Madrid, 3-5-04

LA MUERTE DEL CISNE

En un largo alarido de tristeza
los heraldos, sombríos, la anunciaron,
y las faunas errantes se aprontaron
a dejar el amor de la aspereza.

Con el genio del bosque a la cabeza,
una noche y un día galoparon,
y cual corceles épicos llegaron
en un tropel de bárbara grandeza.

Y ahí están. Ya salvajes emociones,
rugen coros de líricos leones...
cuando allá, en los remansos de lo Inerte,

como surgiendo de una pesadilla,
¡grazna un ganso alejado de la orilla
la bondad provechosa de la Muerte! 

EVARISTO CARRIEGO
(Argentina-1883)
De "Misas Herejes"


Madrid, 4-5-04

EL CLAVEL 

Fue al surgir de una duda insinuativa,
cuando hirió tu severa aristocracia,
como un símbolo rojo de mi audacia,
un clavel que tu mano no cultiva.

Quizás hubo una frase sugestiva,
o viera una intención tu perspicacia,
pues tu serenidad llena de gracia
fingió una rebelión despreciativa...

Y, así, en tu vanidad, por la impaciente
condena de un orgullo intransigente,
mi rojo heraldo de amatorios credos

mereció por su símbolo atrevido,
como un apóstol o como un bandido,
la guillotina de tus nobles dedos.

EVARISTO CARRIEGO
(Argentina-1883)
De "Misas Herejes"


Madrid, 5-5-04

REVELACIÓN

Lujosamente bella y exquisita,
con aire de gitana tentadora
llegaste, adelantándote a la hora,
rodeada de misterios a la cita.

El salón reservado oyó la cuita
de una cálida noche pecadora,
y al amor de tu carne ofrendadora
reventaron las yemas de Afrodita.

Fue en esa breve noche de locuras,
propicia al Floreal de tus ternuras,
que, cual glóbulos de ansias pasionales,

tu sangre delictuosa de bohemia
infiltró en el cansancio de mi anemia
¡el ardor de los fuertes ideales!

EVARISTO CARRIEGO
(Argentina-1883)
De "Misas Herejes"


Madrid, 6-5-04

DE PRIMAVERA

En un carro triunfal hecho de auroras,
y envueltas en flotantes muselinas,
con impudor de audacias femeninas
han llegado las nuevas doce horas.

El viejo de las frígidas doloras,
lloradas en letales sonatinas,
va huyendo, incorruptible en sus neblinas,
de las doce muchachas pecadoras.

¡Una orgía de luz...! Hoy se ha llenado
de músicas el nido fecundado,
y el cantor de selváticos poemas,

-heraldo de los sueños germinales-
¡anuncia en sus pregones orquestales
el reventar glorioso de las yemas!
 

EVARISTO CARRIEGO
(Argentina-1883)
De "Misas Herejes"


Madrid, 7-5-04

AQUELLA VEZ EN EL LAGO

La góndola volvía. Frente a frente
estábamos, en esa inolvidada
vieja tarde de otoño, purpurada
por la sangre del sol en el poniente.

Y porque te mostrabas displicente
a tu mismo abandono abandonada,
se me antojó decir, sin decir nada,
lo que quiero ocultar inútilmente. 

Callaste, y como al agitar el rico
blasonado marfil de tu abanico
hubo una muda negación sencilla

en la leve ironía de tu boca,
yo me quedé pensando en una loca
degollación de cisnes en la orilla.

EVARISTO CARRIEGO
(Argentina-1883)
De "La canción del barrio"


Madrid, 10-5-04

SALVACIÓN

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
     la hoja
     la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.

ALEJANDRA PIZARNIK
(Argentina-1936)
De "La última inocencia"


Madrid, 11-5-04

LA ENAMORADA

Esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada, ¿adonde vas?
desesperada ¡nada más!

ALEJANDRA PIZARNIK
(Argentina-1936)
De "La última inocencia"


Madrid, 12-5-04

LA ÚLTIMA INOCENCIA

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.

