Madrid, 1-02-10 

DESCANSO 

Vuelve el rumor
acrecienta las formas de la primavera.
Robusto calor de diciembre
despedaza los frenos.
Hierve la soledad
se quema el hambre. 

Mujer sola con vestido de noche
Canta
Canta
Dulce canción para mi sueño. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “22 poemas y la máquina electrónica
o cómo desesperar a los ejecutivos”


Madrid, 2-02-10 

CONOCER, QUERIDA, SIN SABER 

Hablaré de algo que conocemos todos, sin saber:
Cuando le quito mi amor es cuando más me ama.
Cuando ella sueña con otros es cuando la deseo.
Cuando estamos muy separados, estamos juntos. 

Hoy soy el áspero sentido de los huecos.
Todavía, entre nosotros, amada, vive Dios.
Sus carnes esponjosas impiden que te bese.
Su boca plena a tu mirada no me deja gozar. 

Alégrate muchacha, hoy no confieso nada,
sólo vengo a cantar lo ya sabido, lo inútil,
desesperados gestos de amor y tu belleza. 

Nada diré de lo que nadie sabe, sin conocer.
Sólo hablaré de Dios, de Dios entre tus piernas,
adelantándose a tu goce, como si fuera de palabras. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante
loca joven poeta psicoanalista


Madrid, 3-02-10 

DESPUÉS NACÍ A LA LIBERTAD 

Después nací a la libertad y me encadenaron
y así durante cinco siglos me tuvieron,
vivo y encadenado y me dieron algo de comer,
alguna lágrima para llorar por todo lo perdido. 

Comí esa nada que me daban y lloré esas lágrimas
y me di cuenta que mi libertad medía sólo un eslabón.
Un ruido me separaba de otro ruido, una cadena
me ataba a otra cadena y a hombres como yo. 

¡Oíd el ruido de rotas cadenas! y nada se escuchaba.
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! y nadie se movía.
Paz y amor nos dijeron y estalló la guerra. 

Esclavos, exiliados, mutilados, muertos, desaparecidos,
así fuimos teniendo los nombres del dolor y de la rabia.
Así, por el único camino para sobrevivir, fuimos poetas. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”


Madrid, 4-02-10 

A LOS CINCUENTA AÑOS 

Nada del corazón que ya no tengo
ni nada de la cabeza que ya se fue.
Nada de grandes guerras que no terminan
y nada de amor, amada, hoy toca vivir. 

Hoy, toca el canto, sin apuestos cantores
el baile sin pareja, la música sin fondo
hoy toca que te toque alguna fibra inexplicable
ese nudo imposible que no se puede hacer. 

No el tejido del alba, ya conocido
ni la sencilla roca partiéndose de amor.
No viene no, la muerte, ni la peste, ni el hambre. 

Ni la extrema lujuria del opaco silencio
hoy viene amada, en el poema, un aire
un viento, estremecido, de vida sin dolor.
 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La patria del poeta”
 


Madrid, 5-02-10 

EL PEDAZO DE TIERRA  

El pedazo de tierra
en el fondo de la casa
en mi barrio
donde él
trataba de creer
que vivía en el mar. 

Viejos ciruelos
brotaban de la tierra
cual gigantescas olas de sal. 

Una mesa recordaba
los antiguos templos de piedra. 

Su rostro entre los árboles,
frutos maduros
y capullos de porvenir
desprendía los perfumes
propios de la tarde. 

Su voz
mediterránea
era lenta y pesada
entre las inseguras
estrellas marinas
negro coral
universal
palabra de la noche. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La poesía y yo”


Madrid, 8-02-10 

“INTERMEZZO” TROPICAL
II

VESPERAL 

Ha pasado la siesta
y la hora del Poniente se avecina,
y hay ya frescor en esta
costa, que el sol del Trópico calcina.
Hay un suave alentar de aura marina,
y el Occidente finge una floresta
que una llama de púrpura ilumina.
Sobre la arena dejan los cangrejos
la ilegible escritura de sus huellas.
Conchas color de rosa y de reflejos
áureos, caracolillos y fragmentos de estrellas
de mar, forman alfombra
sonante al paso, en la armoniosa orilla.
Y cuando Venus brilla,
dulce, imperial amor de la divina tarde,
creo que en la onda suena
o son de lira, o canto de sirena.
Y en mi alma otro lucero, como el de Venus, arde. 

