Madrid, 2-10-06

LA AHOGADA DEL CIELO

Tejida mariposa, vestidura
colgada de los árboles,
ahogada en cielo, derivada
entre rachas y lluvias, sola, sola, compacta,
con ropa y cabellera hecha jirones
y centros corroídos por el aire.
                                          Inmóvil, si resistes
la ronca aguja del invierno,
el río de agua airada que te acosa. Celeste
sombra, ramo de palomas
roto de noche entre las flores muertas:
yo me detengo y sufro
cuando como un sonido lento y lleno de frío
propagas tu arrebol golpeado por el agua.

PABLO NERUDA
(Chile-1904)
De "Tercera residencia"


Madrid, 3-10-06

 

ALIANZA (SONATA)

Ni el corazón cortado por un vidrio
en un erial de espinas,
ni las aguas atroces vistas en los rincones
de ciertas casas, aguas como párpados y ojos,
podrían sujetar tu cintura en mis manos
cuando mi corazón levanta sus encinas
hacia tu inquebrantable hilo de nieve.

Nocturno azúcar, espíritu
de las coronas,
                       redimida
sangre humana, tus besos
me destierran,
y un golpe de agua con restos del mar
golpea los silencios que te esperan
rodeando las gastadas sillas, gastando puertas.

Noches con ejes claros,
partida, material, únicamente
voz, únicamente
desnuda cada día.
Sobre tus pechos de corriente inmóvil,
sobre tus piernas de dureza y agua,
sobre la permanencia y el orgullo
de tu pelo desnudo,
quiero estar, amor mío, ya tiradas las lágrimas
al ronco cesto donde se acumulan,
quiero estar, amor mío, solo con una sílaba
de plata destrozada, solo con una punta
de tu pecho de nieve.

Ya no es posible, a veces
ganar sino cayendo,
ya no es posible, entre dos seres
temblar, tocar la flor del río:
hebras de hombre vienen como agujas,
tramitaciones, trozos,
familias de coral repulsivo, tormentas
y pasos duros por alfombras
de invierno.

Entre labios y labios hay ciudades
de gran ceniza y húmeda cimera,
gotas de cuándo y cómo, indefinidas
circulaciones:
entre labios y labios como una costa
de arena y vidrio, pasa el viento.

Por eso eres sin fin, recógeme como si fueras
toda solemnidad, toda nocturna
como una zona, hasta que te confundas
con las líneas del tiempo.

                                       Avanza en la dulzura,
ven a mi lado hasta que las digitales
hojas de los violines
hayan callado, hasta que los musgos
arraiguen en el trueno, hasta que del latido
de mano y mano bajen las raíces.

PABLO NERUDA
(Chile-1904)
De "Tercera residencia"


Madrid, 4-10-06

 

VALS

Yo toco el odio como pecho diurno,
yo sin cesar, de ropa en ropa vengo
durmiendo lejos.

No soy, no sirvo, no conozco a nadie,
no tengo armas de mar ni de madera,
no vivo en esta casa,

de noche y agua está mi boca llena.
La duradera luna determina
lo que no tengo.

Lo que tengo está en medio de las olas.
Un rayo de agua, un día para mí:
un fondo férreo.

No hay contramar, no hay escudo, no hay traje
no hay especial solución insondable,
ni párpado vicioso.

Vivo de pronto y otras veces sigo.
Toco de pronto un rostro y me asesina.
No tengo tiempo.

No me busquéis entonces descorriendo
el habitual hilo salvaje o la
sangrienta enredadera.

No me llaméis: mi ocupación es ésa.
No preguntéis mi nombre ni mi estado.
Dejadme en medio de mi propia luna,
en mi terreno herido.

PABLO NERUDA
(Chile-1904)
De "Tercera residencia"


Madrid, 5-10-06

BRUSELAS

De todo lo que he hecho, de todo lo que he perdido,
de todo lo que he ganado sobresaltadamente,
en hierro amargo, en hojas, puedo ofrecer un poco.

