Madrid, 1-12-10 

DÉJAME AHORA 

El derroche nocturno de tu cabellera
sobre los últimos vestigios del mundo.
Su follaje tan tibio envolviendo,
una vez más,
el brillo de las cosas
y la premonición de los adioses. 

Ese plumón tan sedoso sobre
la intensidad del instante, espuma
infinitamente dulce
como un vendaje de nubes.
Se ramifica, se enreda, se desata
en largas hebras de sueño,
en vuelo hacia qué lejanía,
hacia qué deslumbramiento
en una playa dormida bajo las gaviotas.

* * *

Antaño, a veces por un instante
cayó sobre mi rostro
como un suspiro desde los bordes
del cielo, desplegando
su material de perfume y silencio
sobre todas las frustraciones
   de mi corazón. 

ENRIQUE MOLINA
A
rgentina-1910
De “El adiós” 


Madrid, 2-12-10 

MEDIALUZ 

He soñado una fuga. Y he soñado
tus encajes dispersos en la alcoba.
A lo largo de un muelle, alguna madre;
y sus quince años dando el seno a una hora. 

He soñado una fuga. Un “para siempre”
suspirando en la escala de una proa;
he soñado una madre;
unas frescas matitas de verdura,
y el ajuar constelado de una aurora. 

A lo largo de un muelle...
Y a lo largo de un cuello que se ahoga! 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Los heraldos negros”


Madrid, 3-12-10 

LA ARAÑA 

Es una araña enorme que ya no anda;
una araña incolora, cuyo cuerpo,
una cabeza y un abdomen, sangra. 

Hoy la he visto de cerca. Y con qué esfuerzo
hacia todos los flancos
sus pies innumerables alargaba.
Y he pensado en sus ojos invisibles,
los pilotos fatales de la araña. 

Es una araña que temblaba fija
en un filo de piedra;
el abdomen a un lado,
y al otro la cabeza. 

Con tantos pies la pobre, y aún no puede
resolverse. Y, al verla
atónita en tal trance,
hoy me ha dado qué pena esa viajera. 

Es una araña enorme, a quien impide
el abdomen seguir a la cabeza.
Y he pensado en sus ojos
y en sus pies numerosos...
¡Y me ha dado qué pena esa viajera!
 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Los heraldos negros”


Madrid, 7-12-10 

LOS CANTOS DE LOS HOMBRES 

Los cantos de los hombres son más bellos que los hombres,
      más esperanzados,
      más tristes
      y con más vida.
Más que a los hombres he amado sus cantos.
He podido vivir sin los hombres
   pero nunca sin sus cantos.
Nunca me engañaron los cantos. 

Cualquiera que fuera su lengua, siempre los he comprendido. 

En este mundo, ni la comida, ni la bebida,
      ni los paseos,
      ni las cosas que he visto, oído,
      palpado, comprendido,
         nada, nada,
   me ha hecho tan feliz como los cantos... 

20 de septiembre de 1960

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902
De "Últimos poemas I. 1959-1960-1961]"


Madrid, 9-12-10 

 

En la nave espacial dirigida a Marte
los turistas leerán poemas escritos en la lengua de la Tierra.
Y abrirán sus notas, sus colores, sus capas
     hasta llegar al núcleo más misterioso de la palabra.

Diciembre de 1959

Como un clavel blanco se abre el núcleo
la luz se extiende por los jardines del átomo,
y toda la humanidad -y no sólo los más inquietos-
     se contemplará en el espejo de la poesía.

Diciembre de 1959

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902
De "Últimos poemas I. 1959-1960-1961]"


Madrid, 10-12-10 

LAS TENTACIONES 

No te apartes de la joven jíbara que yace a tu lado –que nunca estuvo a tu lado– delirio y sueño, teñida con pinturas de boda, el sexo lavado con agua de coco, sus aceitadas piernas cobrizas con pulseras, curvas como ríos a lo largo de la noche. 

Acurrucada contra tu pecho, sumisa bajo el brillo de Orión, su boca para toda sed de hombre desatada por tu vehemencia, su respiración como un eco de tambores apagado en tus venas con el olor ancestral de su cuerpo, en ella se restriega la seda nocturna, abanicada por el lento balanceo de las hojas, azotada y besada desde sus pies hasta el sagrado rostro de la luna. 

