Madrid, 1-4-09 

AMIGA QUE DESCUBRES QUE REVELAS 

amiga que descubres que revelas
entre las ramas y la caída brusca del sueño
y el diurno ascenso y el remolino
y los derrumbes y los rastros y todo el sabor y la marea 

amiga que llegas y nombras
y conoces el sol y la penumbra
y el ojo del éxtasis y el radiante sapo 

amiga tierra
inocente despierta
en el filo del mundo
me acerco a tu flor carnívora
y al bosque y a la lluvia
al espíritu santo
y a la empañada cúpula de vidrio
púrpura de agonía de la victoria temblorosa
descubridora perdiz de hielo ardiente ausencia
eternamente voz y cebra y rosa y nácar
y zapallo y espuma y crujido de grillos entre el pasto 

para decir toda tu llama
el reino de tus celdas transparentes
no basta mi amor ni mi palabra
ni las puertas
ni el sonido de unos tallos azules
quizá mi esperanza alguna taza o el ramaje del día 

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “Celebraciones”

 


Madrid, 2-4-09 

LOS CUATRO ELEMENTOS 

para la que está sola y acompañada y en medio del agua
   evoca el armisticio del vegetal
para la que no sabe y está presente como un árbol en la
   tormenta como un molino en la oración
para la que sufre y ríe
para la que canta y espera sin saber el nombre de la
   esperanza
para la que no teme al rayo ni desconfía del blanco y el
   negro de la memoria
para la que no teme al fuego ni al aire ni a los cuerpos
   del alba y del silencio
para la que sabe nacer y se endurece bajo un oscuro cielo
   y vuelca su ternura cuando solo queda un pan de barro
para ella esta pared de noches flotantes
este santo quemado
esta campana de tierra este gemelo olvidado esta lámpara
   el corazón del día
le ofrezco un balbuceante puente unos pasos una marmita
   un parque solitario un caballo alazán a la salida del sol
   y una cautiva arena
una hoja un baño crepuscular una batalla de espejos
para ella mi desierto oscilante y mi oscilante cultivo
para ella que sabe esperar y se impacienta
que afronta y que renuncia
porque ha sido sigue siendo una mano una ventana una luz
   extraviada que salva todos los caminos
para ella que extinguida se enciente
y sin decirlo se pone en marcha y comprende
para ella un encuentro de la voz y la manzana
de la astilla y el romero
para ella la nave fantasmal que vuela a la deriva
para ella tierra leal verbo huella encendida
estas palabras digo esta cepa
un abrigo un nacimiento
 

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “Celebraciones”


Madrid, 3-4-09 

MI AMADA
ESTANQUE AZUL HUERTO CABELLOS 

fulgurante   viva   fluvial   origen   buscada   reencontrada
como un islote   un puente   una manzana   un tatuaje
en la noche hendida   en la marmita   en la estrella marina
en la mano   párpado   llamado   reflejo de mi amada
en forma de estanque azul   de miel   de estornino
de gota de agua   de cabellos 

regresamos una y otra vez al centro del fuego
del dolor
del huerto 

la distancia   la desgarrada higuera
y eternamente otra y eternamente igual
en la corriente   en el llanto
salitre   otoño   alba rota   soledad   escondido silencio
brisa   furia   años   sombra   desventurado niño
simiente   paredes de olvido   lluvia y grito y casa
roja estancia   andenes 

te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda noche toda celda
súbito amanecer   canal del sueño
lengua que disuelvo en mi silencio
en mis dos puertos
tibio cuerpo   llegada   partida del mar   polo irremediable
y humedecido y nadando entre cataclismos y lámparas y brazos
sin memoria   sin nombre
abierto al dios que nos recrea
en cada espasmo de labios azules   de piedras azules
en la nuca   en la espuma   en el purísimo rescoldo
desciendo al día primero
a la primera mañana
al aviso inicial
por tus ojos   por tu boca   por tu sexo   penetro
me despido
pierdo altura   razón   vidamuerte   te tomo   me disuelvo
y otra vez te amo   nazco   soy el día que cerca tus hojas
un río   una voz 

