Madrid, 1-10-03

A BELONA

Varones hijos de varón, seguimos
            tu bandera y tu idioma:
tu bandera de sal y tu idioma sin agua.
Y en tu idioma la guerra vestida de metales
            y pura como el viento
            cuando rompe la rosa
            nos lava de pavor
            y nos peina de fuego.

Y en tu idioma tronaban
            duros carros de bronce,
            y vimos que a su paso
la tierra no doblaba las rodillas.
            Y cruzando tu idioma
            caballos o tambores
            redoblaban al viento,
tan puros como el viento cuando rompe la rosa.
            Y a tu paso crecían
            las armas como hierbas,
y detrás de tu paso cabalgábamos todos,
varones hijos de varón, ayer,
            y hoy, y mañana y siempre
bajo el perfil sabroso de la muerte. 

LEOPOLDO MARECHAL
Argentina-1900
De “Odas para el hombre y la mujer”


Madrid, 2-10-03

DEL AMOR NAVEGANTE

 Porque no está el Amado en el Amante
Ni el Amante reposa en el Amado,
Tiende Amor su velamen castigado
Y afronta el ceño de la mar tonante.

   Llora el Amor en su navío errante
Y a la tormenta libra su cuidado,
Porque son dos: Amante desterrado
y Amado con perfil de navegante.

   Si fuesen uno, Amor, no existiría
Ni llanto ni bajel ni lejanía,
Sino la beatitud de la azucena.

¡Oh amor sin remo, en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.

LEOPOLDO MARECHAL
Argentina-1900
De “Sonetos a Sophia”


Madrid, 3-10-03

DEL ADIÓS A LA GUERRA

¡No ya la guerra de brillantes ojos,
La que aventando plumas y corceles
Dejó un escalofrío de broqueles
En los frutales mediodías rojos!

Si el orgullo velaba sus despojos
Y el corazón dormía entre laureles,
¡Mal pude, Amor, llegarme a tus canceles,
Tocar aldabas y abolir cerrojos!

¡Armaduras de sol, carros triunfales,
Otros dirán la guerra y sus metales!
Yo he desertado y cruzo la frontera

Detrás de mi señora pensativa,
Porque, a la sombra de la verde oliva,
Su bandera de amor es mi bandera.

LEOPOLDO MARECHAL
Argentina-1900
De “Sonetos a Sophia”  


Madrid, 6-10-03

ABRO

Abro
para salir de mí sin darme cuenta,
y entras en ese instante
arrastrando raíces,
arañas, humus, entras
por la puerta de siempre,
derribando cerrojos y candados,
trayendo
lo que se fue,
reclamando tu sitio
de otros días,
y he de cerrar de nuevo
maderas y cristales
y sentarme a esperar, a encontrar la manera
de sorprenderme. 

CARLOS MURCIANO
España-1931
De “ Yerba y olvido”


Madrid, 7-10-03

EPITAFIO PARA UN POETA

    La piedra dice Juan.
O Miguel –es lo mismo-.
Debajo, una palabra
limpia y sola: poeta.
Al otro lado yace
un gran dolor, un hombre,
una voz compartida,
una canción quebrada,
una llama, una pena.
Vivió deprisa, fue
muriendo verso a verso,
al par de cada día.
Ahora reposa en una
palabra iluminada:
poeta, solamente.

     No volverá la piedra a ser tan rica.

CARLOS MURCIANO
España-1931
De  “Epitafios”


Madrid, 8-10-03

ESTE CLARO SILENCIO

    Este claro silencio. Y este gozo.
Y este rumor de noche. Y esta pena.
Y esta destrozadísima cadena
que te desencadena el alborozo.

   Y este muro infinito. Y este trozo
de soledad. Y este montón de arena.
Y esta voz que te absuelve y te condena.
y esta sed sin principio. Y este pozo. 

   Acércate al brocal, bebe sin miedo
y camina después hacia ese ruedo
sin barreras, sin toro y sin testigos.