Y el reverbero elemental de sus muslos, el peso de su cabellera amazónica, lejos de las arpías, con centelleantes axilas y la comisura de los ojos llena de asombro. 

No te apartes tampoco de la voluminosa mujer blanca invocada en secreto, de gran opulencia, la ostentosa cúpula palpitante de su vientre, la espesa nube carnal tendida en la blandura de la pereza, la firme claridad de su nuca mordida, una rosa sobre el pecho –inmensamente misteriosa como toda rosa-, como toda partícula del infinito que captan los sentidos, el cimbrador carnal de su espalda que nada puede agotar. Y tampoco ella yace a su lado. 

Pero todo sueño es una emanación de la vida, un reguero de los astros que calienta tu aliento.

 

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Hacia una isla incierta”


Madrid, 13-12-10 

SOMBRERO, ABRIGO, GUANTES 

Enfrente a la Comedia Francesa, está el Café
de la Regencia; en él hay una pieza
recóndita, con una butaca y una mesa.
Cuando entro, el polvo inmóvil se ha puesto ya de pie. 

Entre mis labios hechos de jebe, la pavesa
de un cigarrillo humea, y en el humo se ve
dos humos intensivos, el tórax del Café,
y en el tórax, un óxido profundo de tristeza. 

Importa que el otoño se injerte en los otoños,
importa que el otoño se integre de retoños,
la nube, de semestres; de pómulos, la arruga. 

Importa oler a loco postulando
¡qué cálida es la nieve, qué fugaz la tortuga,
el cómo qué sencillo, qué fulminante el cuándo! 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Poemas humanos”


Madrid, 14-12-10 

LAS ALFORJAS CONTENÍAN AIRE DE MAR 

Las alforjas contenían aire de mar,
olores de legumbres comidas bajo el sol. 

Arrebatos de oscuros días de lluvia
y tus besos y el arlequín rosado
en tus ojos de paloma alocada,
de mujer moribunda muy cercana a la luz. 

Las alforjas contenían brisas marineras,
antílopes enteramente libres y bellos
y ese ruido de fieras amándose,
inventando el destino de los próximos hombres
y ese rozar del fuego contra el fuego
y ese malabarismo imperceptible del deseo
y una loca paloma de la paz herida
por la luz de tu cuerpo abriéndose a la noche. 

Las alforjas estaban llenas de sonrisas,
hasta mi padre muerto sonreía, vivamente.
La pequeña putita de los poetas franceses,
la pobre, en mis alforjas, sonreía rabiosa
y un galán, un pobre galán enamorado,
arena y miel, empalagoso, sonreía. 

Ángeles vertiginosos y mi madre, aún viva,
tejían una detrás de otra las increíbles,
despiertas, alocadas, sonrisas del amor
y todo el mundo comía y bebía acaloradamente
y la alegría del viento era la danza
y el universo mismo detenía su propia locura
y las alforjas contenían algo del universo. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina, 1940
De “Las 2001 Noches y 393 noches de repuesto”


Madrid, 15-12-10 

PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA 

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París –y no me corro-
talvez un jueves, como es hoy, de otoño. 

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo. 

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro 

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos... 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Poemas humanos”


Madrid, 16-12-10

POEMA PARA SER LEÍDO Y CANTADO

Sé que hay una persona
que me busca en su mano, día y noche,
encontrándome, a cada minuto, en su calzado.
¿Ignora que la noche está enterrada
con espuelas detrás de la cocina?

Sé que hay una persona compuesta de mis partes,
a la que integro cuando va mi talle
cabalgando en su exacta piedrecilla.
¿Ignora que a su cofre
no volverá moneda que salió con su retrato?

Sé el día,
pero el sol se me ha escapado;
sé el acto universal que hizo en su cama
con ajeno valor y esa agua tibia, cuya
superficial frecuencia es una mina.
¿Tan pequeña es, acaso, esa persona,
que hasta sus propios pies así la pisan?

Un gato es el lindero entre ella y yo,
al lado mismo de su tasa de agua.
La veo en las esquinas, se abre y cierra
su veste, antes palmera interrogante...
¿Qué podrá hacer sino cambiar de llanto?

