Madrid, 2-3-09
No me des
tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes
dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dalos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.
Yo te pido la
cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.
JULIO CORTÁZAR
(Argentina-1914)
De "Salvo el crepúsculo"
EL NIÑO BUENO
No sabré desatarme los zapatos y dejar que la
ciudad me muerda los pies,
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal, opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.
JULIO CORTÁZAR
(Argentina-1914)
De "Salvo el crepúsculo"
TALA
Llévese estos
ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas las tablas de multiplicar y las poesías más selectas.
Le doy la
cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve
esta manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera todo,
déjeme como un hueco o una estaca.
Tal vez
entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, ese boy-scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre nomás, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin voz diga tu nombre cierto,
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
JULIO CORTÁZAR
(Argentina-1914)
De "Salvo el crepúsculo"
LA CEREMONIA
Te desnudé
entre llantos y temblores
sobre una cama abierta a lo infinito,
y si no tuve lástima del grito
ni de las súplicas o los rubores,
fui en cambio
el alfarero en los albores,
el fuego y el azar del lento rito,
sentí nacer bajo la arcilla el mito
del retorno a la fuente y a las flores.
En mis brazos
tejiste la madeja
rumorosa del tiempo encadenado,
su eternidad de fuego recurrente;
no sé qué
viste tú desde tu queja,
yo vi águilas y musgos, fui ese lado
del espejo en que canta la serpiente.
JULIO CORTÁZAR
(Argentina-1914)
De "Salvo el crepúsculo"
EL ENCUBRIDOR
Ese que sale de su país porque tiene miedo,
no sabe de qué, miedo del queso con ratón,
de la cuerda entre los locos, de la espuma en la sopa.
Entonces quiere cambiarse como una figurita,
el pelo que antes se alambraba con gomina y espejo
lo suelta en jopo, se abre la camisa, muda
de costumbres, de vinos y de idioma.
Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor, y duerme
a pata ancha. Hasta de estilo cambia, y tiene amigos
que no saben su historia provinciana, ridícula y casera.
A ratos se pregunta cómo pudo escapar todo ese
tiempo
para salirse del río sin orillas, de los cuellos garrote,
de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves.
A fojas uno, sí, pero cuidado:
un mismo espejo es todos los espejos,
y el pasaporte dice que naciste y que eres
y cutis color blanco, nariz de dorso recto,
Buenos Aires, septiembre.
Aparte que no olvida, porque es arte de pocos,
lo que quiso, esa sopa de estrellas y de letras
que infatigable comerá
en numerosas mesas de variados hoteles,
la misma sopa, pobre tipo,
hasta que el pescadito intercostal se plante y diga
basta.
JULIO CORTÁZAR
(Argentina-1914)
De "Salvo el crepúsculo"
OTOÑO
Entre la
niebla se alejan un campesino patizambo
Y su buey lentamente entre la niebla del otoño
Que oculta los pobres y harapientos caseríos
Mientras se
alejan el campesino canturrea
Una canción de amor y de infidelidad una canción
que habla de un anillo y un corazón roto
Oh el otoño
el otoño ha hecho que el verano muera
Entre la niebla se alejan dos siluetas grises
GUILLAUME APOLLINAIRE
Italia-1880
De “Alcoholes”
LAZOS
Cuerdas hechas de gritos
Sonidos de
campanas a través de Europa
Siglos colgados
Raíles que
enlazáis las naciones
Sólo somos dos o tres hombres
Libres de todos los lazos
Démonos la mano
Violenta
lluvia que peina los humos
Cuerdas
Cuerdas tejidas
Cables submarinos
Torres de Babel convertidas en puentes
Arañas-Pontífices
Todos los enamorados que unió un solo lazo
Otros lazos
más tenues
Blancos rayos de luz
Cuerdas y Concordias
Escribo
únicamente para exaltaros
Oh sentidos oh queridos sentidos
Enemigos del recuerdo