Un sabor asustado, un río que las plumas
de las quemantes águilas van cubriendo, un sulfúrico
retroceso de pétalos.
                              No me perdona ya la sal entera
ni el pan continuo, ni la pequeña iglesia devorada
por la lluvia marina, ni el carbón mordido
por la espuma secreta.

He buscado y hallado, pesadamente,
bajo la tierra, entre los cuerpos temibles,
como un diente de pálida madera
llegando y yendo bajo el ácido duro,
junto a los materiales
de la agonía, entre luna y cuchillos,
muriendo de nocturno.
                                  Ahora, en medio
de la velocidad desestimada, al lado
de los muros sin hilos,
en el fondo cortado por los términos,
aquí estoy con aquello que pierde estrellas,
vegetalmente, solo.

PABLO NERUDA
(Chile-1904)
De "Tercera residencia"


Madrid, 6-10-06

NACIENDO EN LOS BOSQUES

Cuando el arroz retira de la tierra
los granos de su harina,
cuando el trigo endurece sus pequeñas caderas y levanta
     su rostro de mil manos,
a la enramada donde la mujer y el hombre se enlazan acudo,
para tocar el mar innumerable
de lo que continúa.

 

Yo no soy hermano del utensilio llevado en la marea
como en una cuna de nácar combatido:
no tiemblo en la comarca de los agonizantes despojos,
no despierto en el golpe de las tinieblas asustadas
por el ronco pecíolo de la campana repentina,
no puedo ser, no soy el pasajero
bajo cuyos zapatos los últimos reductos del viento palpitan
y rígidas retornan las olas del tiempo a morir.

 

Llevo en mi mano la paloma que duerme reclinada
     en la semilla
y en su fermento espeso de cal y sangre
vive Agosto,
vive el mes extraído de su copa profunda:
con mi mano rodeo la nueva sombra del ala que crece:
la raíz y la pluma que mañana formarán la espesura.

 

Nunca declina, ni junto al balcón de manos de hierro,
ni en el invierno marítimo de los abandonados, ni en mi
     paso tardío,
el crecimiento inmenso de la gota, ni el párpado que quiere
     ser abierto:
porque para nacer he nacido, para encerrar el paso
de cuanto se aproxima, de cuanto a mi pecho golpea como
     un nuevo
corazón tembloroso.

 

Vidas recostadas junto a mi traje como palomas paralelas,
o contenidas en mi propia existencia y en mi desordenado
     sonido
para volver a ser, para incautar el aire desnudo de la hoja
y el nacimiento húmedo de la tierra en la guirnalda:
     ¿hasta cuándo

debo volver y ser, hasta cuándo el olor
de las más enterradas flores, de las olas más trituradas
sobre las altas piedras, guardan en mí su patria
para volver a ser furia y perfume?

¿Hasta cuándo la mano del bosque en la lluvia
me avecina con todas sus agujas
para tejer los altos besos del follaje?
                                                       Otra vez
escucho aproximarse como el fuego en el humo,
nacer de la ceniza terrestre,
la luz llena de pétalos,
                               y apartando la tierra
en un río de espigas llega el sol a mi boca
como una vieja lágrima enterrada que vuelve a ser semilla.

PABLO NERUDA
(Chile-1904)
De "Tercera residencia"


Madrid, 9-10-06

LA SOLEDAD O ELLA

Ella abre sus brazos al horizonte
pero el mar es tan grande
que sólo una gaviota la atraviesa

ella abre sus brazos al mundo
abre sus brazos pero es tan grande el dolor
que sólo se acercan los niños

ella abre los brazos a la oscuridad
abre los brazos pero no viene nadie
y entonces el hombre que la habita fuma
y la hace toser. 

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927


Madrid, 10-10-06

COMO QUIERA QUE SEA

Sobre esta tierra cruel, helada,
miserables sin voz,
engañados, cansados,
duros por fin de corazón.

