Largas calles de piedra inanimadas,
repetitivo Choque
de máquinas cortando galletas
filas de dinamos de réplicas sin alma Similitudes recomiéndose
como tanques en Almacenes del Ejército
Exactamente iguales, exactamente iguales, exactamente
iguales, sin más propósito que ser sombrías
y aplastante fuerza la de la obsesión de los robots, nuestros
esclavos no están vivos
y nos convertimos en su imagen y semejanza mientras
nos rodean - las largas calles de piedra inanimadas,
multitudes de secretarios ejecutivos saliendo del metro
8:30 AM
Flujo sanguíneo en células a través de las arterias ascensor
y las glándulas de las escaleras hacia una consciencia
de máquina de escribir.
La cabeza de reloj del rascacielos con Ed brilla iluminada
por el sol de la tarde.
ALLEN GINSBERG
Estados Unidos-1926
De "Elegías para Neal Cassady"
Estos son los nombres de las compañías
que han sacado
dinero de esta guerra
milnovecientossesentayocho Annodomini cuatromil
ochenta Hebráico
Estas son las corporaciones que se han beneficiado con el
comercio de fósforo que abrasa la piel o de bombas
fragmentadas en miles de punzantes agujas
Y en esta lista los millones ganados por cada mancomunidad
manufacturadora
y aquí están las ganancias numeradas, catalogadas desde
hace una década puestas en orden,
aquí nombrados los Padres en el gobierno de estas industrias,
teléfonos dirigiendo las finanzas,
Nombres de directores, hacedores de destinos, y los nombres
de los accionistas de estos Agregados. Predestinados,
Y aquí están los nombres de sus embajadores en la capital,
representantes ante la legislatura, aquellos que se sientan
bebiendo en salones de hotel para persuadir,
y aparte, por orden, aquellos que dejan caer Anfetaminas
con los militares, chismorrean, discuten, y persuaden
sugiriendo políticas, nombrando lenguajes proponiendo
estrategias, esto hecho con dinero como embajadores
ante el Pentágono, consultores
de los militares, pagados por su industria:
y estos son los nombres de los generales y capitanes militares,
que así, ahora trabajan para los fabricantes de bienes de guerra;
y encima de éstos, por orden, los nombres de los bancos,
combinados, trusts de inversión que controlan estas industrias:
Y estos son los nombres de los periódicos propiedad de
estos bancos
y estos son los nombres de las estaciones de radio propiedad
de éstos combinados;
y estos son los números de miles de ciudadanos
empleados por las citadas empresas;
y el comienzo de esta relación es 1958 y el final 1968,
que la estadística sea contenida en una mente ordenada,
coherente y definida,
y la primera forma de esta letanía comenzó el primer día
de diciembre de 1967 y lleva más allá este poema
sobre estos Estados.
ALLEN GINSBERG
Estados Unidos-1926
De "Zigzagueando de vuelta
a través de estos estados"
¿Quién podría abrazarte, diosa
oscura,
quién osaría acariciar tu cuerpo
o respirar el aire de la noche
por entre el pelo pardo de tu cara?...
¡Ah!, ¿quién te enlazaría cuando
pasas
sobre la frente como un soplo y zumba
la estancia sacudida por tu vuelo
y quién podría ¡sin morir! sentirte
temblar sobre los labios detenida
o reír en la sombra, descubierto,
cuando tu manto azota las paredes?...
¿Por qué venir a la mansión del
hombre
si no se es de su carne ni se tiene
voz ni se puede comprender los muros?
¿Por qué traer la ciega noche
extensa
que no cabe en el cáliz de los límites...
Desde el tácito aliento de la
sombra
que la floresta tiende en las vertientes
-quebrada roca, imprevisible musgo-,
desde troncos o lazos de lianas,
desde la voz lasciva del silencio
vienen los ojos de tus alas lentas.
Da la datura su canción nocturna
que trasciende al compás que va la hiedra
ascendiendo hacia el talle de los árboles
cuando el crótalo arrastra sus anillos
y leves voces laten en gargantas
entre el cieno que nutre al lirio blanco
mirado por la noche intensamente...
Sobre montes velludos, sobre
playas
donde las olas blancas se deshojan
la soledad tendida está a tu vuelo...
¿Por qué traes a la alcoba,
a la ventana abierta, confiada, el terror?...
ROSA CHACEL
España-1899
De “Versos prohibidos”
La de los
vientos, tal cual conociste,
la misma faz a Norte o Sur no esperes.
Darán los que soplaren la que vieres:
del aura antigua ni la traza existe...
¿Es gloria tal
naturaleza o triste
alternación de agónicos quereres?
El abstracto armazón de sus poderes
con las alas del viento se reviste.
Una imagen te
doy de bronce, estable,
fiel y rica en rizados requisitos:
contempla su firmeza prodigiosa.
No el enigma
espectral, inextricable
de contrapuestos ejes infinitos
que compone el esquema de la rosa.
