Belleza, mi
derechura toda, por caminos tan sórdidos,
En la etapa de las lámparas y del coraje cerrado,
Sea yo hielo y tú mi mujer de diciembre.
Mi vida futura es tu semblante cuando duermes.
RENÉ CHAR
(Francia-1907)
De "La palabra en archipiélago"
Mechas, decir de la mirada,
Deseo simple de palabra;
¡Ah! Juglaría, señorío del cuello,
Soberana boca,
Con la hoguera alumbrada
Debajo de la frente dominante.
Quisiera saber mentiros
Como el ascua miente a las cenizas,
Mechas, que voláis sin oírme
En el teatro de un instante.
RENÉ CHAR
(Francia-1907)
De "La palabra en archipiélago"
Baja torrencial sobre su espalda la
colina a la que ha servido cumplidamente.
Le saludan las lenguas pobres; en el prado los mulos le festejan. La faz rosa
del carril dirige dos veces hacia él la onda de su espejo. Duerme la maldad.
Él es tal como se soñaba.
RENÉ CHAR
(Francia-1907)
De "La palabra en archipiélago"
(Para Klaus Demus)
En las largas mesas del tiempo
beben los cántaros de Dios.
Beben hasta el fondo los ojos de los videntes y
los ojos de los ciegos,
los corazones de las sombras imperantes,
la mejilla hundida de la tarde.
Son los más poderosos bebedores:
igual se llevan a la boca lo vacío que lo lleno
y no rebosan de espuma como tú o yo.
PAUL CELAN
(Rumania-1920)
De "Contraluz"
De noche, cuando el péndulo del
amor oscila
entre siempre y nunca,
tu palabra llega a las lunas del corazón
y tu ojo azul tormenta
tiende a la tierra el cielo.
Del lejano bosque, atezado de
sueño,
nos llega el soplo de lo exhalado
y la omitida ronda, tan grande como los espectros del futuro.
Lo que baja y se alza ahora
vale para lo soterrado en lo más hondo;
ciego como la mirada que intercambiamos
besa al tiempo en la boca.
PAUL CELAN
(Rumania-1920)
De "Contraluz"
Duerme pues, y mi ojo seguirá
abierto.
La lluvia llenó el cántaro, nosotros lo vaciamos.
La noche engendrará un corazón, el corazón un tallito -
Pero es demasiado tarde para segar, segadora.
¡Son tan blancos de nieve tus
cabellos, viento de la noche!
¡Blanco lo que me queda, y blanco lo que pierdo!
Ella cuenta las horas y yo cuento los años.
Bebimos lluvia. Lluvia bebimos.
PAUL CELAN
(Rumania-1920)
De "Contraluz"
No busques en mis labios tu boca,
ni ante la puerta al forastero,
ni en el ojo la lágrima.
Siete noches más alto lo rojo va
a lo rojo,
siete corazones más hondo golpea la mano en la puerta,
siete rosas más tarde murmura el manantial.
PAUL CELAN
(Rumania-1920)
De "Contraluz"
Deletreo tu nombre,
empecinadamente,
doy vueltas tu nombre
escribo tu nombre,
hago con tu nombre una canción.
Enquistado,
echo babas a mi alrededor
y crezco.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”
No me dejes amor
tan sólo en estas cumbres.
Cumpliendo tus deseos volé tan alto,
que más alto que Dios me siento desolado.
Más allá del agujero que
vive en ti,
limpio,
con una libertad contra la libertad,
tremenda.
Anchura que no pudimos tener juntos.
Espacios, ambiciones,
mi soledad te pertenece.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”
Mujer, vendimia azucarada,
centro en el amor por ti,
la residencia de mi canto.
Bajo los cielos, en
silencio,
entre crepúsculos, mi cuerpo,
paloma salvaje
cruzando el espacio de tu voz.
Quiero verme, me decías,
salvajemente
atravesada por tu canto.
Y desde entonces no dejo de
gozar,
primitivo, imposible,
salvaje entre tus piernas.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”
OJO FASCINADOR
DE LA SERPIENTE
Ojo fascinador de la
serpiente,
robusta sinrazón de las caricias,
besos dejados, librados al azar,
en el vientre perfumado del alba.
Escribo porque escribo,
ya lo dije hace años.