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919

De “Celebraciones”
 


Madrid, 6-4-09 

CUALQUIER VENTANA 

vas a ordenar por fin tu cabeza
hablar claro entender entenderte
vas a tener revelaciones
en tus manos
vas a comprender por fin
en la oscura mañana
la libertad de no esperar
de no culpar ni disculparte
vas a ocupar con el mismo interés
cualquier ventana
harás tuyo por fin cualquier paisaje
la voz que tengas ese día 

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “El día”


Madrid, 7-4-09 

COMO LOS RÍOS, LAS NUBES Y LAS ROSAS 

La botella
rota
en pedazos
esparcidos
como los ríos
y las rosas 

Una linda botella verde
que contenía
-dicen-
vino añejo
de los verdes años
y ahora
está esparcida
como las hojas
y las nubes
en pedazos
de vidrio verde 

Estuvo
taponada
y lacrada
y luego bebieron
de su contenido
hasta vaciarla 

Y ahora
está esparcida
en el fondo
de la casa
entre un poco
de hierba verde
y algunas flores
silvestres
amarillas
rojizas
como las nubes
tras los picos
de la montaña
como los ríos
y las rosas 

Ya nadie repara
en esos pedazos de vidrio verde:
ni pájaros
ni hormigas
ni quienes
alguna vez
de noche
en el interior
de la casa
bebieron
de su contenido
y conocieron
unos momentos de alegría 

EDGAR BAYLEY
Argentina-191
9
De “Alguien llama”
 


Madrid, 8-4-09 

OTROS VERÁN EL MAR 

otros verán el mar
la soledad del sueño
encenderán nuevos nombres
viajes felices al extremo de la mañana
otros tendrán secretos
olvido tolerancia
otra voz otras luces
un juego diferente
¿qué vida retendrás mientras tanto
qué esperanza dirás todavía
en la calle o el bosque renacido
en qué rostro o amor revivirás tu viaje?
otros tendrán la isla
conquistarán la inocencia
refundirán la noche la vigilia
el amo y el esclavo
entonces no habrá sido en vano
tanto descenso y tempestad y absurdo
tanto desprecio y lagos de sombra y brujas
tanto perdón y puerta sin llamado
entonces se amarán de nuevo de verdad
un hombre una mujer
al principio al fin del mundo
otros verán sin pausas
sin fronteras
inventarán el fuego y la confianza
¿qué día albergará tu nombre
en qué vena o qué metal
tendrá destino tu silencio? 

EDGAR BAYLEY
Argentina-1919
De “Ni razón ni palabra”
 


Madrid, 13-4-09 

ELEGÍA POR MERCEDES 

Se llamaba Mercedes. Y era buena.
Dicen que todo el mundo la quería.
Con su sonrisa ajena
una estatua de niebla parecía. 

Se llamaba Mercedes. Y no existe
sin su sol un capullo de alegría.
Señor: ¡Claro que es triste
este tanto quererla todavía...! 

Pero nunca sabré dejarla sola:
aquí bajo la luz sigo con ella,
me saluda la piel en cada ola
y se asoma a mirarme en toda estrella. 

Hasta el llanto que baja a mis mejillas
es casi necesario...
Tú sabes: he crecido en sus rodillas,
y también me enseñó el abecedario. 

Lo que duele quizás en esta aurora,
lo que sangra mi voz, lo que me aterra,
es esto de sentir que a cada hora
se está volviendo un poco más de tierra. 

La recuerdo dormida en su sillón
el último verano;
todavía tenía corazón,
a veces suspiraba con la mano. 

Su mirada venía desde el mar,
y no sé, a cada rato,
miraba como mira el azahar:
con un poco de miedo y de recato. 

Se llamaba Mercedes. Y era pura
como el blanco cansado de su pelo.
Andará con su dulzura,
saliéndose del cielo. 

Aquí está su reloj, está su armario,
su vestido de lana para el frío;
aquí sobra un dedal, sobra un rosario.
El tercer cuarto está vacío. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Al sur de mi garganta


Madrid, 14-4-09 

VERSOS PARA ANA 

Yo no tengo tu modo de mirar a la niebla
ni tu ademán dispuesto en flor sobre la falda:
a mí me duelen todas las mariposas muertas
y los atardeceres con familia morada. 

