Madrid, 1-6-07
Como este río que a ningún lado
ha de llegar y sigue andando,
yo me quedé en la vida, amado mío, yendo hacia ti.
Yendo hacia ti por un camino que
era siempre más largo
que mi agua, aunque mi agua no se acabara nunca y
fuera el corazón quien la empujara.
He vivido mi muerte y he muerto
mi vida yendo hacia ti,
tanteando tinieblas, confundiendo rastros.
Como este río, sí... Como este
río lento y ciego que
no puede detenerse ni volverse atrás, ni desatarse
de la piedra donde nació.
Distancia de río ha sido nuestra
distancia: la que no se acorta
aunque yo camine todo el día, y toda la noche, y toda la vida.
DULCE MARÍA
LOYNAZ
(Cuba-1902)
De "Poemas sin nombre (1953)"
Madrid, 4-6-07
Es una boca más la que he besado
¿Qué hallé en el fondo de tan dulce boca?
¿Que nada hay nuevo bajo el sol y es poca
La miel de un beso para haberlo dado?
Heme otra vez aquí, pomo
vaciado.
Bajo este sol que mis espaldas toca
A la cordura, vanamente invoca
Mi triste corazón desorbitado.
¿Una vez más?... Mi carne se
estremece
Y un gran terror entre mis venas crece.
Pues alguien da mi nombre a los caminos.
Y es su voz de hombre, cálida y
temida.
Ay, quiero estarme quieta y soy movida
hacia la sombra verde de los pinos.