Madrid, 1-9-08
Nervio
angular torciéndose en recodos.
Lo fue todo el amor, esa caricia boba.
Así fui, medio siglo, el bobo del amor.
Delirante, temeroso de que cualquiera me robara lo mío.
No tuve nunca
nada,
sólo la reja que separaba lo mío de lo ajeno.
Embarcado por
mi propio delirio
en una gran ola fantástica,
hice un viaje de luz y de palabras,
un viaje a poblaciones sin retorno.
Cuando veía
de lejos un ser humano,
me ponía contento, golpeaba las manos
y el corazón me latía apresuradamente,
pero nunca intentaba emocionarme.
Al principio
hasta me daba asco,
cuando los hombres se mataban o
simplemente se morían.
Luego fui la queja sin límites.
Quejas del alma quieta, quejido lujurioso,
y nadie me escuchó.
MIGUEL OSCAR
MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”
Madrid, 2-9-08
Después nací a la libertad y me encadenaron
y así durante cinco siglos me tuvieron,
vivo y encadenado y me dieron algo de comer,
alguna lágrima para llorar por todo lo perdido.
Comí esa nada que me daban y lloré esas lágrimas
y me di cuenta que mi libertad medía sólo un eslabón.
Un ruido me separaba de otro ruido, una cadena
me ataba a otra cadena y a hombres como yo.
¡Oíd el ruido de rotas cadenas! y nada se escuchaba.
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! y nadie se movía.
Paz y amor nos dijeron y estalló la guerra.
Esclavos, exiliados, mutilados, muertos, desaparecidos,
así fuimos teniendo los nombres del dolor y de la rabia.
Así, por el único camino para sobrevivir, fuimos poetas.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”
Madrid, 3-9-08
Hoy la vi llorar una vez más
a causa de mis versos:
Pero hoy lloraba como nunca.
El tiempo
detenía su nada silenciosa
para verla llorar.
Ella amaba llorar
con rabia
con soltura
con alevosía.
Lloraba
y me miraba con un ojo,
con el otro lloraba
ojo de amor en cataratas.
Cuando dejaba de llorar
me amaba y me decía:
Eres malo, mi amor,
eres muy malo.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”
Madrid, 4-9-08
Basta de cuentas quiere decir
abran paso que viene el poeta.
Basta de cuentas quiere decir
el poeta conoce
el resultado de todas las cuentas.
Basta de pobreza quiere decir
el poeta es exquisitamente rico.
Basta de pobreza quiere decir
el poeta enseñará los misterios de la riqueza.
Y cuando alguien pregunte por el cuerpo del poeta
mostraremos una habitación llena de monedas de oro.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”
Madrid, 5-9-08
Vengo de la
mediocridad de las ciudades,
vi de muy cerca, drogas y altas murallas,
mujeres atropelladas por el amor,
animales inscriptos en la seguridad social.
Caminaba por
la calle y no miraba a nadie
caminaba por la calle y nadie me miraba.
Dejaba que el
tiempo pasara por mi pluma,
dejaba caer sobre el papel, en blanco, la vida,
la vida plena, abierta, humana, que ya no viviré.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Al sur de Europa”
Madrid, 8-9-08
La gente
dice:
Polvo,
Sideral,
Funerario,
y se queda tranquila,
contenta,
satisfecha.
Pero escucha
ese grillo,
esa brizna de noche,
de vida enloquecida.
Ahora es
cuando canta.
Ahora
y no mañana.
Precisamente ahora.
Aquí.
A nuestro lado
como si no pudiera cantar en otra parte.
¿Comprendes?
Yo tampoco.
Yo no comprendo nada.
No tan sólo
tus manos son un puro milagro.
Un traspiés,
un olvido,
y acaso fueras mosca,
lechuga,
cocodrilo.
Y después...
esa estrella.
No preguntes.
¡Misterio!
El silencio.
Tu pelo.
Y el fervor,
la aquiescencia
del universo entero,
para lograr tus poros,
esa ortiga,
esa piedra.