   Yo te biendigo, te bendigo. Anda.
Echa ya a andar, que la esperanza manda
y sangra la amapola entre los trigos.

CARLOS MURCIANO
España-1931
De “Este claro silencio”


Madrid, 9-10-03

TRES COSAS ME PREOCUPAN

    Tres cosas me preocupan
para después de haber llovido:

   no encontrar el camino, cegado por el agua
última;
conservar la memoria de haber vivido poco;
tropezar con el muro definitivamente;

   quiero decir,
no encontrar la memoria
última;
tropezar con el muro, cegado por el agua
de haber vivido poco;
conservar el camino definitivamente;

   o acaso no me explique:
lo que quiero decir es que me aterra
no encontrar el camino de haber vivido poco;
tropezar con el agua
última;
conservar la memoria, cegado por el muro
definitivamente.

CARLOS MURCIANO
España-1931
De “ Yerba y olvido”


Madrid, 10-10-03

EL ESPEJO

  Acércate al espejo. Pon
tu solitaria mano sobre su hombro y pregúntale.
Entra en la estancia familiar con paso
decidido y acércate a su hielo,
a su semiventana hacia el trasmundo.
Verás, mejor, oirás una voz turbia
con mil voces debajo de su son
hablándote. Mil voces
que alguien, un día, en su cristal dejara
caer, hundirse luego sin un gesto,
sin ese círculo feliz que acoge
cada rama que cae, cada piedra
que busca el hondo corazón del agua.

   Asómate al espejo. Oirás, mejor, verás
cómo cruzan su mágico paisaje
miles de sombras que alguien puso, un día,
por un instante allí y allí quedaron
hechas carne de siglos, cuerpo de horas,
alma de soledades, para siempre.
Confíate al espejo. Cuando nada
te quede por decir, cuando te empujen
las olas del silencio y te acobarden
y no encuentres caricia o tibia mano
donde apoyarte, anda
hasta la estancia familiar y acércate,
asómate, confíate al espejo.
Puede ser el del grito vertical,
el que salpica un misterioso fango
o ese redondo que abre su pupila
como un grito implacable en la penumbra.

   Es igual. No vaciles. Anda, extiende
tu mano solitaria y tan vacía
hacia donde respira su quietud
y verás cómo luego, al devolverla
a su lugar junto al costado,
la ha llenado el espejo de ese polen,
de ese polvillo de oro que desprenden
los años y las sombras.
 

CARLOS MURCIANO
España-1931
De “Los años y las sombras”


Madrid, 13-10-03

POR TU PIE, LA BLANCURA MÁS BAILABLE

Por tu pie, la blancura más bailable,
donde cesa en diez partes tu hermosura,
una paloma sube a tu cintura,
baja a la tierra un nardo interminable.

Con tu pie vas poniendo lo admirable
del nácar en ridícula estrechura
y a donde va tu pie va la blancura,
perro sembrado de jazmín calzable.

A tu pie, tan espuma como playa,
arena y mar me arrimo y desarrimo
y al redil de su planta entrar procuro.

Entro y dejo que el alma se me vaya
por la voz amorosa del racimo:
pisa mi corazón que ya es maduro.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “El rayo que no cesa”


Madrid, 14-10-03

COMO EL TORO HE NACIDO PARA EL LUTO

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “El rayo que no cesa”


Madrid, 15-10-03

LA MUERTE, TODA LLENA DE AGUJEROS

La muerte, toda llena de agujeros
y cuernos de su mismo desenlace,
bajo una piel de toro pisa y pace
un luminoso prado de toreros.

Volcánicos bramidos, humos fieros
de general amor por cuanto nace,
a llamaradas echa mientras hace
morir a los tranquilos ganaderos.

Ya puedes, amorosa fiera hambrienta,
pastar mi corazón, trágica grama,
si te gusta lo amargo de su asunto.