No escribo por amores
y tampoco amo la belleza.
Escribo porque escribo,
como la lluvia cuando llueve
o el viento cuando gime.
Con naturalidad,
como si lo que en mí pasara,
pasara desde siglos.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”
Recuerdo lucha feroz,
deseos,
entre mi piel y tu conciencia.
Siempre triunfaba el tiempo.
Tu aliento enfurecido,
era el rocío de la tarde.
Escupías sobre mí,
palabras como ángeles,
besos,
granadas de locura.
Con serena voz te recitaba,
los versos donde un hombre,
era una seca lágrima perdida.
Tu fuego era el fuego,
-maderos de la cruz-
ardía todo el tiempo.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”
¡Nos unió la mañana con sus risas!
En las rondas del son
canciones de naranjos.
Danzas de nuestros cuerpos
desnudos –rojo y bronce.
El olor de la luz era
sagrado:
música de horizontes,
espacio de paisajes-
rojo y bronce-
ruido de melodías,
himno de soles,
eternidad
y abismo de la dicha
en la alegría loca de los vientos.
Canciones de naranjos
en la piedad de los caminos.
¡Todas las aguas del silencio
rompimos en la danza!
Dicha de los abrazos y los
besos;
toda la gloria de la vida
en nuestros pechos
jadeantes y ligeros;
nuestros cuerpos: auroras y ponientes
en la alegría loca de los vientos.
¡El corazón del mundo en nuestra boca!
JACOBO FIJMAN
(Rusia-1898)
De "Molino Rojo"
Tañía el sol sus llamas
en los cántaros húmedos del viento
de rocío y paisaje
que alargaba el elástico sendero.
Desentumecimientos.
Carnes del trigo;
espigas en mis manos.
Jadean los aromas;
temblequean cual besos los caminos.
Silencios verdes de los
bosques rojos
apretados de gozo y alegría.
¡Enloquece en mis ojos la mañana!
JACOBO FIJMAN
(Rusia-1898)
De "Molino Rojo"
Amanecer de invierno.
Un puerto.
Ha roto su órbita un silbato
sobre los hombros de la bruma.
Lamentación del mar
y cobres de los horizontes.
Se contraen las torres
silenciosas;
beben las calles gritos
en sus campanas.
En las piedras
quiere tallarse el viento.
JACOBO FIJMAN
(Rusia-1898)
De "Molino Rojo"
Revuelo de silencios
aromados.
Estrellas-pájaros de fuego
dichosos de infinito.
Música de las nieblas y risas de las selvas.
Se enardecen de llamas y de
gritos
los desiertos.
¡Locos de eternidad
los pies del viento danzan en el mundo!
JACOBO FIJMAN
(Rusia-1898)
De "Molino Rojo"
Soy una alforja
de lluvias.
Mi corazón regó en las
primaveras
sementeras de espacio;
por ello mi cabeza
es una gorra remendada y parda
(genialidad)
o, un gabán roído,
pues he amado.
El pienso de mis días
desparramé en las sendas;
rompí todas las tejas
de los pesebres
humanos.
De mal en peor
tildaron mi locura;
merma mi audacia,
enflaquecen mis manos dadivosas
como las mulas viejas.
¡El gabán de mi ser se va pudriendo!
JACOBO FIJMAN
(Rusia-1898)
De "Molino Rojo"
Cercado de ferrocarriles en San José
yo vagaba desolado
frente a una fábrica de tanques
y me senté en un banco
cerca del chamizo del guardaagujas.
Una flor yacía sobre el heno en
la autopista de asfalto
–la temible flor de heno
pensé– tenía un
frágil tallo negro y
una corola de amarillentas espículas
sucias como la corona de una pulgada
de Jesús, y una manchada
y seca borla central de algodón
como una brocha de afeitar usada
que hubiera estado rodando por
el garaje durante un año.
Amarilla, flor amarilla, y
flor de la industria,
¡aun siendo una espinosa y fea flor,
flor sigues siendo,
con la forma de la grande y amarilla
Rosa de tu cerebro!
Ésta es la flor del Mundo.
