Madrid, 3-9-07

VII

TERMINACIÓN DE LA FIESTA. DESPEDIDAS Y QUEJAS.
LLUEVE. DESFILE DE LA CONCURRENCIA

Suenan galanteos y besos y adioses;
se marchan los Papas de ceño fruncido,
las Brujas, los Duendes de acento fingido;
se marchan los Reyes, se marchan los Dioses,
y todos se marchan... ¡ya todos se han ido!...

Pasaron volando las cuatro Estaciones,
los bellos Ocasos, las bellas Auroras,
Endriagos, Quimeras, Esfinges, Dragones,
Hidras y Centauros y Furias traidoras
y Gnomos y Faunos y Meses y Horas...

Se apagan las luces. El viejo Castillo
se esfuma, se borra; cuatro campanadas
da el Reloj. (Sus botas perdió Pulgarcillo
y una bruja loca lo lleva a la grupa.)
Negras Amazonas pasan a horcajadas
en palos de escoba; ¡y el negro corrillo
de sombras eternas zumbando se agrupa...!
     ¡Zumbando se agrupa...!

(Llueve.) Los ciclones tocan en sus flautas
     su inmenso silbido.
Los viejos ciclones tocan en sus flautas.
Las Sirenas lloran, las Ninfas se quejan.
(El Viejo Patriarca se queda dormido)...
Pasan Unicornios, Monstruos y Argonautas...
Ya todos se han ido, ya todos se alejan...
Ya todos se alejan, ya todos se han ido...
     Se quejan...
          se alejan...
               ¡se han ido!...

EPÍLOGO

Fuera el trueno juega y corre con su inmenso monolito.
El huracán, ¡monstruo asmático, lanza pavorosa tos;
los relámpagos alumbran, atraviesan lo infinito,
como el fósforo encendido del gran cerebro de Dios!

 

JULIO HERRERA Y REISSIG
(Uruguay-1875)
De "Las pascuas del tiempo”


Madrid, 4-9-07

DEL CAMPO

 ¡Pradera, feliz día! Del regio Buenos Aires
quedaron allá lejos el fuego y el hervor;
hoy en tu verde triunfo tendrán mis sueños vida,
respiraré tu aliento, me bañaré en tu sol.
   ¡Muy buenos días, huerto! Saludo la frescura
que brota de las ramas de tu durazno en flor;
formada de rosales, tu calle de Florida
mira pasar la Gloria, la Banca y el Sport.
   Un pájaro poeta rumia en su buche versos;
chismoso y petulante, charlando va un gorrión;
las plantas trepadoras conversan de política;
las rosas y los lirios, del arte y del amor.
   Rigiendo su cuadriga de mágicas libélulas,
de sueños millonarios, pasa el travieso Puck;
y, espléndida sportwoman, en su celeste carro,
la emperatriz Titania seguida de Oberón.
   De noche, cuando muestra su medio anillo de oro
bajo el azul tranquilo, la amada de Pierrot,
es una fiesta pálida la que en el huerto reina,
toca la lira el aire su do-re-mi-fa-sol.
   Curiosas las violetas a su balcón se asoman.
Y una suspira: ¡¡Lástima que falte el ruiseñor!”
Los silfos acompasan la danza de las brisas
en un walpurgis vago de aroma y de visión.
   De pronto se oye el eco del grito de la pampa;
brilla como una puesta del argentino sol;
y un espectral jinete, como una sombra cruza,
sobre su espalda un poncho, sobre su faz dolor.
   -“¿Quién eres, solitario viajero de la noche?
-“Yo soy la Poesía que un tiempo aquí reinó:
¡yo soy el postrer gaucho que parte para siempre,
de nuestra vieja patria llevando el corazón!”

  

RUBÉN DARÍO
Nicaragua-1867
De “Prosas profanas” 


Madrid, 5-9-07

TU ROSA Y MI CORAZÓN 

Antes que entre tus labios y mi oído
el ciprés del silencio, largo y mudo,
alce su quieta cima,
de tu palabra en el cristal sonoro
dame una roja rosa, que será
por tu lirismo y tu carne fragante
rosa de amor humano y rosa mística.

 La prenderé en mi pecho
sobre la palpitante rosa mía,
y del perpetuo beso el tibio roce
esparcirá sus perfumadas ondas...

Hoy,
ebria de aroma me será brindada
la belleza infinita...
y en mi larva fugaz cuando se apaguen
los armoniosos éxtasis
me envolverán las perfumadas ondas
en su mortaja amante y siempreviva.

 Dame una rosa, antes
que el ciprés largo y mudo, entre nosotros
alce su quieta cima... 

MARÍA EUGENIA VAZ FERREIRA
Uruguay-1875
De “La isla de los cánticos”


Madrid, 6-9-07

 

 

FIERA DE AMOR

 

Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones.