Un amor hacia todo me atormenta
como a ti, y hacia todo se derrama
mi corazón vestido de difunto.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “El rayo que no cesa”


Madrid, 16-10-03

VIDA SOLAR

Cuerpo de claridad que nada empaña.
Todo es materia de cristal radiante,
a través de ese sol que te acompaña,
que te lleva por dentro hacia delante.

Carne de limpidez enardecida,
hueso más transparente si más hondo,
piel hacia el sur del fuego dirigida.
Sangre resplandeciente desde el fondo.

Cuerpo diurno, día sobrehumano,
fruto del cegador acoplamiento,
de una áurea madrugada del verano
con el más inflamado firmamento.

Ígnea ascensión, sangrienta hacia los montes,
agua sólida y ágil hacia el día,
diáfano barro lleno de horizontes,
coronación astral de la alegría.

Cuerpo como un solsticio de arcos plenos,
bóveda plena, plenas llamaradas.
Todos los cuerpos fulgen más morenos
bajo el cenit de todas tus miradas.

 Cuerpo de polen férvido y dorado,
flexible y rumoroso, tuyo y mío.
De la noche final me has enlutado,
del amor, del cabello más sombrío. 

Ilumina el abismo donde lloro
por la consumación de las espumas.
Fúndete con la sombra que atesoro
hasta que en transparencias te consumas.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Cancionero y romancero de ausencias”  


Madrid, 17-10-03

ERA UN HOYO NO MUY HONDO

Era un hoyo no muy hondo.
Casi en la flor de la sombra.
No hubiera cabido un hombre
en su oscuridad angosta.
Contigo todo fue anchura
en la tierra tenebrosa. 

Mi casa contigo era
la habitación de la bóveda.
Dentro de mi casa entraba
por ti la luz victoriosa.

Mi casa va siendo un hoyo.
Yo no quisiera que toda
aquella luz se alejara
vencida, desde la alcoba.

Pero cuando llueve, siento
que las paredes se ahondan,
y reverdecen los muebles,
rememorando las hojas.

Mi casa es una ciudad
con una puerta a la aurora,
otras más grandes a la tarde,
y a la noche, inmensa, otra.

Mi casa es un ataúd.
Bajo la lluvia redobla.
Y ahuyenta las golondrinas
que no la quisieran torva.

En mi casa falta un cuerpo.
Dos en nuestra casa sobran.

MIGUEL HERNÁNDEZ
España-1910
De “Cancionero y romancero de ausencias”


Madrid, 20-10-03

ILUMINACIÓN CAMPESINA

Alternando a capricho el candor de sus prosas,
Ruth sugiere a la cítara tan augustos momentos,
y Fanor en su oboe de aterciopelamientos
plañe bajo el ocaso de oro y de mariposas...

Ante el genio enigmático de la hora, sedientos
de imposible y quimera, en el aire de rosas,
ponen largo silencio sobre los instrumentos,
para soñar la eterna música de las cosas.

 Largas horas, en trance de eucarísticos miedos,
amortiguan los ojos y se enlazan los dedos...
-¡Dulce amigo! –ella gime, y Fanor: -¡Oh mi amada!

Y la noche inminente lame sus mansedumbres...
De pronto, como bajo la varilla de un hada,
fuegos, por todas partes, brotan sobre las cumbres.

JULIO HERRERA Y REISSIG
(Uruguay-1875)
De "Los éxtasis de la montaña"


Madrid, 21-10-03

EL SAUCE

A mitad de mi fausto galanteo,
su paraguas de sedas cautelosas
la noche desplegó, y un lagrimeo
de estrella hizo hablar todas las cosas...

Erraban las Valkirias vaporosas
de la bruma, y en cósmico mareo
parecían bajar las nebulosas
al cercano redil del pastoreo...

En un abrazo de postrero arranque,
caímos en el ángulo del bote...
y luego que llorando ante el estanque

tu invicta castidad se arrepentía,
¡el sauce, como un viejo sacerdote,
gravemente inclinado nos unía!... 

