Madrid, 04-01-10 

FORTUNA DEL POETA 

Como que ahora llueve
y el cielo se ha encargado
de echar un poco de agua leve
en mi tejado;
y agradecida y quieta,
se dobla por el cuello
una violeta
con algo puro, desolado y bello... 

Como que está soñando
el caballo de felpa de mi mesa
con un camino blando
y un jinete inocente; y la luz cesa,
y mi marido lee sin conocerme
en la butaca grande que no quiero;
y soy la rubia inerme,
callada, sin dinero... 

Como que está vacía,
solitaria, desierta, reposada,
la casa de colores casi mía,
es bueno estar sentada
con esa pluma única que a veces se nos pierde;
los pies en alto,
y la mirada verde,
y el corazón tranquilo tras un salto. 

Como esta tarde ni comer se usa,
y casualmente topo
con mi sangre confusa,
me huele a soledades de heliotropo;
como que está mi gato
ceniciento,
mientras la lluvia se demora un rato,
haciendo de flor loca en mi aposento,
y su cola crecida
descansa sobre
mi camisa de nunca estar dormida:
¡soy más feliz que pobre!... 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De "Memoria de la fiebre" 


Madrid, 05-01-10 

MUCHACHO 

Muchacho loco: cuando me miras
con disimulo, de arriba abajo,
siento que arrancas tiras y tiras
de mi refajo. 

Muchacho cuerdo: cuando me tocas
como al descuido la mano, a veces,
siento que creces
y que en la carne te sobran bocas. 

Y yo: tan seria, tan formalita,
tan buena joven, tan señorita,
para ocultarte también mi sed 

te hablo de libros que no leemos,
de cosas tristes, del mar con remos;
te digo: usted... 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De "Memoria de la fiebre"


Madrid, 07-01-10 

LA NADA PERTENECE A LA TERNURA 

La nada pertenece a mi ternura.
Digo la luz y vienen mariposas.
Si yo supiera hacer alas hermosas
se las pondría siempre a la locura. 

Pero ¿qué vive aquí que no se cura?
¿Quién me lleva a mirar entre las rosas?
No estoy para mí misma: estoy en cosas
que vuelven su relámpago a la altura. 

Quiero subir. No basta lo que puedo.
Inocentes canarios se han perdido.
Marco mi corazón con este dedo 

para reconocerle desvestido.
La espuma se disuelve y tengo miedo,
porque adentro del alma sí hace ruido. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De "Memoria de la fiebre"


Madrid, 08-01-10 

PARA EL NOVIO 

Eres joven. Recuerdas, a ratos, cuando llueve,
la tristeza sin ruido de un crepúsculo breve.
Te sale la sonrisa de algún jazmín abierto.
Parecerás hermoso después que te hayas muerto.
A veces por la tarde mirando tu retrato
te quiero como a un libro, te quiero como a un gato.
Haces la primavera debajo de la espuma.
Tienes el alma fácil. Se te olvida la pluma.
Ayer me regalaste un pomo y dos bombones.
Ya el cielo no es de Dios: lo quitas y lo pones.
Vienes de una esperanza, de un árbol que se apoya.
Y te gustan los lápices, la leche, la cebolla.
Mi espejo, mi mañana, mi muchacho con nubes:
estás aquí hasta siempre; desde la tierra subes.
Te quiero. Son las seis. Te querré todavía.
Me tomarás la mano subiendo en el tranvía.
Iremos noche a noche solos por la Calzada:
tú con zapatos sucios, yo con la blusa usada.
Y cuando pasen años y allá en la Biblioteca
se me arrepienta el cutis como a cualquier muñeca
que daba viajecitos absurdos al Juzgado
y que tenía un sueño azul recién pintado;
ah, sí... cuando ya no use siquiera cinturón,
y te duela la frente o te duela el riñón:
tú serás abogado con muy pocos asuntos
y yo la misma novia hasta morirnos juntos.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De "Memoria de la fiebre" 


Madrid, 11-01-10 

YA SIN PESO 

a Ottone Rosai 

Para un Dios que ría como un niño,
Tantos gritos de pájaros,
Tanta danza en las ramas, 

Un alma perdió ya todo su peso,
Los prados tienen una ternura tal,
Tal pudor en los ojos revive, 

Las manos como hojas
Se encantan en el aire... 