He de partir.

Pero arremete, ¡viajera!

ALEJANDRA PIZARNIK
(Argentina-1936)
De "La última inocencia"


Madrid, 13-5-04

EXILIO

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en que vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

ALEJANDRA PIZARNIK
(Argentina-1936)
De "Las aventuras perdidas"


Madrid, 14-5-04

ARTES INVISIBLES

Tú que cantas todas mis muertes.
Tú que cantas lo que no confías
al sueño del tiempo,
descríbeme la casa del vacío,
háblame de esas palabras vestidas de féretros
que habitan mi inocencia.

Con todas mis muertes
yo me entrego a mi muerte,
con puñados de infancia,
con deseos ebrios
que no anduvieron bajo el sol,
y no hay una palabra madrugadora
que le dé la razón a la muerte,
y no hay un dios donde morir sin muecas.

ALEJANDRA PIZARNIK
(Argentina-1936)
De "Las aventuras perdidas "


Madrid, 17-5-04

POEMA CERO

Perseguido por todos los universos
más que satanás, distinto de dios
enfriaré con mi maldad
los fuegos sagrados del invierno
y encenderé pasiones
allí
donde la luz del bien refleje en mi mirada.

Diferente entre ángeles,
superior entre demonios,
no tendré paz.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Salto mortal”


Madrid, 18-5-04

INVOCACIÓN A LOS DEMONIOS

Dónde están los demonios
aquellos que me fueron anunciados
en el santo bautismo.

Aquí conmigo todos los pecados
y aquellos que vendrían por las noches
a vigilar mi sexo,
                           enamorados de mis ojos.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Salto mortal”


Madrid, 19-5-04

INVOCACIÓN A LOS DIOSES

Venid atletas del amor
venid a destruir las diferencias
traed vuestros arcángeles a compartir
mi mesa y mis olores.
                                  Mi fragancia
es la fragancia antigua de los templos.
Venid
         venid con vuestras vírgenes.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Salto mortal”


Madrid, 20-5-04

DEMONIO DE LA MUERTE

Tengo para entregarte
mis endemoniadas pasiones,
mi carne joven quemada por el viento,
para nombrarte
                      reservo por si acaso
                                                     mis palabras.
 

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Salto mortal”


Madrid, 21-5-04

DIOS DE LA MUERTE

Poderoso dios
te sobrevivo.
Mis poemas y mis valientes hijos
vuelan hacia el futuro.
Acontecerán
                     más allá de tus reinos.

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina-1940
De “Salto mortal”


Madrid, 24-5-04

SILET

Cuando contemplo cuán negra e inmortal es la tinta
que gotea de mi pluma imperecedera.,.. ¡oh, basta ya!
¿Por qué tenemos que perder tiempo con mis
     pensamientos?
Ya hay bastante con lo que me aventuro a decir.

Ya hay bastante con que estuviésemos juntos una vez;
¿qué sentido tiene ponerlo en verso?
¿Acaso cuando es otoño logramos que sea primavera,
o convertimos en mayo la época del áspero viento del norte?

Ya hay bastante con que estuviésemos juntos una vez;
¿qué más da que el viento se haya vuelto contra la lluvia?
Ya hay bastante con que estuviésemos juntos una vez.
El tiempo lo ha visto y no volverá a pasar.

¿Y quiénes somos nosotros, conociendo esa última
     voluntad,
para condenar el mañana con un testamento?

EZRA POUND
Estados Unidos-1885
De “Poemas de Ripostes”


Madrid, 25-5-04

 SUB MARE

Es y no es, soy lo bastante lúcido,
desde que tú llegaste este lugar flota a mi alrededor,
esta ficción hecha de rosas otoñales,
después hay un color dorado, diferente.

Y alguien tantea en estas cosas, mientras delicadas
algas ascienden y desaparecen, bajo
las lentas palideces verdes agitadas de las olas de fondo,
entre estas cosas más viejas que los nombres que tienen,
estas cosas que son conocidas por el dios.

