Madrid, 1-10-01

NUBE TRAS NUBE

Nube tras nube
de fuego infernal-
Nubes de destrucción
de odio y abstracciones-
Y nosotros los que vivimos, todavía respiramos
en el recuerdo de otra vida.
Pero nuestra vida es ésta:
estroncio y tedio.
Y la epidemia mantenida en secreto
se va propagando, ¡ya nos ha invadido!
nos ha separado de nosotros mismos, ha separado
las manos de la cabeza, el cuerpo y el sexo
del corazón, ha separado al hombre de la mujer,
como al Este del Oeste-
Nube tras nube-

Qué milagro, que este mundo en el mundo
emita todavía su radiación,
que el regazo, el pecho y los labios
perciban todavía el débil eco
y que los ojos se encuentren:
el motivo secreto
de otra vida.
Pero ésta es nuestra vida: estroncio y tedio.
Cesio y el vacío.
Rocas cerradas, habitaciones cerradas.
Odio frente a odio.

Un espacio que no respira,
un espacio petrificado.

Los árboles, los animales se van consumiendo como nosotros
en este país del desamparo-

Nube tras nube
de fuego infernal-
Nube de destrucción
de odio y abstracciones-
Esta es nuestra vida.
Mientras la ceniza va cayendo, cayendo...

ÖSTEN SJÖSTRAND
(Suecia-1925)
De "De gatfulla hindren"


Madrid, 2-10-01
II INFINITIVO
Morir ahí hermosa pavesa morir ahí
ver las nubes fundirse como la nieve y el eco
orígenes del sol y del blanco pobres como Job
no morir aún y ver durar la sombra
nacer con el fuego y no morir
abrazar y besar amor fugaz el cielo sin brillo
ganar las alturas abandonar la orilla
y quién sabe descubrir lo que amo
omitir  transmitir mi nombre a los años
reír en las horas tormentosas dormir al pie de un pino
gracias a las estrellas semejantes a un número
y morir lo que amo a orillas de las llamas.
ROBERT DESNOS
(Francia-1900)
De "Las tinieblas"
Traducción de "Claire Deloupy"

    Madrid, 3-10-01

EN MI OFICIO U HOSCO ARTE

En mi oficio u hosco arte
ejercido en la noche en calma
cuando sólo rabia la luna
y los amantes descansan
con todas sus penas en sus brazos,
trabajo a la luz cantora
no por ambición o pan
o el lucimiento y oficio de los encantos
en los escenarios de marfil
sino por el común salario
de su más secreto corazón.

No para el orgulloso hombre separado
de la rabiosa luna escribo
en estas páginas rociadas
por la espuma del mar
ni para los encumbrados muertos
con sus ruiseñores y salmos
sino para los amantes, sus brazos
abarcando las penas de los siglos,
que no pagan ni elogios ni salarios
ni prestan atención a mi oficio o arte.

DYLAN THOMAS
(Gran Bretaña-1914)


Madrid, 4-10-01

VISITANTE PROFUNDO

2

Me voy al bosque de hojas amarillas y quebradizas
    a ver lo que entraña la vida, la infancia del tiempo
y el instante de luz
    -al destello del sol conoceré las sonrisas y las
volteretas
    y caminaré con los ojos cerrados,
    orientado por la fragancia de las transformaciones
y de los fuegos
    -y llegaré al horizonte cuando la muerte se esfume.
    En mi sueño de vida,
    han de ser la alegría y el eco un juego nocturno
para las abejas y un alimento para mí
    y al mirar en mis ojos la transparencia jubilosa,
exclamaré:
    "De lo desconocido vivo, y le ofrezco mi gratitud
posada en el mar".

