Madrid, 2-8-04

TORREÓN DEL RENEGADO 

A esto vine, al Torreón
del Renegado, al cuchillo
ronco de agua que no escribe
en lo libérrimo agua ni
pétalos pero cumbre
escribe y descumbre, nieve aullante, límpidas
allá abajo las piedras.

A esto y nada, que se abre
por obra del vértigo
mortal, a ésta la casa loca del
ser y más ser, a este abismo
donde Hilda pidió al Muerto:
-“Piedad, Muerto, por nosotros que
íbamos errantes, danos éste y no otro
ahí para morar, ésta por
música majestad, y no otra,
para oír al Padre”.

Viniera y parárase el Torreón
del Renegado, creciera vivo
en su madera fragante, lo
angulara aéreo todo del muro pétreo
a lo diamantino de la proa
del ventanal, tramara la escalera
nerviosa en el acero de los amantes, besara
el aire la hermosura de dormir ésta
y no otra sección áurea, subiera sola la imaginación,
el agua.

Véolo desde ahora hasta más nunca así al Torreón
-Chillán de Chile arriba- del Renegado
con estrellas, medido en tiempo que arde
y arderá, leña
fresca, relincho
de caballos, y a Hilda
honda que soñó este sueño, hiló
hilandera en el torrente, ató
eso uno que nos une a todos en el agua
de los nacidos y por desnacer, curó
las heridas de lo tumultuoso.

                                                             -Paz
es lo que les pido a los alerces que me oyen: paz
por ella en el ahí fantasma.

De lo alto del Nevado de Chillán baja turbulento
El Renegado, que lo amarra a la leyenda. 

GONZALO ROJAS
(Chile-1917)
De “Cinco visiones”


Madrid, 3-8-04 

NO ESCRIBAS DIEZ POEMAS A LA VEZ 

No escribas diez poemas a la vez parece decirme la lectora,
escribe cuatro: uno
a mis ojos, otro
a mis axilas de perra, otro al Dios
que hay en mí en lo sagrado
de los meses, y si te queda tiempo no escribas
el último, ponte en mi caso, estoy
tan triste, llena de hombre
con tanta vibración de hombre en el espinazo, y adentro
tanto otro fulgor que duerme en mí, a tan
sangrientos días del parto. 

GONZALO ROJAS
(Chile-1917)
De “Cinco visiones”


Madrid, 4-8-04 

DESOCUPADO LECTOR 

Cumplo con informar a usted que últimamente todo es herida:
     la muchacha
es herida, el olor
a su hermosura es herida, las grandes aves negras, la inmediatez
de lo real y lo irreal tramados en el fulgor de un mismo espejo
gemidor es herida, el siete, el tres, todo, cualquiera de estos
números de la danza es
herida, la barca
del encantamiento con Maimónides al timón es herida, aquel
diciembre 20 que me cortaron de mi madre es herida, el sol
es herida, Nuestro Señor
sentado ahí entre los mendigos con esa túnica irreconocible
     por el cauterio del psicoanálisis es herida, el
Quijote
a secas es herida, el ventarrón
abierto del Golfo contra la roca alta es
herida, serpiente
horadante del Principio, mar
y más mar de un lado a otro, Kierkegaard y
más Kierkegaard, taladro
y por añadidura herida; la
preñez en cuanto preñez en la preciosidad de su copa es
herida, el ocio
del viejo río intacto donde duermen inmóviles los mismos peces
velocísimos es
herida, la Poesía
grabada a fuego en los microsurcos de mi cerebro de niño es herida,
     el hueco
de 1,67 justo en metros de rey es herida, el éxtasis
de estar aquí hablando solo en lo bellísimo de este pensamiento de
nieve es
herida, la evaporación
de la fecha de mármol con el padre adentro
bajo los claveles es
herida, el carrusel
pintarrajeado que fluye y fluye como otro río de polvo y otras
máscaras
que vi en Pekín colgando en la vieja calle de Cha Ta – lá
cuya identidad comercial de 2.500 años de droga y ataúdes rientes
no se discute, es
herida; la cama en fin
que allí compré, con dos espejos para navegar, es herida,
                                                                                             la
perversión
de la palabra nadie que sopla desde las galaxias es herida, el Mundo
antes y después de los Urales es
herida, la hilera
de líneas sin ocurrencia de esta visión
sin resurrección es herida. Cumplo
entonces con informar a usted que últimamente todo es herida. 

A Julio Fermoso 

GONZALO ROJAS
(Chile-1917)
De “Cinco visiones”


Madrid, 5-8-04 

ADIÓS A HÖLDERLIN 

Ya no se dice oh rosa, ni
apenas rosa sino con vergüenza; ¿con vergüenza
a qué? ¿a exagerar
unos pétalos, la
hermosura de unos pétalos?