ROSA CHACEL
España-1899
De “Versos prohibidos”
Tu nariz pensativa sostiene la
balanza de tus hombros,
tan breve el balanceo quedaron en el fiel diestra y siniestra.
Dentro está el péndulo
dispuesto a señalar con su parada el perfecto equilibrio,
dispuesto a detenerse en el instante
en que comienza lo que no termina.
Tu nariz pensativa, meditativa y
contempladora
de ti mismo,
de su último aliento se despide.
¡En él tu juventud, épico aroma!
ROSA CHACEL
España-1899
De “Versos prohibidos”
Enterró los cadáveres sin miedo
de seres envidiados que no alcanza:
quemó toda la casa con un dedo
las antiguas hortensias de esperanza.
Tenebroso perfume de su ruedo
de pájaros deformes su balanza;
adentro de su cuerpo sin un credo
se queja un gato herido por su lanza.
Para vestir al muerto indiferentes:
aun no sabemos cómo sacar lumbre
rezan por los puñales mucha gente.
El puro ser quizás menos cadenas:
sin disfraces cosidos por costumbre
casi llanto corriendo entre las venas.
CONCEPCIÓN SILVA BELINZÓN
(Uruguay-1903)
De "Sagrada cantidad"
Ya tengo a Concepción y es suficiente
(el hambre le llegaba hasta las cejas)
se despide la máscara y no miente
menos hombres muriendo como ovejas.
Tener según el mundo ¡qué valiente!
se torna insoportable si te alejas:
por tu propio descenso entre la gente
vivir con los que viven aconsejas.
La bebida ya está bastante fría:
el pobre tendrá pan y hasta calmantes
diez millones cuadrados de alegría.
Entre el alma y la piel pasó la espada;
desde el suelo hasta el techo relumbrantes
mis amigos no vieron la estocada.
CONCEPCIÓN SILVA BELINZÓN
(Uruguay-1903)
De "Sagrada cantidad"
Cuánto ha llorado el hombre sin
pestañas
la baba del caudillo cuando grita:
que todo está bien hecho sobre cañas
y más pobres, los pobres, más les quita.
Noches solas, sin padres ni cabañas
con las manos cerradas se marchita;
ayudan a los hongos sus entrañas
su caja de luciérnagas maldita.
Y la luz crucifica en dos maderos:
un álbum con recortes bien pegados
se libra del cadáver con dineros.
Procura proteger lo que me queda:
el cuerpo entero y vivo sin malvados
cortando los tres cuartos de la rueda
CONCEPCIÓN SILVA BELINZÓN
(Uruguay-1903)
De "Sagrada cantidad"
Me duele el corazón de tanto usarlo
son cosas que le pasan a los pobres;
melancólica fiebre sin lograrlo
el humo de la cena no me cobres.
Sutiles candeleros no es amarlo
y visitas correctas y salobres:
delicado equilibrio por mirarlo
por vía de este verso me recobres.
Dormitorios vacíos percibía;
las terribles hormigas coloradas
y el ángel de la guarda se dormía.
Es pecado mortal seguir las ruinas;
miradas familiares olvidadas
y entre dos gatos muertos me dominas.
CONCEPCIÓN SILVA BELINZÓN
(Uruguay-1903)
De "Sagrada cantidad"
Empezó por arriba sin la tierra
y se quedó tres días con los muertos;
tú no lo conociste con la sierra
daban escalofríos sus aciertos.
La casa de los lutos no lo aterra
espejos perfumados descubiertos;
una voz compañera desentierra
deslumbrante criatura sin más puertos.
Miraba su principio, las montañas
y del velo, la gran desgarradura:
aquella extraña luz en las cabañas.
Preguntas y respuestas sin nombrarte:
entre golpes de suerte, su negrura
descorchaban el vino sin mirarte.
CONCEPCIÓN SILVA BELINZÓN
(Uruguay-1903)
De "Sagrada cantidad"
Los inocentes
vienen a preguntar
todos los días
a cuántas personas deben matar
para transformase en asesinos.
Cuando
preguntan
sus ojos
brillan de una manera especial.
Los inocentes
y los asesinos se parecen
en el brillo especial de sus miradas.
MIGUEL OSCAR MENASSA
(Argentina-1940)
De “Yo pecador”
No hay que temer: el mar es para
todos.
En marea alta dejarse llevar
no hacer movimientos contradictorios.
En marea baja dejar librado todo a la imaginación.
Es necesario que el mar
sea navegable en todos los casos.
MIGUEL OSCAR MENASSA
(Argentina-1940)
De “Yo pecador”
Puedo ponerme triste
por aquello que nos diferencia
y aquello que nos une.
Me identifico:
Soy un hombre del sur
Parado
los vientos cálidos pasan por mi cabeza
y los fríos
por mis pies.