JAIME SAEZ
(Bolivia-1921)


Madrid, 5-10-01

EL AMOR Y LA MUERTE

Sucede. El bosque permite que suceda.
Las hojas amarillean y caen.
Es así. Remolinos de viento se las llevan.
También se nos llevan a nosotros. Es así.
Yo no puedo cambiarlo.
Los saltos de la cabra montés
de saliente en saliente -el último,
mal calculado, ¿quién intervendrá?
Jamás oí al bosque reclamar
sus hojas amarillas. El viento se las lleva.
Es así
Pide algo que yo pueda darte: besos,
un abrigo de invierno nuevo, sinceridad.
Pídeme sinceridad.
El que susurra en tu reluctante oído
no es Dios
es tu viejo osito de trapo,
es el recuerdo de la abuela y la eternidad
bajo un tilo envuelto en el zumbido de los abejorros.
Lo que me persigue día y noche
no son los demonios
sino la muerte más vulgar: la mía.
Sobre nosotros dos ningún Eurípides
escribirá una tragedia.
Nuestro amor fue imperfecto,
pero al ser arrastrados por el viento
nuestras manos todavía se buscarán mutuamente.
Caen las hojas al suelo.
Lo que para algunos es un bello camino
es para otros un vómito de sangre.
Sobre la alfombra roja pone el ciervo
la pezuña y la liebre la pata.
Juntos amamos el árbol,
pero el árbol nos deja vivir,
nos deja morir. Es así.
Yo no puedo cambiarlo.
Es así.

WERNER ASPERSTRÖM
(Suecia-1918)
De "Om dagen om natten"


Madrid, 6-10-01

EL CEMENTERIO MARINO

Este techo tranquilo, donde pasean palomas,
entre los pinos palpita, entre las tumbas;

Ahí mediodía el justo compone fuegos
¡El mar, el mar, siempre renovado!
¡Oh recompensa después de un pensamiento
una larga mirada sobre la calma de los dioses!

(.../...)

XXIII

¡Sí! Gran mar de delirios dotada
Piel de pantera y clámide agujereada
De mil y mil ídolos del sol,
Hidra absoluta, ebria de carne azul,
Te remuerdes la centellante cola
En un tumulto parecido al silencio.

PAUL VALÉRY
(Francia-1871)
De "El cementerio marino"
Traducción: Claire Deloupy


Madrid 7-10-01

COMO EL MAPA

En la ingle tienes una aspereza
que te avergüenza un poco
A mí no me molesta
Me parece un poco de mañana

Y cuando hacemos el amor
recorre tu pie como un mastín
Hambriento toda mi espalda

Primero te muerdo fuerte
luego suave en los pechos
Luego fuerte otra vez

Estás debajo de mí
Como el mapa en mi cuarto de chico
el mapa que despertó tan indescriptible deseo de viajar

Estás debajo de mí
Debajo de mí debajo
Para que yo esté seguro de que existes

Debajo de mí como el mapa
Que despertó tan insaciable deseo

Puedo imaginar el cartógrafo
Dibujando cuidadosamente una costa
Y recordar y olvidar la espuma

LARS FORSELL
(Suecia-1928)
De "En kärleksdikt"


Madrid, 8-10-01

LA VENTANA

Tenías dos pechos igual que yo
Y el pelo negro igual que yo
Y la boca pintada como yo la quería
Y usabas falda igual que yo
Y llevabas sandalias como yo
Y te arrastraban dos policías
Y dabas gritos en mitad de la calle
Y llevabas de rastras las sandalias
Y te sangraban los pies
Y desde adentro me llamó mi abuela
Y vino
Y cerró la ventana
Y me arrastró del pelo
Hasta lo más oscuro de la sala.

VIRGINIA GRÜTER
(Costa Rica-1929)


Madrid, 9-10-01

POETA, DÍ PASO

¡Poeta, dí paso
los furtivos besos!

¡La sombra! ¡Los recuerdos! La luna no vertía
allí ni un solo rayo... Temblabas y eras mía.
Temblabas y eras mía bajo el follaje espeso,
una errante luciérnaga alumbró nuestro beso,
el contacto furtivo de tus labios de seda...
La selva negra y mística fue la alcoba sombría...
En aquel sitio el musgo tiene olor de reseda...
Filtró luz por las ramas cual si llegara el día;
entre las nieblas pálidas la luna aparecía...

¡Poeta, dí paso
los íntimos besos!

¡Ah, de las noches dulces me acuerdo todavía!
En señorial alcoba, do la tapicería
amortiguaba el ruido con sus hilos espesos,
desnuda tú en mis brazos, fueron míos tus besos;
tu cuerpo de veinte años entre la roja seda,
tus cabellos dorados y tu melancolía,
tus frescuras de virgen y tu olor de reseda...
Apenas alumbraba la lámpara sombría
los desteñidos hilos de la tapicería.