Puedes juntar
las manos.
Amputarte las trenzas.
Yo daré mientras tanto tres vueltas de carnero.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Persuasión de los días"
Madrid, 10-9-08
¿Dónde
estará?
¿Dónde se habrá escondido?
Creí que se
ocultaba entre los ruidos.
Lo busqué.
Se había ido.
Sospeché que
habitaba el desamparo.
Fui a su encuentro.
No estaba.
Pensé que su
presencia me cegaba.
Me aparté.
No vi nada.
Esperaba
encontrarlo en mi camino.
Lo esperé.
Aún lo espero.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Persuasión de los días
Madrid, 11-9-08
Se fue el
pasto,
el arroyo.
Se fueron los caballos.
Los árboles,
la casa,
los caminos se fueron.
La costa ya
no estaba,
ni la mar,
ni la arena.
Me quedaban
las nubes,
pero también partieron.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Persuasión de los días"
Madrid, 12-9-08
Del mar, a la
montaña,
por el aire,
en la tierra,
de una boca a otra boca,
dando vueltas,
girando,
entre muebles y sombras,
displicente,
gritando,
he perdido la vida,
no sé dónde,
ni cuándo.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Persuasión de los días"
Madrid, 15-9-08
Creí que
fuese un pelo rebelde,
atormentado,
pero al mirarme el pecho
comprobé que era verde.
Pasaron
noches y días.
apareció una hojita
y después otra... y otra...
y todavía otra.
¿Un trébol de
cuatro hojas?...
¡Qué alegre!
¡Qué alegría!
Pero al morir
los meses,
una dura corteza recubría su tronco,
mientras le iban creciendo unas cuantas ramitas.
Ahora ya es
un árbol
solitario,
frondoso,
perfecto,
chiquitito.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Persuasión de los días”
Madrid, 16-9-08
Sobre las
mesas, botellas decapitadas de “champagne”
con corbatas blancas de payaso, en baldes de níquel que
trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de “cocottes”.
El bandoneón
canta con esperezos de gusano baboso,
contradice el pelo rojo de la alfombra, imanta
los pezones, los pubis y la punta de los zapatos.
Machos que se
quiebran en un corte ritual, la cabeza
hundida entre los hombros, la jeta hinchada de palabras
soeces.
Hembras con
las ancas nerviosas, un poquitito de espuma
en las axilas, y los ojos demasiado aceitados.
De pronto de
oye un fracaso de cristales. Las mesas
dan un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire. Un
enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente
que tenía dentro; mientras entre un oleaje de brazos
y de espaldas estallan las trompadas, como una rueda
de cohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Veinte poemas
para ser leídos en el tranvía”
Madrid, 17-9-08
A las chicas de Flores
Las chicas de
Flores, tienen los ojos dulces, como las almendras
azucaradas de la Confitería del Molino, y usan moños de seda
que les liban las nalgas en un aleteo de mariposa.
Las chicas de
Flores, se pasean tomadas de los brazos,
para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien
las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo
de que el sexo se les caiga en la vereda.
Al atardecer,
todas ellas cuelgan sus pechos
sin madurar del ramaje de hierro de los balcones,
para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas
desnudas, y de noche, a remolque de sus mamás
-empavesadas como fragatas- van a pasearse
por la plaza, para que los hombres les eyaculen
palabras al oído, y sus pezones fosforescentes
se enciendan y se apaguen como luciérnagas.
Las chicas de
Flores, viven en la angustia de que las nalgas
se les pudran, como manzanas que se han dejado pasar,
y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces
quisieran desembarazarse de él como de un corsé, ya que
no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos
y arrojárselo, a todos los que les pasan la vereda.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Veinte poemas
para ser leídos en el tranvía”
Madrid, 18-9-08
El sol pone
una ojera violácea en el alero de las casas,
apergamina la epidermis de las camisas ahorcadas
en medio de la calle.
¡Ventanas con aliento y labios de mujer!