RUBÉN DARÍO
Nicaragua-1867
De “Poema del Otoño y otros poemas”


Madrid, 9-02-10 

EN LAS CONSTELACIONES 

En las constelaciones Pitágoras leía,
yo en las constelaciones pitagóricas leo;
pero se han confundido dentro del alma mía
el alma de Pitágoras con el alma de Orfeo. 

Sé que soy, desde el tiempo del paraíso, reo;
sé que he robado el fuego y robé la armonía;
que es abismo mi alma y huracán mi deseo;
que sorbo el infinito y quiero todavía... 

Pero ¿qué voy a hacer, si estoy atado al potro
en que, ganado el premio, siempre quiero ser otro,
y en que, dos en mí mismo, triunfa uno de los dos? 

En la arena me enseña la tortuga de oro
hacia dónde conduce de las musas el coro
y en dónde triunfa, augusta, la voluntad de Dios. 

RUBÉN DARÍO
Nicaragua-1867
De “Poesía dispersa”


Madrid, 10-02-10 

TRÍPTICO DE NICARAGUA
III
TERREMOTO
 

Madrugada. En silencio reposa la gran villa
donde de niño supe de cuentos y consejas,
o asistí a serenatas de amor junto a las rejas
de alguna novia bella, timorata y sencilla. 

El cielo lleno de constelaciones brilla,
y su oriente disputan suaves luces bermejas.
De pronto, un terremoto mueve las casas viejas
y la gente en los patios y calles se arrodilla 

medio desnuda, y clama: “¡Santo Dios! ¡Dios fuerte!
¡Santo inmortal!” La tierra tiembla a cada momento.
¡Algo de apocalíptico mano invisible vierte!... 

La atmósfera es pesada como plomo. No hay viento.
Y se diría que ha pasado la Muerte
ante la impasibilidad del firmamento. 

RUBÉN DARÍO
Nicaragua-1867
De “Poesía dispersa”


Madrid, 11-02-10 

MÍA 

Mía: así te llamas.
¿Qué más harmonía?
Mía: luz del día;
Mía: rosas, llamas. 

¡Qué aromas derramas
en el alma mía,
si sé que me amas,
oh Mía!, ¡Oh Mía! 

Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces. 

Yo, triste; tú triste...
¿No has de ser, entonces,
Mía hasta la muerte?
 

RUBÉN DARÍO
Nicaragua-1867
De “Prosas profanas y otros poemas” 


Madrid, 12-02-10 

“ITE, MISSA EST” 

A Reynaldo de Rafael 

Yo adoro a una sonámbula con alma de Eloísa,
virgen como la nieve y honda como la mar;
su espíritu es la hostia de mi amorosa misa,
y alzo al son de una dulce lira crepuscular. 

Ojos de evocadora, gesto de profetisa,
en ella hay la sagrada frecuencia del altar;
su risa es la sonrisa suave de Monna Lisa,
sus labios son los únicos labios para besar. 

Y he de besarla un día con rojo beso ardiente;
apoyada en mi brazo como convaleciente,
me mirará asombrada con íntimo pavor; 

la enamorada esfinge quedará estupefacta,
apagaré la llama de la vestal intacta,
¡y la faunesa antigua me rugirá de amor! 

RUBÉN DARÍO
Nicaragua-1867
De “Prosas profanas y otros poemas” 


Madrid, 15-02-10 

TABAQUERÍA
17 

¡Cruz en la puerta de la tabaquería!
¿Quién ha muerto? ¿El propio Alves? ¡Oh,
al diablo el bienestar que traía!
Desde ayer la ciudad cambió. 

¿Quién era? Era el que yo veía.
Todos los días le veía. Y no
tengo ahora esa monotonía.
Desde ayer la ciudad cambió. 

Él era el dueño de la tabaquería.
Punto de referencia de mi yo:
pasaba por allí de noche y de día.
Desde ayer la ciudad cambió. 

Mi corazón tiene poca alegría,
y esto dice que es muerte el sitio en que estoy yo.
¿¡Horror cerrado de la tabaquería!
Desde ayer la ciudad cambió. 