Pero me busca y busca. ¡Es una historia! 

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Poemas humanos”


Madrid, 17-12-10

PARÍS, OCTUBRE 1936

De todo esto yo soy el único que parte.
De este banco me voy, de mis calzones,
de mi gran situación, de mis acciones,
de mi número hendido parte a parte,
de todo esto yo soy el único que parte.

De los Campos Elíseos o al dar vuelta
la extraña callejuela de la Luna,
mi defunción se va, parte mi cuna,
y, rodeada de gente, sola, suelta,
mi semejanza humana dase vuelta
y despacha sus sombras una a una.

Y me alejo de todo, porque todo
se queda para hacer la coartada:
mi zapato, su ojal, también su lodo
y hasta el doblez del codo
de mi propia camisa abotonada.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De “Poemas humanos”


Madrid, 20-12-10 

A VIAJAR POR LOS ESTADOS 

A viajar por los Estados salimos,
(Sí, a través del mundo, animados por estas canciones,
Navegando, de ahora en adelante, con rumbo a cada país,
   por todos los mares)
Nosotros, buenos alumnos de todo, maestros de todo
   y amantes de todo.
Hemos visto a las estaciones darse y pasar,
Y dijimos, ¿por qué el hombre o la mujer no hace igual
   que las estaciones? ¿por qué no siembra así? 

Nos quedamos un tiempo en cada ciudad y pueblo,
Atravesamos Canadá, el Nordeste, el vasto valle del
   Misisipí, y los Estados Sureños,
Tratamos en términos iguales a cada Estado,
Nos ponemos a prueba e invitamos a los hombres
   y las mujeres a oírnos,
Nos decimos, recuerda, no temas, sé sincero,
   proclama el cuerpo y el alma,
Quédate un tiempo y pasa, sé copioso, templado,
   casto, magnético,
Y que aquello que siembres pueda regresar un día
   como regresan las estaciones,
Y que tú puedas ser tanto como las estaciones. 

WALT WHITMAN
Estados Unidos-1819
De "Hojas de hierba"


Madrid, 21-12-10 

HE VISTO A MUCHOS... 

He visto a uno que se había sentado sobre el sombrero de otro
estaba pálido
temblaba
esperaba algo... cualquier cosa...
la guerra... el fin del mundo...
ni siquiera podía hacer un gesto o hablar
y el otro
el otro que buscaba “su” sombrero estaba más pálido todavía
y también temblaba
y repetía sin cesar:
mi sombrero... mi sombrero...
y tenía ganas de llorar.
He visto a uno que leía los diarios
he visto a uno que saludaba a la bandera
he visto a uno que vestía de negro
tenía reloj
una cadena de reloj
un monedero
la legión de honor
y quevedos.
He visto a uno que arrastraba a su hijo de la mano
y que gritaba...
he visto a uno con un perro
he visto a uno con un bastón estoque
he visto a uno que lloraba
he visto a uno que entraba en una iglesia
he visto a otro que salía de ella... 

JACQUES PRÉVERT
Francia-1900
De “Palabras”


Madrid, 22-12-10 

AL AZAR DE LOS PÁJAROS 

Aprendí muy tarde a querer a los pájaros
y más bien lo lamento
pero ahora todo se ha arreglado
nos hemos entendido
ellos no se ocupan de mí
ni yo me ocupo de ellos
los miro
los dejo hacer
todos los pájaros hacen las cosas lo mejor posible
dan el ejemplo
no el ejemplo como por ejemplo el señor Glacis
que se comportó notablemente valientemente durante la guerra
   o el ejemplo del pequeño Paul que era tan pobre y tan hermoso
   y de tal modo honesto y que se convirtió más adelante en el
   gran Paul tan rico tan viejo tan honorable y tan repulsivo y
   tan avaro y tan caritativo y tan piadoso
o por ejemplo esa vieja criada que tuvo una vida y una muerte
   ejemplares jamás ni un asomo de discusión con el señor o la
   señora respecto al desagradable asunto del sueldo
no
los pájaros dan el ejemplo
el ejemplo como es debido
ejemplo de pájaros
ejemplo de pájaros
ejemplo las plumas las alas el vuelo de los pájaros
ejemplo el nido los viajes y el canto de los pájaros
ejemplo la belleza de los pájaros
ejemplo el corazón de los pájaros
la luz de los pájaros.