JULIO HERRERA Y REISSIG
(Uruguay-1875)
De "Los parques abandonados (I)"


Madrid, 22-10-03

RENUNCIACIÓN SIMBÓLICA

Entre las refulgentes armaduras,
en mi uniforme y sobre tus emblemas,
pintó la tarde bárbaros poemas
y hecatombes de olímpicas bravuras.

Apeámonos de las cabalgaduras...
Aulló la Esfinge cábalas supremas;
y en un búdico trance de torturas,
relampagueó mi yatagán de gemas.

Al desangrarme en un suplicio heroico,
desvanecí, como un suicida estoico,
mi frente exangüe en tus rodillas yertas...

Y ante el aro sutil de tus ajorcas,
inmolé un beso en las doradas horcas
de nuestras vanas ilusiones muertas.

JULIO HERRERA Y REISSIG
(Uruguay-1875)
De "Las Clepsidras”


Madrid, 23-10-03

 LLEGADA DE LOS MESES Y DE LAS HORAS

(Terpsícore puede más que Morfeo)

Saludando cortésmente a la buena Mamá Juno
(son las doce de la noche, del mes XII a 31).

Entran: Junio, Julio, Agosto, Setiembre, Octubre y Noviembre.
Enero, Marzo y Abril, Mayo, Febrero y Diciembre.

Síguelos el Viejo Tiempo, con traje de soberano
(el Patriarca de los Siglos a quien ninguno conoce).
            Y tomadas de la mano,
formando rueda y bailando la vieja danza del brinco:
la seis, la ocho, la nueve, la diez, la once, la doce,
la una, la dos, la cuatro, la tres, la siete y la cinco.

(Anuncian: está Terpsícore.) Todos despiertan y ríen;
el gran salón se ilumina con mil resplandores blancos;
Barba Azul corre en sus zancos;
raras macabras armónicas los instrumentos deslíen
y sin que haya espiritistas saltan las mesas y bancos.
Byron, Tirteo y Quevedo se olvidan de que son cojos.

Rabelais y el gran Leopardi no saben ya sus defectos;
Homero y Milton se muestran, ambos, con grandes anteojos;
los cuerdos se vuelven locos y arlequines los provectos.
(Por bailar, a misia Parca también se le van los ojos.)

JULIO HERRERA Y REISSIG
(Uruguay-1875)
De "Las pascuas del tiempo”


Madrid, 24-10-03

 SU MAJESTAD EL TIEMPO

El Viejo Patriarca,
que todo lo abarca,
se riza la barba de príncipe asirio;
su nívea cabeza parece un gran lirio,
parece un gran lirio la nívea cabeza del viejo Patriarca.

Su pálida frente es un mapa confuso:
la abultan montañas de hueso,
que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso
de todos los siglos del tiempo difuso. 

Su frente de viejo ermitaño
parece el desierto de todo lo antaño:
en ella han carpido la hora y el año,
lo siempre empezado, lo siempre concluso,
lo vago, lo ignoto, lo iluso, lo extraño,
lo extraño y lo iluso...

Su pálida frente es un mapa confuso:
la cruzan arrugas, eternas arrugas,
que son cual los ríos del vago país de lo abstruso
cuyas olas, los años, se escapan en rápidas fugas.

¡Oh las viejas, eternas arrugas!
¡Oh los surcos oscuros!
¡Pensamientos en formas de orugas
de donde saldrán los magníficos siglos futuros!

JULIO HERRERA Y REISSIG
(Uruguay-1875)
De "Las pascuas del tiempo”


Madrid, 27-10-03

CON ESTE CALOR

Con este calor pienso en ti
                                    tu desnudez
tu cuello tus muñecas
las cosas que me decías
con los pies como una blanca paloma descansando en un cojín. 

Con este calor pienso en ti
no sé si lo que más recuerdo
                                    lo que viene a mis ojos
es tu cuello tus muñecas
tus pies descalzos
las cosas que me decías cuando eras mía.