EZRA POUND
Estados Unidos-1885
De “Poemas de Ripostes”


Madrid, 26-5-04

LA ZAMBULLIDA

Querría bañarme en extrañeza:
estas comodidades amontonadas encima de mí, ¡me asfixian!
¡Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo,
amigos nuevos, caras nuevas
y lugares!
Oh, estar lejos de todo esto,
esto que es todo lo que quise
            …salvo lo nuevo.

¡Y tú,
amor, la que mucho, la que más he deseado!
¿Acaso no me repugnan todas las paredes, las calles, las piedras,
todo el barro, la bruma, toda la niebla,
todas las clases de tráfico?
A ti, yo te querría fluyendo encima de mí como el agua,
¡oh, pero fuera de aquí!
Hierba y praderas y colinas
y sol
¡oh, suficiente sol!
¡Lejos y a solas, en medio de
gente extraña!

EZRA POUND
Estados Unidos-1885
De “Poemas de Ripostes”


Madrid, 27-5-04

VENID, CANTILENAS MÍAS

Venid, cantilenas mías,
volquemos todo nuestro odio en un montón y terminemos
            de una vez con ellos.
Tórrido sol, agua clara, viento fresco,
libradme de las aceras,
libradme de las imprentas.
Que venga la gente hermosa,
vestida con seda salvaje de bello color,
que vengan los oradores elegantes,
que vengan los rápidos de ingenio,
que vengan los de alegres modales, los insolentes y los
            exultantes.
Hablemos de lagos bruñidos,
de aire seco, claro como el metal.

EZRA POUND
Estados Unidos-1885
De “Poemas de Blast”


Madrid, 28-5-04

LAMENTO DEL GUARDIÁN DE LA FRONTERA

En la Puerta del Norte, el viento trae montones de arena,
¡esto está desolado desde el principio de los tiempos!
Los árboles se caen, la hierba amarillea por culpa del otoño.
Subo torres y más torres
            para vigilar la tierra de los bárbaros:
el castillo desolado, el cielo, el ancho desierto.
A este pueblo no le queda una sola pared.
Huesos blanqueados por un millar de escarchas,
en grandes pilas, cubiertas de hierba y árboles;
¿quién hizo que esto pasara?
¿Quién trajo al ejército con sus tambores y sus timbales?
Los reyes bárbaros.
Una grácil primavera se convirtió en otoño sediento de sangre,
un torbellino de guerreros se extendió por el reino medio,
trescientos sesenta millares,
y pena, una pena como la lluvia.
Pena de irse, y pena, pena que regresa.
Desolación y campos desolados,
y en ellos no quedan hijos de la guerra,
     ya no hay hombres que ataquen ni defiendan.
Ah, cómo os puedo hacer saber la lóbrega tristeza de la
     Puerta del Norte,
cuando el nombre de Riboku se ha olvidado
y a los guardianes nos devoran los tigres.

Por Rihaku

EZRA POUND
Estados Unidos-1885
De “Catay”


Madrid, 31-5-04

SOBRE EUROPA LLEVADOS...

Sobre Europa llevados: helado el agudo rocío, en forma de estrellas,
bajo nosotros; encima de nuestras cabezas, la noche,
también con estrellas heladas; estrellas
a modo de charcos entre nuestros abrigos y la luna hechizada.
¡Ah! ¿Qué nos sostiene? ¿Qué cruz nos abre los brazos
y nuestros cuerpos eleva hacia el viento,
y nos martillea entre un espejeo de luces?

Sólo mi cuerpo es real, que los lobos
podrán vencer, desgarrar libremente. Sólo esta rosa
que sobre el pecho dejóme mi amigo, y las líneas tan breves
que recibí del hogar, son reales.

STEPHEN SPENDER
(Reino Unido-1909)


Selección de Poemas Editados

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