Pasan perros
con caderas de bailarín. Chulos con los
pantalones lustrados al betún. Jamelgos que el domingo
se arrancarán las tripas en la plaza de toros.
¡Los patios fabrican azahares y noviazgos!
Hay una capa
prendida a una reja con crispaciones
de murciélago. Un cura de Zurbarán, que vende
a un anticuario una casulla robada en la sacristía.
Unos ojos excesivos, que sacan llagas al mirar.
Las mujeres
tienen los poros abiertos como ventositas
y una temperatura siete décimas más elevada que la
normal.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “Veinte poemas
para ser leídos en el tranvía”
Madrid, 19-9-08
Ay mi más
mimo mío
mi bisvidita te ando
sí toda
así
te tato y topo tumbo y te arpo
y libo y libo tu halo
ah la piel cal de luna de tu trascielo mío que
me levitabisma
mi tan todita lumbre
cátame tu evapulpo
sé sed sé sed
sé liana
anuda más
más nudo de musgo de entremuslos de seda
que me ceden
tu muy corola mía
oh su rocío
qué limbo
ízala tú mi tumba
así
ya en ti mi tea
toda mi llama tuya
destiérrame
aletea
lava ya emana el alma
te hisopo
toda mía
ay
entremuero
vida
me cremas
te edenizo.
OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “En la masmédula”
Madrid, 22-9-08
Mi madre era
pequeñita
como la menta o la hierba;
apenas echaba sombra
sobre las cosas, apenas,
y la Tierra la quería
por sentírsela ligera
y porque le sonreía
en la dicha y en la pena.
Los niños se
la querían,
y los viejos y la hierba;
y la luz que ama la gracia,
y la busca y la corteja.
A causa de
ella será
este amar lo que no se alza,
lo que sin rumor camina
y silenciosamente habla:
las hierbas aparragadas
y el espíritu del agua.
¿A quién se
lo estoy contando
desde la Tierra extranjera?
A las mañanas la digo
para que se le parezcan:
y en mi ruta interminable
voy contándola a la Tierra.
Y cuando es
que viene y llega
una voz que lejos canta,
perdidamente la sigo,
y camino sin hallarla.
¿Por qué la
llevaron tan
lejos que no se la alcanza?
¿Y si me acudía siempre
por qué no responde y baja?
¿Quién lleva
su forma ahora
para salir a encontrarla?
Tan lejos camina ella que
su aguda voz no me alcanza.
Mis días los apresuro
como quien oye llamada.
GABRIELA MISTRAL
Chile, 1889
De "Lagar (Nocturnos)"
Madrid, 23-9-08
MADRE MÍA
II
Esta noche
que está llena
de ti, sólo a ti entregada,
aunque estés sin tiempo tómala,
siéntela, óyela, alcánzala.
Del día que acaba queda
nada más que espera y ansia.
Algo viene de
muy lejos,
algo acude, algo adelanta;
sin forma ni rubor viene
pero de llegar no acaba.
¿Y aunque viene así de recta
por qué camina y no alcanza?
GABRIELA MISTRAL
Chile, 1889
De "Lagar (Nocturnos)"
Madrid, 24-9-08
MADRE MÍA
III
Eres tú la
que camina,
en lo leve y en lo cauta.
Llega, llega, llega al fin,
la más fiel y más amada.
¿Qué te falta donde moras?
¿Es tu río, es tu montaña?
¿o soy yo misma la que
sin entender se retarda?
No me retiene
la Tierra
ni el Mar que como tú canta;
no me sujetan auroras
ni crepúsculos que fallan.
Estoy sola
con la Noche,
la Osa Mayor, la Balanza,
puede viajar tu palabra
y romperla mi respiro
y mi grito ahuyentarla.
Vienes,
madre, vienes, llegas,
también así, no llamada.
Acepta el volver a ver
y oír la noche olvidada
en la cual quedamos huérfanos
y sin rumbo y sin mirada.
Padece
pedrusco, escarcha,
y espumas alborotadas.