Pero tú, que eres triste como para apoyarte,
como para ser pura debajo de un manzano;
tú, sin embargo, sabes
consolar a los pobres con la palabra sábado. 

¿De dónde sacas ese retrato del azúcar;
ese conjunto tibio de sencillez en fiesta? 

¡Ah, mujer sostenida por un color a música,
con qué cuidado hicieron tus manos entreabiertas! 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Al sur de mi garganta


Madrid, 15-4-09 

ESTO 

Un corazón que nubla sus señales,
una mirada azul velando rosas,
un pie para morir, y muchas cosas
tranquilas en amor, elementales. 

Sin lágrimas que pudran sus cristales,
sobre un montón de fiebres dolorosas,
una muchacha así: con mariposas,
quedándose entre músicas cordiales. 

Y con esa piedad casi de nube
por todo lo pequeño que no sube,
deteniendo la luz frente a su nombre. 

Una muchacha así, en cualquier lugar,
o preferiblemente junto al mar.
Una muchacha así queriendo a un hombre. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Antología poética


Madrid, 16-4-09 

HOMBRES QUE ME SERVISTEIS DE VERANO

Ése que no dejó de ser mi amante
y al que le debo siempre sepultura,
uno a quien nunca quise lo bastante;
aquél, obra de sueño, conjetura... 

Alguien que jugó a nada y tuvo suerte,
otro que no ha venido de la guerra,
éste donde converso con mi muerte
porque me lo disputa hasta la tierra. 

¡Salid de la memoria evocadora
con vuestro amor, pues tengo frío ahora!
Sabed todos que os llevo de la mano. 

Vuestras sombras estallan como un mito
de vez en cuando aquí. Sois lo bendito,
hombres que me servisteis de verano. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Calzada de Tirry 81


Madrid, 17-4-09

LIRAS 

En esta noche rara
donde la luna es un antiguo prisma
y el alma se declara
en su fulgor que abisma,
voy pareciendo madre de mí misma. 

Ajena a otro consuelo
que éste de imaginar que andas conmigo,
creyendo que en desvelo
bajaste desde el cielo
y que sirvió la niebla de testigo. 

Aburrida entre cosas,
no encuentro ocupación de más dulzura
que cortar unas rosas
saludables, piadosas,
y ponerlas a doblar tu hermosura. 

Así voy comprendiendo
que me sobra para siempre mirada.
Es un dolor tremendo,
una vieja punzada
el oficio de buscarte en la nada. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Al sur de mi garganta


Madrid, 20-4-09 

DE PASO POR EL SUEÑO

I 

Te levanto la noche de la vida.
Deshilvano una luz para tus sienes.
Te visito en el agua y no me tienes.
Cuando llego ya soy la despedida. 

Se desangra tu voz como una herida
por el largo secreto donde vienes.
Te pareces al viento, y no detienes
este rostro de nube estremecida. 

Pero soy lo que sabes: una pobre
que te pide algún pájaro que sobre,
o el oficio de luna candorosa. 

No me quieras llevar a tu desvelo,
porque casi no miro para el cielo
y me aburro del canto y de la prosa. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Antología poética


Madrid, 21-4-09 

DE PASO POR EL SUEÑO

II 

Me lo aprendí una noche de azul lento,
bajo la luna abierta encaramada
como niña de luz, en la portada
sonámbula oficial del firmamento. 

Me lo aprendí esa noche. De su acento
salía una caricia inusitada,
y en la esquina tenaz de su mirada
me tropecé desnuda con el viento. 

Desde entonces anuncia cada cosa
que ha tirado a mis pies, como una rosa,
el corazón absurdo en que vivía. 

Y no sé si por eso me persiste
este alegre dolor de ser tan triste
con que sigo durando todavía. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Antología poética


Madrid, 22-4-09 

DE PASO POR EL SUEÑO

III 

Mi corazón de vértigo y remanso,
mi corazón difícil como un nudo
se me zafó una tarde en que no pudo
cuidarse este latido que te alcanzo. 