¡Poeta, dí paso
el último beso!

¡Ah, de la noche trágica me acuerdo todavía!
El ataúd heráldico en el salón yacía,
mi oído, fatigado por vigilias y excesos,
sintió como a distancia los monótonos rezos.
Tú, mustia, yerta y pálida entre la negra seda.
La llama de los cirios temblaba y se movía,
perfumaba la atmósfera un olor de reseda,
un crucifijo pálido los brazos extendía
¡y estaba helada y cárdena tu boca que fue mía!

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA
(Colombia-1865)


Madrid, 10-10-01

AMARRADO A SU SOMBRA...

Amarrado a su sombra el bosque
Abría paso a las ardientes pisadas
Varios faunos acarreaban los arroyos
En los cuernos de la luna una flauta tocaba
La ninfa en la ladera descansaba el brazo
Estíos de gracias florales
Tejían y destejían las brisas
En las sienes de la bella dormida
Como si dos niños con él jugaran
Tantas vueltas daba el mundo
De manos a otras se le veía frecuentado
De vermes con sombreros de copa y dignidad
Los ríos no se atrevían
A tocar el borde de las ciudades
De lejos las cantaban y en voz baja
Para no quebrar la calma de las murallas
O turbar en el recinto
La más clara voz de los trovadores
Allí aparecía la bella dormida cubierta de soles
Sus ardientes pisadas tanto medían el suelo como el cielo
Una sombra de olivos bajo los ojos
Murmullos de agua para las manos
En los mares siempre flotaban los ojos
Y esta rama de laurel de horizonte a horizonte
Prendida de los sueños alzada del cielo
No has visto una sonrisa hilar un paisaje
La muchacha reír con el cielo chorreando de sus manos
Más sombra me daban sus pestañas
Que una arboleda bajo el triple peso
De hojas vientos y cielos
No has visto abrirse una madrugada
Sobre nieves como una frente
Alumbrando al sol y las estrellas
Una mano más clara que el agua y con su rumor
Así me han atravesado de mañana a noche
las músicas heladas los dedos de acero
Con orlas nuevas su rostro no descansaba
Ya sobre la dalia o el ventisquero
Ya en la brisa o en el mismo corazón del invierno
Y en la otra mano el cetro del estío
Y en el otro pie el sol del otoño
Las miradas cargadas de resplandores de océanos soleados
Cruzando el Mediterráneo los delfines se empinaban
Incrustadas las tortugas en los aires
No despertaba aún la muchacha
Llenaba los espacios la flor

EMILIO ADOLFO WESTPHALEN
(Perú-1911)
De "Abolición de la muerte"


Madrid, 11-10-01

LOS ABEDULES ENANOS

Somos los abedules enanos.
Estamos clavados hondos, como astillas
bajo tus uñas de hielo.

El imperio de la congelación perpetua
es capaz de diversas villanías
para achatarnos aún más...
¿A ustedes les extraña, castaños de París?

¿Les duele a ustedes, palmas elegantes,
ver cuán bajo, al parecer, hemos caído?
¿Y a ustedes, seguidores de la moda, les entristece
ver hasta qué punto somos Cuasimodos?

En su tibieza a ustedes les agrada, sin embargo,
nuestro coraje ciudadano
y nos envían con pesar pomposo
su apoyo moral.

Ustedes consideran, estimados colegas,
que no somos árboles, sino lisiados,
pero el verde aunque no sea hermoso
entre los hielos les parece progresista.

Muchas gracias. Nosotros solos
resistiremos bajo estos cielos,
cuando ferozmente nos retuerzan,
sin su apoyo moral, lloroso y precavido.

Ustedes, claro, son más libres que nosotros
pero nuestras raíces son más fuertes.
Sí, claro, no sobrevivimos en los Champs Elysées,
pero en la tundra nos estiman más, nos quieren.

Somos los abedules enanos.
Con astucia inventamos nuestras poses,
pero todo eso no es más que simulación.
El constreñimiento implica una forma de rebeldía.

Creemos, achatándonos como lisiados,
que la congelación eterna no es posible.
Su horror cederá.
Alcanzaremos el derecho a la gallardía.