Más o menos, a él alguien le veía,
Él era fijo, y el que va soy yo;
si me muriese, nadie pensaría:
desde ayer la ciudad cambió. 

FERNANDO PESSOA
Portugal-1888
De “Poesías” de Álvaro de Campos


Madrid, 16-02-10 

LEYENDO

Un ciprés: a él junto, leo.
(El sol va acortando poco
a poco su fulgor loco.
Preludia un ave un gorjeo.) 

Me acuesto en la hierba. Leo.
(Es el poniente de hoguera:
contra él una palmera
tiene un débil cabeceo.) 

Echo el ojo al hato. Leo.
(Da el sol un golpe mayúsculo
a una montaña...
                          Crepúsculo.
Se oye de un agua el chorreo.) 

Me pongo sentado. Leo.
(La muriente luz se enjambia
fingiendo una gran Alhambra
de mármol cristaloideo.) 

(Trunca el ave su gorjeo.
Por el oriente descuella
la noche. 

              ¿Nace una estrella?)
No quedan luces... No leo. 

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Poemas sueltos


Madrid, 17-02-10 

EL ALBA 

Humean en la vieja cocina hospitalaria
los rústicos candiles... Madrugadora leña
infunde una sabrosa fragancia lugareña;
y el desayuno mima la vocación agraria... 

Rebota en los collados la grita rutinaria
del boyero que a ratos deja la yunta y sueña...
Filis prepara el huso. Tetis, mientras ordeña
ofrece a Dios la leche blanca de su plegaria. 

Acongojando el valle con sus beatos nocturnos,
salen de los establos, lentos y taciturnos,
los ganados. La joven brisa se despereza... 

Y como una pastora, en piadoso desvelo,
con sus ojos de bruma, de una dulce pereza,
el Alba mira en éxtasis las estrellas del cielo. 

JULIO HERRERA Y REISSIG
Uruguay-1875
De "Los éxtasis de la montaña"


Madrid, 18-02-10 

LA CACERÍA 

Ciertas andanzas, en una u otra dirección, entonces, hacia las
   islas, regido por las moscas, lejos de los santos, hombre de
   oscuros vaticinios, con la lengua rajada y la vista perdida
   en un brillante,
hacia qué sensaciones, los huéspedes gimiendo al sol,
   abanicados por las palmeras, con las delicias de la pereza
   de labios entreabiertos,
hacia qué dársenas, desalojos, asilos de súbitas mutaciones,
   hacia qué ferias donde se trafica con risas, paisajes
   enviciados, cabelleras de olores violentos y sin consuelo,
   despojos de lluvias, en hoteles conmovedores, más pálidos
   que la sal, y mi sistema óptico pernicioso, captor de súcubos
   y esplendores entre las llamas de la médula. 

Y ella cada vez más lejana, junto a mí, enardecida por la luz
   de la noche, en los comedores, ante un plato, una botella
   de vino a la deriva, y las gaviotas levantan vuelo del mantel
   hinchado por el viento, graznan con tanta tristeza, las pobres... 

Y siempre entre ella y yo crece una jungla, monos, el océano,
   escenas de purgatorio jamás aceptadas.
Entre ella y cada abrazo, y cada desesperado don de esta
   vida, emergen montañas, familias con miembros enyesados
   e injurias donde el tiempo en el torbellino de mis venas
   crepita cada vez más hambriento. 

¡Oh, entonces medía con besos el terror de aquellas glorias
   oscuras! 

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Los últimos soles


Madrid, 19-02-10 

OTRA CANCIÓN
1919 (Otoño) 

¡El sueño se deshizo para siempre! 

En la tarde lluviosa
Mi corazón aprende
La tragedia otoñal
Que los árboles llueven. 

Y en la dulce tristeza
Del paisaje que muere
Mis voces se quebraron.
El sueño se deshizo para siempre.
¡Para siempre! ¡Dios mío!
Va cayendo la nieve
En el campo desierto
De mi vida,
                  y teme
la ilusión, que va lejos,
De helarse o de perderse. 

¡Cómo me dice el agua
Que el sueño se deshizo para siempre!
¡El sueño es infinito!
La niebla lo sostiene,
Y la niebla es tan sólo
Cansancio de la nieve. 