De palomos, de buitres, de corzos ó leones,

No hay manjar que más tiente, no hay más grato sabor,

Había ya estragado mis garras y mi instinto,

Cuando erguida en la casi ultratierra de un plinto,

Me deslumbró una estatua de antiguo emperador.

.

Y crecí de entusiasmo; por el tronco de piedra

Ascendió mi deseo como fulmínea hiedra

Hasta el pecho, nutrido en nieve al parecer;

Y calmé al imposible corazón... la escultura

Su gloria custodiaba serenísima y pura,

Con la frente en Mañana y la planta en Ayer.

.

Perenne mi deseo, en el tronco de piedra

Ha quedado prendido como sangrienta hiedra;

Y desde entonces muerdo soñando un corazón

De estatua, presa suma para mi garra bella;

No es ni carne ni mármol: una pasta de estrella

Sin sangre, sin calor y sin palpitación...

.

¡Con la esencia de una sobrehumana pasión!

 

DELMIRA AGUSTINI
Uruguay-1886
De “Los cálices vacíos”


Madrid, 7-9-07

VERSOS SENCILLOS

V

Si ves un monte de espumas,

Es mi verso lo que ves:

Mi verso es un monte, y es

Un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal

Que por el puño echa flor:

Mi verso es un surtidor

Que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro

Y de un carmín encendido:

Mi verso es un ciervo herido

Que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:

Mi verso, breve y sincero,

Es del vigor del acero

Con que se funde la espada. 

JOSÉ MARTÍ
Cuba-1853
De "Versos sencillos"


Madrid, 10-9-07 

CÁLIDA RUEDA

No llegaremos nunca a nada
El fuego extinto no se extingue
El amor gira en su ceniza:
Ningún beso se desvanece

Cuerpos queridos a lo lejos
Y cuerpos próximos sin puentes
La gaviota de los adioses
Está inmóvil en la corriente

Rostros que pasan pero tornan
-El bello girasol humano...-
Esa luz que parece noche
Esa noche llena de faros

Porque una vez será otra vez
Y el universo está en mi sangre
Corazones enardecidos
Oh sierpes del sol
                          ¡Insaciables!  

ENRIQUE MOLINA
Argentina-1910
De “Fuego libre”


Madrid, 11-9-07

EL MUEBLE

Por escupir secretos en tu vientre,
por el notario
que juntó nuestros besos con un lápiz,
por los paisajes que quedaron presos
en nuestra almohada a trinos desplumados,
por la pantera aún que hay en un dedo,
por tu lengua
que de pronto desprecia superficies,
por las vueltas al mundo sin orillas
en tu ola con náufragos: tu vientre;
y por el lujo que se dan tus senos
de que los limpie un perro que te lame,
un ángel que te ladra si te vistes,
cuatro patas que piensan cuando celan;
todo esto me cuesta solamente tu cuerpo,
un volumen insólito de sueldos regateados,
un ponerme a coser silencios rotos,
un ponerme por dentro detectives,
cuidarme en las esquinas de tu origen,
remendar mi heroísmo de fonógrafo antiguo
todo el año lavando mis bolsillos ingenuos
atrasando el reloj de mi sonrisa,
haciendo blanco el día cuando llega visita,
poniéndole gramática a tus ruidos
poniendo en orden
el manicomio cuerdo de tu sexo;
déjame ahora
que le junte mis dudas a la escoba,
quiero quedarme limpio como un plato de pobre;
tú,
que llenaste mi sangre de caballos,
tú,
que si te miro me relincha el ojo,
dobla tu instinto como en una esquina
y hablemos allí solos,
sin el uso,
sin el ruido
del alquilado mueble de tu cuerpo.
 

MANUEL DEL CABRAL
República Dominicana-1907


Madrid, 12-9-07

LA SEÑORITA MUERTA

Si usted quiere, que llueva,
si usted quiere, un farol,
antracita en la estufa,
aldabón en la puerta
y en un rincón del cuarto
la Señorita Muerta.

Ellos creen que está viva
la bella embalsamada,
ellos quieren que ella
reciba a las visitas.
Oh, pobre señorita
la Señorita Muerta.

Si usted quiere, pianola,
un diploma y un álbum.
Si usted quiere un retrato
de novios a la sepia
y en el sofá, sentada,
la Señorita Muerta. 

Ellos comen y duermen,
trabajan, se fatigan,
mientras ella sentada
toda adentro vacía,
oh Señorita Muerta,
la Pobre Señorita, 

toda adentro rellena,
toda afuera pintada,
con el mejor vestido,
con la mirada helada,
oh, Señorita Muerta,
Señorita Sentada. 