Pero si cambia el clima,
¿tomarán de repente nuestras ramas nuevos contornos más libres?
Es demasiado larga la costumbre de ser jorobados.

Y esto nos tortura, nos tortura,
y el frío nos retuerce y nos retuerce,
pero estamos clavados hondo, como astillas,
nosotros, los abedules enanos.

YEVGUENI YEVTUSHENKO
(Siberia-1933)

De "¡La mitad no quiero de nada!"


Madrid, 12-10-01

RITOS

Cada vez que regreso
A mi país
                después de un viaje largo
Lo primero que hago
Es preguntar por los que se murieron:
Todo hombre es un héroe
Por el sencillo hecho de morir
Y los héroes son nuestros maestros.

Y en segundo lugar
                                por los heridos
Sólo después
                        no antes de cumplir
Este pequeño rito funerario
Me considero con derecho a la vida:
Cierro los ojos para ver mejor
Y canto con rencor
Una canción de comienzos de siglo.

NICANOR PARRA
(Chile-1914)
De "Canciones rusas"


Madrid 13-10-01

CLARIDAD

Desnuda, la noche te celebra y te protege con sus calladas ceremonias. Del fondo del abismo ya no viene del terror. Desnuda, las grandes selvas de la noche te defienden, los grandes soles limpios de la noche giran alrededor de tu cuerpo parecido a un relámpago. Desnuda, ya no te nombro ni te busco, yo me he perdido en los espacios inmensos como una niebla al borde de la nada, para que mi amor no te retenga en mis gritos de amor.

Ya no viene el terror del fondo del abismo. Desnuda, descansa en esa orquídea gigante con que todos soñamos. Del fondo del abismo ya no viene el terror.

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina-1927
De "Señales de vida"


Madrid, 14-10-01

EN ÓMNIBUS DE DOBLE PISO
VOY EN TU BUSCA

Frente al surco de nubes en el campo
del cielo triste de la gran ciudad,
la mortecina luz de mis ojos paso
desde el heroico techo de la imperial.

Desusada viñeta de la melancolía,
el paisaje pende lacio de los hilos
como un periódico ilustrado. Amada mía,
aquellos versos ¿recuerdas? dilos
con tu voz recogida, tan  blanca y tan fría.

Te busca mi mirada de piloto errabundo
desde el histórico techo de la imperial,
¿dónde estarás ahora? ¿En qué lejano mundo
nuestras pequeñas almas unidas volarán?

¿Almas?... la tuya era... ¡ah! enfermiza coqueta,
nervios atados por la sed sensual,
la mía era... ¡ah! pobre pantomima de poeta
encaramado en el techo de la imperial.

¡Oh! la cara ojerosa de esa casa vieja, y verde
por la tímida hiedra como una verde lepra,
cariátides de nariz rota que el frío muerde,
y mustio como el despertar un rosal trepa.

Todo desde el techo de la imperial se ve
-y a ti no te veo, y a ti no te hallo-
y empero eres un producto de ciudad,
flor de trapo, y fue tu tallo
la cuerda donde saltabas en tu mocedad.

Pero no vengas, ¡oh, no!, ¡si vieras qué frío
hace en el destartalado techo de la imperial!
Si vieras las cabriolas de la luna sobre el río,
no descenderías jamás...

Y, sin embargo, eres cual yo, soñadora lunática,
carita de yeso pintada por la enfermedad,
yo te he desnudado, plateada y extática,
ante la luna enferma de la ciudad.

Pero no sabes y tampoco sabes que voy de ti en pos,
eterno en tu busca hacia la eternidad,
te encontraré un día, cuando tu cavernosa tos,
como un pájaro aciago su círculo haga,
con algo del rito de una vieja maga,
sobre el destartalado techo de la imperial.

NICOLÁS OLIVARI
(Argentina-1900)
De "La musa de la mala pata"


Madrid, 15-10-01

CUATRO INVITACIONES A UN HOMBRE
 LLEGADAS DESDE DISTINTOS SITIOS
EN TIEMPOS DISTINTOS

1

Esta es tu casa.
Puedes poner aquí tus cosas.
Coloca los muebles a tu gusto.
Pide lo que necesites.
Ahí está la llave.
Quédate aquí.