Malditos, viejos, solos
sobre esta tierra ruin,
aún habrá una manera
de vivir para ti.

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927


Madrid, 11-10-06

EL CASTIGO

Y vinieron entonces los demonios
y abusaron de mí.
"Vinimos —me dijeron— a quitarte
toda pureza y arrogancia,
a enseñarte a reptar, a implorar, a plañir".

Yo esperé como pude
que se cansaran y se fueran.

En verdad se llevaron casi todo.
De mí quedó un guiñapo,
un hueco horrible, una mentira,
una dura lección al borde de la tumba.

Pero no consiguieron arrancarme
los ojos donde estás.

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927


Madrid, 13-10-06

 

NUESTROS POEMAS


Nuestros poemas avanzan con nosotros,
nuestros poemas son urracas a las que extravía la niebla,
a las que confunde el cazador.

Nuestros poemas son rosas de cal viva
arrancadas demasiado pronto por amantes inquietos.

Los aprensivos las dejan estar. Los más resueltos
las arrojan al agua y
las malezas se cierran detrás de nosotros.

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927


Madrid, 16-10-06

 

ATENCIÓN AL SIMOUN

A Picasso

El calor nace del brasero de los sauces
arranca las hierbas y las plumas de los sesos del pirata

El pirata es un hombre de gran estatura
que envidia a los árboles a causa de los pájaros
y corre sobre las dunas como una piedra de chispas
Espera sobre la severa roca
de pie en medio de las maravillas
mientras la mano se aleja igual que la tierra del navío
     que la abandona
Espera que los ojos de su querida
renazcan de las bellotas que les remedan
Espera que los copos de nieve caídos a sus pies
vuelen como moscas
Espera que la carne cubra los esqueletos
y que los esqueletos cubran el campo
cubran la carne de los héroes de nariz partida de risa
cubran las ciudades atormentadas por los ornamentos
     sacerdotales
corran tras las nubes que se retuercen como serpientes
y detienen a los espejos obsesivos.

Pirata tú eres un esqueleto el más pálido el más frágil
     el más luminoso
el que nombran los pastores con los pies en el agua
He aquí una buena boda Como parece gustarle
Pirata tú eres un esqueleto
uno de esos que a diario se adivinan
bajo las apariencias de la razón
uno de esos que se aburren delante de una fuente
y piden hasta sonrojarse una bailarina bonita
desnuda bajo una capa de sal

BENJAMIN PÉRET
(Francia-1899)
De "El Gran Juego"


Madrid, 17-10-06

 

LOS BUENOS MODALES

A la luz de las corbatas
se descubren los corazones
y el sabor salado
de los cabellos de las criadas
Abanícate si puedes
el portero es para los huéspedes
los gastos los perros las cascadas y los muertos
En el puerto hay un ciervo enfermo
que se ha comido unas nueces
Su voz es cálida como un astro
se lamenta de los autos por las carreteras
y de los peces de agua dulce
Se ha comido unas nueces
unas nueces sin voz ni calor
y su piel se desespera
como una mina de carbón

BENJAMIN PÉRET
(Francia-1899)
De "El Gran Juego"


Madrid, 18-10-06

 

LOS NIÑOS SE RÍEN
PERO QUÉ HACEN SUS PADRES

Flexible corbeta de mi corazón
el ácido te devora
Por falta de ternero se siega el heno
pero
flexible corbeta de mi corazón
ajuar de sal
la sal te devora
Flexible corbeta de mi corazón
ten cuidado
se construyen casas
por todas partes
sobre la arena de los molinos
sobre el vientre de las mujeres
y los niños nacen
bajo los ojos de las tortugas
Ten cuidado
flexible corbeta de mi corazón
Ésta es la época de la cosecha

BENJAMIN PÉRET
(Francia-1899)
De "El Gran Juego"


Madrid, 19-10-06

LA SEMANA PÁLIDA

Rubia rubia
era la mujer que desapareció entre los adoquines
tan leves que se les habría creído hojas
tan grandes que se hubiera dicho que eran casas