Mientras ella sin tumba,
sin aire, sin estómago,
toda afuera de carne,
toda adentro desierta,
sueña cuando era viva...
la Señorita Muerta. 

RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Argentina-1905
De “Los caprichos de Juancito Caminador”


Madrid, 13-9-07 

1

CUERPO DE MUJER, BLANCAS COLINAS,
MUSLOS BLANCOS
 

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. 

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. 

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste! 

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito. 

PABLO NERUDA
Chile-1904
De "Veinte poemas de amor y
una canción desesperada”


Madrid, 14-9-07

LAS VOCES

 Trabajo sordo, intenso, de palabras oscuras, de uñas amotinadas,
de picos de buitres ávidos sobre mi entraña joven.

 No es ésta una Elegía, camaradas.
Es un canto de fuerza que irrumpe en mis arterias
como un torrente turbio de aguas que se desatan.

 

Yo no soy más que el buzo, el diente del anzuelo, el gancho de la grúa,
y en mi boca se entienden los idiomas del hombre.
Se enroscan en mi lengua, filiales, amorosos,
y allí dictan sus almas densas como una fiebre.

 

La voz negra destapa un cuerpo milenario.
Trae vientos antiguos que se agitan unánimes.
Con fuerte olor a vida, a cielo, a musgo fresco.
De andar lento, seguro, como el de los rencores.

 

La voz negra disputa como un sol en los caminos.
No es el viejo lamento, la palabra humillada.
Es la selva que asalta gritando sus deseos.
En la copa del árbol con sus frutos maduros.

 

La raíz y la piedra con empujes vitales.

 

JOSÉ PORTOGALO
(Poeta argentino nacido en Italia-1904)
De “Tumulto”


Madrid, 17-9-07 

LOS AMANTES 

Ved en sombras el cuarto, y en el lecho
desnudos, sonrosados, rozagantes,
el nudo vivo de los dos amantes
boca con boca y pecho contra pecho.

 

Se hace más apretado el nudo estrecho,
bailotean los dedos delirantes,
suspéndese el aliento unos instantes...
y he aquí el nudo sexual deshecho.

 

Un desorden de sábanas y almohadas,
dos pálidas cabezas despeinadas,
una suelta palabra indiferente, 

un poco de hambre, un poco de tristeza,
un infantil deseo de pureza
y un vago olor cualquiera en el ambiente. 

BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO
Argentina-1886


 

Madrid, 18-9-07 

PLAYA 

(Indios) 

Conchas crujientes, conchas,
Conchas del Paraíso,
Las descubren, perdidas
Para los dioses, indios.
Entre arenas los llaman
Tornasoles amigos.
¡Cómo fulgen y crujen
Conchas, arenas, indios,
Todos a una, voces
Ondeadas con visos!
En ondas van y crecen
Apogeos, dominios
Y la fascinación
Triunfante de los indios.
¡Oh triunfos! Y se comban
En un vaivén. ¡Oh tino!
De la prisa al primor,
Del primor al peligro.
Y lanzan vivas, vivas
Refulgentes, los indios. 

JORGE GUILLÉN
España-1893
De “Historia muy natural”


Madrid, 19-9-07 

MARES ÁRTICOS 

Los mares árticos
                          Colgados del ocaso
Entre las nubes se quema un pájaro
Día a día
            Las plumas iban cayendo
Sobre las tejas de todos los tejados
Quién ha desenrollado el arco iris
                                     Ya no hay descanso
                       Blando de alas
                                            Era mi lecho
Sobre los mares árticos
Busco la alondra que voló de mi pecho 

VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “Poemas árticos”


Madrid, 20-9-07 

EL PENTOTAL A QUÉ 

Lo no moroso al toque el consonar a qué la sexta nota
los hubieron posesos
los sofocos del bis a bis acoplo de sorbentes subósculos
los erosismos dérmicos
los espiribuceos
el ir a qué con meta
los refrotes fortuitos del gravitar a qué con cuanta larva
   en tedio languilate en los cubos del miasma
los tantos otros otros
la sed a qué
las equis
las instancias del vértigo
el gusto a qué desnudo
los tententedio tercos del infierneo en familia
las idóneas exnúbiles
el darse a dar a qué
el re la mi sin fin
los complejos velados
el decomiso aseto
los tejidos tejidos en el diario presidio de la sangre
los necrocopiensos con ancestros de polvo
el “to be” a qué
o el “not to be” a qué
la suma lenta merma
la recontra
los avernitos íntimos
el ascopez paqué
cualquier a qué cualquiera
el pluriaqué
a qué
el pentotal a qué
a qué
                   a qué
                                 a qué
                                               y sin embargo 

OLIVERIO GIRONDO
Argentina-1891
De “En la masmédula”


Madrid, 21-9-07 

CABALGATA DEL TIEMPO 

Inútil. Habrá de ser inútil, nuevamente,
suspender de la noche, sobre densas corrientes de follaje,
la imagen demorada de un porvenir que alienta en la memoria;
penetrar en el ocio de los días que fueron dibujando con terror y paciencia
la misma alucinada realidad que hoy contemplo,
ya casi en la mirada;
repetir todavía con una voz que siento pesar entre mis manos:
-Alguna vez estuve, quizá regrese aún, a orillas de la paz,
como una flor que mira correr su bello tiempo junto al brazo de un río. 