Enemigos del deseo
Enemigos de
la pena
Enemigos de las lágrimas
Enemigos de todo lo que todavía amo
GUILLAUME APOLLINAIRE
Italia-1880
De “Caligramas”
1909
La dama tenía
un vestido
De otomán violáceo
Y su túnica bordada de oro
Se componía de dos piezas
Que se abrochaban sobre los hombros
Los ojos
danzaban como ángeles
Se reía se reía
Tenía un rostro con los colores de Francia
Los ojos azules los dientes blancos y los labios muy rojos
Tenía un rostro con los colores de Francia
Llevaba un
escote en redondo
A la Recamier peinada
Con los hermosos brazos desnudos
Nunca se oirá sonar la medianoche
La dama con
vestido de otomán violáceo
Y túnica bordada de oro
Escote redondo
Paseaba sus bucles
Su diadema de oro
Y arrastraba sus zapatitos con hebillas
Era tan
hermosa
Que no te habrías atrevido a amarla
Yo amaba a
las atroces mujeres de los barrios enormes
Donde cada día nacían algunos nuevos seres
El hierro era su sangre la llama su cerebro
Yo amaba amaba al hábil pueblo de las máquinas
El lujo y la belleza no son más que su espuma
Y aquella mujer era tan hermosa
Que me causaba miedo
GUILLAUME APOLLINAIRE
Italia-1880
De “Alcoholes”
SOMBRA DE MI AMOR
IV
Yo pienso en
ti mi Lou tu corazón es mi cuartel
Mis sentidos son tus caballos tu recuerdo es mi alfalfa
El cielo está
lleno esta noche de sables y de espuelas
Los artilleros se alejan deprisa entre la densa sombra
Pero cerca de
mí veo sin cesar tu imagen
Tu boca es la herida ardiente de la audacia
Nuestras
fanfarrias estallan en la noche lo mismo que tu voz
Cuando voy a caballo tú trotas junto a mí
Nuestros
cañones del 75 son graciosos como tu cuerpo
Y tus cabellos son leonados como el fuego de un obús que
explota en el norte
Te amo tus
manos y mis recuerdos
Hacen sonar a todas horas una dichosa marcha
Los soles alternativamente se ponen a relinchar
Somos el baste sobre el que cocean las estrellas
GUILLAUME APOLLINAIRE
Italia-1880
De “Sombra de mi amor (Poemas a Lou)”
OCÉANO DE TIERRA
He edificado una casa en medio del océano
Sus ventanas son los ríos que se deslizan desde mis ojos
Los pulpos hormiguean alrededor de las murallas
Oíd cómo late su triple corazón cómo se estrellan sus picos
en los cristales
Casa húmeda
Casa ardiente
Veloz estación
Estación que canta
Los aviones ponen huevos
Cuidado se va a arrojar el ancla
Cuidado con el ancla que se arroja
Sería bueno que tú vinieses del cielo
La madreselva del cielo trepa
Los pulpos terrestres palpitan
Y después somos tantos nuestros propios enterradores
Pulpos pálidos de las olas gredosas oh pulpos de pálidas
bocas
Alrededor de la casa existe ese océano que tú conoces
Y que jamás descansa
GUILLAUME APOLLINAIRE
Italia-1880
De “Caligramas”
Para decirte,
amor, que te deseo,
sin los rubores falsos del instinto,
estuve atada como Prometeo,
pero una tarde me salí del cinto.
Son veinte
siglos que movió mi mano
para poder decirte sin rubores:
”¡Que la luz edifique mis amores”.
¡Son veinte siglos los que alzó mi mano!
Pasan las
flechas sobre mis cabellos,
pasan las flechas, aguzados dardos...
¡Son veinte siglos de terribles fardos!
Sentí su peso al libertarme de ellos.
ALFONSINA STORNI
Suiza-1892
De “Irremediablemente”
FRASE
Fuera de ley,
mi corazón
a saltos va en su desazón.
Ya muerde
acá, sucumbe allí,
cazando allá, cazando aquí.
Donde lo
intente yo dejar
mi corazón no se ha de estar.
Donde lo deba
yo poner
mi corazón no ha de querer.
Cuando le
diga yo que sí,
dirá que no, contrario a mí.
Bravo león,
mi corazón
tiene apetitos, no razón.
ALFONSINA STORNI
Suiza-1892
De “Irremediablemente”
CUADRADOS Y ÁNGULOS
Casas
enfiladas, casas enfiladas,
casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
ideas en fila
y ángulo en la espalda.
Yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada.
ALFONSINA STORNI
Suiza-1892
De “El dulce daño”
TENTACIÓN
Afuera
llueve; cae pesadamente el agua
que las gentes esquivan bajo abierto paraguas.