¿Quién teme ya, quién juzga? 

GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto, 1888
De "Sentimiento del tiempo"


Madrid, 12-01-10 

CALMA 

La uva está madura, el campo arado. 

El monte se separa de las nubes. 

Sobre los polvorientos espejos del verano
Ha caído la sombra. 

Entre los dedos inciertos
Su luz es clara,
Y lejana. 

Con las golondrinas huye
El último desgarramiento. 

GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto, 1888
De "Sentimiento del tiempo"


Madrid, 13-01-10 

DESCUBRIMIENTO DE LA MUJER 

Entonces la mujer se me apareció sin más velos, en un
   pudor natural.
Desde aquel tiempo sus gestos, libres, surgidos de una
   solemnidad fecunda, me consagran a la única dulzura
   real.
En tal confianza transcurro sin cansancio.
A esta hora puede hacerse noche, la claridad lunar tendrá
   las sombras más desnudas. 

GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto, 1888
De "La alegría"


Madrid, 14-01-10 

SOY UNA CRIATURA 

Como esta piedra
del San Michele
tan fría
tan dura
tan reseca
tan refractaria
tan totalmente
inanimada 

Como esta piedra
es mi llanto
que no se ve 

La muerte
se paga
viviendo 

 

GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto, 1888
De "La alegría"


Madrid, 15-01-10 

SERENO 

Después de tanta
niebla
una a una
se descubren
las estrellas 

Respiro
el fresco
que me deja
el color
del cielo 

Me reconozco
imagen
pasajera 

Presa en un viaje
inmortal. 

 

GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto, 1888
De "La alegría"


Madrid, 18-01-10 

CUMPLIR SESENTA Y DOS AÑOS 

Y es a los 62 años que me dispongo,
con un talante generoso, a festejar
vivir en un mundo donde nadie sabe,
si debe o si regala, si ama o si desea,
si obligado a vivir o interesado,
si valiente
o inquieto
o cobarde sin fe. 

Al cumplir los 62 años
quiero confesarme adicto
al cruel vivir. 

Y vendrán cataclismos y ciclones,
inundaciones y guerras por doquier
y yo, sentado, escribiendo mis versos,
haciendo del cataclismo mi guarida,
del ciclón mi aliento y de la pólvora,
mi inseparable compañera,
las alas del adiós. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La maestría y yo”


Madrid, 19-01-10 

EN EL INTENTO 

En el intento de darte todas las horas
partí las horas en mil pedazos para darme más
abrí el corazón del tiempo y lo hice caricia
mueca de luz para tus ojos, mi pequeña agonía. 

Caminé, como un poseído, todos los caminos
sin contar los pasos, sin soñar ningún sueño
porque todo era para provocar una sonrisa,
un tajo feliz sobre la cara sombría del amor. 

Y tú a veces reías y contabas para mi bien
besos enormes que te daba mientras dormías
caricias embriagadas, torpe sudor insondable.

 Y en tus frágiles sueños yo era un caminante,
alguien que no llegaría nunca a sitio alguno,
algún amante sin cuentas, un collar invisible. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”


Madrid, 20-01-10 

POEMA CERO 

En Madrid aprendí a mirar el cielo.

Contra la roca seca, meseta árida,
encontré mis límites.
Supe decir que no todas las veces,
como un enamorado, alguien,
dispuesto a todo por permanecer.  

Recordé a mi madre tantas veces
Recordé a mi padre tantas veces 
Recordé a mis hermanos.