JACQUES PRÉVERT
Francia-1900
De “Palabras”


Madrid, 23-12-10 

DESAYUNO 

Ha echado café
En la taza
Ha echado leche
En la taza de café
Ha echado azúcar
En el café con leche
Con la cucharilla
Lo ha removido
Y se ha bebido el café con leche
Y ha dejado la taza
Sin hablarme
Ha encendido
un cigarrillo
Ha hecho aros
Con el humo
Ha dejado caer la ceniza
En el cenicero
Sin hablarme
Sin mirarme
Se ha levantado
Se ha puesto
El sombrero
Se ha puesto
El impermeable
Porque llovía
Y se ha marchado
Bajo la lluvia
Sin una palabra
Sin mirarme
Entonces me he cubierto
La cara con las manos
Y he llorado.

JACQUES PRÉVERT
Francia-1900
De “Palabras”


Madrid, 27-12-10 

¿NO ME RESPONDERÁS ALGÚN DÍA? 

Pero acaso tu persona se haya vuelto como un aire de época
de nieve que entra por esa ventana que uno vuelve a cerrar
presa de temblores o de un malestar vaticinador de un
drama, como me sucedió hace unas semanas. El frío cayó
rápido sobre mis hombros y me tapé precipitadamente, me
aparté cuando tal vez eras tú y lo más cálida que podías
ponerte, esperando ser bien recibida; tú, tan lúcida, ya no
podías expresarte de otro modo. Quién sabe si en este
mismo momento no esperas ansiosa que yo al fin
comprenda y vaya, lejos de la vida donde ya no estás, a
reunirme contigo, pobremente, de verdad pobremente, sin
medios, pero nosotros dos aún, nosotros dos... 

HENRI MICHAUX
Bélgica-1899
De “Nosotros dos aún”


Madrid, 28-12-10 

PREGUNTA MÁS ALLÁ 

¿Por qué pregunto dónde estás
si no estoy ciego,
si tú no estás ausente?
Si te veo,
ir y venir,
a ti, a tu cuerpo alto
que se termina en voz,
como en humo la llama,
en el aire, impalpable.

Y te pregunto, sí,
y te pregunto de qué eres,
de quién;
y abres los brazos
y me enseñas
la alta imagen de ti,
y me dices que mía.

Y te pregunto, siempre.

PEDRO SALINAS
España-1891
De "Fábula y signo"


Madrid, 29-12-10 

ALGUIEN IBA A NACER 

Algo roza los muros...
Un alma quiere nacer. 

Ciega aún. 

Alguien busca una puerta,
Mañana sus ojos mirarán. 

Un ruido se ahoga en los tapices. 

¿Todavía no encuentras? 

Pues bien, vete,
No vengas. 

En la vida
Sólo a veces hay un poco de sol. 

Sin embargo alguien vendrá,
Alguien la espera.

VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “El espejo de agua”


Madrid, 30-12-10 

UNA MUJER SE ALEJA 

Yo soy la esquina oscura de la tarde
cuando el mundo se pone de rodillas
con el reclinatorio de la sombra
y una anciana mujer pasa creyendo
que fue hermosa y la amaron los muchachos. 

Yo soy la puerta falsa del otoño
cuando un perro amarillo apenas roe
el pobre hueso mondo del verano
y una mujer con guantes de ceniza
escribe extrañas cartas sin destino. 

Yo soy las galerías del invierno
cuando cruzan los cisnes emigrantes
desde estanques azules sin orillas
y una mujer contempla el cielo pálido
tan desvaído ya como sus pechos. 

Yo soy el cortinaje de una estancia
donde pájaros apteros habitan
y donde rotas cristaleras veo
tras de las cuales se deshace y cruza
una lenta mujer de sueño y nube. 

LEOPOLDO DE LUIS
España-1918

De [Poemas varios publicados en
“Obra poética Tomo II (1946-2003)”]


Selección de Poemas Editados

 

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