Al verlos enfilados se acaba mi sosiego,
me pesan las paredes y me seduce el riego
sobre la espalda libre. Mi antecesor, el hombre
que habitaba cavernas desprovisto de nombre,
se ha venido esta noche a tentarme sin duda,
porque, casta y desnuda,
me iría por los campos bajo la lluvia fina,
la cabellera alada como una golondrina.
ALFONSINA STORNI
Suiza-1892
De “El dulce daño”
De rodillas la juventud de rodilla la cólera
El insulto sangra amenaza ruinas
Los caprichos no tienen ya corona los locos
Viven pacientemente en el país de todos.
El camino de la peligrosa muerte está cortado
Por soberbios funerales
El espanto es cortés la miseria encantadora
Y el amor hace reír a los obesos inocentes.
Adornos naturales elementos de música
Virginidades de barro artificios de mono
Respetable fatiga honorable fealdad
Trabajos deliciosos donde el olvido se sacia.
El sufrimiento se halla aquí por casualidad
Y somos el suelo donde todo se ha edificado
Y estamos en cualquier parte
Donde se eleva el cielo de los demás.
Allí donde negarse a vivir es inútil.
PAUL ÉLUARD
(Francia-1895)
De “El amor y la poesía”
Todas las lágrimas sin razón
La noche entera dentro de tu espejo
La vida del suelo en el techo
Tú dudas de la tierra y de tu cabeza
Afuera todo es mortal
Y sin embargo todo se halla afuera
Tú vivirás esta vida
Este espacio miserable
Que responde a tus gestos
Y fija tus palabras
Sobre un muro incomprensible.
¿Quién piensa entonces en tu rostro?
PAUL ÉLUARD
(Francia-1895)
De “El amor y la poesía”
La soledad la
ausencia
Sus destellos de luz
Y sus oscilaciones
Sin haber visto nada ni nada comprendido.
La soledad el
silencio
En el crepúsculo del miedo
Más conmovedor
Que el primer contacto de las lágrimas.
La ignorancia
la inocencia
Más oculta
Más viva
Que pone a la muerte en el mundo.
PAUL ÉLUARD
(Francia-1895)
De “El amor y la poesía”
Enamorada en secreto detrás de tu sonrisa
Desnuda las palabras de amor
Descubren tus senos y tu cuello
Tus caderas y tus párpados
Descubren todas las caricias
Para que los besos en tus ojos
Te muestren en toda tu estatura.
PAUL ÉLUARD
(Francia-1895)
De “El amor y la poesía”
Sus ojos son contornos de luz
Bajo la osadía de su desnudez.
A flor de transparencia
Los cambios de pensamiento
Anulan las apagadas palabras.
Ella eclipsa todas las imágenes
Deslumbra al amor y sus sombras rebeldes
Ama-ama para olvidarse.
PAUL ÉLUARD
(Francia-1895)
De “El amor y la poesía”
un vaporcito
nocturno
el martín pescador la arcilla
el río que divide la calle
me vuelvo para verte
y ella dice dirá una ventana basta
un allegro ocurre unos cabellos
no importa más que el mundo no importa
siete veces lo dijo
y qué ternura qué claro su saludo de mañana
bajando la escalera tras un largo silencio
testa de toro bondad al fin yermo de anchos hombros
y desparramando lunes y fósforos y espera
aquí te enciendes atravesando el río
aquí la noche se hace luz
y cambio y pergamino
la próxima vez
mezclándote renaces
indiferente purpúreo nuevo vertical
desembarcas al alba reinicias el tatuaje
y te vas por los bordes por los huesos por el canto
sin nombre telaraña
no soy
amo
hierba tizne libertad
amo
entre malezas y cielo y alas y descuido
amo
me voy y vuelvo haciéndome otro
el mismo y tiemblo al sol
igual desconocido
amo a toda hora me disipo
en el aire en la flor en la cal en la ventana
amo mientras cruzo el río una noche una nube la blasfemia
amo y soy tu tierra creo llego a puerto me enderezo
amo y muero y nazco con el río y la sombra
al caminar
entre la gente
sin apuro
me paro a conversar del sol del aire
y de los siglos venideros
oh los placeres de mi nueva habitación
de la mano amistosa que retiene la mía
conozco el fuego de la pequeña cocina
y otras llamas más sorpresivas
que abaten nuestros sentidos
conozco conozco otros barcos otras piedras
otros reflejos de luz y plata
pero llevo con placer al nuevo albergue
la ristra de cebollas una esquela
y el canto del feriante
los ojos muy pintados de la niña
y la amapola