Serpiente se dice en todas las lenguas, eso

es lo que se dice, serpiente
para traducir mariposa porque también la
frágil está proscrita
del paraíso. Computador
se dice con soltura en las fiestas, computador
por pensamiento.

Lira, ¿qué será
lira? ¿hubo
alguna vez algo parecido
a una lira? ¿una muchacha
de cinco cuerdas por ejemplo rubia, alta, ebria, levísima,
posesa de la hermosura cuya
transparencia bailaba?

Qué canto ni canto, ahora se exige otra
belleza: menos alucinación
y más droga, mucho más droga. ¡Qué es eso de
acentuar la E de Érato, o Perséfone? Aquí se trata
de otro cuarzo más coherente sin
farsa fáustica, ni
Coro de las Madres, se acabó
el coro, el ditirambo, el célebre
éxtasis, lo Otro, con
Maldoror y todo, lo sedoso y
voluptuoso del pulpo, no hay más
epifanía que el orgasmo.

Tampoco es posible nombrar más a las estrellas, vaciadas
como han sido de su fulgor, muertas,
errantes, ya sin enigma,
descifradas hasta las vísceras por los
instrumentos que vuelan de galaxia en
galaxia.

Ni es tan fácil leer en el humo lo
Desconocido; no hay Desconocido. Abrieron la
tapa del prodigio del
seso, no hay nada sino un poco
de pestilencia en el coágulo del
Génesis alojado ahí. Voló el esperma
del asombro. 

GONZALO ROJAS
(Chile-1917)
De “Cinco visiones”


Madrid, 6-8-04 

MORTAL 

Del aire soy, del aire, como todo mortal,
del gran vuelo terrible y estoy aquí de paso a las estrellas,
pero vuelvo a decirte que los hombres estamos ya tan cerca los unos
     de los otros,
que sería un error, si el estallido mismo es un error,
que sería un error el que no nos amáramos. 

GONZALO ROJAS
(Chile-1917)
De “Cinco visiones”


Madrid, 9-8-04 

MIENTEN LOS VERSOS
QUE HASTA HOY OS DEDICABA

 

CXV 

Mienten los versos que hasta hoy os dedicaba.
Decir que amaros más era imposible...
Entonces yo ignoraba que algún día
Esa llama ardería con más violento fuego.

¿Por qué el Tiempo distrájome al considerar cómo
     sus mil azares
Quebrantaban votos, abolían los sueños de los reyes,
Hasta la más sagrada belleza abatiendo, hasta el más fino instinto,
Doblegando las almas a su eterna mudanza?

Ay, ¿por qué, asustado ante la impiedad del Tiempo,
Dije entonces: “Nunca he de amarte más que ahora”,
Y dejándome llevar por aquella incertidumbre
Dudé, dudé, rendí mis ojos al presente?

El amor era entonces aún un niño. ¿Hubiera
Podido así soñar lo que aún debía florecer? 

WILLIAM SHAKESPEARE
(Inglaterra-1564)
De "Sonetos"


Madrid, 10-8-04 

COMO PARA AGUZAR EL APETITO

CXVIII

Como para aguzar el apetito
Excitamos nuestro paladar con picantes especias,
O para prevenir posibles enfermedades
Purgas tomamos que nos enferman al beberlas,

Así yo, ahíto de esa dulzura vuestra que jamás me sacia,
Sólo deseo tomar condimentos amargos,
Y enfermo de salud hallo el placer
En enfermar de un mal que aún no me asalta.

La estrategia de mi amor previene males
Que aún no existen, y engendra así otros ciertos,
Medicinando a la salud, que exuberante
Pretendía curarse con el mal.

Pero de ahí he aprendido, y bien cierta lección,
Que los remedios envenenan a quien de vos enferma. 

WILLIAM SHAKESPEARE
(Inglaterra-1564)
De "Sonetos"


Madrid, 11-8-04 

OH, REGAÑAD POR MI AMOR A LA FORTUNA

CXI

Oh, regañad por mi amor a la Fortuna,
Esa diosa culpable de mis malas acciones,
Ella que me negó medios más nobles
Que el favor de ese vulgo que torpe gusto engendra.

Ese es el baldón que pesa sobre mi nombre
Y que los modos de mi oficio mi ser hayan manchado,
Como las manos del tintorero muestran las del suyo.
Tened piedad de mí, y ayudadme a ser otro,

Que yo, como paciente sumiso, beberé
La poción de vinagre que mi infección requiera;
Ninguna amargura será bastante amarga
Ni a cuanto me corrija mostraré sufrimiento.