Todo ha de ser en vano.
manadas de caballos ascenderán bravías las pendientes de su infierno natal
y escucharé su paso acompasado, su trote, su galope salvaje,
atravesando siglos de penumbra,
de sumisas distancias que irremediablemente los conducen aquí. 

Tal vez sería dulce reconquistar ahora una música antigua,
profunda y persistente como el eco de un grito entre los sueños,
sumirse bajo el verde sopor de las llanuras
o morir con la lluvia, tristemente,
entre ramos llorosos que sombrearán viejísimas paredes. 

Imposible. Sólo un fragor inmenso de ruinas sobre ruinas.
Es el desesperado retornar de los tiempos que no fueron cumplidos
ni en gloria de la vida ni en verdad de la muerte.
Es la amarga plegaria que levantan los ángeles rebeldes
llamando a cada sitio donde pueda morar su dios irrecobrable.
Es el tropel continuo de sus lucientes potros enlutados
que asoman a las puertas de la noche la llamarada enorme de sus greñas,
que apagan con mortajas de vapor y de polvo toda muda tiniebla,
agitando sus colas como lacios crespones entre la tempestad.
La sangre arrepentida, sus heroicas desdichas. 

Y nada queda en ti, corazón asediado:
apenas si un color, si un brillo mortecino,
si el sagrado mensaje que dejara la tierra entre tus muros,
se pierden, a los lejos,
bajo un mismo compás idéntico y glorioso como la eternidad. 

OLGA OROZCO
Argentina-1920
De “Desde lejos”


Madrid, 24-9-07 

CANTE HONDO

Yo meditaba absorto, devanando
los hilos del hastío y la tristeza,
cuando llegó a mi oído,
por la ventana de mi estancia, abierta 

a una caliente noche de verano,
el plañir de una copla soñolienta,
quebrada por los trémolos sombríos
de las músicas magas de mi tierra. 

...Y era el Amor, como una roja llama...
-Nerviosa mano en la vibrante cuerda
ponía un largo suspirar de oro,
que se trocaba en surtidor de estrellas-. 

...Y era la Muerte, al hombro la cuchilla,
el paso largo, torva y esquelética.
-Tal cuando yo era niño la soñaba-. 

Y en la guitarra, resonante y trémula,
la brusca mano, al golpear, fingía
el reposar de un ataúd en tierra. 

Y era un plañido solitario el soplo
que el polvo barre y la ceniza avienta.
 

MANUEL MACHADO
(España-1874)


Madrid, 25-9-07 

EL EMIGRANTE 

Escucho los pasos de mi corazón
que me deja y se apresura.
Si le llamo me evita
y quiere desaparecer a lo lejos. 

¿A dónde va tan atareado
sin ver ni el atardecer ni el alba?
Se va tan reservado
que habremos llegado
sin que aún yo haya entendido. 

Que llegue y se detenga
ya no tendrá la fuerza
de soplar sobre su luz,
yo no sabré nada aún
sino dejar pasar a la muerte
que debe ser la primera
en saber y la última. 

JULES SUPERVIELLE
(Poeta francés nacido en Uruguay-1884)
 


Madrid, 26-9-07 

PEQUEÑA MUERTE 

Fue una pequeña muerte
tu partida.
Una muerte pequeña que me crece
cuando imagino
a veces que estás cerca
y me obstino en dar vueltas
por las calles
y regreso a mi casa
con la lluvia
cayendo
y me asalta tu voz
en la noche
sin horas. 

CLARIBEL ALEGRÍA
Nicaragua-1924
De “Pagaré a cobrar”


Madrid, 27-9-07 

SE QUERÍAN

     Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.
 

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso. 

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca. 

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo. 

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo. 

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando. 

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música. 

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

VICENTE ALEIXANDRE
(España-1898)
De “La destrucción o el amor”


Madrid, 28-9-07 

AMOR CONSTANTE
MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
 

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
 
mas no, desotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
 
    Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
 
    su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrán sentido,
polvo serán, más polvo enamorado. 

FRANCISCO DE QUEVEDO
España-1580
De "Sonetos"


Selección de Poemas Editados

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