Con este calor amarillo pienso en ti
en la habitación de un hotel con este calor amarillo pienso en ti
                                    y me despojo de mi soledad
            mi soledad que se parece un poco a la muerte. 

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902


Madrid, 28-10-03

EN EL RESTAURANTE ASTORIA DE BERLÍN

 En el restaurante Astoria de Berlín
                        había una camarera
                        una chica como una gota de plata.
Por encima de las bandejas repletas me sonreía.
Se parecía a las chicas de mi perdido país.
Pero no sé por qué
                        a veces tenía ojeras.
No tuve suerte
            no pude sentarme en las mesas que ella atendía.

Ningún día se sentó en las mesas que yo atendía.
Era un hombre entrado en años.
Parecía como si estuviera enfermo,
            tomaba comida de régimen.
Estaba muy triste y me miraba
                        pero no sabía alemán.
Tres meses vino a desayunar, comer y cenar,
luego desapareció.
Puede que volviera a su país
            o que no volviera y haya muerto.

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902


Madrid, 29-10-03 

LA NIEVE CORTÓ EL CAMINO

La nieve cortó el camino
tú no estabas
me senté con las piernas cruzadas
contemplando tu rostro
con los ojos cerrados.

No pasaban barcos ni volaban aviones
tú no estabas
yo permanecía apoyado en la pared
hablando y hablando
sin abrir la boca.

Tú no estabas
mis manos te acariciaban
yo me tapaba la cara con las manos. 

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902


Madrid, 30-10-03

PEPINO

A Ekber Babayef

Nieve hasta la rodilla en el patio,
trapea la nieve,
se arremolina sin cesar desde esta mañana.
Estamos en la cocina.
En la mesa, sobre el hule, la primavera,
en la mesa, sobre el hule, un pepino fresco, bien reciente
                                    y granoso, con su florecilla en al punta.

Sentados a su alrededor, lo contemplamos,
su suavidad se refleja en nuestro rostro,
olemos su frescura.
Sentados a su alrededor, lo contemplamos
confusos
            pensativos
                        optimistas.

Estamos como en un sueño.
en la mesa, sobre el hule, la esperanza,
en la mesa, sobre el hule, los hermosos días,
una nube que encierra un verde sol,
una muchedumbre de impacientes esmeraldas que se aproximan,
amores que se abren y se multiplican,
en la mesa, sobre el hule, un pepino fresco, bien reciente
                                    y granoso, con su florecilla en la punta.
Nieve hasta la rodilla en el patio,
trapea la nieve,
se arremolina sin cesar desde esta mañana.

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902


Madrid, 31-10-03

RECUERDO LAS MONTAÑAS DEL SUR

Una tarde bajé del norte a este país de las montañas del sur.
A mi lado había una mujer joven de blanca tez,
sus ojos eran como un albor azul que se dibujaba sobre su rostro
                        tenía los cabellos lisos y dorados como el trigo...

Una tarde bajé del Norte a este país de las montañas del Sur.
Estas montañas
            vivían entre los hombres, la vacas, los camiones
los sauces, las manzanas, los robles y los pinos
y también
            la mujer que estaba a mi lado, de blanca tez
                                    y cabellos dorados como el trigo,
y también los tigres y las truchas.

Estas montañas,
            nevadas, soleadas, rojas y verdes,
encerraban derruidas fortalezas.
Estas montañas
            vivían entre las páginas de los cuadernos escolares
en los sanatorios y los almacenes estatales
entre las zigzagueantes carreteras de asfalto y los puentes de madera.
Estas montañas
            vivían en las heridas de las cabras monteses alcanzadas por los disparos
y en el fondo de los lagos
y también
            había una mujer
una mujer de blanca tez y ojos como un albor azul sobre su rostro
y ya
           
que sólo este albor azul permanecerá en el recuerdo de las montañas del Sur.

NÂZIM HIKMET
Nace en Tesalónica en 1902


Selección de Poemas Editados

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