Mis genitales miran hacia oriente
donde nació mi padre
donde crecen los linos
donde el amor –me dicen- y los ríos
son parecidos en el color y la frescura.
Conozco de los pasos hacia delante
y de los pasos hacia atrás
de las peligrosas caídas
y de los saltos hacia el cielo.
Tengo
ciertas costumbres extranjeras
en mi país,
hago el amor y sueño.
MIGUEL OSCAR MENASSA
(Argentina-1940)
De “Yo pecador”
Sonia aparecía como una cara en
la nieve
como una cara en medio de una estepa solitaria
o como sobre las colinas en invierno.
Sonia venía del pasado
en su cabeza traía
un pañuelo de seda azul-marino y en sus ojos
el fragor de las batallas en las orillas del mar caspio.
En sus orillas desplegué mi
cuerpo
y violenté contra la luna
el cuerpo
de los más jóvenes y apuestos combatientes.
Morían entre mis brazos
como pequeños pájaros heridos.
MIGUEL OSCAR MENASSA
(Argentina-1940)
De “Yo pecador”
Es la calle angosta
perdiéndose dos cuadras adelante
entre el árbol inexplicablemente verde
y unas casas bajas nunca bien dispuestas.
Y tú por la calle,
caminando hacia el infierno de humo
de este bar
donde yo espero,
Rubia desde antes
impúdica desde antes
te ocultas
corres
pero nunca llegas.
Otras mujeres hablan y fuman
mi cansancio
metidas infieles
en sus ropas estrechas de canto.
Nuevas
infecundas mariposas de septiembre
me esperan
en algún lugar oculto del invierno
y me tocan el alma.
MIGUEL OSCAR MENASSA
(Argentina-1940)
De “Pequeña historia”
I
La noche se afianza
sin respiro, lo mismo que un esfuerzo.
Más despacio, sin brisa
benévola que en un instante aviva
el dudoso cansancio, precipita
la solución del sueño.
Desde luces iguales
un alto muro de ventanas vela.
Carne a solas insomne, cuerpos
como la mano cercenada yacen,
se asoman, buscan el amor del aire
-y la brasa que apuran ilumina
ojos donde no duerme
la ansiedad, la infinita esperanza con que aflige
la noche, cuando vuelve.
JAIME GIL DE BIEDMA
(España-1929)
De "Compañeros de viaje"
LAS AFUERAS
¿Quién? ¿Quién es el
dormido?
Si me callo, ¿respira?
Alguien está presente
que duerme en las afueras.
Las afueras son grandes,
abrigadas, profundas.
Lo sé pero, ¿no hay quién
me sepa decir más?
Están casi a la mano
y anochece el camino
sin decirnos en dónde
querríamos dormir.
Pasa el viento. ¿Le llamo?
Si subiera al salón
familiar del octubre
el templado silencio
se aterraría.
Y quizá me asustara
yo también si él me dice
irreparablemente
quién duerme en las afueras.
JAIME GIL DE BIEDMA
(España-1929)
De "Compañeros de viaje"
LAS AFUERAS
¡Ciudad
ya tan lejana!
Lejana junto al mar: tardes
de puerto
y desamparo errante de los muelles.
Se obstinarán crecientes las mareas
por las horas de allá.
Y serán un rumor,
un pálpito que puja endormeciéndose,
cuando asoman las luces de la noche
sobre el mar.
Más, cada vez más honda
conmigo vas, ciudad,
como un amor hundido,
irreparable.
A veces ola y otra vez silencio.
JAIME GIL DE BIEDMA
(España-1929)
De "Compañeros de viaje"
LAS AFUERAS
¿Fue posible que yo no te
supiera
cerca de mí, perdido en las miradas?
Los ojos me dolían de
esperar.
Pasaste.
¡Si apareciendo entonces
me hubieras revelado
el país verdadero en que habitabas!
Pero pasaste
como un Dios destruido.
Sola, después, de lo negro
surgía
tu mirada.
JAIME GIL DE BIEDMA
(España-1929)
De "Compañeros de viaje"
LAS AFUERAS
Nos reciben las calles
conocidas
y la tarde empezada, los cansados
castaños cuyas hojas, obedientes,
ruedan bajo los pies del que regresa,
preceden, acompañan nuestros pasos.
Interrumpiendo entre la muchedumbre
de los que a cada instante se suceden,
bajo la prematura opacidad
del cielo, que converge hacia su término,
cada uno se interna olvidadizo,
perdido en sus cuarteles solitarios
del invierno que viene. ¿Recordáis
la destreza del vuelo de las aves,
el júbilo y los juegos peligrosos,
la intensidad de cierto instante, quietos
bajo el cielo más alto que el follaje?
Si por lo menos alguien se acordase,
si alguien súbitamente acometido
se acordase... La luz usada deja
polvo de mariposa entre los dedos.
JAIME GIL DE BIEDMA
(España-1929)
De "Compañeros de viaje"