Madrid, 02-08-10

LA PUERTA

Qué claro día
el de tu mano
y cómo llega
y se vuelve
entre tus venas
el río de ayer
la voz de tu mañana.

Quiero tu voz
más densa y solitaria
y hablar
sabiendo
y sin sentido.

He perdido la sombra
que tú amabas
el llanto
y el polvo deshojado.

He perdido mi amor
y el tuyo
mi sueño
y el borde del instante.

Con los vientos
y el golpe de las olas
todo mudará.

No queda ningún nombre
sino el deseo
y la revuelta luz
de otro lenguaje.
La puerta.

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919


Madrid, 03-08-10

LOS PASOS LEJANOS

Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.

Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.

Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.

Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.

CÉSAR VALLEJO
Perú-1892
De "Canciones del hogar"


Madrid, 04-08-10

LA FRAGUA 

Como el herrero contra el yunque día
a día el duro material trabaja,
tomo el metal oscuro de estos versos,
la sonora hoja azul de estas palabras,
las saco al rojo de mi lumbre, templo
su hierro sumergiéndolo en el agua
de mis ojos y busco una vez y otra
conseguir un acero de esperanza.

Todos vosotros golpeáis conmigo
en la misma materia cotidiana,
sonáis en este yunque, o soy quien suena
en vuestro golpear cada mañana,
como el hierro común en que las manos
de todos su seguro temple salvan,
y mi voz es tan sólo como una
mínima estrella que en el aire salta.

Pequeña estrella roja, breve esquirla
de luz. Golpeo. Golpead. Un ascua
puede encender, quiere encender. Su brillo
sueño que sea una sonrisa humana;
no llegará a ser rayo de alegría
pero algo más será que inútil lágrima.
Chispa menuda que del hierro oscuro
nace de pronto estremecida y clara.

Nuestro metal batimos. Nuestro acero
templamos. En la terca noche flagran
como constelaciones diminutas,
astros fugaces, luminosas patrias,
siderales espumas que las olas
de los sueños libertan y levantan
desde el fondo del pecho, golpe a golpe
del corazón, esa pequeña fragua.

LEOPOLDO DE LUIS
España-1918
De "Juego limpio"


Madrid, 05-08-10

ODA AL TIEMPO 

Dentro de ti tu edad
creciendo,
dentro de mí mi edad
andando.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la mirada
y junto a las castañas
quemadas de tus ojos
una brizna, la huella
de un minúsculo río,
una estrellita seca
ascendiendo a tu boca.
Sube el tiempo
sus hilos
a tu pelo,
pero en mi corazón
como una madreselva
es tu fragancia,
viviente como el fuego.
Es bello
como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Cada día
fue piedra transparente,
cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
y este surco en tu rostro o en el mío
son piedra o flor,
recuerdo de un relámpago.
Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
pero tú eres mis ojos.
Yo fatigué tal vez bajo mis besos
tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.
Amor, qué importa
que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
mi cuerpo y tu dulzura,
mañana los mantenga
o los desgrane
y con sus mismos dedos invisibles
borre la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.

 

PABLO NERUDA
Chile-1904
 


Madrid, 06-08-10

ENTIERRO DE BARBUSSE 

Un viento de banderas
Un viento rojo de banderas rojas,
un viento de banderas primaveras,
un viento de banderas,
un viento de banderas mariposas

Y tus cenizas llamas,
tus cenizas estrellas,
un viento de banderas,
un viento vuela y pasa.

Adiós a tus cabellos que caían
sobre la frente, a tus manos en hueso,
a tu figura desgarbada,
al lento relato de tu voz
ya tu mirada silenciosa y antigua.
Un viento de banderas.

La pasión, el fervor y la aventura,
el primer combatiente en nuestra guerra
contra la guerra,
contra el fascismo,
contra la burguesía. El primero.
Un viento de banderas.

No te lloramos.
El sentimentalismo no cuenta:
no lloramos la irremediable muerte,
la lógica caída a la ceniza,
el viraje al gusano.
No te lloramos pero te lloramos.
Un viento de banderas.

Te lloramos como a un combatiente,
como al mejor que se nos va.
Soñabas mediodías apacibles
con hules y manzanas y persianas.
Doblado y fatigado aún seguías al frente
de las tropas de choque
del pensamiento revolucionario.

Un viento de banderas golondrinas.

Aún seguías al frente luchando por los hombres,
por la emancipación del escritor, el campesino y el obrero.
Adiós viejo Barbusse, cher camarade.

Un viento de banderas aeroplanos.

25 muchachas
llevaban tus 25 libros como espadas.
Miles de niños
seguían la carroza florecida.
Detrás, los mutilados.

y un viento de banderas.  

RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Argentina-1905
 


 

Selección de Poemas Editados

 

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