Mi ritmo va contando
Que el sueño se deshizo para siempre.
Y en la tarde brumosa
Mi corazón aprende
La tragedia otoñal
Que los árboles llueven.

FEDERICO GARCÍA LORCA
España-1898
De “Libro de poemas


Madrid, 22-02-10 

EL ADIÓS 

Cogí esta brizna de brezo
El otoño ha muerto recuérdalo
Jamás volvemos a vernos
Brizna de brezo olor del tiempo
Y recuerda que yo te espero 

GUILLAUME APOLLINAIRE
Roma-1880
De “Alcoholes


Madrid, 23-02-10 

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

5 

En el fondo del hombre
agua removida. 

En el agua más clara
quiero ver la vida. 

En el fondo del hombre
agua removida. 

En el agua más clara
so
mbra sin salida. 

En el fondo del hombre
agua removida. 

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Cancionero y romancero de ausencias


Madrid, 24-02-10 

A LA SEÑORITA... 

¿Que qué te ofrezco me dices
para que en tus brazos pueda
vivir momentos felices
y acariciar los matices
de tu tez de rosa y seda...?

¿Para anegarme en la loca
luz que rutila en tus ojos;
para calmar con mi boca
esta sed que me sofoca
de amor, en tus labios rojos...?
¿Para en tu faz no observar
un desdén que no merezco,
para poderte adorar,
peregrina hija de Agar,
me dices que qué te ofrezco...?
¡Ah, hermosa e ingrata dama!
¡Ah, reina de talle moro!
Pues que tu ambición reclama
tesoros de quien te ama,
¡toma mi mayor tesoro!
Un huerto de albos azahares
es todo el tesoro mío;
un alma experta en cantares,
una choza entre cañares
y a la orillita del río.
Un jardín, donde levanta
su grácil tallo la flor,
un jirón de tierra santa,
una guitarra que canta
y mucho amor, ¡mucho amor...!
Si acaso, mujer querida,
no vieras con todo esto
tu loca ambición cumplida,
toma mi sangre, y mi vida
que a dártela estoy dispuesto. 

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Poemas sueltos


Madrid, 25-02-10 

A SU YACER CABEZA ABAJO

A su yacer cabeza abajo
sus enemigos entraron en la cama
bajo la trabajosa pestaña;
a través del tambor rasgado de la oculta oreja en el pelo
y la brusca paloma de Noé, recuperada
voló llevando al hombre hasta allí.
Anoche, en el rapto de una ola,
ballenas sueltas de su verde tumba
en fuentes de origen cedieron su amor,
al tiempo que la oscilante inocencia de ella
Juan en llamas y salvajemente joven el Rey Lear,
la reina Catalina aullando desnuda
y Sansón ahogado en su cabellera,
las colosales intimidades de los una vez vistos
silenciosos extraños o sombras sobre una escala;
Allí la oscura cuchilla y pícaros suspiros por ella
hasta el almiar y las hoces de los brazos de él
corrieron y silbaron cien veces
antes de que sobreviniera la mañana ruidosa.
El hombre era la ardiente Inglaterra que ella recorría
   en sueños, y la isla enamorada
cegó sus mientras con encantos de luz
dormir para un recién nacido sueño entre ropas y caricias
   en el costado
cantando, y el amado huido como niño recostado en arenales
   de bellota. 

DYLAN THOMAS
(Gran Bretaña-1914)
De “Muertes y entradas”


Madrid, 26-02-10 

EL NOVIAZGO 

a Picasso 

La primavera deja errar a los novios perjuros
y que las plumas azules que sacude el ciprés
donde anida el pájaro azul se agiten como hojas. 

Una Madona al alba ha cogido las rosas silvestres
y mañana vendrá a por los alelíes
para poner en los nidos de palomas que destina
a ese palomo que al anochecer parecía el Paracleto
. 

En el limonarcillo se enamoraron
con el amor que amamos las últimas en llegar.
Los pueblos lejanos son como párpados
Y entre los limones están sus corazones suspendidos. 

GUILLAUME APOLLINAIRE
Roma-1880
De “Alcoholes
Traducción: Claire Deloupy


 

Selección de Poemas Editados

 

 

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