Porque llegaste al aire en que me canso,
amaneciendo mi dolor desnudo,
te quiero así: con amarillo mudo,
inútilmente, y hasta el tiempo manso. 

Me trajeron tan lacia y parecida
a una estatua de carne arrepentida,
que apoyada a la izquierda de tu nombre,

desde mi soledad, casi sonora,
cada noche que estudia para aurora
te espero como a Dios... y vienes hombre. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Antología poética


Madrid, 23-4-09 

PRONÓSTICO DEL GRIS 

Algo me está subiendo, que llora desde el fondo:
hoy necesito oír el corazón adentro
para echárselo al perro que está naciendo solo,
y salvar a la llama convicta en la ceniza
y dar a los leprosos la carne que perdieron. 

Decidme si no entonces:
¿qué estoy haciendo aquí, rodeada de nadie,
acorralada al fin por un humo que asciende? 

Decidme:
si no traigo una sonrisa, un gesto,
algo que se me caiga en la esquina del aire
y fabrique una cruz de amor sobre los muertos
¿adónde pongo ahora mi mano enternecida? 

Decidme si estoy loca,
si me enfermo de alguna cosa que no se sabe:
porque prefiero ver desdoblada una cinta,
porque después del alba siento
que se vuelve de polvo el borde de la estrella,
y voy al cementerio sin una margarita,
y me paro delante de las palomas presas. 

O no me digáis nada:
que ninguna palabra me puede acompañar. 

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De “Antología poética


Madrid, 24-4-09

DESPEDIDA 

Ahora son los adioses
que por un golpe de viento
se allegan o parten;
así son todas las dichas.
Si Dios quiere vuelvo un día
de nuevo la cara,
y no regreso si los rostros
que busco me faltan. 

Así somos como son
cimbreando las palmas:
apenas las junta el gozo
y ya se separan. 

Gracias del pan, de la sal
y de la pitahaya,
del lecho que olía a mentas
y la noche “hablada”.
La garganta más no dice
por acuchillada;
no ven la puerta los ojos
cegados de lágrimas. 

GABRIELA MISTRAL
Chile-1889
De “Vagabundaje”


Madrid, 27-4-09 

ERAS JOVEN... 

Eras joven
no te bastaba el amor
tus grandes ojos no bastaban.
El río, las escalinatas del río
-un río enamorado o sucio
recordado con amor, odiado
o simplemente recordado-
Una infancia sin fin
algunos nombres
y esa primitiva o heroica
manera de querer. 

                          No bastaban
las mujeres penetrando tu cuerpo penetrado.
Detenido.
Mil caricias detenían tu cuerpo.
Los malos pensamientos no bastaban. 

Vos creías que el amor
era empujar y revolver un poco
revolver por lo menos hasta encontrar palabra
una sola palabra.
Una tarde
-el sol estaba en todas partes
tu corazón de sol hasta los ojos
tus ojos, tu joven cuerpo
iluminados alegremente por el sol-
sordo como una tapia
te mataste de bronca. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “22 poemas y la máquina electrónica
o cómo desesperar a los ejecutivos


Madrid, 28-4-09 

ÚLTIMO CANTO 

El tiempo pasa para los niños.
No se detiene.
Áspero golpea
de soledad en la ciudad tremenda
los corredores de la infancia.
Madre se queja por amor. Limpia el verano.
Amada vuelca su contenido en la tierra. 

Esta realidad no tiene parecido. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “22 poemas y la máquina electrónica
o cómo desesperar a los ejecutivos


Madrid, 29-4-09 

DEMONIO DE LA PREOCUPACIÓN 

Mi madre nació triste una tarde en Pompeya
donde seguramente
no cantó ningún pájaro.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Invocaciones


Madrid, 30-4-09 

DEMONIO DE LAS DIFERENCIAS SEXUALES 

Todo pájaro que canta en la mañana
es pájaro cantor.
Y la mujer que ríe después de la traición
debe ser perdonada. 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Invocaciones



Selección de Poemas Editados

 

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