Era me acuerdo bien un lunes
día en que el jabón hace llorar a los astrónomos

El martes la volví a ver
semejante a un diario desplegado
flotando al viento del Olimpo
Después de una sonrisa que humeó como una lámpara
saludó a su hermana la fuente
y regresó a su castillo

El miércoles desnuda pálida y ceñida de rosas
pasó como un pañuelo
sin mirar las sombras de sus semejantes
que se estiraban como el mar

El jueves no vi más que sus ojos
signos siempre abiertos para todas las catástrofes

Uno desapareció detrás de algún cerebro
el otro se lo tragó una pastilla de jabón

El viernes cuando se ama
es el día de los deseos
Pero ella se alejó gritando
Tilburi tilburi mi flauta se ha perdido
Ve a buscarla bajo la nieve o en el mar

El sábado la esperaba con una raíz en la mano
dispuesto a quemar en su honor
los astros y la noche que me separaban de ella
pero ella se había perdido como su flauta
como un día sin amor

Y esperé el domingo
pero el domingo no llegó
y permanecí en el fondo de la chimenea
como un árbol perdido

BENJAMIN PÉRET
(Francia-1899)
De "El Gran Juego"


Madrid, 20-10-06

 

CUANDO ENVEJECE EL DIABLO
SE HACE ERMITAÑO

Luis Felipe es alto para su edad
Dale algunos céntimos
su sombrero será muy pequeño
Dale dos corbatas
mentirá todos los días
Dale otra pipa
su madre llorará
Dale un par de guantes
perderá sus zapatos
Dale café
tendrá bombillas
Dale un corsé
llevará un collar
Dale unos tirantes
cuidará ratones
Dale una pala
subirá en avión
Dale sopa
hará una estatua
Dale unos cordones
comerá grosella

El señor Luis Felipe
que vive de píldoras y de carpetas
se come a su madre
y pierde el tiempo caminando

BENJAMIN PÉRET
(Francia-1899)
De "El Gran Juego"


Madrid, 23-10-06

ADIÓS A VAN GOGH

La quietud aumenta. No persuadirás
ni una hoja del cumplido, firme, oscureciente
castaño-torre para desplazarlo
con más violencia que la que aporta el aire
cuando, creciendo el crepúsculo, el estanque rebosa uniformemente
y nos tenemos que contentar con la tranquilidad.

Sin premura, la luz del día retira de nosotros sus sombras
adentrándose en su calma central. Piedra a piedra
tu retórica es dispersada hasta que la tierra
vuelve a ser, una vez más, la tierra; las hojas
un afilado recorte contra el refrescante azul.

Adios, y por tu instructivo frenesí,
gratitud. Esta noche no es el fin del mundo
y la fruta que deberíamos recoger mañana
nos espera, pesando en la aún no desnuda rama.

CHARLES TOMLINSON
(Inglaterra-1927)
De "Ver es creer"


Madrid, 24-10-06

HILOS DE ARAÑA

Otoño. La bruma es oro
Por definición. Ésta iluminaba
El enroscarse de los hilos de araña,
Se tejían de un lado a otro;
Lejos de las sombras y de nuevo
A través de espacios mecidos, que el sol
Reclamaba en la espesura de las hojas. Ahora
Vi para qué eran
Estos brillos: en la hierba, en el aire,
De certezas que cabalgan y traman
Las corrientes en su tenue zancada,
Y mientras fluyen, deben tocar
Cada brizna y tocando, saben de
Su verde resistencia. Indefinida,
La bruma del otoño en la mente
Es oro, es veladura.

CHARLES TOMLINSON
(Inglaterra-1927)
De "Un paisaje poblado"


Madrid, 25-10-06

 

LA PUERTA

Muy poco
ha sido dicho
de la puerta; una de sus
caras se vuelve hacia el chaparrón
de la noche y la otra
hacia el baile y brillo de la luz del fuego.

