
pendiente de un hilo, convirtiendo en pasión
toda cosa, en lugares de pájaros y olas,
                                              quemándome las manos,
envenenada por el viento y el mar, una existencia
eminentemente escandalosa, con moscas y ruinas
y bocas que decían “Buenos días”, “Adiós”
y extrañas ambiciones y maneras de morir,
                                               todo
exactamente igual a la vida cotidiana.

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Los últimos soles”


Madrid, 29-09-10 

VIDA RETIRADA

¡Qué descansada vida
La del que huye el mundanal ruido
Y sigue la escondida
Senda por donde han ido
Los pocos sabios que en el mundo han sido! 

Que no le enturbia el pecho
De los soberbios grandes el estado,
Ni del dorado techo
Se admira, fabricado
Del sabio moro, en jaspes sustentado. 

No cura si la fama
Canta con voz su nombre pregonera,
Ni cura si encarama
La lengua lisonjera
Lo que condena la verdad sincera. 

¿Qué presta a mi contento,
Si soy del vano dedo señalado,
Si en busca de este viento
Ando desalentado,
Con ansias vivas, con mortal cuidado? 

¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
A vuestro almo reposo
Huyo de aqueste mar tempestuoso. 

Un no rompido sueño,
Un día puro, alegre, libre quieto;
No quiero ver el ceño
Vanamente severo
De a quien la sangre ensalza o el dinero. 

Despiértenme las aves
Con su cantar sabroso no aprendido,
No los cuidados graves
De que es siempre seguido
El que al ajeno arbitrio está atenido. 

Vivir quiero conmigo,
Gozar quiero del bien que debo al cielo,
A solas, sin testigo,
Libre de amor, de celo,
De odio, de esperanzas, de recelo. 

Del monte en la ladera
Por mi mano plantado tengo un huerto,
Que con la primavera,
De bella flor cubierto,
Ya muestra en esperanza el fruto cierto. 

Y como codiciosa
Por ver y acrecentar su hermosura,
Desde la cumbre airosa
Una fontana pura
Hasta llegar corriendo se apresura. 

Y luego, sosegada,
El paso entre los árboles torciendo,
El suelo, de pasada,
De verdura vistiendo,
Y con diversas flores va esparciendo. 

El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido,
Los árboles menea
Con un manso ruido
Que del oro y del cetro pone olvido. 

Ténganse su tesoro,
Los que de un falso leño se confían:
No es mío ver el lloro
De los que desconfían
Cuando el cierzo y el ábrego porfían. 

La combatida antena
Cruje, y en ciega noche el claro día
Se torna, al cielo suena
Confusa vocería,
Y la mar enriquecen a porfía. 

A mí, una pobrecilla
Mesa de amable paz bien abastada
Me basta, y la vajilla
De fino oro labrada,
Sea de quien la mar no teme airada. 

Y mientras miserable-
Mente se están los otros abrasando
Con sed insaciable
Del no durable mando,
Tendido yo a la sombra esté cantando. 

A la sombra tendido,
De hiedra y lauro eterno coronado,
Puesto el atento oído
Al son dulce, acordado,
Del plectro sabiamente meneado. 

FRAY LUIS DE LEÓN
España-hacia 1528
De "Odas"


Madrid, 30-09-10 

VIERNES, 6 DE OCTUBRE DE 2000 

QUERIDA:

   Comenzar una nueva vida todos los días, es algo que pueden casi todas las personas, casi todos los días. Lo que no puede casi nadie es seguir viviendo la nueva vida cuando pasan las primeras 24 horas. Por eso, me digo, es tan difícil, a veces, algún compañero de viaje, un caminante amante del camino que nos toca recorrer.

   Dicen los luchadores que grandes soledades abren grandes caminos pero que solos nunca podremos algo grande.

   ¿Quién velará mi sueño en los picos más altos de los Andes?

   Y nada me responde.

   Es por eso que no quiero llegar a ninguna cumbre a menos que alguien, alguno, quisiera llegar conmigo. Ni sexo, ni dinero pueden más que las altas cumbres, pero a las altas cumbres sólo se puede llegar acompañado. Después, también, permanecer, cuesta lo suyo: un amor, dos amores, miles de amores, para no caer.

   La tarde es noche en mí, en pleno invierno, pero estoy contento.

   Ya han pasado dos semanas de haber comenzado a vivir una nueva vida y todavía, estoy en ello. Estoy contento.

   Gracias por existir.

 

 

MIGUEL OSCAR MENASSA
[Poeta hispano argentino nacido en] Argentina-1940
De “Cartas a mi mujer”


 

Selección de Poemas Editados

 

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