Por amor a tu hija acepta
oír búho y marejada,
pero no hagas el retorno
sin llevarme a tu morada.
GABRIELA MISTRAL
Chile, 1889
De "Lagar (Nocturnos)"
MADRE MÍA
IV
Así, allega,
dame el rostro,
y una palabra siseada.
Y si no me llevas, dura
en esta noche. No partas,
que aunque tú no me respondas
todo esta noche es palabra:
rostro, siseo, silencio
y el hervir la Vía Láctea.
Así... Así...
más todavía.
Dura, que no ha amanecido.
Tampoco es noche cerrada.
Es adelgazarse el tiempo
y ser las dos igualadas
y volverse la quietud
tránsito lento a la Patria.
GABRIELA MISTRAL
Chile, 1889
De "Lagar (Nocturnos)"
MADRE MÍA
V
Será esto,
madre, di,
la Eternidad arribada,
el acabarse los días
y ser el siglo nonada,
y entre un vivir y un morir
no desear, de lo asombradas.
¿A qué más si nos tenemos
ni tardías ni mudadas?
¿Cómo esto
fue, cómo vino,
cómo es que dura y no pasa?
No lo quiero demandar;
voy entendiendo, azorada,
con lloro y con balbuceo
y se funden las palabras
que me diste y que me dieron
en una sola y ferviente:
-“¡Gracias, gracias, gracias, gracias!
GABRIELA MISTRAL
Chile, 1889
De "Lagar (Nocturnos)"
Madrid, 29-9-08
Vamos, cantos
míos, expresemos nuestras más bajas
pasiones,
expresemos nuestra envidia por el hombre con empleo
permanente y ninguna preocupación sobre el futuro.
Sois muy
ociosos, cantos míos,
temo que vais a acabar mal.
Oh plantáis
por las calles.
Haraganeáis en las esquinas y en las paradas de los
autobuses,
no hacéis nada del todo.
Ni siquiera expresáis nuestras nobles cualidades
internas;
acabaréis muy mal.
¿Y yo? Me he
vuelto medio loco.
Tanto os he hablado que casi os veo ya alrededor mío,
¡insolentes bestezuelas! ¡Sinvergüenzas! ¡Faltas de atavío!
Pero tú,
canto, el más nuevo de todos,
aún no tienes edad para haber hecho mucho daño.
Te conseguiré
una casaca verde de China
con dragones bordados en ella.
Te conseguiré los calzones de seda escarlata
de la estatua del Niño Jesús en Santa María Novella;
no vaya a ser que digan que no tenemos gusto
o que no hay sangre azul en la familia.
EZRA POUND
Estados Unidos-1885
Madrid, 30-9-08
Mira, ya
vuelven, ah, mira los tanteantes
movimientos, y los lentos pies,
la turbación del paso y la insegura
vacilación.
Mira, ya
vuelven; uno, y uno por uno,
con miedo, como entredespiertos;
como si la nieve dudase
y murmurase en el viento,
y medio se volviese,
estos eran los “Alados de Asombro”,
inviolables.
¡Dioses de la
alada sandalia!
Con ellos los galgos de plata
husmeando la huella del aire.
¡Ay, ay!
Estos eran los veloces de azuzar;
los del olfato fino,
estos eran los almas de sangre.
Lentos en la
traílla,
pálidos los trailleros.
EZRA POUND
Estados Unidos-1885
Madrid, 1-10-08
Vamos,
compadezcamos a los que están mejor que
nosotros,
Vamos, amigo, recordemos
que los ricos tienen camareros y no
amigos
Y nosotros tenemos amigos y no camareros.
Vamos, compadezcamos a los casados y a los no
casados.
La aurora
entra con pasitos menudos
como una dorada Pavlova,
Y yo estoy junto a mi deseo.
Y la vida no tiene nada mejor.
Que esta hora de diáfana frescura,
la hora de despertarnos juntos.
EZRA POUND
Estados Unidos-1885