Tened piedad de mí, oh amigo fiel, sabed
Que basta vuestra piedad para sanarme. 

WILLIAM SHAKESPEARE
(Inglaterra-1564)
De "Sonetos"


Madrid, 12-8-04 

COMO ALISAN LAS OLAS
LAS GUIJAS DE LA PLAYA

LX 

Como alisan las olas las guijas de la playa,
Así nuestros minutos a su fin se precipitan,
Cada uno reemplazando a aquel que le precede,
La ansiedad de su camino van hacia el fin hollando.

Ya en el brillante mar del nacimiento
Juega la vejez, y desde su desaire
Traicioneros eclipses entenebran su gloria
Y va huyendo ya el tiempo marchitando el encanto.

Empaña el tiempo entonces juveniles fulgores
Y en las hermosas frentes abre profundos surcos,
Devora los portentos de la fiel Naturaleza,
Y nada se alza que su hoz no siegue.

Pero mis versos atravesarán ese Tiempo y para siempre
Enfrentando su cruel mano entonarán tu alabanza. 

WILLIAM SHAKESPEARE
(Inglaterra-1564)
De "Sonetos"


Madrid, 13-8-04

¿PODRÍA YO ATRAVESAR ESE DOSEL? 

¿Podría yo atravesar ese dosel,
con mi apariencia honrando su excelencia,
o construir vastos cimientos para oponerme al Tiempo
Y que al final menos serían que los estragos y ruinas?

¿No he visto acaso a los que adoran formas y belleza
Perderlo todo y más por sostener ese esplendor,
Olvidado el sabor de lo sencillo por enredados gustos,
Consumidos, pobres afortunados, por lo que ver ansían?

No. Mejor ser obsequioso en tu corazón
Y que reciban tú mi ofrenda, aunque humilde, sincera,
Sin obscura intención, sin artificio alguno,
Sólo una mutua entrega, sólo yo para ti.

¡Fuera, delator sobornado! Una alma sincera
De cuanto más la acuses, más escapa a tu férula. 

WILLIAM SHAKESPEARE
(Inglaterra-1564)
De "Sonetos"


Madrid, 16-8-04

CONMEMORACIÓN

Como mi infancia.
                              Extiendo
sobre el mantel mi cuerpo.

 

Bebo la sangre.
                          Copa
Plenaria copa.
                          Alzo
su no visible forma en mi memoria.

 

Bebo mi infancia.
                             Bebo
la sangre
al borde mismo de la sangre donde
ya nunca más la noche empezaría.

 

JOSÉ ÁNGEL VALENTE
(España-1929)
De "Mandorla"


Madrid, 17-8-04

 ÍCARO

Sobre la horizontal del laberinto
trazaste el eje de la altura
y la profundidad.
                            Caer fue sólo
la ascensión a lo hondo.

 JOSÉ ÁNGEL VALENTE
(España-1929)
De "Mandorla"


Madrid, 18-8-04

 EL FULGOR
X

Extensión del vacío
en las estancias del amanecer.

No puedo incorporarme, cuerpo,
en ti.
        La voz
desciende muda con los ríos
hacia el costado oscuro de la ausencia.

JOSÉ ÁNGEL VALENTE
(España-1929)
De "El fulgor"


Madrid, 19-8-04

EL FULGOR

XXXII

El paladar, su trémula
techumbre del decir.
                                  Humedecida
raíz.
        Formaste
del barro y la saliva
el hueco y la matriz, garganta,
en los estambres últimos de ti.

JOSÉ ÁNGEL VALENTE
(España-1929)
De "El fulgor"


Madrid, 20-8-04

 EL FULGOR
VI

 Dime,
cuerpo,
entera latitud.
                      Oía
tu rumor
como el del viento
soplando oscuro sobre
qué alma o cuerpo únicos.
                                          Se hizo
el cuerpo la palabra
y no lo conocieron.

 JOSÉ ÁNGEL VALENTE
(España-1929)
De "El fulgor"


Madrid, 23-8-04

 PEQUEÑAS ÁRIAS OLVIDADAS

 I

El viento en la llanura
suspende su aliento
Favart

Es el éxtasis lánguido,
la fatiga amorosa
todos los estremecimientos de los bosques
entre el abrazo de las brisas,
es, hacia los ramajes grises,
el coro de las vocecillas.

¡Oh el frágil y fresco murmullo!
Esto gorjea y susurra,
esto se parece al grito suave
que la hierba agitada expira...
Tú dirás, bajo el agua que gira,
el balanceo sordo de los guijarros.

Esta alma que se lamenta
en esta queja durmiente,
es la nuestra, ¿no?
¿La mía, di, y la tuya,
de la cual se exhala la humilde antífona
por esta tibia tarde, muy bajo?