2

Este es el aposento para todos nosotros.
Para ti hay un cuarto con una cama.
Puedes echarnos una mano en los campos.
Tendrás tu propio plato.
Quédate con nosotros.

3

Aquí puedes dormir.
La cama aún está fresca,
sólo la ocupó un hombre.
Si eres delicado,
enjuaga la cuchara de estaño en ese cubo
y quedará como nueva.
Quédate confiado con nosotros.

4

Este es el cuarto.
Date prisa; si quieres, puedes quedarte
toda la noche, pero se paga aparte.
Yo no te molestaré
y, además, no estoy enferma.
Aquí estás tan a salvo como en cualquier otro sitio.
Puedes quedarte aquí, por lo tanto.

BERTOLT BRECHT
(Alemania-1989)
De "Libro de lectura para los
habitantes de las ciudades"


Madrid, 16-10-01

AQUÍ ESTOY
SIN LA LÍMPIDA MIRADA

Aquí estoy sin la límpida mirada
de otros tiempos.
Cegado por lento y apacible vivir.

Atenazado por el eterno sonido de la carne.

Vuelvo para decir he comprendido:

Mi padre ha muerto.

Palabras como resinas
pegadas a mis nervios.
Óleos sonoros
gritos pintados de celeste Nilo
pequeñas arrugas en mi rostro
en mi vientre
pequeñas
delicadas frases.

MIGUEL OSCAR MENASSA
(Argentina-1940)
De "La Poesía y Yo"


Madrid, 17-10-01

ME QUEDÉ EXTRANJERO A TODO

Me quedé extranjero a todo me han dejado fuera de todo
solo a solo a solo
espejo replegado sobre sí mismo
vino de fisura flor de obsidiana
por donde las arcillas arden se marchita el valle
en la serena agilidad de sus multiplicidades
rojizas y la dura arista donde la aurora gira
se ha precipitado como una cota de mallas
sobre el cuello del desierto

rumor de presa adornada con espesas alas
por siempre te veré erigido sobre la frente sin corona
semejante a un barco amenazante a una pizca de veneno
a la fuerza de los hogares encendidos en un cielo desplumado
zumbante hechizante en la tierra adormecida
al abrigo de las llaves
por doquier te veré sedienta agitación y sin embargo sola
resistiendo a los muros y puñados de sal bajo la luz
extendidos por la vanidad saludable de tu cuerpo
ajeno a todo fuera de todo
cuando la sombra se desploma desde la cima de las finas
        pestañas
donde la hierba enseña al viento entre cosechas de órbitas
acostadas como lamentos fríos al pie de pesados rebaños
el pico en la órbita árida de arena y de invernadas
que risas y costuras extienden de cresta en cresta
el enjambre de olas frescas
cuando solo subsiste en ti burlón de largo
una irrisión conocida bajo otras rosas de los vientos
los relojes en reposo pájaros clementes venidos de los
        pliegues celestiales
apaciguamiento de la retina viajera
más allá de los ardores de veranos deslumbrantes
en las piedras dislocadas donde se espera la aterciopelada
        cabaña
quiebra el aspecto de los juncos en su descalabro

un monstruo se insinúa zambulléndose en graneros de avena
embalsama más allá de las cifras la aventura del hombre
        de invierno
extranjero a todo dejado fuera de todo
la soledad vieja incuba tamboriles
en la cabeza de los locos paciencia de gravilla
en la manzana desconfiada el huevo del recuerdo
en la mirada del ahorcado un lado de seguridad
los perdidos al borde del encantamiento

precipitados en el brazalete de poco dolor retardado
el mismo abismo de los gesticuladores
sabanas de cambiantes mañanas
deslumbrando túmulos de trombas y patinaderos
me quedé extranjero a todo me han dejado fuera de todo

TRISTAN TZARA
(Poeta francés de origen rumano-1896)
De "A fondo, la claridad. Granos y salidas"


Madrid, 18-10-01

SENTIDO DE LA NOCHE

Los silencios oscuros donde brillan los escarabajos
la pupila cálida como un rencor donde se incendia un pino,
el miedo de la ardilla en medio de los ojos,
un relámpago en el fondo fluvial de la memoria,
he aquí un instante para convertirme en un poco de noche,
en un estanque de insomnio estelar.
Las oscuridades en el agua me dan espacios inconclusos,
joyas palpitantes, lampadarios de moradas nupciales.
Flotan telas en el viento de la sombra,
y alrededor suenan fuentes de bocas aborígenes,
aguas hacia el fondo donde la luz se agota,
donde un eco recomienza viniendo de nosotros.
La noche avanza como un palacio sin fondo.