ALLEN GINSBERG
Estados Unidos-1926
De "Aullido y otros poemas"
Imperturbablemente madre
le lleva a pasear
junto a la vía férrea y junto al río
–él es el hijo del fugitivo
ángel del automóvil preparado–
e imagina automóviles
y los conduce en sus sueños,
así crece en soledad entre
los imaginarios automóviles
y las almas muertas de Tarrytown
para crear
por medio de su propia imaginación
la belleza de sus bravíos
antecesores –una mitología
que no puede heredar.
¿Alucinará más adelante
sus dioses? ¿Despertando
entre misterios con
un demente destello
de recuerdo?
El reconocimiento –
suceso tan insólito
en su alma,
conocido tan sólo en sueños
– nostalgias
de otra vida.
Una cuestión del alma.
Y los heridos
perdiendo su herida
en su inocencia
–una verga, una cruz,
una excelencia de amor.
Y el padre se lamenta
en una posada de mala muerte
complejidades de memoria
a un millar de millas de distancia
desconocedor
del inesperado
juvenil desconocido
que marcha errabundo hacia su puerta.
ALLEN GINSBERG
Estados Unidos-1926
De "Aullido y otros poemas"
Qué cosas pienso de ti esta noche, Walt Whitman, porque caminé por las calles laterales, bajo los árboles con dolor de cabeza y consistencia de mí mismo mirando la luna llena.
En mi hambriento cansancio, y en busca de imágenes que comprar, entré al supermercado de frutas de neón, soñando con tus enumeraciones!
¡Qué melocotones y qué penumbras! ¡Familias al completo haciendo la compra por la noche! ¡pasillos llenos de maridos! ¡Esposas donde los aguacates, bebés donde los tomates! –y tú, García Lorca, ¿qué estabas haciendo tú allá abajo junto a las sandías?
Te vi Walt Whitman, sin hijos, viejo mendigo solitario, hurgando entre las carnes del refrigerador y echándole el ojo a los muchachos de las verduras.
Te oí hacerles preguntas a todos: ¿Quién mató las chuletas de cerdo? ¿Qué valen los plátanos? ¿Acaso eres tú mi Ángel?
Yo anduve entrando y saliendo de entre las brillantes montañas de latas siguiéndote, perseguido en mi imaginación por el detective de almacén.
Caminamos a grandes zancadas por los abiertos corredores, juntos en nuestro solitario capricho catando alcachofas, poseyendo cada una de las exquisiteces congeladas, y sin pasar ni una sola vez por caja.
¿A dónde nos dirigimos, Walt Whitman? Las puertas se cierran dentro de una hora. ¿En qué dirección apunta tu barba esta noche?
(Toco tu libro y sueño en nuestra odisea en el supermercado y me siento absurdo.)
¿Caminaremos acaso durante toda la noche a través de solitarias calles? Los árboles añaden sombras a las sombras, las luces de las casas están apagadas, los dos nos vamos a sentir muy solos.
¿Caminaremos acaso soñando en la perdida América del amor mientras pasamos junto a azules automóviles aparcados en caminos particulares, camino de vuelta a nuestra silenciosa casa?
Ah, querido padre, barbagrís, solitario y viejo maestro del coraje ¿con qué América te encontraste cuando Caronte dejó de empujar con la pértiga su bote y tomaste tierra en una humeante ribera y permaneciste observando cómo desaparecía el bote en las negras aguas del Leteo?
ALLEN
GINSBERG
Estados Unidos-1926
De "Aullido y otros poemas"
Largas calles de piedra inanimadas,
repetitivo Choque
de máquinas cortando galletas
filas de dinamos de réplicas sin alma Similitudes recomiéndose
como tanques en Almacenes del Ejército
Exactamente iguales, exactamente iguales, exactamente
iguales, sin más propósito que ser sombrías
y aplastante fuerza la de la obsesión de los robots, nuestros
esclavos no están vivos
y nos convertimos en su imagen y semejanza mientras
nos rodean - las largas calles de piedra inanimadas,
multitudes de secretarios ejecutivos saliendo del metro
8:30 AM
Flujo sanguíneo en células a través de las arterias ascensor
y las glándulas de las escaleras hacia una consciencia
de máquina de escribir.
La cabeza de reloj del rascacielos con Ed brilla iluminada
por el sol de la tarde.
ALLEN GINSBERG
Estados Unidos-1926
De "Elegías para Neal Cassady"