 PAUL VERLAINE
(Francia-1844)
De "Romanzas sin palabras"


Madrid, 24-8-04

 PEQUEÑAS ÁRIAS OLVIDADAS

 II

Adivino, a través de un murmullo,
el contorno sutil de unas voces antiguas
y en los fulgores musicales,
amor pálido, una aurora futura.

Y mi alma y mi corazón en delirios
no son más que una especie de ojo doble
donde temblequea a través de una luz turbada
la arieta, ¡ay!, de todas las liras.

¡Oh morir de esta muerte única
que se va, querido amor que te asustas,
balanceando jóvenes y viejas horas!
¡Oh morir de este columpio!

PAUL VERLAINE
(Francia-1844)
De "Romanzas sin palabras"


Madrid, 25-8-04

PEQUEÑAS ÁRIAS OLVIDADAS

 III

 Llueve suavemente sobre la ciudad
Arthur Rimbaud

Llora en mi corazón
como llueve en la ciudad.
¿Cuál es esta languidez
que penetra mi corazón?

¡Oh ruido suave de la lluvia
en la tierra y sobre los tejados!
Para un corazón que se aburre,
¡oh, el canto de la lluvia!

Llora sin razón
en este corazón que se descorazona.
¡Cómo! ¿Ninguna traición?
Este duelo es sin razón. 

¡Bien sea la peor pena
de no saber por qué
sin amor y sin odio
mi corazón tanto pena!

PAUL VERLAINE
(Francia-1844)
De "Romanzas sin palabras"


Madrid, 26-8-04

PEQUEÑAS ÁRIAS OLVIDADAS

IV

 Dulzura, Dulzura, Dulzura.
Desconocido

Es menester, vea usted, el perdonarnos las cosas:
de esta forma seremos bien felices
y si nuestra vida tiene instantes tristes
al menos no seremos, ¿no? dos llorones

o que mezclemos, almas hermanas que somos,
en nuestros deseos confusos la dulzura pueril
de caminar lejos de las mujeres y de los hombres
en el tierno olvido que nos exilia.

Seamos dos niñas, seamos dos jovencitas
prendadas de nada y de todo asombradas
que se van a palidecer bajo los castos cenadores
sin siquiera saber que son perdonadas.

PAUL VERLAINE
(Francia-1844)
De "Romanzas sin palabras"


Madrid, 27-8-04

 PEQUEÑAS ÁRIAS OLVIDADAS

V

Son alegre, inoportuno
de un clavecín sonoro
Pétrus Borel

El piano que besa una mano frágil
reluce en la tarde rosa y gris vagamente,
mientras que un muy libero ruido de ala
un aire muy viejo, muy débil y muy encantador
rueda discreto, medroso casi,
por el boudoir tanto tiempo perfumado de Ella.

 

¿Qué es esa nana repentina
que lentamente acuna mi pobre ser?
¿Qué quieres de mí, dulce Canto juguetón?
¿Qué has querido tú, fino refrán incierto
que vas tan pronto a morir hacia la ventana
abierta un poco sobre el jardincillo?

PAUL VERLAINE
(Francia-1844)
De "Romanzas sin palabras"


Madrid, 30-8-04

RETRATO NATURAL

¡Cuando se aje la tela que me inviste
y caiga este esplendor de cosa vana
que me dora el espíritu y me ufana
de algo triunfal que en mi dolor no existe,

me verán como soy: un hombre triste,
de estatura común, gente mediana
sin bizarría ni grandeza humana,
que en insolado sardinel resiste!

¡Retrato al natural sin las molduras
que dan soberbia! ¡Grises comisuras
y ojos de verde gavilán herido!

¡Y verán el puñal que me desgarra,
y que la mano de tañer fue garra
y mis cantos de amor un alarido!

GERMÁN PARDO GARCÍA
(Colombia-1902)
De "Himnos del hierofante"


Madrid, 31-8-04

LA VICTORIA

No es el invierno imagen de la Muerte!
¡Es el laurel del púgil que levanta
frígidos pesos, del pulmón que canta
y al aire puro su entusiasmo vierte! 

¡Mirad al esquiador que así convierte
la pista en gloria, y rápido adelanta
su cuerpo azul que en espiral quebranta
glaciar oscuro y bastidor inerte!

¡Y ved mi juventud de hombre sin hielo
sobre su madurez, tomar la forma
de un águila invernal, y con el brío
del que ama el triunfo, preparar el vuelo
y lanzarse desde una plataforma
a conquistar los ámbitos del frío! 

GERMÁN PARDO GARCÍA
(Colombia-1902)
De "Himnos del hierofante"


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