Fui una herida sangrante.
El odio hizo de mí, lo que quiso
y como tampoco podía vivir,
tracé con mi ignorancia nuevos caminos.  

¿quién es quién en esta meseta desolada? 

¿quién el último vestigio de la pureza?  

¿quién capaz de soportar el rumbo de un poema?  

Dejé mis manos tendidas al sol
y descendieron por ellas pequeñas estrellas marinas, 
anunciando para el hombre que me tocaba ser,
como destino, la palabra. 

Después partí mi vida en dos.
Fui el ángel exterminador y la locura,
magnífica locura:
me olvidé de todo,
del tango,
de vos.  

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “La patria del poeta”


Madrid, 21-01-10 

EL AMOR DEL CUERPO 

Alteración permanente,
carnívora investigación,
buscando su carne en mi escritura,
buscando en mi escritura su pasión. 

Para la sombra del siglo,
para el escollo más alto,
me reservo,
una delicada, pequeña misión.
 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “El amor existe y la libertad”


Madrid, 22-01-10 

ZARPAR II 

Amantes de la delicadeza
hundid junto conmigo vuestras garras atlánticas
en el cuerpo de la bella que acaba de morir. 

Dejo el mar.
Construyo en la clara meseta
-por encima de todos los niveles-
la casa del poeta.
Pequeña y cálida torre
donde la mierda y los espantos
azules pájaros
                     reclaman
el privilegio del siglo. 

Pequeño siglo evanescente, habrá
te lo prometo
en el final de tus finales
un pequeño hombrecito de palabras
una pequeña ley
una pequeña oscuridad total.
El hombre del principio nacerá de las sombras. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Salto mortal” 


Madrid, 25-01-10 

COSAS MUDABLES 

De tan luminosa, esa herida
ya ni duele –oh tan mudables
cosas venidas
en la palabra, sucesiva
ondulación del mundo
latiendo contra el corazón,
olas de sombra o sólo de piedra,
canción despedazada
contra los vidrios, dorado
vagabundeo de abejas,
mañana de junio
tan pronto prometida a las arenas. 

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


Madrid, 26-01-10 

MATERIA NOBLE 

Puede oírse aún su
batir contra el pecho.
Hace tantos, tantos años expuesto
a la violencia de la luz de medio
día. Casi amargo, casi
dulce. Solo la pasión lo roba
a la muerte, le impide ser
cazuela agujereada
donde el viento silba.
O peor: cosa viscosa, muelle,
inerme. Corazón,
materia noble.
 

 

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


Madrid, 27-01-10 

EN LOOR DE LAS GAVIOTAS 

 

En cuanto leo soñoliento un romance
de Camilo, un viento
desabrido y alegre barre las dunas.
Lleva consigo toldos, ropas, niños.

Cuando más tarde la luz,
esta tan leve luz meridional
regresa, ya las gaviotas
son señoras de las arenas
y, minuciosas, de manera ejemplar,
destruyen todo cuanto es aún
la mal olorosa memoria humana,
en una especie de pasión-
os digo. 

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


Madrid, 28-01-10 

LA PUERTA

 

Porque
por esa puerta
sobre la rugosa luz de la tarde
tendrás aun tiempo
de usar los pies y ponerte en camino,
sin raíces
confundirte los pasos,
pues para la muerte
no tienes aún palabras,
aún no, aún no, aún no. 

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia”


Madrid, 29-01-10 

COSAS DEL VERANO
 

Antes de arder y ser ceniza
el deseo amarga en la boca, sangra
en el blanco de la camisa.
El verano ha vuelto, arrastra sus luces
por ahí, hombro
con hombro con el brillo de la mano,
la tan discreta y difícil
mano palpando el camino
de aguas estrechas,
donde los pies se volvían de vidrio. 

EUGENIO DE ANDRADE
Portugal-1923
De “Oficio de paciencia” 


Selección de Poemas Editados

 

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