VICENTE GERBASI
(Velezuela-1913)
De "Los espacios cálidos"


Madrid, 19-10-01

SONETO

Procura desmentir los elogios que a un retrato de la poetisa
inscribió la verdad, que llama pasión
.

    Este, que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
    éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores,
triunfar de la vejez y del olvido:
    es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado,
    es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
(México-1648)
De "Poesía lírica"


Madrid, 20-10-01

1

El Señor Espejo, vendedor de ropa
murió anoche en París
es de noche
está oscuro
es de noche cerrada en París

2

Nieve nieve quédate en Noruega
Hasta que aprenda solfeo

3

Toma tu caballo blanco más hermoso
y tu fusta y tus guantes
corre cuanto antes a la ciudad
y mira el hermoso castillo
El hermoso castillo en el bosque
que pierde sus hojas sin pesar
al galope al galope amigo,
que no todo es rosa en la vida.

PHILIPPE SOUPAULT
(Francia-1897)
De "Las canciones de las metas y los reyes"


Madrid, 21-10-01

NOCTURNO DE LA ESTATUA

A Agustín Lazo

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.

Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las fichas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: "estoy muerta de sueño."

XAVIER VILLAURRUTIA
(México-1903)
De "Nostalgia de la muerte"


Madrid, 22-10-01

EN TANTO QUE DE ROSA
Y DE AZUCENA

En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, un vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

GARCILASO DE LA VEGA
(España-1501)


Madrid, 23-10-01

POST-SCRIPTUM

¿Quién soy?
¿De dónde vengo?
Soy Antonin Artaud
Y si lo digo
Como sé decirlo
Inmediatamente
Veréis mi actual cuerpo
Volar en pedazos
Y reunirse bajo
Diez mil notables aspectos
Un nuevo cuerpo
Donde no podréis
Nunca más
Olvidarme.

ANTONIN ARTAUD
(Francia-1896)


Madrid, 24-10-01

ROMANCE DEL DUERO

    Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

    Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

    Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

    Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.

    Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,

    sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.

GERARDO DIEGO
(España-1896)


Madrid 25-10-01

DÍAS AZULES

Se fueron desgajando
del racimo del tiempo
unos granos azules y redondos.
Parte se deslizaron
sin ruido por mi espalda,
otros cayeron en aquella copa
que sostenía alegre entre las
    manos
y yo me los bebía
como el zumo dorado de las
    uvas,
sin saber que eran tiempo.
¡He dormido tan cerca
del reloj de pared!
Y sin embargo
no entendía, al oírla,
la canción de sus lentas
    campanadas.
¿Quién ha vivido, amor, dentro
    de mí,
mientras se deslizaban esos días
azules y redondos?

CARMEN MARTÍN GAITE
(España-1925)


Madrid, 26-10-01

 SONETO.

    Cuando me paro a contemplar mi vida
Y echo los ojos con mi pensamiento
A ver los lasos miembros sin aliento
Y la robusta edad enflaquecida,

    Y aquella juventud rica y florida
Cual llama de candela en presto viento,
Batida con tan recio movimiento
Que a pique estuvo ya de ser perdida,

    Condeno de mi vida la tibieza
Y el grande desconcierto en que he andado
Que a tal peligro puesto me tuvieron.

    Y con velocidad y ligereza
Determino de huir de aqueste estado
Do mis continuas culpas me pusieron.

FRAY LUIS DE LEÓN
(España-hacia 1528)
De "Poesías atribuidas"


Madrid, 27-10-01

LA MUSA

Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;
Con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;
En su boca, una fruta perfumada y bermeja
Que destile más miel que los rubios panales.

A veces nos asalte un aguijón de abeja;
Una raptos feroces a gestos imperiales
Y sorprenda en su risa el dolor de una queja;
¡En sus manos asombren caricias y puñales!

Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
Y sea águila, tigre, paloma en un instante.
Que el Universo quepa en sus ansias divinas;
¡Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,
Y una frente que erguida su corona reclame
De rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!