El aire, encerrado
por esta tapa,
dentro del libro de la habitación,
es llenado por las cambiantes
páginas de oscuridad y fuego,
mientras el viento carga con los paneles, o crispa esa quema.

No sólo
de la tormenta
rompeolas, sino la repentina
frontera con nuestras concurrencias, apariencias;
y tan llenas de oferta de espacio
como la vista a través de un dolmen lo está.

Es que las puertas
son a la vez armazón y monumento
de nuestro tiempo ya pasado;
y muy poco
ha sido dicho
de nuestro llegar y partir a través de ellas.

CHARLES TOMLINSON
(Inglaterra-1927)
De "Escenas americanas y otros poemas"


Madrid, 26-10-06

PEQUEÑO POEMA DE ACCIÓN

                                                              para Robert y Bobbie Creeley

Llegar
inesperadamente
                   de ningún lugar;
luego:
       habiendo hecho
              aquello para lo que
uno vino,
       marcharse.
                    La puerta
está ahora abierta,
       la que antes
                  ni estaba
abierta
      ni siquiera estaba allí.
                   Es como
Chopin
     sacudiéndose
               música de los dedos,
haciendo aquello
      en lo que
                todo es, o
técnica
     elevada a brujería
                  o nada, sino notas.
Llegar
     inesperadamente
                 a algún lugar
y el último
      acorde, la última
                   palabra.

CHARLES TOMLINSON
(Inglaterra-1927)
De "Escenas americanas y otros poemas"


Madrid, 27-10-06

POEMA DE LA NATURALEZA

Este calor de agosto, esta pasajera brisa,
Primero filtrándose y luego prolongado en ella,
Hasta que sientes los dos como uno; este sonido
De agua, que es sonido de hojas, todos ellos
Conmovidos y entremezclados, así recuerdan
Cómo fluye un poema; piden ser
Escritos dentro de una permanencia; no acallados,
Sino siéndoles dado pulso y voz. Tantas sombras
Tantos huecos llenos, piedras ocultas
Y oscuridades a plena luz del día bajo los árboles;
Una única lectura no puede presentar completo
Su cambiante texto - el poema, también, en esto-
Llevan la mente a medio camino hacia su derrota,
Eludiendo y excediendo el lugar que adivina,
Entre estas superposiciones, penumbras, profundidades,
Las corrientes de este aire, estos escondites.

CHARLES TOMLINSON
De "La galería"
(Inglaterra-1927)
De "Escenas americanas y otros poemas"


Madrid, 30-10-06

 

33

 

Amanecemos los dos tendidos en el aire,
en los recuerdos de la fiesta,
haciendo de cuenta
que todo fue soñado
salimos despedidos
en direcciones diferentes.
Yo me dejo llevar
por el sonido del sol
y volando me incendio
y me hago llama.
Ella se deja llevar
por la atracción de la tierra
y conoce por fin
el centro mismo de su cuerpo.

 

Mañana
habrá en el Universo
una pequeña llama
con mi nombre,
perdida para siempre
entre otras llamas
y un centro
con nombre de mujer,
en el propio centro de la tierra
que no podrá
perderse ni encontrarse
porque llama y palabra
son palabras
pero su cuerpo
siempre es algo más,
por eso tan desconocido,
tan imposible de decir,
tan suyo, tan del mundo,
tan de nadie.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De su libro: “El hombre y yo”


Madrid, 31-10-06

36

He de morir un día
y un día he de vivir
y cuando mis manos
pierdan la alegría
morirá un poeta.
Y es una casa limpia
lo que ambiciono
para el lejano y cercano
día de mi muerte.
Una casa vacía,
sin puertas,
sin ventanas,
sin nadie
que quiera tomar el sol, el aire.

Mis seres queridos
preparando la fiesta
y a mi lado,
dejándome morir,
el rugido inmortal
de los cien mil poetas
que hicieron, de mi vida,
este cantar.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De su libro: “El hombre y yo”


Selección de Poemas Editados
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