DELMIRA AGUSTINI
(Uruguay-1886)
De "El libro blanco"


Madrid, 28-10-01

NO TE SUICIDES, SEÑOR

No te suicides, Señor; he aquí que aparece una orquídea entre las ruinas;
no te suicides, Señor; he aquí que renace el arroyo en el cráter de una bomba;
no te suicides, Señor; el cielo ha puesto escarcha sobre su rostro acuchillado,
                                [el océano ha curado su herida con un vendaje de coral.
Escucha, Señor; tu universo que era infantil como el cartílago, míralo arrepentido
                                        [de su primer arrebato, de su mayor desobediencia;
los cometas continúan viajando, como berlinas tras un alto en la encrucijada de
                                                                                                    [dos terrores;
el azul del cielo se ha hecho más profundo por haber sido un poco rapaz;
la aurora se ha hecho más bella por haber estado a punto de no regresar nunca.
El mundo no ha cambiado tanto, Señor:
    mira esa aldea, cuántas cascadas podrían brotar de su charca, cuántos álamos
                                                                                                    [de sus ortigas.
El mundo no ha sufrido tanto, Señor:
    ya brota la espiga de trigo en la órbita de los que murieron de hambre,
    ya las niñas saltan a la cuerda bajo las sombras de los que fueron decapitados.
La cosa no es tan trágica, Señor,
    ya que existe el camino sin fin donde hasta el exilio es olvidado,
    ya que existe el viento tan suave que en él hasta los suspiros son alegres,
    ya que existe todo lo que grita el inmenso placer de estar vivo.

ALAIN BOSQUET
(Poeta francés nacido en Ucrania-1919)
De "La vida es clandestina"


Madrid, 29-10-01

PASAS POR EL ABISMO
DE MIS TRISTEZAS...

Pasas por el abismo de mis tristezas
como un rayo de luna sobre los mares,
ungiendo lo infinito de mis pesares
con el nardo y la mirra de tus ternezas.

Ya tramonta mi vida, la tuya empiezas;
mas, salvando del tiempo los valladares,
como un rayo de luna sobre los mares
pasas por el abismo de mis tristezas.

No más en la tersura de mis cantares
dejará el desencanto sus asperezas;
pues Dios que dio a los cielos sus luminares,
quiso que atravesaras por mis tristezas
como un rayo de luna sobre los mares...

AMADO NERVO
(México-1870)
De "Los jardines interiores"


Madrid, 30-10-01

NOSTALGIA

    Hace ya diez años
    que recorro el mundo
    ¡He vivido poco!
    ¡Me he cansado mucho!
Quién vive de prisa no vive de veras:
quien no echa raíces no puede dar frutos.
Ser río que corre, ser nube que pasa,
sin dejar recuerdo ni rastro ninguno,
es triste; y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, río en lo profundo.

Quisiera ser árbol mejor que ser ave,
quisiera ser leño mejor que ser humo;
    y al viaje que cansa,
    prefiero el terruño:
la ciudad nativa con sus campanarios,
arcaicos balcones, portales vetustos
y calles estrechas, como si las casas
tampoco quisieran separarse mucho...

    Estoy en la orilla
    de un sendero abrupto.
Miro la serpiente de la carretera
que en cada montaña da vueltas a un nudo;
y entonces comprendo que el camino es largo,
    que el terreno es brusco,
    que la cuesta es ardua,
    que el paisaje es mustio...

¡Señor! ya me canso de viajar, ya siento
nostalgia, ya ansío descansar muy junto
de los míos... Todos rodearán mi asiento
para que les diga mis penas y triunfos;
y yo, a la manera del que recorriera
un álbum de cromos, contaré con gusto
las mil y una noches de mis aventuras
y acabaré con esta frase de infortunio:
    -¡He vivido poco!
    ¡Me he cansado mucho!

JOSÉ SANTOS CHOCLANO
(Perú-1875)
De "Fiat Lux"


Madrid, 31-10-01

PARA ENTONCES

Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo;
donde parezca sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar en los últimos instantes
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz, triste, retira
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona;
cuando la vida dice aún: soy tuya,
aunque sepamos bien que nos traiciona

MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA
(México-1859)
De "Poesías"


Selección de Poemas Editados
index